La Infancia en Cuba ( #Cuba #Infancia #Campañamediática)

niñosProfunda indignación experimenté ayer al leer un artículo publicado por el El Diario de Cuba bajo el título: ¿Cuántos niños trabajan en Cuba? Difamar la realidad cubana, es la esencia de este tipo de medios y ya estoy acostumbrada a leer de todo, pero hasta ahí podíamos llegar. No pretendo ocultar que mi país es pobre y no pongo en duda que alguna que otra familia se auxilie del trabajo ocasional de sus menores, para conseguir ingresos adicionales que les ayuden a enfrentar el día a día, lo que no deja de ser triste, pues los niños no deberían ser partícipes de estas preocupaciones. Pero de ahí a afirmar categóricamente : “13 países de la región» —allí debería estar Cuba— carecen de programas suficientes ante la ocupación más común para esos niños: el trabajo peligroso en la agricultura, especialmente común entre varones afro descendientes o indígenas. A lo que se añade «el servicio doméstico, en el que predominan las niñas», sumado al uso de niños «para actividades ilícitas», tanto para el cultivo y tráfico de drogas como en las «pandillas criminales» y la explotación sexual… viene siendo demasiado y se aleja en extremo de la realidad de mi país, donde desde el punto de vista jurídico, los derechos de los menores se encuentran amparados por un sistema de leyes que toma en cuenta su bienestar y desarrollo. Cuba es un modelo en el cumplimiento de la Convención sobre los derechos del niño y posee experiencias para mostrar al mundo, en espacios como educación y salud, que son gratuitas y accesibles para todos.

Los niños cubanos cuentan con escolarización plena y derecho a la participación. Algo tan simple como la posibilidad de jugar en la calle, es en Cuba habitual, mientras que en otras naciones  es absolutamente imposible dada la inseguridad y la violencia. Cada niño cubano está protegido contra 13 dolencias, entre ellas poliomielitis, tuberculosis, difteria, tétanos, tosferina, sarampión y hepatitis, por lo que puedo asegurar que nuestra nación constituye una excepción en medio del contexto del continente.

En América Latina, por ejemplo, el trabajo de Unicef es el cotidiano combate a las bandas de niños y niñas armados, que luego van a la cárcel junto a los adultos, pero en Cuba esto no ocurre, pues los niños con problemas de conducta no van a penitenciarías , sino a las escuelas de reeducación integral, las que cuentan con excelentes recursos humanos, entre psicólogos y profesores, además de disponer de un régimen semiabierto sin rejas ni uniformes.

De los 200 millones de niños vulnerados en el mundo, los millones que no van a la escuela, los que sufren de explotación laboral, los que caen en redes de prostitución infantil, ninguno es cubano.

El acoso político y económico contra Cuba es el principal problema que tiene nuestra  infancia y a pesar de ese contexto, el país realiza colosales esfuerzos por mantener la calidad de vida de sus niños y demuestra así que la quimera de una infancia feliz, con disfrute total de sus derechos, constituye para mi pequeña isla una realidad.

Es burda e inmoral, la intención de este periódico de desprestigiar el ingente esfuerzo de Cuba, sus gobernantes y sus ciudadanos en general, por garantizar el bienestar de nuestra infancia. La frase de nuestro Héroe Nacional: “Los niños son las esperanza del mundo”, ha sido y será la principal prioridad de la obra de la Revolución Cubana.

Amalia

 

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