Este jueves el programa Con Filo transmitió su emisión 99. Poco a poco, se acerca a la número 100 un espacio que surgió para hacer frente, con lenguaje sencillo y sagaz, a las campañas de descrédito y manipulación mediática que abundan en redes sociales contra el proceso revolucionario cubano.
Algunos de los saludos enviados al colectivo por periodistas, personalidades de la política y la cultura fueron transmitidos en esta ocasión. También se pusieron sobre la mesa las nuevas artimañas de quienes ansían una rebelión, aunque la tengan que inventar ellos mismos.
Los principales temas abordados en el programa Con Filo este martes fueron la intención imperial de “borrarnos del continente” (dejándonos fuera de los preparativos de la Cumbre de las Américas) y la hipocresía que esconde Estados Unidos tras las cuestiones migratorias.
Dos factores se han erigido como decisivos obstáculos en el desarrollo del sistema socialista, desde su nacimiento, allí donde se ha intentado: la agresión implacable de las fuerzas contrarias globales y la incapacidad de transformar la mentalidad mayoritaria, regida por una cultura del vivir apegada al egoísmo, el individualismo, el consumo despilfarrador y depredador de la naturaleza, y el concepto de bienestar y felicidad diseñado por la propaganda, los medios comunicacionales, y más recientemente las muy extendidas plataformas de Internet.
Aunque Confucio, Jesucristo y Mahoma advirtieron desde tiempos remotos sobre los perjuicios de la opulencia a costa de la pobreza del prójimo, el establecimiento del capital y el mercado —su instrumento fundamental— como gran regidor del planeta propició el estudio de los terrícolas para convertirlos en meros consumidores, y el capitalismo convirtió los peores instintos humanos en categorías económicas funcionales.
El bienestar, la felicidad y hasta la belleza devinieron así bienes alcanzados con dinero que podría ser conseguido de manera individual, según la capacidad de emprendimiento y las habilidades para esquilmar a otros, sin descontar la laboriosidad para conseguirlo y la competitividad.
El éxito, la fama, los lujos de todo tipo a costa de la salud planetaria y el ocio de los pudientes —glorificados en filmes, series televisivas y revistas— se convirtieron en los elementos del código de la gloria, soñado por mayorías y conseguido por minorías. Todo ello con eslóganes como “hay otras vidas más baratas, pero no son vidas”, los cuales han estimulado las mafias, las drogas y la venta ilícita de todo lo imaginable para acumular dinero a cualquier precio.
Esa mentalidad irracional diariamente fomentada obliga al socialismo a propiciar otra cultura de vida, otra cultura del disfrute y de la saciedad de las necesidades, otra espiritualidad; una relación equilibrada entre la plenitud individual y la labor en favor del bien común. Se trata de valores que promueven la sustentabilidad en el progreso económico y el ejemplo de quienes proponen y guían esa transformación humana y social trascendental.
Esos propósitos humanizadores, en pos de la dignidad de los terrícolas, son esenciales en el socialismo, y requieren de creatividad y capacidad de invención para estructurar un nuevo régimen económico, político y social que a la larga dependerá —como ha demostrado la historia en el Este europeo— no solo del apoyo popular y de la justeza de las ventajas colectivas conseguidas, sino del empoderamiento real de los trabajadores en todas las esferas de la sociedad y de su participación en la toma de decisiones. Ello requiere de un fuerte proceso educativo para eliminar las trampas del confort que suponen la mentalidad de rebaño y el autoritarismo de la burocracia. Acá se explica lo impensable de la desintegración de la Unión Soviética.
Lamentablemente el socialismo no avanzó lo suficiente en la transformación del tradicional concepto de verticalidad de los poderes hacia la horizontalidad. Este debe ser el principio renovador para evitar la dependencia cómoda hacia lo que viene de arriba; tributo inconsciente a las concepciones patriarcales que han regido y rigen el mundo desde el mismo concepto de Dios, varón en las alturas. Tampoco satisfizo a plenitud la máxima de “a cada cual según su capacidad, a cada quien según su trabajo”, que puede ser un estímulo productivo al propiciar que los niveles de vida de los que más aportan gocen de las ventajas materiales según su aporte. Los héroes del trabajo, los vanguardias nacionales, los inventores y los científicos que crean productos de gran valor deberían tener las mejores condiciones de vida, y ese debería ser un signo concreto del valor que se concede al trabajo y a la entrega al bien común.
Sí, el socialismo, luego de un siglo de intentos por establecerse como alternativa, en el más somero análisis muestra fragilidades, asuntos que quedaron pendientes y necesidad de transformaciones en sus enfoques para conseguir la mayor justicia posible. Sin embargo, continúa siendo una oportunidad frente al capitalismo depredador, no únicamente de la naturaleza, sino de la propia especie humana.
A más de 60 años de proclamado el socialismo, el 16 de abril de 1961, luego de los bombardeos que preludiaban la invasión a Bahía de Cochinos, Cuba sigue empeñada en rectificar errores y deformaciones, y debe aprender las lecciones que deja la historia del Este europeo en circunstancias excepcionalmente adversas tanto en el país como en el exterior.
Se han incrementado los ataques de su histórico enemigo voluntario, al que secundan lo peor del exilio en Miami y una pléyade de analistas aparecidos en las redes sociales, quienes culpan al sistema político de penurias, carencias, frustraciones e ineficiencias que, según argumentan, no caracterizaban al país antes de 1959 y tampoco, al parecer, a la mayoría de los países empobrecidos del mundo, donde ni la presunta democracia ni las cacareadas libertades individuales y de expresión han producido garantías para los fundamentales derechos humanos y bienestar material, ni se ha impedido el éxodo de naciones con grandes recursos naturales que no benefician a la población autóctona.
Cuando se lee o escucha a esos “influencers” en las plataformas de Internet —algunos con ínfulas académicas, y otros haciendo gala de sus conocimientos históricos, filosóficos y sociológicos—, sobresale la propuesta abierta o solapada de la continuidad de la seudorrepública anterior a 1959, como si no conocieran las estadísticas de aquellos tiempos, como si no existieran los periódicos y revistas que testimonian la corrupción, la extrema pobreza, el hambre pura y dura a pesar de los mercados abarrotados y los niños muertos por enfermedades evitables, como ocurre ahora mismo en tantos lugares del planeta que no tienen que soportar un férreo bloqueo incrementado por sanciones de todo tipo.
“SE EQUIVOCA QUIEN CREE QUE LA NACIÓN SERÁ ENTREGADA MANSAMENTE”.
Sorprende en los alegatos de los “continuistas” el ensañamiento evidente con la apuesta al socialismo y la salvaguarda de la independencia, como si no supieran que si se destruye el sistema, Cuba sería presa de los intereses espurios de los herederos de la burguesía y de las empresas que antes poseyeron sus fundamentales riquezas, luego de un derramamiento de sangre sin precedentes, porque se equivoca quien cree que la nación será entregada mansamente.
Nadie con un mínimo de conocimientos puede ignorar que Estados Unidos hace todo a su alcance para que la añorada “fruta madura” caiga, y ha extremado su asedio para asfixiar, para agudizar los problemas en la Isla, para provocar desesperación y desesperanza, para luego declarar impúdico un Estado fallido.
A pesar de que no quieran reconocerlo los que pretenden que se abandone el empeño socialista, la política prepotente y agresiva de Estados Unidos hacia Cuba contribuyó a su definición socialista aquel 16 de abril de 1961, aunque la vocación por la justicia social de la revolución triunfante la situaba en ese camino.
La democracia que se glorifica por parte de los oponentes nunca ha tenido compromiso real con la justicia. El multipartidismo, las elecciones periódicas y la presunta libertad de expresión, si bien en lo formal parecen una posibilidad de gestión ciudadana, allí donde han triunfado tendencias progresistas el gran capital se ha encargado de obstaculizar las medidas económicas favorables a los pueblos, como ocurrió con el gobierno de Jacobo Árbenz en Guatemala, de Salvador Allende en Chile, y luego en Ecuador, Argentina, Brasil, Bolivia, Venezuela y Nicaragua en el siglo XXI; lo cual no niega el imperativo de una efectiva democracia socialista y más audaz eficacia en la economía.
Las imperfecciones democráticas y las ineficacias económicas que fustigan los que atacan al socialismo cubano no han impedido los beneficios palpables disfrutados por la población desde la atención en el útero materno, las vacunas desde el nacimiento, la asistencia a la escuela hasta completar estudios universitarios, la atención a cualquier tipo de minusvalía, los tratamientos costosos para enfermedades complejas, la ayuda económica a los imposibilitados por edad o enfermedad, la garantía de una mínima cantidad de alimentos normados, la protección en casos de desastres naturales, el acceso a la cultura artística y el deporte, las escuelas especializadas y una expectativa de vida larga.
Ventajas que no pueden exhibir muchos países y que en verdad han sido afectadas desde la crisis de los 90, pero que no han desaparecido ni con la intensificación del cruel cerco estadounidense ni con la pandemia; factores agravantes que no han impedido la creación de vacunas para evitar el desastre vivido en potencias económicas con la Covid-19. Todo ello ha sido posible gracias a la concepción socialista que da prioridad al ser humano.
Las experiencias en Irak, Libia, Siria y Afganistán —invadidos en nombre de la libertad, la democracia, y en contra de las dictaduras— demuestran que únicamente han conseguido destruir las estructuras existentes para establecer el caos, y en nada han mejorado la vida de la población. Por eso no resultan fiables los entusiastas que sirven al mismo diseño propugnado por Estados Unidos, el cual pretende únicamente acabar con la soberanía nacional.
A Cuba se ajusta la alerta de Rosa Luxemburgo de manera particular: socialismo o barbarie.
A través de su cuenta en Twitter, el mandatario destacó las declaraciones del canciller cubano, Bruno Rodríguez, quien señaló la víspera las presiones de Washington sobre numerosos países de la región que se oponen a esa decisión.
El ministro de Relaciones Exteriores agradeció la posición solidaria de gobiernos que no están de acuerdo con la exclusión de la isla de la Cumbre de las Américas.
Además, el canciller enfatizó el respaldo al debate, el diálogo y los compromisos sinceros de los pueblos de América desde la diversidad.
Durante un encuentro con la prensa nacional e internacional en La Habana, el jefe de la diplomacia aseguró que obviar la presencia de la isla en esa cita sería un grave retroceso histórico que iría en detrimento de los objetivos de concertación.
Rodríguez subrayó que la intención de excluir a la nación caribeña obedecería a una maniobra políticamente motivada, como parte del doble rasero vinculado a la situación interna y electoral de Estados Unidos.
Estados Unidos debiera entender que América Latina ha cambiado para siempre y no hay cabida para imponer la visión de la doctrina Monroe contra la que lucharon los próceres de la independencia de los pueblos de la región, señaló el ministro.
Cuba continúa libre y soberana. Foto: Europa Press.
Hace 61 años, en abril de 1961 para ser precisos, el imperialismo estadunidense sufrió una de las derrotas más emblemáticas, una que, sin exagerar, marcaría la historia de Latinoamérica y de todo el siglo XX. Los sucesos comenzarían el 15 de abril, cuando aviones de Estados Unidos bombardearon aeródromos en La Habana, en San Antonio de los Baños y en Santiago de Cuba. Los ataques serían favorablemente repelidos por el ejército rebelde cubano y por las Milicias Nacionales Revolucionarias. Pero aquellos bombardeos, sólo eran el comienzo de esta agresión.
Dos días después, en la madrugada del 17 de abril, la Brigada de Asalto 2506, un grupo de mercenarios financiados, entrenados durante más de un año, y equipados por la Casa Blanca, el Pentágono y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, desembarcó con más de mil 400 hombres en Bahía de Cochinos, en el punto intermedio entre Playa Larga y Playa Girón. La Operación Pluto, como fue denominada dicha operación, implicaba que los mercenarios pelearan el tiempo suficiente para que desde Washington se estableciera un gobierno paralelo con líderes en el exilio, el cual luego sería apoyado abiertamente por la Casa Blanca. No lo lograron. Apenas 72 horas después de la invasión, el pueblo-ejército, comandado por Fidel Castro, volvería a derrotar a las fuerzas invasoras.
Aquellos sucesos envolverían también la declaración del carácter socialista de la Revolución cubana, pues el 16 de abril de 1961, durante el entierro de las víctimas de los ataques, Fidel Castro pronunció aquel discurso que quedaría grabado en la memoria revolucionaria: Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices ¡y que hayamos hecho una Revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos! ¡Y que esa Revolución socialista la defendemos con esos fusiles! ¡Y que esa Revolución socialista la defendemos con el valor con que ayer nuestros artilleros antiaéreos acribillaron a balazos a los aviones agresores!
Lo que vendría después es por todos y todas conocido, aunque no siempre aceptado: el pueblo cubano comenzaría a hacerse cargo de su propio destino y, no sin contradicciones, construiría una de las alternativas más sobresalientes de la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI. La defensa y construcción de la soberanía de Cuba se valdría también de la construcción de una sociedad alfabetizada, sin hambre, con un techo donde vivir, con buenos servicios de salud, con arte, solidaria, internacionalista y con una apuesta fundamental por la educación, la ciencia y la tecnología.
Más de 60 años después, las semillas sembradas por aquella Revolución continúan dando frutos, incluso a pesar del criminal bloqueo que desde Washington se impone contra la isla y que se ha traducido en daños que ascienden a 150 mil millones de dólares para Cuba. En plena pandemia por el covid-19 y con el asedio mediático y económico de Estados Unidos, la isla tuvo la capacidad de enviar a cientos de hombres y mujeres trabajadores de la salud a distintas partes del mundo, al mismo tiempo que elaboraba las vacunas Soberana 01, Soberana 02, Soberana Plus, Abdala y Mambisa, algunas de ellas convenientes para niños, o de aplicación nasal, y también algunas de ellas enviadas en solidaridad a países como Venezuela y Vietnam. La misma Unesco ha reconocido el liderazgo de Cuba en la producción de biológicos en nuestra región.
De esta forma, Cuba también construye una soberanía y autosuficiencia médica y tecnológica, independiente de las grandes farmacéuticas que no sólo lucran con la vida, sino que además llegaron a construir una geopolítica de las vacunas, basada en una disputa mediática en la que sobresalió la difusión de noticias falsas y desinformación.
Adelantado a su tiempo, como siempre lo fue, Fidel Castro expresó en 2002 en la Escuela Latinoamérica de Ciencias Médicas: El desafío que las enfermedades hacen a la humanidad es un desafío serio, grave y creciente, y será más creciente en la medida en que el descuido y la inconsciencia sobre los problemas de salud pública sean mayores, de lo cual no puede culparse por entero, ni mucho menos, a los países más pobres de la Tierra, ya que aquellos que nos saquearon durante siglos han sido incapaces de dar el mínimo aporte para esa lucha; en vez de gastar el dinero en cantidades fabulosas en guerras, especulaciones, lujos y otras cuestiones que no resultan esenciales en la vida.
Cuánta razón tenía el Comandante, aquellos que saquearon nuestros países, hoy vuelven a invertir millones para armarse frente a las amenazas de la guerra, de una guerra que ellos mismos alentaron. No hacen más que seguir su voraz apetito de poder y riqueza. Y en medio de ese sinsentido, Cuba, la pequeña Cuba, vuelve a mostrarnos su grandeza. ¡Viva Cuba Soberana!
“¡Los flojos, respeten: los grandes, adelante! Esta es tarea de grandes”.
José Martí.
Sobre el cruel bloqueo que supera las seis décadas de haberlo impuesto EE.UU. a Cuba, nunca será ocioso insistir en lo que ha significado y significa para el pueblo cubano en términos de sacrificios, carencias, y necesidad de posponer sueños colectivos e individuales. No podemos dejar que los verdaderos culpables de haber causado tanto daño y quienes le hacen el juego, construyan narrativas que lo justifiquen y acusen a las victimas de ser los responsables de todas sus desgracias.
El bloqueo ha sido el principal obstáculo para el desarrollo del país, y el genocidio más largo de la historia que se aplicado contra pueblo alguno.
En el contexto actual seudorevolucionarios disfrazados de “objetivos analistas” tratan de sembrar la duda sobre la capacidad de nuestro pueblo de vencer ese acto genocida, presentando a las nuevas generaciones como desalentadas y dispuestas a vender su dignidad a cambio de que el enemigo afloje el cerco con el cual pretende estrangularnos.
Algunos de estos personajes afirman infamemente que, nos está venciendo por culpa de nuestros dirigentes históricos que desaprovecharon circunstancias favorables que nos hubieran permitido derrotarlo.
Parafraseando al maestro, Antes que cejar en el empeño de mantener libre y hacer próspera a la patria, se unirá el mar del Sur al mar del Norte, y nacerá una serpiente de un huevo de águila.
Como en todo escrito de este tipo de “analistas”, las afirmaciones no vienen acompañadas de argumentos. Son el fruto de la coincidencia de deseos e ideas con nuestro enemigo principal o de su resentimiento y debilidad. Cuestionan obviando las circunstancias que determinaron se tomaran decisiones como la inserción de Cuba en el CAME y su acercamiento a la URSS; olvidando además que, en la etapa historica en que fueron asumidas no existían los menores indicios de que los acontecimientos evolucionarían como después lo hicieron.
Respecto a estas decisiones Aurelio Alonso en un artículo publicado en CUBADEBATE, expresó; “optó por acoplarse al mundo que se levantaba tras el Muro; aunque lo hizo cuando no quedaba otra opción, una vez desechado el espejismo de querer insertar un proyecto socialista autóctono en el traspatio de los Estados Unidos y, en consecuencia, castigado con un asedio sin tregua. Se hizo evidente desde los 60 que, de manera autóctona, su socialismo no conseguiría sostenerse; dentro del bloque soviético, tal vez”.
Por su parte Max Lesnik en un texto aparecido en CUBADEBATE reconoce que, abandonó el país en 1961, por discrepar de la relación con el partido comunista soviético. Pensaba dice Lesnik que, la Revolución debía hacerse separada de Moscú, para a continuación admitir que, Fidel tenía la razón, «porque si se hubiera hecho lo que yo pensaba los americanos hubieran derrocado la revolución».
Los hechos contradicen la tesis de los que dan al bloqueo como una política exitosa que nos está venciendo. Prominentes intelectuales y políticos internacionales la dan por fracasada. También altos representantes del Establishment norteamericano lo reconocen. Pero hay gente en el patio que, vaya usted a saber porque extraño estrabismo lo ve diferente.
El bloqueo es parte de una guerra de EE.UU. contra Cuba que, rebasa lo económico y cuyo objetivo estratégico es provocar el derrumbe de la Revolución. La destrucción de los valores que garantizan la unidad del pueblo y sustentan su decisión de defenderla, así como el cambio del rol de la cultura de fomentadora de esos valores a oponente de ellos, y divulgadora de otros ajenos son prioridades del enemigo. En ella el bloqueo tiene la misión de provocar el colapso de la economía nacional, para generar carencias que fomenten el surgimiento de estados de desesperación que, conlleven a un estallido social que le dé el jaque mate a la Revolución. Todo esto apoyado por sistemáticas campañas de descredito dirigidas a restar apoyo interno y externo a la Revolución.
En esta como en cualquier otra guerra, se triunfa ganando batallas, y en ella, a pesar de todo el poder del imperio volcado contra nosotros por más de 60 años, hemos obtenido importantes victorias, entre ellas la más relevante es que estemos aquí.
Algunas batallas ganadas durante estos años de Revolución.
Desarrollo científico que permitió en medio de una cruenta pandemia crear tres vacunas y dos candidatos vacunales.
Primer país del mundo en eliminar la transmisión del VIH de madre a hijo.
Primer país de la región en erradicar la desnutrición infantil severa.
Índice más bajo de criminalidad de las Américas.
Mayor número de médicos por cada 1.000 habitantes a nivel mundial entre 2007 y 2016.
Atención medica gratuita y cobertura universal de salud.
Esperanza de vida al nacer: antes triunfo revolucionario 57 años; hoy, 78,46.
Erradicó el analfabetismo.
Sistema educacional gratuito y al alcance de todos.
No existe explotación del trabajo infantil.
Solo esta pequeña muestra para ilustrar algunas victorias de Cuba en la guerra que nos ha declarado el imperio.
Seguir ganando batallas depende de nosotros, de la inteligencia con la cual continuemos combatiendo en el escenario físico y mediático, de la capacidad de resistir y la voluntad de vencer con que nos mantengamos, y nada de eso nos faltará.
La administración norteamericana acusa al gobierno cubano de utilizar el bloqueo como pretexto para encubrir sus errores que, según sus representantes, son los causantes de toda la compleja situación que enfrentamos. Sobre esa tesis Rafael Correa al responderle a un periodista de un canal de Miami, manifestó que, asegurar eso, es como ver a una persona ahogándose en el fondo de una piscina, con un bloque de cemento atado a sus pies y decir que se está ahogando porque no sabe nadar. Significaba Correa la necesidad de quitarle el bloque para saber las causas que la tenían en esa situación.
¿Por qué si el imperio está tan seguro de que el bloqueo le sirve de pretexto al gobierno cubano para justificar sus errores y de esa manera ocultar su responsabilidad en los problemas que nos aquejan, no lo levanta? No lo hace porque quedaría demostrado que miente.
Parafraseando a Fidel les decimos al imperio, resistir y vencer el bloqueo criminal que ha recrudecido multiplica el honor y la gloria de nuestro pueblo, contra el cual se estrellarán sus planes genocidas. Se lo aseguramos.
José A. Amesty – Frente Antiimperialista Internacionalista.- El próximo 19 de abril 2022, luego de esta Semana Santa, se celebrará el 73 período de sesiones del Comité contra la tortura, de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en el cual la oscura oposición cubana, intentará en medio de una serie de fallos de la ONU, como, por ejemplo, la suspensión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de esa organización y en medio del conflicto en Ucrania y sus burdas noticias por parte de la canalla mediática, se fragua una ignominia contra Cuba.
De igual modo, por su parte, el consorcio de radio y televisión alemán Deutsche Welle (DW) ha esbozado con mayor claridad ese espurio objetivo al publicar un artículo titulado, “Piden que Cuba y Venezuela también salgan del Consejo de DD. HH”. Dicha petición la hace la organización contrarrevolucionaria Center for a Free Cuba (CFC) la cual fue creada en octubre de 1997 en EE. UU., es financiada por la USAID y el NED y tiene la misión de fomentar la subversión contra Cuba.
Pretenden “introducir en los debates el análisis de un espurio informe elaborado por una supuesta “ONG” denominada Prisoners Defenders, en el cual se acusa a Cuba de torturar a los que ellos llaman “prisioneros políticos”, según el escritor Marco Velázquez Cristo, en su artículo “La nueva patraña contra Cuba: sentarla en el banquillo de los acusados en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para tratar de forzar su exclusión del mismo”.
El Comité Contra la Tortura (CAT, por sus siglas en inglés), es el órgano compuesto por 10 expertos independientes que supervisa la aplicación de la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes por sus Estados Partes. El Comité contra la Tortura trabaja para responsabilizar a los Estados de las violaciones de los derechos humanos, investigando sistemáticamente las denuncias de tortura para detener y prevenir este delito.
A su vez, la ONG Prisoners Defenders, según Velázquez Cristo, “se conoce que tiene su sede en Madrid y está inscrita en el Registro Nacional de Asociaciones de España, pero en realidad esta falsa ONG es una organización creada por el Departamento de Estado norteamericano, quien la dirige a través de su Embajada en Madrid, y la financia utilizando a la USAID y el NED. Está dirigida a la actividad subversiva contra Cuba. De ella, en septiembre de 2018 surgió una sección, digamos que “especializada”, con fachada de “ONG”, que se denominó “Cuban Prisoners Defenders”, la cual ha estado involucrada en la fabricación de falsas denuncias contra Cuba ante Naciones Unidas, la Unión Europea y la Corte Penal Internacional”.
Igualmente, el escritor Julio Ferreira, en su artículo en Rebelion.org, “Cuba Prisoners Defenders, ¿una ONG española?”, se pregunta, “¿cuál es la fuente de financiamiento de esta supuesta ONG? Aunque su presidente y fundador (el empresario español Javier Larrondo, de padres cubanos, quien se presenta además como el representante en España y Europa del grupúsculo contrarrevolucionario Unión Patriótica Cubana (UNPACU), cuyo cabecilla es el también asalariado de Washington José Daniel Ferrer García)”, asegura “que su organización ha nacido con sus propios fondos personales”, en realidad resulta poco creíble.
Otras informaciones (que explicarían el accionar anticubano de esta falsa ONG) señalan que el dinero proviene de los fondos del Departamento de Estado norteamericano, el cual la utiliza como organización pantalla para dar cobertura desde Europa a la subversión estadounidense contra la Mayor de las Antillas.
A tal fin, esta “ONG española” actúa con absoluta desfachatez en la fabricación de falsas denuncias contra Cuba ante Naciones Unidas, la Unión Europea y la Corte Penal Internacional”.
Finalmente, señala Velázquez Cristo, “Cabe preguntarse, ¿por qué Cuban Prisoners Defenders no acusan a los EE.UU. por su sistema de salud, que solamente atiende a quienes paguen costosos seguros médicos? ¿Desconocerá esta falsa ONG que la población carcelaria en EE.UU. es una nueva e inhumana forma de esclavitud? ¿Desconocerá esta organización pantalla que las cárceles privadas en territorio estadounidense son un negocio lucrativo para las corporaciones norteamericanas?”.
“Lo que se nos pretende hacer el 19 de abril es parte de la política hostil del gobierno norteamericano contra Cuba. Él es su verdadero responsable”.
En la otra acera del frente, el escritor cubano Gerardo Moyá Noguera, en su artículo “Torturar, nunca jamás”, señala “Recordaremos, porque bueno es recordar, que el gobierno del pueblo cubano comandado por Díaz-Canel nunca jamás ha torturado ciudadano alguno, ni tan siquiera a los peores enemigos en tiempos del dictador Batista y si no, echen una mirada atrás a lo ocurrido con los presos después de la humillación que sufrió el imperio en las playas de Girón, cuando dichos presos fueron cambiados por tractores”.
Así mismo, enfatiza “Sí, se tortura en Cuba, pero en la base naval de Guantánamo y todos se mantienen callados. Después del 11 de septiembre, fecha fatídica, el ciudadano pakistaní Majid Khan fue brutalmente torturado hasta que “confesó” pertenecer al fundamentalista grupo de Al-Qaeda de Osama Bin Laden. Dicha base pertenece desde hace muchos años al imperio (EEUU), aunque el expresidente Obama en su campaña electoral nos dijo que cerraría para siempre la base, pero no ha sido así y allá se sigue torturando a los presos existentes en la misma, hasta que no pueden más, aguantando terribles torturas por parte de los sicarios que viven en la base de Guantánamo”.
Según un artículo de EFE y tomado de Cubasì “La cárcel de Guantánamo: 20 años de torturas sin fecha de cierre”, señala que, “la prisión de Guantánamo cumple 20 años abierta, pese a ser un polémico símbolo de la lucha antiterrorista de Estados Unidos que actualmente alberga a 39 reos y cuyo cierre todavía no se vislumbra a pesar de las promesas del presidente, Joe Biden.
Ubicado en una base naval estadounidense en el este de Cuba, el centro de detención de la bahía de Guantánamo abrió en 2002 por orden del entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush (2001-2009) como respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001.
«Veinte años después, es innegable que la prisión de la bahía de Guantánamo es un fracaso legal, moral y ético. Es un símbolo mundial de la injusticia, la tortura y el desprecio por el Estado de derecho», dijo este lunes a Efe Hina Shamsi, directora de Seguridad Nacional de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, en inglés).
Destino de casi 800 presuntos terroristas detenidos en Afganistán e Irak, Guantánamo ha estado en el ojo del huracán por los programas de detenciones secretas y torturas, que incluían ahogamientos simulados y técnicas para que los presos no pudieran dormir.
Estados Unidos gasta cada año 540 millones de dólares para mantener Guantánamo, donde en la actualidad hay 39 hombres internados, 27 de ellos sin cargos penales en su contra, según un informe publicado por la ONG Human Rights Watch (HRW) con motivo del 20 aniversario del penal”.
En resumen, la realidad es que, la oposición cubana aprovecha este momento, de aparente confusión mediática y teniendo a su favor, los fallos de la ONU, para lanzar sus zarpazos contra Cuba heroica. No cesan en sus delirios de acabar con la revolución cubana. Pero no lo lograran, porque, como dijera Fidel, “No existe en el mundo fuerza capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas”. Adelante Cuba.
Cuba resultó electa como miembro de cuatro órganos del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, informó la Cancillería cubana.
Desde ahora integrará la Junta Ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, y las comisiones sobre la condición jurídica y social de la Mujer, de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo, y de las organizaciones no gubernamentales.
La elección tuvo lugar por aclamación, demostrando el prestigio del archipiélago a nivel mundial y, específicamente, al interior de ONU, y por su obra a favor de la promoción y protección de los derechos humanos.
El canciller Bruno Rodríguez Parrilla escribió en su cuenta en Twitter que la administración estadounidense «miente para justificar las medidas del bloqueo criminal que violan los derechos humanos del pueblo cubano»
Cuba denunció la mentira que resulta el informe anual divulgado por el Gobierno de Estados Unidos, en el cual manifiesta preocupación por el respeto a los derechos humanos en el archipiélago.
El canciller Bruno Rodríguez Parrilla escribió en su cuenta en Twitter que la administración estadounidense «miente para justificar las medidas del bloqueo criminal que violan los derechos humanos del pueblo cubano».
Además, destacó que el proyecto de justicia social y solidaridad internacional en Cuba es un referente de la protección y promoción de esos derechos en el mundo.
¿De qué derechos humanos hablan y escriben los funcionarios de los sucesivos gobiernos de Estados Unidos, cuando ese país es el mayor violador de tales derechos, pisoteados flagrantemente con cada invasión militar o bombardeo a las naciones que lo adversan, o con la aplicación unilateral de criminales sanciones contra pueblos que no se someten a sus designios?
El último informe del Departamento de Estado aparece plagado de mentiras y manipulaciones a la hora de «juzgar» a gobiernos, atribuyéndoles violaciones que sí se ven, a diario, en las calles estadounidenses, cuando se matan afronorteamericanos o se permite la compra y uso indiscriminado de armas, atenidos a un artículo constitucional con largo historial de letalidad y crimen.
El documento en cuestión no se refiere, como es natural, ni a la ocupación estadounidense de Afganistán, ni a las torturas en la ilegal cárcel en la base naval en Guantánamo, ni a la ocupación de una parte de Siria, a la que le roban el petróleo y el trigo.
Estados Unidos, para variar, acusó a Rusia, Cuba, Nicaragua y China en su informe anual sobre derechos humanos, en todos los casos asido a pretextos fabricados con burdas mentiras y manipulaciones mediáticas.
EE:UU es el principal violador de los DD.HH en su propio territorio.
A través de su cuenta en Twitter, el canciller condenó que, al propio tiempo, la nación norteña “premia y financia a gobiernos con pésimo historial” en esa materia.
La víspera el Departamento de Estado divulgó su más reciente informe anual sobre los derechos humanos en el mundo, en el cual evade la exposición de sus problemáticas internas mientras señala a lo que acontece en otros países.
Rodríguez afirmó a propósito que el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos constituye la principal violación contra las garantías de los habitantes de la isla.
Expresó, además, que el documento manipula el tema para subvertir el orden constitucional de la nación.
Mientras, la subdirectora de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Johana Tablada, calificó como un descrédito para el Gobierno norteamericano la implementación de una política engañosa, que derrocha millones en una campaña de desinformación a gran escala contra Cuba, su población, sistema de salud y fuentes de ingresos legítimos.
Denunció también la represión que sufre la población tanto de Estados Unidos como otros países, que reciben un trato preferencial de él.
Justamente, la víspera también la National Urban League (NUL) divulgó un reporte sobre la situación de la población negra en Estados Unidos en 2022 y sus conclusiones evidenciaron un reflejo de la desigualdad y el racismo sistémico en ese país.
El documento señala que la población afrodescendiente está en desventaja en aspectos como los ingresos económicos, que son inferiores en un 37 por ciento en comparación con los blancos, y tienen menos probabilidades de beneficiarse de una casa en propiedad.
Además, en varios estados existen restricciones a la posibilidad de realizar abortos, mientras en una veintena de territorios se obstaculiza el acceso a las urnas de las minorías.
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