Funcionarios del Departamento de Estado de EE.UU. no cesan en su miserable campaña de descrédito a la colaboración médica cubana en el exterior. Es evidente por ello que la soberbia, la envidia y el rencor contra nuestro país corroen las putrefactas entrañas del decadente Imperio yanqui.
A lo largo de la historia, destacados tratadistas han catalogado estas conductas negativas entre las peores aberraciones del género humano. No en balde el famoso poeta florentino Dante Alighieri en su genial obra La Divina Comedia, castiga con duras penas en el infierno y el purgatorio a los culpables de estos reprobables vicios. Sigue leyendo
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