Por Atilio A. Boron
El día en que se conmemoraba la partida del Granma, exactamente en ese mismo día como seguramente lo quiso, Fidel partió en busca de nuevos horizontes de lucha. Lo hizo en la seguridad de que la siembra realizada a lo largo de su vida ya había germinado. Que sus enseñanzas serían imperecederas. Que el capitalismo conduce la humanidad a su extinción. Que sólo el socialismo y el comunismo le otorgarán condiciones para la sobrevivencia de la especie humana. Que la lucha contra el imperialismo es un combate que se libra día a día, bajo diversas formas y que sólo finalizará con la derrota definitiva del monstruo. Que jamás éste admitirá la soberanía, la autodeterminación y la felicidad de los pueblos. Que apelará a cualquier recurso para mantenernos bajo su yugo. Que el socialismo y el comunismo son por definición internacionalistas y solidarios, como lo fue la Revolución Cubana bajo su inspiración. Y como lo seguirá siendo. Sigue leyendo
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