
“Estamos viviendo el final de la pandemia”, dijo el viernes último el presidente brasileño Jair Bolsonaro en un acto multitudinario en el que nuevamente mostro su afán desmedido por imitar a su ídolo Donald Trump, al minimizar los efectos de la Covid 19 en su país y en el mundo y hasta se atrevió a criticar las acciones y el papel de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Parece que a Bolsonaro poco le interesan los más de 180 mil fallecidos que ha provocado la pandemia en el gigante suramericano, cuando no cesa de hacer llamados a “evitar el pánico”, lo que se traduce en dar poca importancia al uso de mascarillas, incitar a la realización de actos multitudinarios sin que se cumpla medida sanitaria alguna, proponer el uso de la cloroquina, negar o restar importancia a los estudios científicos realizados por algunos países y al papel de la cooperación internacional para enfrentar juntos tal situación, rechazando además, públicamente, la efectividad de las vacunas en ensayo clínico desarrolladas en varias naciones.
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