
La violencia y las hostilidades, como en toda guerra, nuevamente comenzaron por el discurso y como siempre en orden de autoridad y dependencia: desde el secretario de Estado Mike Pompeo, pasando por el Grupo de Lima, para finalmente terminar en la asunción del diputado de Voluntad Popular Juan Guaidó como presidente de una Asamblea Nacional en desacato.
A partir de ahí se desprenden las líneas gruesas del paisaje de confrontación en el cual se desarrollará el ciclo político local en el primer semestre del año, entre tendencias de fractura y recomposición de la propia sociedad venezolana y con las determinaciones de una crisis geopolítica y civilizatoria que, con la aceleración del conflicto entre Estados Unidos y China, nos pone a coger palco. Sigue leyendo