Que cada uno haga lo que le corresponde, alentando, motivando y demostrando que sí se puede

El camino está «lleno de desafíos y adversidades que estamos obligados a enfrentar y a superar, con espíritu de victoria, con esfuerzo y talento, con empeño, con unidad, y sobre todo con creatividad; el tema no es solo resistir, el tema es resistir y crear a la vez», aseguró el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba en la clausura del VI Pleno de la organización, celebrado este martes en el Palacio de la Revolución

Autor: Alina Perera Robbio | perera@juventudrebelde.cu

Autor: René Tamayo León | internet@granma.cu

Autor: Yaima Puig Meneses | internet@granma.cu

DC
«Implementemos con eficacia todo lo que en este Pleno se ha propuesto, y vamos a lograr la victoria», indicó Díaz-Canel, al concluir el vi Pleno del Comité Central del Partido. Foto: Alejandro Azcuy

Amplio, intenso y complejo resultó el debate generado durante el VI Pleno del Comité Central del Partido Comunista que tuvo lugar en la jornada de este martes. Ante esos análisis, «a camisa quitada», como se diría en buen cubano, y tocando medularmente los principales asuntos que preocupan en la actualidad al pueblo cubano, el Primer Secretario del Comité Central y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, insistió en la necesidad de «pasar del discurso a la acción».

Es un reto que, consideró, demanda de «participación, integralidad y agilidad, haciendo cada uno lo que le corresponde, alentando, motivando, y demostrando que sí se puede».

«Implementemos con eficacia todo lo que en este Pleno se ha propuesto, y vamos a lograr la victoria», aseguró al concluir su intervención, que se extendió por espacio de una hora y en la cual abordó temas de cardinal trascendencia para el desarrollo de la nación y, en consecuencia, avanzar hacia un mayor bienestar para nuestro pueblo.

El camino –reconoció el Jefe de Estado– está «lleno de desafíos y adversidades que estamos obligados a enfrentar y a superar, con espíritu de victoria, con esfuerzo y talento, con empeño, con unidad, y sobre todo con creatividad; el tema no es solo resistir, el tema es resistir y crear a la vez».

De ahí sus consideraciones acerca de la importancia que reviste el análisis que este vi Pleno llevó a cabo sobre «un tema tan importante como el estado de cumplimiento de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución», en un escenario extraordinariamente complejo que se ha venido agravando en los últimos tiempos, «provocando deterioros de infraestructuras, desabastecimientos, carencias, y también deterioro social».

En los últimos meses –dijo– se han complejizado un grupo de situaciones, sobre todo por los problemas de la generación eléctrica y el déficit de  combustible, y «como dirigentes políticos y servidores públicos que somos, no podemos descansar hasta vencer ese desgaste».

Habló entonces de estados de opinión del pueblo en los cuales se reflejan las insatisfacciones «con lo que hacemos y hemos hecho, con las medidas y la manera de su implementación».

De ahí el enorme reto que tenemos todos, como Partido y como Gobierno, de orientar con urgencia nuestro trabajo hacia salir de la situación compleja en lo económico y social que vive el país, con un aseguramiento político integral y exigente desde el Partido, que estimule la comprensión y la participación del pueblo, fortalezca la unidad, levante la esperanza, provoque el perfeccionamiento del funcionamiento de la Asamblea Nacional del Poder Popular, y propicie una gestión ágil y efectiva del Gobierno, desde el nivel local hasta la nación, indicó.

Es una prioridad implementar la política de atención a la juventud, un sector que se debe atender diferenciadamente. Foto: Alejandro Azcuy

PRIORIDADES DE TRABAJO

Ante las retadoras circunstancias que definen hoy el actuar en el país, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista consideró que son cinco las prioridades de trabajo: «de desarrollo económico, de atención social, de fortalecimiento institucional, de trabajo con los cuadros, y del fortalecimiento ideológico».

Con relación al desarrollo económico, significó, en la batalla «que tenemos que librar nos va en estos momentos la Seguridad Nacional del país, por el impacto directo que tiene en frentes estratégicos como el social e ideológico».

No hemos estado inactivos ni con los brazos cruzados; hemos aprobado e implementado muchas medidas, acciones, la cuestión está en cuán rigurosos hemos sido en su aseguramiento político y administrativo, en su concreción, sin dejar de desconocer que muchas de estas medidas para iniciarlas, para avanzar en ellas, para poderlas implementar, regular e incluso aplicar gradualmente e irlas extendiendo, la mayoría necesita componentes en divisas de los cuales no hemos dispuesto, señaló.

Como parte de esas acciones que se desarrollan en todos los niveles, mencionó el más reciente recorrido por el país, con el cual se buscó «estimular, desde el pensamiento y desde las capacidades de cada territorio, que se presentara una estrategia para lograr que este año fuera mejor, a partir de sus componentes endógenos, sus fuerzas, potencialidades, propósitos y planes».

Este, valoró, fue un «ejercicio de planificación amplio, inclusivo, que consultó el talento de cada territorio», que nos lleva ahora a seguir compulsando, creando consensos que permitan apreciar y chequear lo que se ha hecho.

«Esto es parte de nuestra concepción de avanzar, de resistir y vencer al bloqueo, desde nuestros propios esfuerzos, desde todas las potencialidades que tenemos por explotar como país, pero que empiezan desde el nivel territorial, para mejorar la calidad de vida del pueblo.

«Ha sido un proceso crítico y autocrítico, sin autocomplacencia, y las reuniones han sido reuniones fuertes, de insatisfacciones, como el propio debate de este Pleno».

No obstante, en «todas las provincias hemos apreciado avances y resultados favorables, comparados con el mes de enero como punto de partida, en un discreto grupo de indicadores, y en muchos una mejor situación en comparación con igual periodo de 2022, pero esto sin complacencia», aseguró.

«No estamos ni satisfechos ni consideramos que es suficiente mientras esos resultados no se expresan en una mejoría palpable en la calidad de vida de nuestro pueblo, expresados en una mayor producción de alimentos, menor inflación, mayor calidad de los servicios, por solo mencionar algunos de los renglones que estamos evaluando», subrayó.

Comentó entonces acerca de muy buenos ejemplos que se aprecian en múltiples lugares del país, con los cuales se ratifica que sí es posible tener mejores resultados.

En esos ejemplos, aseveró, «hemos visto capacidad de gestión de productores y directivos, voluntad y constancia para no dejarse aplastar por las circunstancias, personas que se han dispuesto a superar la adversidad y lo han logrado, y hemos visto aprovechamiento de potencialidades existentes».

Esas personas, enfatizó, han estado «tan bloqueadas como las otras, y han logrado esos resultados en las mismas condiciones que otras no avanzan. Esos son los que están desafiando el bloqueo, los que están llevando adelante la resistencia creativa, en los que hay que inspirarse, y no en los que permanecen complacientes, inmóviles, sin enfrentar con inteligencia cada uno de los problemas».

Como Partido y como Gobierno, se habló de orientar con urgencia el trabajo hacia salir de la situación compleja en lo económico y social que vive el país. Foto: Alejandro Azcuy

VENCER EL BLOQUEO SIN QUE LO LEVANTEN

Del esfuerzo, el empeño, el incentivo y la voluntad que se aprecia en muchos lugares para salir de esta difícil situación comentó también el mandatario, quien insistió, una vez más, en que estamos todos convocados a «vencer el bloqueo sin que lo levanten; y vencerlo desde el nivel local, como lo estamos pidiendo, lleva constancia, trabajo, dedicación, sentido de pertenencia, no de unos, sino de todos».

De ahí su énfasis en la necesidad de aprovechar potencialidades en los territorios para generar nuestros propios alimentos, y seguir potenciando la autonomía municipal, donde cada municipio produzca lo que necesita en alimentación.

De otros análisis que se han realizado, como la problemática de la tierra ociosa, el déficit en la contratación de producciones, la imperiosa necesidad de fortalecer la empresa estatal desde la producción, así como solucionar la excesiva cadena de intermediarios en la comercialización de los alimentos, que está teniendo una incidencia en la formación de altos precios, habló con énfasis el Presidente.

Todo este proceso de trabajo, afirmó, lo estamos llevando de conjunto entre el Partido y el Gobierno: el Gobierno, por la responsabilidad directa que tiene en los procesos administrativos, económicos y productivos en toda la nación, y el Partido desde el seguimiento y aseguramiento político que debe dar a este proceso desde la base, teniendo como una de sus principales misiones la batalla por el desarrollo económico.

Específicamente sobre la responsabilidad del Partido, hizo énfasis en el papel que les corresponde a los militantes en todas las estructuras para que los compromisos se cumplan. «A ese ejército de vanguardia que integra nuestra militancia estamos movilizando, desde todos los niveles».

En el trabajo con los cuadros se tiene que poner especial atención a su selección y completamiento, definiendo una clara estrategia para lograrlo. Foto: Alejandro Azcuy

VISIÓN TRANSFORMADORA

Al referirse a las prioridades de la economía, precisó que se trabaja en un grupo de aspectos, entre los cuales destacó el programa de estabilización macroeconómica, y el impulso de la producción local de alimentos y su comercialización.

Articulación, integralidad, sistematicidad para seguir la implementación de medidas, solución de los problemas más inmediatos con visión transformadora, fueron algunos de los conceptos sobre los cuales insistió el Presidente para lograr resolver los actuales problemas que existen en la sociedad con un sentido de urgencia.

«Nosotros estamos en una lucha contra el tiempo, esto no es para esperar, este es el combate diario y con una voluntad política de alcanzar decisiones integralmente», reflexionó.

Respecto a la dirección de trabajo, asociada con la atención social, explicó que lo primero que se debe tener en cuenta es que «las serias dificultades económicas no pueden llevarnos a acomodarnos, ni pueden convertirse en justificación para no hacer todo lo posible por cuidar las principales conquistas sociales de la Revolución. El pueblo no nos lo perdonaría.

«Hay muchas cosas que no pasan por cuestiones materiales, sino por la voluntad humana», reconoció.

De potenciar el trabajo social orientado a las familias y a personas en situaciones de vulnerabilidad, con el concepto no de asistencialismo, sino de transformación social; de implementar la política de atención a la juventud, sector que se debe atender diferenciadamente; así como de dar una batalla fuerte contra la corrupción, el delito y la indisciplina social, comentó también el mandatario.

En lo referido a la dirección correspondiente al fortalecimiento institucional, dijo que es algo que debe llevarse a cabo a nivel del Partido, del Poder Popular y del Gobierno, porque el desempeño de cada uno de ellos define el hacer de la Revolución.

Que el núcleo del Partido sea el espacio que se distinga por el análisis profundo, crítico, inteligente, comprometido y aportador, que proyecte soluciones. Foto: Alejandro Azcuy

Entre esos conceptos imprescindibles que a cada uno de ellos corresponde potenciar, destacó que el núcleo del Partido sea el espacio que se distinga por el análisis profundo, crítico, inteligente, comprometido y aportador, que proyecte soluciones, que convoque a la participación de los trabajadores, que preste atención a todos los asuntos y que propicie desde el ejemplo la confianza, transformación, perfeccionamiento, superación, crecimiento y credibilidad en lo que hacemos; que el perfeccionamiento en los municipios de estructuras, cuadros y sistemas de trabajo sea prioridad del día a día; que los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular mantengan una vinculación permanente con la base, lo cual permitirá llevar a su agenda de trabajo los temas de la agenda popular, y que el Gobierno perfeccione la gobernanza, con un sistema de trabajo que dé respuesta a las prioridades y estrategias del país en las cuestiones que más afectan al pueblo y que eliminen la visión de inmovilismo y desconfianza en la población.

Díaz-Canel se refirió también al trabajo con los cuadros, como parte del cual se tiene que poner especial atención a su selección y completamiento, definiendo una clara estrategia para lograrlo.

En su intervención, igualmente reflexionó sobre el fortalecimiento ideológico que, resumido en pocas palabras, explicó, es «un programa contra la colonización cultural que es la base de lo que nos quieren imponer con la subversión político-ideológica».

El Presidente Díaz-Canel enfatizó en la importancia de demostrar cuál es el impacto real que tiene sobre nuestra sociedad el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de Estados Unidos.

Recordó entonces los difíciles momentos de enfrentamiento a la COVID-19, en los cuales «la administración norteamericana se ensañó con perversidad con este pueblo», dijo, en alusión a todo cuanto hicieron para que a la Isla no llegaran el oxígeno, las vacunas y también los necesarios ventiladores pulmonares.

«Entonces fueron malvados, brutales, genocidas… y sí tienen la mayor parte de las culpas de las cosas que nos pasan, porque se han ensañado con esta Revolución y con este pueblo». Ese es el enemigo que tenemos, sentenció el Presidente.

La unidad y la victoria son el presente y el futuro de la patria y el socialismo

Discurso pronunciado por Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, en la Sesión Constitutiva de la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 19 de abril de 2023, “Año 65 de la Revolución”

Autor: Granma | internet@granma.cu

(Versiones Taquigráficas – Presidencia de la República)

Querido General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana;

Queridos compañeros de la Generación Histórica que nos acompañan;

Nuevos miembros del Consejo de Estado;

Miembros del Consejo de Ministros;

Invitadas e invitados;

Diputadas y diputados:

Nuestras primeras palabras son para extender la felicitación a las compañeras y compañeros hoy elegidos o designados, respectivamente, para ocupar la dirección de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el Consejo de Estado y el Consejo de Ministros.

¡Felicidades a todos en el Día de la Victoria!  El 19 de abril de 1961, en las arenas de Playa Girón, Cuba ganó el derecho a celebrar este día, al propinarle su primera gran derrota al imperialismo en América (Aplausos y exclamaciones de: “¡Viva Fidel!”).

Se trata del triunfo de lo justo sobre lo injusto, del pequeño David frente al gigante Goliat, de una Revolución socialista frente a las narices de un imperio, tal como la definió Fidel en 23 y 12, en la despedida de duelo por las víctimas del bombardeo a los aeropuertos de Ciudad Libertad, Santiago de Cuba y San Antonio de los Baños, en el preludio de la invasión.

Es tan épica esa victoria que 62 años después los derrotados no han podido perdonarnos.  Y es gracias a esa victoria que hoy instalamos, por décima vez, la Asamblea del Pueblo (Aplausos).

Cuba defiende el Partido único, garantía de la unidad desde que José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano. Foto: José M. Correa

Las 470 personas que recién juramos como diputadas y diputados no ganamos el curul por tener más dinero o el respaldo de partidos electorales, cuyo único fin es colocar en el lugar donde se deciden las leyes del país a un defensor de los intereses de determinados grupos de poder.

Cada uno de nosotros está sentado aquí para defender los intereses de la mayoría y no vamos a cobrar más ni vamos a recibir prebendas por ejercer como diputada o diputado, como sí ocurre en tantos países que presumen de modelos democráticos multipartidistas.

Cuba defiende el Partido único, garantía de la unidad desde que José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano, porque está en la raíz de nuestra historia y porque no se disgregan ni se confrontan las fuerzas de una pequeña nación que hace 200 años fue oficialmente declarada como apéndice para anexar al poderoso vecino, cuando ya se gestaba un voraz imperio.

En unos días, el 28 de abril, se cumplirán dos siglos de que el entonces secretario de Estado y más tarde presidente de la Unión, John Quincy Adams, dejara definida para Cuba su teoría de la “fruta madura”: “…hay leyes de gravitación política como las hay de gravitación física, y así como una fruta separada de su árbol por la fuerza del viento no puede, aunque quiera, dejar de caer en el suelo, así Cuba una vez separada de España y rota la conexión artificial que la liga con ella, es incapaz de sostenerse por sí sola, tiene que gravitar necesariamente hacia la Unión Norteamericana, y hacia ella exclusivamente, mientras que a la Unión misma, en virtud de la propia ley, le será imposible dejar de admitirla en su seno”.

Desde aquel anuncio de abril hasta la promulgación de la Doctrina Monroe, en diciembre de 1823, transcurrieron meses.  Pero desde entonces hasta los días que corren, durante 200 años, la política del vecino poderoso ha sido una sola, aunque se alternen dos partidos en el poder.  Para Cuba, al menos, es muy difícil distinguirlos, mientras, por ejemplo, prácticamente todas las medidas aplicadas por el republicano Donald Trump para reforzar el bloqueo las mantenga su adversario político el demócrata Joe Biden.

“Remember Girón”, advertían nuestros padres ante cada nueva amenaza de invasión que hubo después de 1961.  La consigna permanece viva en el imaginario popular, porque la actitud mercenaria también lo está.  Sin Nicaragua y sin Somoza, ahora los invasores entrenan en los Everglades y amenazan desde sus cuevas en las redes sociales.

El poderoso vecino sigue siendo generoso con los “prestados” para destruir a la Revolución y cada año destina decenas de millones de dólares a quienes se ofrecen para subvertir el orden interno en Cuba, ya sea de modo presencial o vía Internet.

Ni un solo día en estos años, hemos dejado de sentir los golpes de esa guerra no declarada contra la economía y la sociedad; contra la vida cotidiana y los sueños de progresos de toda una nación.

Así como recordamos Girón, recordaremos siempre la crueldad del bloqueo reforzado en condiciones de pandemia; la infame inclusión de Cuba en una lista de supuestos patrocinadores del terrorismo para sitiar todas las vías financieras; el oxígeno que se negaron a darnos, mientras estimulaban rebeliones callejeras, de algún modo nos lo negaban ya al cerrar cada posibilidad de comercio o financiamiento.

De todas esas batallas va saliendo vencedor el pueblo y no tengo ninguna duda de que, como en Girón, ¡seguiremos venciendo!  Cuba mantiene intacta su línea de principios y su disposición al diálogo, pero sin presiones ni condicionamientos.

Pero, tanto va el cántaro a la fuente hasta que se rompe.  Un día, más temprano que tarde, tendrá que cesar la política de la hegemonía; el multilateralismo ocupará su espacio y Cuba podrá probar hasta dónde puede llegar una nación de gente noble, creativa y talentosa unida en torno a objetivos claros, si se le libera de presiones y bloqueos.

Foto: Estudios Revolución

Ahora, concentrémonos en lo que nos toca y podemos hacer, incluso atados de pies y manos.  Para pensar y trabajar juntos, pasando por encima de esas condiciones que no podemos cambiar, se funda esta X Legislatura.

Todos nosotros tendremos ahora menos tiempo para nuestras familias y profesiones, menos horas de descanso. Solo nos esperan mayores responsabilidades y un elevado deber: servir al pueblo de Cuba, conectados siempre con sus demandas y necesidades.

Me detengo aquí para puntualizar lo que considero que deberá distinguir a la nueva legislatura: el contacto permanente con los barrios, con las comunidades, con los que nos eligieron, conscientes de que no podemos hacer milagros, pero sí podemos transformar la desafiante realidad de Cuba hoy si logramos crear la sinergia indispensable entre los esfuerzos individuales y colectivos; entre los barrios y los municipios; entre los municipios y la provincia, entre las provincias y la nación.

Compatriotas:

Desde los primeros tiempos del Poder Popular, la consigna fue elegir a los mejores.  Pero elegir buenos entre buenos, siempre será un ejercicio difícil e incompleto.

Es por eso que invitamos a una representación de personas de extraordinarios valores, como ustedes, pero que no estuvieron en las candidaturas por una razón obvia: hay muchos más buenos cubanos que escaños en el Parlamento (Aplausos).

Aquí están invitados rescatistas del hotel Saratoga y de la Base de Supertanqueros (Aplausos); creadores de vacunas y medicamentos que nos salvaron de la COVID-19 (Aplausos); innovadores e investigadores que han participado en la creación de ventiladores pulmonares, en la creación de prótesis de cadera, piezas para plantas eléctricas (Aplausos); estudiantes y profesores que pasaron sus vacaciones trabajando en Zona Roja y en la reconstrucción de escuelas y casas arrasadas por el huracán Ian (Aplausos). Está Alexis Leiva Machado, Kcho, con su mítica Brigada Martha Machado, que levantó una escuela nueva y varias casas en el lugar más devastado, por donde entró el ciclón y que continúa trabajando en esa comunidad en varios proyectos (Aplausos); juristas que nos acercaron a la comprensión del Código de las Familias (Aplausos); líderes de proyectos comunitarios, delegados de base que desarrollan un buen papel, como “Paquito de Cuba” (Aplausos), entre otros muchos que podían estar y que no caben en este recinto (Aplausos).  ¡Por eso, en esta Asamblea está el pueblo de Cuba! (Aplausos prolongados.)

Difícilmente olvidaremos aquellos días inciertos en que apenas dormimos y al despertar la primera mirada iba directo a las cifras de la COVID-19.

Estoy bastante seguro de que ninguna simulación de Inteligencia Artificial podría resumir la proeza del pueblo cubano en los últimos años. La resistencia creativa de la gente de este país, su resiliencia, supera los límites de cualquier simulación o predicción. No hay algoritmo capaz de reflejar todo lo que vivimos. Eso solo puede ser sentido (Aplausos).

Desde los primeros tiempos del Poder Popular, la consigna fue elegir a los mejores. Pero elegir buenos entre buenos, siempre será un ejercicio difícil e incompleto. Foto: José M. Correa

¡Cuba es un sentimiento, y es una fuerza capaz de enfrentar y vencer los peores vendavales!

La economía mundial, incierta e inestable en todas las latitudes, plantea el primer y mayor desafío para el nuevo Consejo de Ministros, que debe contar con el acompañamiento fundamental de todos para enfrentar obstáculos y resolver ineficiencias. 

En lo inmediato, la dirección principal debe centrarse en la producción de alimentos, el aprovechamiento de las capacidades productivas ociosas, el incremento de los ingresos en divisas, las transformaciones que requiere la empresa estatal socialista, la eficiencia del proceso inversionista, la complementariedad de los actores económicos y la participación de la inversión extranjera.  Todo ello en función de incrementar la oferta de bienes y servicios y controlar la inflación, lo que se constituye en la principal prioridad de trabajo en la batalla económica.  Hay que asumir ese gigantesco desafío sin desalientos. 

Con el recrudecimiento del bloqueo, la crisis mundial y nuestras incapacidades la situación económica y social del país se ha complejizado mucho, y los sueños, planes y proyectos a los que nunca renunciaremos se ralentizan. A veces parece que nunca serán posibles.  Pero si repasamos la dinámica de los últimos cinco años, comprobaremos que, bajo las peores circunstancias y las más criminales presiones, nos convertimos en uno de los pocos países que se salvó a sí mismo de la pandemia con sus propios esfuerzos y talento.

Cuando me preguntan de dónde saco el optimismo para enfrentar tantos problemas, yo pienso en esas proezas.  En eso y en cientos de soluciones y propuestas de soluciones que encuentro cada vez que veo a personas que invierten inteligencia y energías en el afán de encontrar soluciones a los problemas de su entorno, en lugar de llenarse de lamentos y acusaciones.

Respeto profundamente el derecho de cada cual a expresar sus quejas, pero no puedo dejar de contrastar actitudes: la de los que critican del modo más efectivo, luchando, haciendo, mostrando o creando soluciones, y la de aquellos que solo ven los errores y las culpas de otros.

Diputadas y diputados:

En los últimos seis meses se han realizado en el país tres procesos de votación popular, todos en un contexto de aguda crisis y bajo el ataque de una campaña mediática orientada a imponer las matrices de un Estado fallido debido a un gobierno incapaz y a diseminar el odio.

El verdadero enemigo de la nación cubana apuesta al estallido para apoderarse del país y devolverlo a la era neocolonial que ya sufrimos y conocemos, ese enemigo vio en cada una de las votaciones recientes: el Referendo del Código de las Familias, las elecciones para delegados y luego para diputados, un momento clave para el ataque a la legitimidad del Gobierno y cifró sus esperanzas en la posibilidad de un alto abstencionismo.

La prueba más fehaciente de que esa era la idea fueron los titulares del día siguiente. Todos, prácticamente sin excepción, hablaban de abstencionismo histórico, aunque tanto el nivel de participación como el voto válido y el voto unido, estaban por encima de la media de otros modelos de democracia en el mundo.

Quiero dar gracias a los jóvenes cubanos por la inspiración y el estímulo, pero también por la consagración y el ejemplo, que fueron decisivos para hacer posible todo lo que hemos logrado. Foto: José M. Correa

Los que vaticinaban una alta abstención, conscientes de que el viejo diseño de Lester Mallory de emplear la guerra económica a fondo para generar dificultades que induzcan a la apatía política, volvieron a quedarse con las ganas.

Ese 75,8 % de participación no hubiera sido posible sin la confianza del pueblo en la Revolución. Y esa confianza se expresa en participación. Fue una muestra de civismo, pero también de patriotismo y, sobre todo, de conciencia política. ¡Ahora esa confianza no la podemos defraudar! Nos tiene que comprometer más a todos. Nos obliga a trabajar por todo el país, en representación de toda Cuba.

Si trabajamos sistemáticamente en cada uno de los municipios o distritos, si acompañamos a las autoridades locales sin suplantar funciones, si seguimos escuchando a la gente y llevamos a instancias superiores problemas que sobrepasan las posibilidades de los territorios, estoy seguro de que lograremos avances cotidianos en la solución de estos asuntos.

La transparencia de nuestro proceso electoral han tratado de negarla también, pero no tienen ni una sola prueba que pueda poner en duda su limpieza.

Desde las propuestas de los precandidatos en los plenos de las organizaciones sociales y estudiantiles comienza a expresarse la transparencia, que prosigue con el análisis y aprobación de las candidaturas en las asambleas municipales.

Se demostró que cuando se interactúa constantemente con las bases populares, de las cuales todos somos parte y a las cuales nos debemos, podemos ayudar a resolver los problemas antes de que se hagan más graves e irritantes.

¿Cuántas dificultades y deficiencias acumuladas no se resolvieron en los días de intercambio con los electores? Por eso insisto en que debemos mantener y perfeccionar ese sistema de trabajo y que sea una prioridad de la nueva Legislatura.

Hay que dar respuesta a todos los planteamientos hechos por el pueblo en los encuentros de las semanas previas al 26 de marzo y a los que se originarán después.

El avance del país en medio de las profundas dificultades que generan los obstáculos externos a nuestra economía, pero también el burocratismo, la indiferencia o la corrupción              –inaceptable por principio–, depende en mucho de que cada diputada y diputado asuma con entrega y compromiso, el histórico desafío que nos hemos planteado: ¡vencer al bloqueo sin esperar que lo levanten! (Aplausos.)

Compatriotas:

Me complace mucho ver cuánto se ha rejuvenecido nuestro Parlamento, cuando una de las mayores preocupaciones de los últimos meses y años es el envejecimiento poblacional y la alta emigración que involucra a los segmentos más jóvenes de nuestra sociedad.

Quiero dar gracias a los jóvenes cubanos por la inspiración y el estímulo, pero también por la consagración y el ejemplo, que fueron decisivos para hacer posible todo lo que hemos logrado, lo que hemos avanzado en medio del vendaval de muchas crisis: la que nos inducen cuando nos bloquean; la que nos llega porque sí, porque vivimos dentro de un mundo en crisis, y la que generamos nosotros mismos con nuestras insuficiencias.

Los jóvenes cubanos están entre los que hacen este país, los que sostienen esta Revolución y el sueño de lo que hacemos y haremos en el futuro.  Como todo el pueblo cubano, sufren las necesidades económicas y sus terribles consecuencias.  Pero son jóvenes también los que saltan por encima del bloqueo, de las carencias, los que hacen su día a día, con ideas de futuro, dispuestos a hacer de Cuba un país mejor, desde dentro o desde afuera.

La idea de que siempre será posible levantar un país mejor jamás puede abandonarse, menos en los tiempos difíciles o bajo el influjo de los mensajes desalentadores.  Los cubanos hemos aprendido a no darnos por vencidos, porque no vemos en la dificultad un obstáculo, sino un desafío.  Y lo enfrentamos. Ese temple es una característica de nuestra idiosincrasia.

Como expresé hace un año  hablando con jóvenes, en mis años de dirigente de la Unión de Jóvenes Comunistas, en una ocasión Fidel nos advirtió que en una Revolución asediada y bloqueada como la nuestra algunos compañeros se cansan, se burocratizan, pierden el entusiasmo de los primeros tiempos y que nosotros teníamos que hacer el papel de resorte, de estimuladores, revolucionando la Revolución.

Fue en los noventa, años muy duros, con los precios disparados al infinito para lo poco que se podía comprar; con apagones mucho más largos que los actuales, aunque con pocas colas en las gasolineras porque casi nunca había combustible para servir.

Nos preparamos entonces para la Opción Cero, pero jamás renunciamos a construir un país mejor.  Como el heroico pueblo vietnamita que, en medio de una guerra terrible, se planteaba levantar un Vietnam diez veces más hermoso.

“Son los sueños todavía, los que tiran de la gente, /como un imán que los une cada día”, cantaba por aquellos años Gerardo Alfonso en un verso que define bellamente el afán colectivo de levantar un país mejor.  Por eso puedo afirmar que lo podemos hacer mejor hoy y que mañana los jóvenes lo harán mejor aún, ¡porque quien nació de esos sueños no permitirá que sea de otra manera! (Aplausos.)

Son los jóvenes los mejores revolucionarios porque reconocen las dificultades diarias y se enfrentan a ellas y tratan de cambiarlas, y lo logran muchas veces.  Porque a pesar de la adversidad siguen sonriendo, amando y creyendo en la posibilidad de un país mejor, a pesar de que algunos los conviden a no participar, a destruir, a odiar.

Entienden que para que un mundo mejor sea posible hay que aceptar las diferencias del otro, ser inclusivos, abolir las discriminaciones de cualquier clase y comprender que la equidad es un valor de realización que merece cultivarse en cualquier sociedad.

Lo demostraron defendiendo el Código de las Familias como algo propio y apoyando todas las batallas justas contra la exclusión y el acoso, porque son feministas, ambientalistas y antirracistas.  Y renovaron la pasión por el béisbol nacional cuando se armó el Team Asere, del Clásico, sin dejar de seguir a sus equipos de fútbol y siguen bailando y disfrutando la mejor música cubana.

A cada uno de nosotros, por nuestra parte, nos toca estimular que ese espíritu juvenil se exprese y que demuestren lo que pueden dar y lo que pueden aportar, evitando las manifestaciones que muchas veces afectan esas potencialidades y están relacionadas con la falta de atención, la vanidad, los celos, los prejuicios y, lo que es peor, esquemas mentales vencidos por el tiempo.

Hay que convencer, pero sobre todo probarles a nuestros jóvenes que sí les será posible realizarse en su patria.  Que propongan ideas, proyectos y prueben en la práctica su eficacia en función de un país mejor.

A Raúl, líder de la Revolución Cubana, continuador de las tradiciones de lucha y guía de quienes asumimos las más altas responsabilidades en el país, ¡gracias por el apoyo y la confianza que no defraudaremos jamás! Foto: Estudios Revolución

Las medidas que se aprueben no pueden morir por demoras injustificadas en su aplicación.  La vida de cada persona no es eterna y el tiempo y las necesidades de todos taladran el espíritu de la nación.  Cada vez que una solución aparezca, debemos colocarle delante la dinámica de lo urgente.

Por otro lado, no podemos ser parte de la politización de la emigración cubana, con la que trafica el enemigo.  Debemos defender una relación con los emigrados cubanos que les deje claro que admiramos sus triunfos y que su patria los respeta, los mira orgullosa y los espera de regreso, aspirando simplemente a que respeten y defiendan el suelo que los vio nacer y los formó con amor (Aplausos).

No estoy hablando, por supuesto, de los que le han vendido el alma al diablo, lucrando con el dolor del pueblo cubano en patéticos shows macartistas.  Hablo de esos que, viviendo en cualquier lugar del mundo, conservan el amor hacia su país de origen y los deseos de que progrese, a pesar de las montañas de obstáculos que les representa relacionarse con Cuba por diversidad de razones y sinrazones.

Los que aquí estamos resistiendo y construyendo contamos con esos cubanos que no se avergüenzan de sus orígenes para ayudar a sostener la nación.

El socialismo es lo más cercano que hay a la juventud, porque no es una obra acabada, se va haciendo todos los días y la energía y la ambición natural de los jóvenes son fundamentales en esa obra.

Pero ¿por qué la Revolución?  ¿Por qué el socialismo?  A veces lo vemos como el fin, la meta.  La Revolución es el medio, es la vía de conquistar para todos el mayor grado de justicia social posible y también de felicidad.

Eso no es posible lograrlo en otros sistemas, donde el bienestar se asocia a la opulencia, donde unos tienen muy poco o no tienen prácticamente nada porque otros se apropian de la mayor parte de la riqueza creada por los que menos tienen.

El proyecto de país que nos hemos propuesto pretende encontrar una mejor sinergia, diferente a la de otros modelos, que conduzca a mayores niveles de equidad y de realización, tanto a nivel individual como colectivo, que tenga el sello de los valores que compartimos como sociedad y que además incorpore sostenibilidad y prosperidad.  En un contexto tan adverso como en el que nos ha tocado vivir, tal idea puede sonar muy ambiciosa.

Cada uno de nosotros está sentado aquí para defender los intereses de la mayoría y no vamos a cobrar más ni vamos a recibir prebendas por ejercer como diputada o diputado. Foto: José M. Correa

Pero siempre es arduo cuando se emprende algo novedoso, más cuando se trata de construir un paradigma diferente de sociedad.  Escasean los referentes para comparar, o los que sirven se ajustan en algún sentido, pero en otros carecen de compatibilidad por cuestiones culturales o axiológicas.  Que sea difícil, no nos puede conducir a pensar que es renunciable.  De imposibles está llena nuestra historia.  Es una tradición superar retos; mientras más y mayores sean, más ímpetu y ansiedad por superarlos.  ¡Tenemos que saber que podemos y que debemos lograrlo! (Aplausos.)

No fue un milagro lo que nos trajo hasta este momento de la historia. Fue una Revolución que comenzó en 1868, peleando casi sin armas contra el imperio más poderoso de su época, por obtener independencia, soberanía y el fin de la esclavitud.

Fue la pelea de un hombre menudo, enfermo y pobre, pero iluminado de ideas universales humanistas, para unir a todas las generaciones que no habían logrado cumplir aquellos sueños.

Fueron otros hombres y mujeres que sufrieron la frustración de aquellos anhelos y le dieron continuidad al combate, entonces contra la nueva dependencia y otro gran imperio.

Y fue una generación heredera de todas las que le antecedieron que resumió el legado en un afán libertario que conquistó por fin la independencia y la soberanía con las armas.  Y en posesión definitiva de esas conquistas, se propuso y logró levantar una nación libre, respetada y admirada en el resto del mundo por su dignidad, su voz propia, su solidaridad con todas las causas justas y la educación y el talento de sus hijos.

Es, en síntesis, un pueblo heroico que jamás se cansó de luchar y de cuyo heroísmo brotaron líderes que casi dos siglos después lo siguen inspirando.  Herederos de todos y enlace entre todas las generaciones emergen Martí y Fidel como símbolos de esa extraordinaria riqueza nacional.

A Raúl, líder de la Revolución Cubana, continuador de las tradiciones de lucha y guía de quienes asumimos las más altas responsabilidades en el país, ¡gracias por el apoyo y la confianza que no defraudaremos jamás! (Aplausos.)

¡A Cuba, al pueblo cubano, nuestro reconocimiento por su valor, por su dignidad, por su fidelidad como principal protagonista de otro abril de victorias! (Aplausos.)

Querido pueblo al que me enorgullece pertenecer, recibe el respeto, admiración y el inmenso cariño de quien se siente deudor siempre. Hoy ratifico que te serviré con pasión, compromiso, sin desgano, hasta las últimas consecuencias (Aplausos).

Compañeras y compañeros, ustedes lo han dicho: ¡La unidad y la victoria son la esperanza, la unidad y la victoria son el presente y el futuro de la patria y el socialismo! 

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

(Ovación.)

Elecciones en Cuba, la fiesta de la democracia: comunicado de CESC-Madrid

Solidaridad con Cuba

Les ofrecemos este comunicado de la Coordinadora Estatal de Solidaridad con Cuba de Madrid (CESC-Madrid).


Elecciones en Cuba, la fiesta de la democracia

Cesc-Madrid (Coordinadora Estatal de Solidaridad con Cuba de Madrid)

La Coordinadora Estatal de Solidaridad con Cuba de Madrid saludamos con esperanza la convocatoria de elecciones a Diputados y Diputadas a la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba,que se llevarán a cabo el próximo día 26 del mes corriente. En Cuba se vota desde los 16 años y son los propios electores los que postulan y proponen a los candidatos, sin que en este proceso intervengan el estado ni el partido. Tampoco es necesario que los elegibles gasten verdaderas fortunas en campañas electorales, cuyo resultado es que salgan designados los representantes más acérrimos del capital. El proceso electoral cubano es un rotundo desmentido a la matriz de opinión de que en Cuba impera una dictadura férrea y antidemocrática que impide la libre expresión de las preferencias políticas de sus ciudadanos mediante elecciones libres.

Pero a la contrarrevolución sometida al capital y a sus propios dueños capitalistas las únicas elecciones que están dispuestos a reconocer como válidas son las que retrotraigan a la isla revolucionaria a la condición de colonia norteamericana, donde los medios de producción y el poder político se encuentre en manos de la oligarquía cómplice del saqueo imperialista y el pueblo sumido en la miseria y la ignorancia. Es una conducta inmutable de los gobiernos USA el desconocer procesos electorales que no ganen sus lacayos políticos. Lo llevan haciendo años con la Revolución Cubana y ahora también con cualquier gobierno que no se someta a la barbarie neoliberal.

Para calumniar, por tanto, al proceso electoral cubano, esta vez se han destacado desde la Unión Europea,  tres personajes siniestros de la ultraderecha europarlamentaria: Herman Tertsch, Leopoldo López Gil y Javier Nart. Parlamentarios europeos que pretenden ingresar a la isla con la supuesta función de observadores internacionales, con un tufo a neocolonialismo que asusta, pero con la intención manifiesta de salir clamando a los cuatro vientos la falta de legitimidad y transparencia de los comicios en Cuba, a fin de caldear el ambiente e infectar la transparencia de dicho proceso. Todo ello responde únicamente a intereses personalizados de cabecillas contrarrevolucionarios cubanos que viajaron recientemente a Bruselas y se reunieron con estos parlamentarios.

El designio manifiesto de estos sujetos es desconocer y negar la legitimidad del proceso político cubano, justificando falsamente los ataques que se cometen contra Cuba desde las potencias capitalistas, causa principal de los problemas de todo tipo que encaran en la isla. Sobre todo el bloqueo criminal, que se impone desde Estados Unidos extraterritorialmente, y que impide un desarrollo económico normal y produce indecibles sufrimientos al pueblo cubano.

Por todo ello rechazamos todo acto de injerencia que interfiera en el curso normal de las elecciones y condenamos el intento de deslegitimar el proceso electoral cubano, porque lo único que se pretende es  derrocar la Revolución, instaurando un protectorado norteamericano de consecuencias brutales para el pueblo cubano.

De más está afirmar que no lo van a conseguir y que Cuba tendría todo el legítimo derecho, en ejercicio de su soberanía nacional, a vetar la entrada a la Isla de tales agoreros con ínfulas imperiales.

Con estos comicios la Revolución Cubana, sin duda, alguna reforzará sus vínculos populares y seguirá profundizando las conquistas sociales y políticas para resistir los ataques del capital y sus testaferros, muy versados en redes sociales, porque en la Cuba real no tienen nada que hacer, ni ellos ni sus mandantes.

¡Viva Cuba Socialista! ¡Viva Cuba, Fidel y el Che! ¡Hasta la victoria siempre! ¡Venceremos!

Madrid a 23 de marzo de 2023

Cuba denuncia actos de hostilidad contra el equipo Cuba incitados por las autoridades de Miami

Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba

Autor: Granma | internet@granma.cu

22 de marzo de 2023 10:03:30

Partido semifinal entre las selecciones de Cuba y Estados Unidos, en el Quinto Clásico Mundial de Beisbol
Foto: Roberto Morejón

El 19 de marzo de 2023, durante el juego semifinal del V Clásico Mundial de Béisbol entre los equipos Cuba y los Estados Unidos, celebrado en el estadio LoanDepot Park de la ciudad de Miami, Florida, se produjeron lamentables y peligrosos incidentes en contra del equipo cubano que participó en certamen, que Cuba denuncia de forma enérgica.

Fue un juego difícil. El equipo cubano fue allí a defender dignamente sus colores, tras haber llegado a la etapa semifinal por méritos ganados en el terreno. Enfrentó a un conjunto reconocido por su superioridad técnica y que resultó claramente ganador. La conducta del equipo estadounidense y su dirección fueron respetuosas y conforme al espíritu deportivo que debe prevalecer en estos eventos. Su triunfo es merecido.

Pero el equipo cubano tuvo que enfrentar allí también una agresividad vil y organizada, que contrastó con los múltiples mensajes de respaldo, reconocimiento y solidaridad que recibió de muchísimas personas en los Estados Unidos, en su mayoría cubanos o descendientes de cubanos, una buena parte de ellos de la propia ciudad de Miami.

Con el claro propósito de desestabilizar a nuestros jugadores, se realizaron actos reiterados de diversa naturaleza contra ellos, contra la delegación que los acompañó y contra los seguidores de la escuadra cubana en el estadio. Estos incluyeron agresiones directas, amenazas, uso de lenguaje ofensivo y vulgar, ataques lesivos a la moral del equipo de Cuba y otros incidentes dirigidos a menoscabar el ánimo de los atletas y perjudicar el espectáculo. Se trató de sucesos contrarios a la concepción de este tipo de eventos deportivos.

No se hicieron cumplir las reglas de orden y conducta establecidas por el estadio, en lo que hubo aparente complicidad de ciertos representantes y personal de esa instalación deportiva y de autoridades locales, en particular, de los encargados del orden y la seguridad.

Se lanzaron objetos contra los peloteros y sus familiares, entre los que se encontraban mujeres, niños y ancianos, así como contra miembros de la delegación y representantes de la prensa cubana, y también contra espectadores que apoyaban al equipo de Cuba. Supuestos espectadores ingresaron en tres ocasiones al terreno durante el partido e interrumpieron el juego, lo que puso en peligro la seguridad y estabilidad de los jugadores del equipo cubano. Se profirieron reiteradas ofensas y amenazas a los atletas, en alta voz, cuando a estos le correspondía su turno al bateo o cuando se preparaban para entrar en el juego, como le ocurrió al lanzador cubano Frank Abel Álvarez mientras calentaba en el bullpen, lo cual atenta contra las reglas de las Grandes Ligas de Béisbol (MLB) y cualquier noción de deporte limpio. Se mostraron constantemente carteles con consignas políticas, lenguaje obsceno y vulgar, irrespetuosos hacia atletas y público en general, que interfirieron en el disfrute del juego. De la misma forma, se utilizó ropa con frases e imágenes ofensivas, de contenido político, no permitidas por las reglas de la instalación deportiva.

Igualmente, se violó repetidamente el Código de Conducta para Huéspedes establecido para el estadio, a partir del consumo de bebidas alcohólicas de manera irresponsable y la violación de los asientos asignados.

En la mayoría de las ocasiones en que representantes de la delegación cubana o de las Grandes Ligas de Béisbol se dirigieron a agentes de la policía para denunciar las transgresiones antes descritas, estos no actuaron sobre los transgresores.

Todas estas acciones eran causas suficientes para la expulsión inmediata, citación, arresto u otras consecuencias legales, que en esta ocasión no se produjeron. Estos hechos desnaturalizaron un evento de profundas raíces culturales para ambos países.

El Ministerio denuncia la complicidad demostrada por las autoridades locales, que permitieron y crearon las condiciones para que estos actos tuvieran lugar, de manera abierta y con impunidad. Al mismo tiempo, denuncia enérgicamente la incitación por parte de políticos locales y figuras que ostentan cargos públicos a la indisciplina, la agresión y el asedio a los deportistas. La tolerancia de las fuerzas del orden, violando sus obligaciones, estimuló la comisión de sucesivas agresiones.

Estos mismos sectores fueron los que en 2018 sabotearon el acuerdo entre la Federación Cubana de Béisbol y las Grandes Ligas de Béisbol, que habría sido beneficioso para todas las partes involucradas y hubiese contribuido a poner fin al trato discriminatorio al que se somete a los atletas cubanos.

El Gobierno de Cuba alertó con suficiente tiempo al Gobierno de los Estados Unidos, por los canales diplomáticos, sobre las amenazas públicas y abiertas que se concebían para empañar la participación del equipo cubano en el segmento del campeonato que tendría lugar en la ciudad de Miami y acerca de la trayectoria corrupta e irresponsable de las autoridades de esa ciudad.

El Equipo Cuba no participó en el evento en condiciones de igualdad.  Desde mucho antes del inicio del campeonato, el conjunto cubano tuvo que enfrentar un complejo y discriminatorio proceso en el que las autoridades de las Grandes Ligas del Béisbol debieron solicitar y recibir, con demora, la autorización de licencias de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Este proceso incluyó un permiso especial para que Cuba participara en el evento, otro posterior para que se incorporaran jugadores cubanos del circuito de las Grandes Ligas y otro aún más tarde para concretar su integración temprana con el resto del equipo. Los permisos otorgados prohibieron explícitamente a varios de los integrantes del equipo a viajar a Cuba con sus compañeros al terminar el certamen. Todo ello puso en peligro la participación cubana en el Clásico de Béisbol e implicó desventajas extraordinarias.

Los atletas cubanos han participado en eventos deportivos en múltiples ciudades de los Estados Unidos y otros países sin enfrentar este clima de agresividad que parece singular de la ciudad de Miami. Cuba no renunciará al derecho de competir en igualdad de condiciones en territorio estadounidense. En contraste, Cuba continuará honrando sus compromisos como anfitrión en todos los certámenes internacionales que se celebren en nuestro país, en los que siempre se ha respetado y acogido con entusiasmo a los atletas de todo el mundo, incluyendo a los de los Estados Unidos.

Hechos como los anteriormente denunciados, ratifican, una vez más, que la ciudad de Miami no reúne las condiciones mínimas para ser sede de un evento internacional y que sus autoridades tienen una responsabilidad fundamental en esta despreciable realidad.

Cuba agradece a la numerosa afición y a todos aquellos que dentro y fuera del estadio en Miami acogieron con alegría y espíritu deportivo la participación de Cuba en el Clásico y su clasificación para las semifinales con un equipo de cubanos residentes en Cuba y en el exterior. Muchos se acercaron al equipo para ofrecer su apoyo y solidaridad. 

El pueblo de Cuba vivió días de emoción siguiendo al equipo desde los primeros juegos y sufrió también como propio el vejamen protagonizado por sectores extremistas que agredieron al equipo y se ensañaron con aquellos que hicieron realidad, en el Team Asere, el sueño de un equipo Cuba con participación de jugadores cubanos de las Grandes Ligas y de ligas de otros países. Cuba seguirá abierta a reeditar esta experiencia.

Por encima del odio, siempre prevalecerá el amor a Cuba y el amor al deporte.

La Habana, 22 de marzo de 2023

Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba

La vergüenza del #TeamAsere

Por: Yirmara Torres Hernández

Publicado en: Desde las redes

En este artículo: BéisbolClásico Mundial de BéisbolCubaDeportesMiguel Díaz-Canel Bermúdez

Foto: Twitter/ @PresidenciaCuba

Me quedo con la vergüenza de Armando Johnson… con su humildad, con su timidez, con ese nudo en la garganta que le impidió hablar en el recibimiento que les hicieran en el aeropuerto José Martí de La Habana.

Me quedo con su imagen escondida en la foto colectiva… Los grandes no necesitan protagonismo. Lo tienen porque sí.

Me quedo con las palabras de Germán Mesa, ese grande de la pelota cubana cuando dijo que hubieran querido hacer más, con su cara de angustia, con su voz temblorosa y sus oraciones exactas, y todo eso a pesar de que su fuerte no son los discursos.

Me quedo con eso, porque la vergüenza puede más que nada.

Me quedo con la dignidad de esos deportistas, jugando en medio de gritos y ofensas que podrían desconcentrar al más seguro.

Me quedo con el amor por Cuba de los peloteros que juegan en otras ligas, incluida la MLB y que no se dejaron amilanar por los ataques de los que no entienden nada, de los que odian, de los que dividen.

Me quedo con la vergüenza de Mandy Johnson, con sus lágrimas, con su decencia.

Me quedo con la vergüenza del #TeamAsere.

Me quedo con esta vergüenza de los cubanos que es la misma con la que contaron Carlos Manuel de Céspedes, Martí y Fidel para hacer la revolución que nos hizo tener Patria.

Un voto unido y de calidad por Cuba

Por Redacción Razones de Cuba

Imagen de Razones de Cuba

Para defender a Cuba existen muchas trincheras y en todas se necesita la certeza de que allí hay patriotas, listos para ese combate épico que le dé a la Revolución la victoria tan necesaria para seguir adelante.

En solo días sonará el clarín y millones de cubanas y cubanos vamos a responder, como tantas veces, sin vacilaciones ni cansancios. El 26 de marzo, en las elecciones generales, otra vez se romperá el corojo y los mambises de siempre saldremos a la carga.

Nada diferente se espera de este pueblo, que sabe muy bien el significado de sus votos unidos por los 470 candidatos a diputados.

Es un derecho soberano y digno que defenderemos en las urnas; es una conducta cívica, que nos distingue, y que está por encima de intereses personales o de cálculos de conveniencia.

Hay una fuerza mayor para afincar nuestra aprobación por los propuestos, y esa razón es la independencia y, sobre todas las cosas, esa razón es la Patria.

Frente a nuestras banderas monolíticas, que representan la democracia socialista, refrendada mayoritariamente en la Constitución de la República, se pretenden levantar otros estandartes que buscan promover la apatía y la desidia política. Utilizan, como tantas otras veces, nuestras dificultades y carencias para anclar en ellas una campaña feroz y desleal, encaminada a fracturar el histórico muro de resistencia y consenso, que protege la soberanía de la nación.

Como en muchas otras ocasiones, la Patria es ara y no pedestal, y hay que defenderla de todos los embates. Son numerosas las razones para el voto unido y sobresale entre ellas el reconocimiento al mérito de los propuestos, que no les ha llegado desde riquezas materiales o prebendas de ocasión, como suele pasar en tantas latitudes de este planeta a la hora de conformar Parlamentos o Congresos.

Nuestros candidatos son hijos humildes de este pueblo, son los vecinos del barrio, los maestros y estudiantes de las aulas, los científicos modestos y grandiosos, los campesinos consagrados a la tierra, los médicos de nuestras familias, los artistas virtuosos, los obreros que se funden en el día a día de los cubanos.  

Boleta en mano, se ha de sentir que en ese documento descansa la responsabilidad individual de ser consecuentes con la historia y la fidelidad a la obra que defendemos.

Poner en ella la marca que nos hace partícipes de las principales decisiones del país, es un privilegio que nuestro socialismo nos otorga y una oportunidad indiscutible de afianzar este sistema político, como garantía de no sucumbir ante los apetitos anexionistas e imperialistas que nunca han desaparecido.

Son tiempos difíciles y acechan los riesgos de quienes urden el plan de alentar la desconfianza y la desesperanza, para convertirlas en apatía o boletas en blanco; pero no somos ingenuos, los conocemos, son los mismos que aplauden el bloqueo económico, mienten, amenazan y odian.

Sabemos con toda certeza de qué lado ponernos en esta hora decisiva y acumulamos suficiente madurez cultural y política que nos permite comprender lo que está en juego.

No habrá vacilación o dudas, no puede haberlas, porque ellas podrían abrir las puertas de la desunión, que nos debilite, y los cubanos aprendimos, hace mucho de nuestro Héroe Nacional, que toda dificultad puede vencerse si no se pierde la honra.

Por: Miguel Cruz Suárez

Nuestras elecciones: Cuba es candidata y Cuba elige. Manda Cuba

Opinión

Editoriales de Granma – Tomado de Cubadebate. Foto: José Manuel Correa/Granma.


«No hay democracia en Cuba», repiten hasta el cansancio los que adversan el sistema político cubano. «¿Cómo puede haberla con un solo partido?».

A la pregunta habría que responder con otra: ¿quién dijo que democracia significa multipartidismo?

Democracia es, en todas las acepciones del término, gobierno del pueblo. Y podríamos agregar: por el pueblo y para el pueblo.

El multipartidismo es, con todo respeto para la mayoría de las sociedades contemporáneas que lo consideran garantía de democracia, una fragmentación de las fuerzas políticas de la nación, con un fin supremo: disputar el poder.

Es así como el sentido de servicio a las mayorías queda relegado y ellas mismas no llegan a las candidaturas.

Cuba no puede ser medida bajo ese criterio, porque su sistema electoral fue concebido, justamente, para superar las limitaciones que tienen los modelos tradicionales para favorecer el acceso del pueblo al poder.

Pero, no es propósito de este editorial cuestionar la legitimidad de los procesos electorales de otras naciones, ni exaltar nuestros méritos denigrando a los otros, pues estaríamos cayendo en el mismo error de los muchos que, sin conocer el sistema electoral cubano, lo descalifican por no ser calco y copia del que ellos defienden.

Una verdad sí debe ser dicha: Cuba ya conoció y practicó el multipartidismo y el pueblo siempre perdió en la pelea de los partidos. Cuba cree en la fuerza que la unidad de millones de ciudadanos en torno a un solo Partido, les aportan a sus necesidades y demandas como sociedad.

Al aprobarse este domingo las candidaturas locales para nuestras Elecciones generales, se está iniciando uno de los más importantes procesos del sistema político que se ha dado a sí misma la nación, para garantizar el ejercicio de la democracia plena desde la participación ciudadana. Sin ella, la democracia estaría vacía de contenido. Sería una entelequia.

El 1ro. de diciembre de 2022, el Consejo de Estado libró la convocatoria a elecciones nacionales para elegir, por el término de cinco años, a los diputados que nos representarán en la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Este proceso, de amplia transparencia, tendrá un momento ­importante el domingo 26 de marzo, cuando las cubanas y los cubanos acudiremos a las urnas a ejercer nuestro derecho al voto libre, igual, directo y secreto. Allí estaremos eligiendo al órgano supremo del poder del Estado y, al propio tiempo, reafirmándonos como actores de la política del país.

La democracia que no hay en Cuba es la que practica la sociedad del capital, la del imperio del dinero y la influencia, la que pretende imponerse a todos los países, sin considerar su historia, tradiciones y organización social y política.

En los modelos que se pretenden democráticos per se, suele ganar quien invierta «con más eficiencia» los millonarios montos recaudados en campañas desiguales, quien compre más espacios en el concierto mediático, quien más lodo vierta sobre sus rivales, quien más promesas haga.

La democracia cubana, genuina, auténtica –no importada– tiene apellido: socialista. Su esencia radica en la participación ciudadana, en el derecho de todas las personas a tomar parte en la construcción económica, política y social de la nación.

Por más que sucesivas administraciones estadounidenses y los peones a su servicio en las redes sociales pretendan pintarle al mundo una Cuba de gobierno rígido, autoritario y fallido, la fuerza de la verdad siempre será superior a las ridículas campañas de descrédito.

La fiesta electoral que está comenzando es parte inseparable de esa verdad que quizá no hemos sabido contar con todos sus méritos. Es perfectible, no perfecta. Hasta en eso se nos parece más que todos los modelos que quieren vendernos.

Con esta candidatura aprobada ayer en las Asambleas Municipales del Poder Popular como punto de partida, la próxima Asamblea contará con 470 parlamentarios

221 delegados de base
135 de ascendencia provincial
114 nacionales

Su diseño permite que exista un diputado por cada 30 000 habitantes.

Tras ser aprobados, entre el 6 y el 24 de marzo, los candidatos recorrerán los municipios que representan para intercambiar con la población.

Nuestras elecciones (II)Cualquier extranjero que llegue por primera vez a Cuba en período electoral, se asombrará de no encontrar pasquines con los rostros de los candidatos, ni en postes ni en paredes, ni en anuncios de televisión pagados.

No hay propaganda electoral individual. No hay promesas de soluciones milagrosas. No hay debates televisados, donde los contendientes compiten por el favor de las audiencias, atacándose mutuamente en un show de boxeo verbal.

Lo que es tan común en otros países, aquí son prácticas que desaparecieron al mismo tiempo que el pluripartidismo.

Los nominados, al ser electos como diputadas y diputados, no tendrán ingresos extraordinarios y otros muchos beneficios, algo muy común en otros países, donde a veces las cifras las aprueban los mismos que legislan.

Lo único que ganarán los nuestros es más trabajo, más responsabilidad, más compromiso. Y, por supuesto, el reconocimiento popular, si logran resultados.

A los 470 candidatos que integrarán esta vez la Asamblea Nacional del Poder Popular, la nación solo les ofrece lo que José Martí a Máximo Gómez en la histórica carta en la que lo convocaba a hacer la Guerra Necesaria: “el placer de su sacrificio y la ingratitud probable de los hombres”.

Un escaño en el parlamento cubano no es un sillón mullido para mecerse por los méritos. Es un sitio en la trinchera de las ideas. Dura y enaltecedora misión que jamás entenderán quienes confunden valor con precio o miden a los seres humanos por lo que tienen y no por lo que son.

En nuestro archipiélago, con su isla grande, su isla pequeña y sus numerosos cayos, todos los ciudadanos con capacidad legal pueden intervenir en la dirección del Estado, directamente o por medio de sus  representantes elegidos.

Todos tienen derecho a nominar y ser nominados, y a elegir y ser elegidos para ocupar cargos en los órganos del Poder Popular. En igualdad de oportunidades, son las capacidades, los valores, los méritos y el prestigio personal, los elementos que determinan la inclusión de los propuestos en las listas originales.

Toca luego a la Comisión de Candidaturas, integrada por representantes de las organizaciones de masas y estudiantiles, analizar el conjunto de propuestas que emergen de los plenos de las organizaciones, para seleccionar a los precandidatos con un criterio que garantice la mayor representatividad posible de la nación que somos, y luego consultarlos con cada delegado de las asambleas municipales del Poder Popular, que son los que aprueban las candidaturas.

El Consejo Electoral Nacional, órgano del Estado que se encarga de organizar, dirigir y supervisar las elecciones, deberá asegurar, por su parte, la transparencia e imparcialidad de los procesos de participación democrática, validar los resultados e informar a la nación.

Los diputados elegidos serán decisores activos en la definición de la estrategia con la que el país enfrenta las consecuencias cotidianas del bloqueo, recrudecido por el imperio en su obstinado empeño de hacer inviable nuestro sistema de gobierno, para que el pueblo sea finalmente vencido por las persistentes carencias, y hasta por la incredulidad inducida contra sí mismo por los enemigos de la Revolución.

Mientras esa política criminal prevalezca, para Cuba, en la agenda del vecino arrogante que desconoce e irrespeta nuestra democracia, el nuestro seguirá siendo un Parlamento en zafarrancho resistente y creativo, por el bienestar de los ciudadanos y el desarrollo del país. A pesar del bloqueo.

Y si aún con esos argumentos, alguien preguntara por qué felicitamos a los candidatos, conociendo todo el trabajo y los desafíos que les esperan, habría que responderle con palabras dichas por Fidel hace 30 años, en vísperas de constituirse una legislatura nueva frente a un mundo incierto:

“Los valores que defendemos son muy sagrados, son muy altos, son muy poderosos, son los valores de la patria, son los valores de la Revolución, son los valores del socialismo, son los valores de la justicia, son los valores de la igualdad, son los valores de la dignidad y del honor del hombre. Esos valores tienen un peso tremendo”.

Nuestras elecciones (III y final)

La novedad del sistema electoral cubano con respecto a la práctica política internacional, especialmente el concepto de que es el pueblo quien postula y quien elige, resulta inaceptable para los enemigos jurados del socialismo. Llenar de pueblo los escaños donde se aprueban las leyes del país aterra a las élites económicas en casi todo el mundo.

Si se quieren pruebas recientes de ese pánico clasista, ahí están los asaltos al Capitolio de Washington por los seguidores de Trump, a la sede de los Tres Poderes en Brasilia, por los bolsonaristas, y la ridícula resolución presentada por una legisladora de origen cubano de la Florida, que condena al socialismo como ideología política para evitar que alguna vez pueda prosperar un ideal de justicia social en la nación estadounidense.

El miedo no es gratuito. El mundo capitalista sufre una alarmante crisis de confianza en sus instituciones políticas. Los expertos advierten acerca de la creciente percepción ciudadana sobre las instituciones como «una cosa alejada de la sociedad, que los políticos no viven en el mundo real y discuten en una jaula de grillos». Cuántas veces no vimos, en las noticias internacionales, a legisladores de las más diversas corrientes discutir a puñetazos o a silletazos.

Cuba escapó a tiempo de ese modelo de «ataque al adversario». No se salió de la democracia, como la acusan sus detractores. La Revolución Cubana rescató la democracia, echando a los politiqueros de la política.

La Revolución Cubana innovó en política, al crear una Asamblea de obreros, campesinos, intelectuales, estudiantes, mujeres y hombres, blancos, negros y mulatos, jóvenes y menos jóvenes, religiosos y no religiosos.

Haciendo camino al andar, en un proceso de creciente aprendizaje, en el cual todo se transforma, hoy podemos mostrar un parlamento ecuménico y unitario, del que saldrán las más importantes decisiones, incluyendo la que pone nombre al Presidente y Vicepresidente de la República, así como al Presidente y Vicepresidente de la Asamblea Nacional y del Consejo de Estado.

Tendrá también este órgano supremo del poder del Estado la misión de fiscalizar y controlar la gestión del Gobierno, velando porque se oriente siempre al beneficio económico y social del pueblo.

Y le corresponderá ser implacable con la rémora de problemas subjetivos que dañan a la sociedad e impactan de muchos modos en la producción deficitaria de bienes y servicios, los precios abusivos, las indisciplinas sociales e ilegalidades, el burocratismo, entre otros.

Esta X Legislatura se parecerá más a su pueblo en tanto más efectiva sea contra esos problemas, según consiga movilizar a los cubanos y proponga, con creatividad, soluciones innovadoras, elimine trabas al desarrollo y crecimiento del país, y promueva todo aquello que favorezca el bienestar del pueblo.

Le corresponderá ampliar y consolidar el proceso de ordenamiento jurídico previsto en nuestra Constitución; estimular la participación y el control popular como genuino ejercicio de gobierno socialista, convertir a los barrios en escenario principal de la acción transformadora y al municipio en centro de la vida económica y social del país. Deberá ser capaz de cambiar todo lo que deba ser cambiado.

Serán ahora 470 diputados los que integren la Asamblea Nacional del Poder Popular (135 menos que en el anterior periodo legislativo), 221 de ellos propuestos desde los municipios, 135 de las provincias y 114 de procedencia nacional.

A ninguno de ellos los postuló el Partido. Los proyectos de candidaturas son elaborados y presentados por comisiones integradas por representantes de la Central de Trabajadores de Cuba, de los Comités de Defensa de la Revolución, de la Federación de Mujeres Cubanas, de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, de la Federación Estudiantil Universitaria y de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media.

Con la realización de más de 900 plenos de esas organizaciones, en un amplio y democrático ejercicio, resultaron propuestos más de 19 000 precandidatos, y fueron considerados los 12 427 delegados de base electos por el pueblo, el pasado mes de noviembre.

Luego de una amplia consulta de los propuestos a diputados con los delegados de circunscripción, las asambleas municipales aprobaron las candidaturas. Desde el día siguiente a esas sesiones, y hasta el 24 de marzo, los candidatos recorrerán barrios, centros laborales y estudiantiles, para intercambiar directamente con su gente, sobre proyecciones y expectativas.

Las elecciones nacionales en Cuba deben constituirse en una movilización alegre y entusiasta, pues no hay triunfo mayor que la posibilidad de decidir el futuro con soberanía y libertad.

El día 26 de marzo, según la Ley Electoral, cada elector podrá votar por tantos candidatos como aparezcan relacionados en la boleta. La convocatoria de la dirección de la Revolución es a votar por todos, bajo la probada premisa de que la unidad es el arma fundamental de todas nuestras batallas victoriosas.

La historia de Cuba tiene infinitas pruebas de esa verdad. Cada vez que falló la unidad, fracasamos. Cada vez que la logramos, vencimos.

La unidad nos blinda, por eso apuntan contra ella los que nos quieren derrotados. Votar por todos, dijo Fidel en las cruciales elecciones de 1993, no es una consigna, es una necesidad de la Patria, no es un acto de disciplina, es un acto de conciencia.

En los escaños de la Asamblea Nacional se sentarán en condición de iguales el obrero y el trabajador de formas de gestión estatal y no estatal, el campesino y el científico, el maestro y el estudiante, veteranos y jóvenes, intelectuales y militares, y aunque con mínima diferencia, serán mayoría las mujeres.

Esa es nuestra democracia. Toca hacerla, defenderla, perfeccionarla y celebrarla, pues no hay mayor expresión de libertad que decidir, sin imposiciones de afuera, el presente y el futuro de la nación que somos. No hay más protagonistas que nosotros mismos. Cuba es candidata y Cuba elige. Manda Cuba.

Nuestras elecciones (I) (+ Video)

La democracia cubana, genuina, auténtica –no importada– tiene apellido: socialista. Su esencia radica en la participación ciudadana, en el derecho de todas las personas a tomar parte en la construcción económica, política y social de la nación

Autor: Granma | internet@granma.cu

Foto: Ricardo López Hevia

«No hay democracia en Cuba», repiten hasta el cansancio los que adversan el sistema político cubano. «¿Cómo puede haberla con un solo partido?».

A la pregunta habría que responder con otra: ¿quién dijo que democracia significa multipartidismo?

Democracia es, en todas las acepciones del término, gobierno del pueblo. Y podríamos agregar: por el pueblo y para el pueblo.

El multipartidismo es, con todo respeto para la mayoría de las sociedades contemporáneas que lo consideran garantía de democracia, una fragmentación de las fuerzas políticas de la nación, con un fin supremo: disputar el poder.

Es así como el sentido de servicio a las mayorías queda relegado y ellas mismas no llegan a las candidaturas.

Cuba no puede ser medida bajo ese criterio, porque su sistema electoral fue concebido, justamente, para superar las limitaciones que tienen los modelos tradicionales para favorecer el acceso del pueblo al poder.

Pero, no es propósito de este editorial cuestionar la legitimidad de los procesos electorales de otras naciones, ni exaltar nuestros méritos denigrando a los otros, pues estaríamos cayendo en el mismo error de los muchos que, sin conocer el sistema electoral cubano, lo descalifican por no ser calco y copia del que ellos defienden.

Una verdad sí debe ser dicha: Cuba ya conoció y practicó el multipartidismo y el pueblo siempre perdió en la pelea de los partidos. Cuba cree en la fuerza que la unidad de millones de ciudadanos en torno a un solo Partido, les aportan a sus necesidades y demandas como sociedad.

Al aprobarse este domingo las candidaturas locales para nuestras Elecciones generales, se está iniciando uno de los más importantes procesos del sistema político que se ha dado a sí misma la nación, para garantizar el ejercicio de la democracia plena desde la participación ciudadana. Sin ella, la democracia estaría vacía de contenido. Sería una entelequia.

El 1ro. de diciembre de 2022, el Consejo de Estado libró la convocatoria a elecciones nacionales para elegir, por el término de cinco años, a los diputados que nos representarán en la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Este proceso, de amplia transparencia, tendrá un momento ­importante el domingo 26 de marzo, cuando las cubanas y los cubanos acudiremos a las urnas a ejercer nuestro derecho al voto libre, igual, directo y secreto. Allí estaremos eligiendo al órgano supremo del poder del Estado y, al propio tiempo, reafirmándonos como actores de la política del país.

La democracia que no hay en Cuba es la que practica la sociedad del capital, la del imperio del dinero y la influencia, la que pretende imponerse a todos los países, sin considerar su historia, tradiciones y organización social y política.

En los modelos que se pretenden democráticos per se, suele ganar quien invierta «con más eficiencia» los millonarios montos recaudados en campañas desiguales, quien compre más espacios en el concierto mediático, quien más lodo vierta sobre sus rivales, quien más promesas haga.

La democracia cubana, genuina, auténtica –no importada– tiene apellido: socialista. Su esencia radica en la participación ciudadana, en el derecho de todas las personas a tomar parte en la construcción económica, política y social de la nación.

Por más que sucesivas administraciones estadounidenses y los peones a su servicio en las redes sociales pretendan pintarle al mundo una Cuba de gobierno rígido, autoritario y fallido, la fuerza de la verdad siempre será superior a las ridículas campañas de descrédito.

La fiesta electoral que está comenzando es parte inseparable de esa verdad que quizá no hemos sabido contar con todos sus méritos. Es perfectible, no perfecta. Hasta en eso se nos parece más que todos los modelos que quieren vendernos.

Díaz-Canel en la tierra del Che para participar en la VII Cumbre de la Celac (+ Video)

El líder de la Revolución Cubana, General de Ejército Raúl Castro Ruz, acudió al Aeropuerto Internacional José Martí para despedir a Díaz-Canel

Autor: Yaima Puig Meneses | internet@granma.cu

Autor: Alina Perera Robbio | perera@juventudrebelde.cu

22 de enero de 2023 22:01:20

A Raúl lo acompañaron los miembros del Buró Político, Manuel Marrero Cruz y Roberto
A Raúl lo acompañaron los miembros del Buró Político, Manuel Marrero Cruz y Roberto Morales Ojeda, primer ministro y secretario de Organización del Comité Central, respectivamente. Foto: Estudios Revolución

Buenos Aires, Argentina.–El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, arribó en la noche de ayer a esta ciudad para tomar parte en la vii Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se celebrará mañana.

En el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini –conocido más comúnmente como Ezeiza-, el dignatario fue recibido por el viceministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Pablo Tettamanti.

Desde Cuba, antes de su partida, el Jefe de Estado había compartido un mensaje con el pueblo cubano, en el cual expresó: «En unas horas estaremos en Argentina, la tierra del Che y la cuna de otros grandes amigos y hermanos, de admirados próceres, políticos, intelectuales, artistas y deportistas».

De la razón que motiva la presencia de Cuba en el cónclave regional, habló el dignatario: «Vamos porque el día 24 de enero sesionará en la entrañable Buenos Aires la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la indispensable Celac, un mecanismo de integración que tenemos el deber y la oportunidad de revitalizar».

«Aspiramos –enfatizó– a que la unidad en la diversidad, principio clave que compartimos, nos permita actuar como una sólida familia regional para promover y proyectar América Latina y el Caribe en la discusión de la agenda global».

Díaz-Canel anunció que su regreso a la Isla será a tiempo «para celebrar juntos los 170 años del Apóstol y retomar las tareas cotidianas, siempre desafiantes».

Cuba y Argentina establecieron relaciones diplomáticas el 12 de mayo de 1909, interrumpidas en 1962, cuando todos los países del continente –con excepción de México– rompieron sus nexos con la Mayor de las Antillas en Revolución. El 28 de mayo de 1973 esos lazos fueron reanudados.

La delegación cubana está integrada, además, por el miembro del Buró Político y canciller, Bruno Rodríguez Parrilla; el ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca Díaz; y el embajador de Cuba en Argentina, Pedro Pablo Prada.

Del ALCA a la CELAC, la injerencia estadounidense no se detiene

Por Katu Arkonada

Por Pedro Guzmán

Publicado en Columnas / Internacional


El 24 de enero se celebra en Buenos Aires la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), encuentro al que asistirán alrededor de 15 presidentes de la región, entre ellos Lula da Silva, y que será presidido por el anfitrión Alberto Fernández.

Es obvio la importancia que tiene para el gobierno argentino que la Cumbre de la CELAC sea exitosa, pues en medio de la delicada situación política interna que atraviesa el país, con una elección presidencial el 22 de octubre, que la cumbre y el traspaso de la presidencia pro tempore (a San Vicente y las Granadinas, país miembro del ALBA) salgan bien, ayudarían a mejorar la imagen de la Argentina en todo America Latina y el Caribe.

Pero la derecha latinoamericana, de la mano del Departamento de Estado y sus agencias de inteligencia, conspiran para impedir el desarrollo de la CELAC, que se fortalece con la incorporación al eje progresista de los gobiernos de Petro en Colombia, Boric en Chile, y Xiomara Castro en Honduras, país que pronto se incorporará a otro instrumento de integración regional como es el ALBA-TCP.

La apuesta de la derecha regional y Estados Unidos, que en su momento fue el Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA), derrotada precisamente en la Argentina, en la Cumbre de Mar del Plata de 2006, es la OEA (más allá de que pronto dejarán caer a una marioneta llamada Almagro).

Y así como en pleno auge del ciclo progresista conspiraron para imponer el “libre comercio” en todo América desde Canadá a la Patagonia, ahora lo hacen para derrotar el “marxismo cultural” y la “ideología de género”. Para idear un plan de acción contra la “expansión socialista” en América Latina hace poco se reunió en México la organización de ultraderecha más grande del mundo, la Conferencia Política de Acción Conservadora (CEPAC), con el ex Jefe de Gabinete de Trump, Steve Bannon, a la cabeza.

Sus resultados no se han hecho esperar. Varios de sus participantes han tenido un rol destacado en el golpe parlamentario contra Pedro Castillo en Perú, la segunda parte del golpismo boliviano liderado por Fernando Camacho en Bolivia, o el golpe a la democracia del pasado 8 de enero cuando seguidores de Bolsonaro tomaron en Brasilia el Palacio de Planalto, el Congreso Nacional, y el Supremo Tribunal Federal.

Ahora, la derecha latinoamericana en general y la argentina particular, que está demostrando fuerza, especialmente al interior del sistema de justicia, conspiran para golpear la imagen de Alberto Fernández, y por extensión debilitar a la CELAC. Además, se suma el interés de la derecha cubano americana de Miami que tiene como objetivo golpear la presencia de las delegaciones de Cuba, Venezuela y Nicaragua, además de los gobiernos que ellos consideran socialistas como Bolivia, Honduras, México, y Brasil, ahora que ha anunciado su reincorporación a la CELAC.

Entre los extremistas de Miami que se están reuniendo para conspirar contra la CELAC destacan:

  • Orlando Gutiérrez Boronat, presidente del Directorio Democrático Cubano (DDC) que se ha caracterizado por su permanente accionar de provocación contra las delegaciones cubanas en cumbres iberoamericanas y otros foros internacionales.
  • Tomás Pedro Regalado y Valdez, ex Alcalde de Miami, militante del Partido Republicano y fiel seguidor de Trump, actual Presidente del Instituto Interamericano para la Democracia.
  • Luis Manuel de la Caridad Zuñiga Rey. Ex agente de la CIA y ex Directivo de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), de la que fue responsable de su grupo paramilitar.
  • Rosa María Payá, respaldada por Marcos Rubio y Luis Almagro, su misión es la campaña anti cubana en el exterior, siendo recibida por miembros del Parlamento Europeo a solicitud del Departamento de Estado.

Las personas mencionadas tienen en común el recibir un generoso financiamiento de agencias federales estadounidenses, apoyar cualquier medida que refuerce el bloqueo, y haber pedido públicamente una intervención militar contra Cuba y Venezuela.

Pero cualquier acción en esta Cumbre de la CELAC no puede llevarse a cabo sin colaboración local, y para ello están reuniéndose y conspirando con las siguientes personas de nacionalidad argentina:

  • Gabriel Salvia, Presidente de la fundación Centro para la Apertura y Desarrollo de América Latina (CADAL), financiada por USAID y el Departamento de Estado.
  • Gerardo Bongiovanni, directivo de la Fundación Libertad, financiada por la NED y USAID, y vinculado también con las fundaciones ATLAS, FUPAD, RELIAL, CATO Institute, Friedrich Neuman y Konrad Adenauer, todas ellas en permanente campaña contra los gobiernos progresistas latinoamericanos.
  • Leandro Querido, con estrechas relaciones con Rosa María Payá, director ejecutivo de la ONG Transparencia Electoral.
  • Agustín Antonetti, coordinador del grupo joven de la Fundación Libertad, articulador mediático de la Red Atlas y principal operador en Twitter de la campaña anticubana en julio de 2021 y 2022.
  • Micaela Hierro Dori, fundadora y presidenta de la asociación Cultura Democrática, utilizada por la NED como intermediaria para financiar organizaciones como el Movimiento San Isidro.

Todas las personas anteriormente mencionadas, estadounidenses, cubanas y argentinas, trabajan en las siguientes acciones:

  • Iniciar una fuerte campaña en medios y redes sociales contra las delegaciones de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y México, utilizando medios regionales y también nacionales, para que brinden una cobertura negativa sobre la Cumbre de la CELAC.
  • Utilizar fondos de agencias federales de Estados Unidos, y fondos destinados a proyectos sociales de la OEA para financiar el traslado a Buenos Aires de elementos de la ultraderecha latinoamericana, con el fin de realizar acciones en el marco de la CELAC.
  • Ante la compleja situación por la que atraviesa la aerolínea oficial de Cuba y la posibilidad de que se recurra a una aeronave rusa o venezolana, exploran una maniobra legal para retener el avión, tal y como sucedió recientemente con el avión de carga venezolano-iraní de la empresa Emtrasur.
  • Movilizar en Buenos Aires a cubanos contrarrevolucionarios, amigos argentinos y de otras nacionalidades, para manifestarse frente a las embajadas de los países anteriormente mencionados.
  • Utilizar los contactos de Rosa María Payá con el Presidente de Uruguay Luis Lacalle Pou para reeditar durante la CELAC los ataques contra Cuba, al igual que sucedió en la anterior cumbre en México.
  • Realizar gestiones con las delegaciones de Paraguay y Ecuador para que en el contexto de la Cumbre realicen declaraciones contra los gobiernos calificados de “dictatoriales”.

Al igual que sucedió en 2006 en Mar del Plata, es indispensable que en 2023 en Buenos Aires sea rechazado este nuevo ataque contra la integración latinoamericana y caribeña.