Errores y horrores

Todos cometemos errores. Nosotros nos hemos equivocado algunas veces. Después de todo, errar es de humanos, como dice el refrán. De la diferencia no tan sutil entre errores y horrores, unos por negligencia y otros por dolor, estaremos hablando hoy en #ConFilo. ✅ También traeremos las #directas de quienes se sumaron a nuestra convocatoria en el programa pasado😉.

Dime qué atacas, y te diré qué defiendes

El último de los ataques de esos cazadores virtuales es contra el programa Con filo, de Cubavisión

Autor: Antonio Rodríguez Salvador | internet@granma.cu

Foto: Ilustración tomada de El Necio

De repente me ha parecido ver a un Silvio jovencito, en una tele en blanco y negro, mientras guitarra en mano canta: «Hay un grupo que dice que lo haga reír / dicen que mi canción no es así, juvenil…». Han pasado más de 50 años y cómo perduran esos grupitos de lo fácil; esos cuya preocupación es la belleza del plato y no la sustancia que contiene; los «profundos» de la pose y las palabras graves para expresar la permanente simpleza.

Silvio no los nombra, yo tampoco lo haré: son la misma rémora inevitable que antes daba vueltas por las tertulias y la vanidad de los parques, y ahora aterrizan en las redes sociales. Supongo que durante la edad de piedra sus antecesores vivían de recolectar bayas, y luego pintaban suculentos mamuts en los muros de la cueva. 

Facebook es como una cuartería: lo que comente el vecino se escucha en tu casa. En ese vecindario no solo se puede saber lo que se dice, sino también lo que se omite, y esto último a veces resulta mucho más revelador.

El último de los ataques de esos cazadores virtuales es contra el programa Con filo, de Cubavisión. ¡Cómo se saben adjetivos esas personas! ¡Vaya manera de lapidar! Y allá va hasta quien se supone inteligente, o al menos informado, a dar su like o Me encanta, a la festinada afirmación de que cuando arranca Con filo, mucha gente apaga su televisor.

¿De verdad, estimados? ¿Cómo lo saben? ¿Qué tipo de encuesta aplican? ¿Acaso les basta asomarse al ombligo, como si este fuera El Aleph, de Borges, para desde ahí mirar el universo? Lamento decirles, muy mal que les pese, que hoy por hoy Con filo se halla entre los diez programas más vistos de la televisión cubana, incluyendo el ntv, novelas, humorísticos, espacios de cine, etc.

He conocido que en los estudios generales de audiencia, que cada semana realiza la tv cubana, como promedio Con filo alcanza 15 puntos de audiencia, lo cual equivale a más de un millón de televidentes puntuales: un rating bien elevado para un programa de corte político. «Milicianos» de Facebook, ¿alguna vez se habrán puesto a dividir sus likes atesorados entre un millón?

Al momento de escribir estas líneas se habían realizado 95 emisiones de Con filo. Han sido 95 certeros cuchillazos a la manipulación mediática contra Cuba. Es una pelea en la cual no hay medias tintas, porque somos el país injustamente agredido. Nuestra «culpa» es haber escogido un proyecto soberano, mientras que nuestro «juez» es el país con más triste récord de agresiones y asesinatos por todo el mundo. 

Por más de 60 años se nos ha intentado asfixiar por todas las vías; no pasa un día sin que no se pretenda posicionar una matriz que genere malestar, miedo, odio, desconfianza… Me pregunto entonces si quienes –por mediocridad, oportunismo o, incluso, hasta por alguna válida razón puntual– critican con exagerada vehemencia, son conscientes del bando que están escogiendo.

Ahí –en YouTube, en Picta, en sus páginas de Telegram o Facebook– están todas las emisiones de Con filo. A los soñadores de podios les digo que para un discurso se necesitan más que adjetivos o afirmaciones de emotiva lentejuela; sobre todo se necesitan argumentos. Tenemos 95 emisiones para debatir: intenten demostrar que en cada una de ellas no se ha tajado a la mitad la interesada y burda mentira contra Cuba. A ver si pueden.

Empecé este artículo con Silvio, y termino con otro de sus temas: «Viven muy felices / los que no miran más allá de sus narices».

Informaciones relacionadas

Pero no me digas que el programa miente: sobre Con Filo

Opinión

Ariel Díaz – Publicado en el perfil de Facebook del autor – Tomado de La Jiribilla.- Yo entiendo que no te guste Con Filo, que no te agrade su horario de transmisión habiendo otros temas que son de tu interés, incluso que seas acérrimo enemigo del gobierno, que seas anticomunista por default. Entiendo muchas cosas.


Haciendo un esfuerzo mínimo puedo hasta respetar tus diatribas, con linchamientos y acoso cibernético incluido, pero no me digas que el programa miente. Por la simple razón de que los que manchaban con sangre los bustos del apóstol confesaron, la huelga de hambre de San Isidro fue una pijamada, el rompe mesas un facho de quinta categoría, el 27N un bluf que confundió a muchos, el 11J una chispa encendida con premeditación en un mar de combustible, Yunior y su marcha una comedia, Patria y Vida un bodrio de laboratorio de la guerra de 4ta generación, el palmiche en el café un fake, la presentadora del programa no estaba en Punta Cana, Yotuel no paró nada, la Cumbre de las Américas un fracaso, el presentador no tiene carro (ni helicóptero), Saily González era otra detrás de un visado, la lancha de Regla no se incendió, tampoco darán harina por arroz en la bodega y, en fin… tantas que se atropellan.

¿De dónde emana tanta mentira? Porque, definitivamente, de Con Filo no es.

Yo entiendo que quieres ser cool, que en los grupitos de Facebook no se habla de política cuando los memes son a favor de la Revolución, que es lícito y gracioso decir “Claria”, pero ofensivo y horrible decir “Gusi”. Que no quieres perder “seguidores”, que por un like crees en lo que pone el titular, que no vas a ponerte a investigar las trazas de una información, que prefieres creerle a quienes han mentido siempre, y que está súper poner la banderita de Ucrania, aunque nunca habías oído hablar de Kiev. Sea feliz, sea libre, pero, por favor, ahórrese las lecciones de politología, las conferencias condensadas de economía y las ofensas sin receptor definido. Primero pregúntese: ¿De dónde emana tanta mentira? Porque, definitivamente, de Con Filo no es.