Celac vs OEA, el renacer del pensamiento antimperialista

Por Redacción Razones de Cuba

Los sueños de quienes lucharon por la independencia política en América Latina, a principios del siglo XIX, buscaban, no sólo acabar con la dominación del imperio español, eran al mismo tiempo portadores de una propuesta de integración regional. Sin embargo, sus esperanzas chocaron con una realidad: el nacimiento del imperialismo. Se trataba de una forma de control mucho más sofisticada, articulada bajo el proceso de internacionalización de la producción, los mercados y el trabajo. Su finalidad, la sumisión de las jóvenes naciones, estableciendo Estados títeres; gobiernos cipayos, con plutocracias alejadas de una propuesta nacional-popular.

El imperialismo, centró sus esfuerzos en apropiarse de los recursos naturales, flora, fauna y riquezas del subsuelo. Los territorios de América Latina fueron presa de rapiña. Al oro y plata de la conquista, le siguieron materias primas indispensables para acelerar la revolución industrial: petróleo, nitrato, cobre, guano, trigo, caucho, azúcar, cacao, etcétera. Gran Bretaña y Francia tomaron la delantera. Llevaban un siglo de ventaja en el desarrollo del capitalismo. A su rebufo, un actor emergente, Estados Unidos. La división del mundo en áreas de influencia agudizó las contradicciones y los conflictos entre las potencias imperialistas. América Latina pasó a ser un continente en disputa. Pero ello requería, igualmente, un pacto interimperialista, hacer fracasar cualquier proyecto de unidad cuya bandera fuese la lucha antimperialista. En el siglo XX, esta disyuntiva se repetiría en Asia y África. La historia contemporánea está plagada de planes que han terminado por romper los proyectos de unidad e integración regional. En América Latina, la doctrina Monroe marcó el comienzo de las hostilidades. Desde 1823 Estados Unidos buscó anular la intervención de actores extracontinentales en la explotación y control del subcontinente. El eslogan, América para los americanos define la política exterior de Estados Unidos para la región. Si en el siglo XIX su amenaza eran Francia y Gran Bretaña, tras la Segunda Guerra Mundial lo fue la Unión Soviética y, en pleno siglo XXI su lugar lo ocupa China.

Estados Unidos siempre ha querido todo el pastel y no está dispuesto, ni mucho menos a dejar que otros actores internacionales tengan una presencia destacada en la región. Hoy, su pérdida de influencia le hace ser más beligerante. América Latina, le resulta vital para mantener su poder a escala mundial. No sólo como países proveedores de materias primas, sino como garantes de la seguridad hemisférica en el flanco sur. De tal manera, siempre urdirá planes desestabilizadores para quebrar los intentos de integración donde no tenga representación, ni voz ni voto. Conspiró contra el Congreso Anfictiónico de Panamá en 1826, cuyo objetivo era crear una confederación de países latinoamericanos desde México hasta Chile. Simón Bolívar, su impulsor, vio frustradas sus esperanzas por la traición y la intervención maniquea de Estados Unidos. Su frase pronunciada en 1829: Los EEUU, que parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la libertad está grabada en la conciencia de los pueblos de la región y es la historia del imperialismo yanqui en América Latina. En sus dos siglos de intervenciones, ha creado un ideario y desarrollado instituciones desde las cuales llevar a cabo sus propuestas de dominación. Ha tejido redes, mutando una y otra vez sus políticas bajo distintas siglas. Su mayor éxito, la creación en 1948 de dos pilares de su política imperialista: el Tratado de Defensa Reciproca (TIAR) y la Organización de Estados Americanos. Ambos organismos, con la complicidad de gobiernos cipayos, le permiten legitimar guerras espurias, invasiones, golpes de Estado, magnicidios, violación de los derechos humanos y realizar un sinnúmero de amenazas. Gregorio Selser los documentó en una obra monumental bajo el título: Cronología de las intervenciones extranjeras en América Latina, publicado por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y la UNAM.

Su control de la OEA transforma la organización en un pilar de sus políticas imperialistas. Baste señalar dos ejemplos: la expulsión de Cuba y el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente de Venezuela. Tampoco debemos olvidar que sus secretarios generales acaban comportándose como meretrices. El chileno José Miguel Insulza y el uruguayo Luis Almagro Lemes han demostrado un seguidismo rayano en la impudicia. Sus actuaciones sólo se justifican bajo la indignidad de los traidores. Su anuencia con los golpes de Estado en Bolivia y el apoyo a la actual presidenta de Perú muestran su talante.

Este 24 de enero se celebra en Argentina la cumbre de la Celac. Es un momento clave para recuperar el protagonismo y ser un contrapeso a las políticas de la OEA, el TIAR. Ser un dique de contención al intervencionismo estadunidense en la región. Es una oportunidad que no se puede dejar escapar. Debe ser cuna de un pensamiento emancipador, revitalizado, base para una propuesta de integración regional. La convocatoria, abre una puerta para restar poder y levantar los cimientos de una patria grande, el sueño de Simón Bolívar, Augusto Sandino, Lázaro Cárdenas, Fidel Castro, Salvador Allende o Hugo Chávez. Es el momento del cambio y recoger el testigo. Los presidentes de Brasil, México, Colombia, Argentina, Cuba, Venezuela, Bolivia deben asumir responsabilidades y liderar un nuevo proyecto de integración latinoamericana. De su determinación y compromiso antimperialista depende el futuro de la democracia en nuestra América.

(La Jornada)

Por: Marcos Roitman Rosennman

La Celac es fruto del multilateralismo solidario (+ Video)

La Declaración de Buenos Aires logró cien puntos de consenso y 11 declaraciones especiales. San Vicente y las Granadinas ocupó la Presidencia pro témpore

Autor: Redacción Internacional | internacionales@granma.cu

foto: Estudios Revolución
Foto: Estudios Revolución

Un documento abarcador, de postura firme y fiel a la integración y complementariedad de la región fue la Declaración final de la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que sesionó ayer, en Buenos Aires, con la presencia de sus 33 países miembros.

Al decir del canciller argentino, Santiago Cafiero, «La declaración de Buenos Aires tiene cien puntos de consenso y 11 declaraciones especiales. Es fruto del diálogo y del respeto. Es la práctica más vívida del multilateralismo solidario», afirmó.

En la máxima reunión de la Celac, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, condenó el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, y la decisión infundada y unilateral de incluirla en la espuria lista de Estados que supuestamente patrocinan el terrorismo.

Reiteró que Cuba no será amedrentada por tales agresiones. No vamos a traicionar la historia de resistencia, dignidad y defensa de la justicia social que convirtió a la Revolución Cubana en fuerza emancipadora de los seres humanos, dijo.

En medio del complejo y desafiante mundo pospandémico, que sufre globalmente las graves resonancias económicas, políticas y sociales de los conflictos militares y los impactos imparables del cambio climático, la única posibilidad de los que venimos de un pasado colonial y neocolonial común, es la unidad, expresó Díaz-Canel.

Uno de los principales hechos de esta Cumbre fue el regreso de Brasil, que encontró en los representantes de los países miembros el aplauso unánime por ese retorno, después de que el entonces mandatario Jair Bolsonaro retirase a su país del foro, en 2020. Luiz Inácio Lula Da Silva escribió en Twitter: «Vine a Argentina no solo para participar en la Celac, sino también para decir que Brasil está de vuelta. Recreemos y fortalezcamos Mercosur, Unasur juntos. Solos somos débiles. Juntos podemos hacer crecer y desarrollar la región».

Luego de agradecer la presidencia pro témpore de Argentina, la Celac le dio la bienvenida, en esa responsabilidad, a San Vicente y las Granadinas, representada por su primer ministro,  Ralph Gon­salves.

Declaración final de la Celac reafirma unidad regional

En su Declaración final, la Cumbre de la Celac saludó la Presidencia pro témpore que asumió San Vicente y las Granadinas, primer país del Caribe anglófono en asumir dicha responsabilidad

Autor: Daniela Leyva Fernández | internet@granma.cu

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Foto: Estudios Revolución

Con una Declaración final a favor del respeto a la diversidad política, económica, social y cultural de los pueblos, concluyó la VII Cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en Argentina.

En el cónclave, las 33 naciones reafirmaron su compromiso con la profundización de la integración y la unidad regional; la proyección de la Celac como una comunidad de naciones soberanas, capaces de llegar a consensos en temas de interés común y contribuir al bienestar y desarrollo, así como las acciones para acabar con la pobreza, las desigualdades e inequidades existentes.

En el documento, de cien puntos y 11 declaraciones especiales, se destacó la vigencia de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, aprobada en La Habana en el año 2014.

Remarcó, además, el deber de esos países «con la democracia, la promoción, protección y respeto de los Derechos Humanos, la cooperación internacional, el Estado de Derecho, el multilateralismo, el respeto a la integridad territorial, la no intervención en los asuntos internos de los Estados, y la defensa de la soberanía, así como la promoción de la justicia y el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales».

La Declaración de Buenos Aires reiteró el llamado de la Asamblea General de las Naciones Unidas a poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, que, además de ser contrario al derecho internacional, causa graves daños al bienestar del pueblo cubano, así como el rechazo a las listas y certificaciones unilaterales que afectan a países de América Latina y el Caribe. También solicitó la exclusión de Cuba de la lista unilateral sobre países que supuestamente patrocinan el terrorismo, y alegó que la región debe ser un territorio libre de colonialismo.

En su Declaración final, la Cumbre de la Celac saludó la Presidencia pro témpore que asumió San Vicente y las Granadinas, primer país del Caribe anglófono en asumir dicha responsabilidad.

Fortalecer la Celac es una necesidad impostergable y un deber compartido (+ Video)

Discurso pronunciado por Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, en la VII Cumbre de la Celac, en Argentina

Autor: Miguel Díaz-Canel Bermúdez | internet@granma.cu

Díaz-Canel agradeció a los Estados miembros de la Celac por su contundente reclamo para que el Gobierno de ee. uu. retire a Cuba de su arbitraria lista de países patrocinadores del terrorismo, y levante el bloqueo. foto: Estudios Revolución
Díaz-Canel agradeció a los Estados miembros de la Celac por su contundente reclamo para que el Gobierno de ee. uu. retire a Cuba de su arbitraria lista de países patrocinadores del terrorismo, y levante el bloqueo. Foto: Estudios Revolución

Discurso pronunciado por Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, en la VII Cumbre de la Celac, en Argentina, el 24 de enero de 2023, “Año 65 de la Revolución”.

(Versiones Taquigráficas – Presidencia de la República)

Estimado presidente Alberto Fernández;

Excelentísimos jefes de Estado y de Gobierno y otros jefes de delegación;

Queridos amigos latinoamericanos y caribeños:

Volver a Buenos Aires para esta cita de naciones es motivo de alegría, más después de los días de euforia colectiva que desbordaron sus enormes avenidas por un triunfo que sentimos como propio en Latinoamérica y el Caribe.

La alegría se completa y honra con la plena reincorporación de Brasil por decisión del querido Lula, a quien expresamos todo el respaldo y solidaridad ante los actos violentos y antidemocráticos que pretendieron generar caos e irrespetar la voluntad mayoritaria del pueblo brasileño, que lo eligió presidente.

Nos une y convoca la indispensable integración latinoamericana y caribeña, en este mecanismo diverso e inclusivo sustentado en una profunda vocación de independencia.

En Washington persiste el empeño de dividirnos, estigmatizarnos y subordinarnos a sus intereses, a casi 200 años de promulgarse la Doctrina Monroe.  Así lo evidenció la excluyente cita hemisférica realizada en Los Ángeles donde, abusando de su poder de anfitrión y cerrando ojos y oídos al reclamo de la mayoría, excluyó, fracturó e ignoró.

El fracaso político de aquella reunión demostró el aislamiento de la estrategia de hegemonismo y dominación, frente al sentimiento de unidad y soberanía que comparten nuestras naciones.

Cuba viene reiterando en todas las reuniones internacionales la peligrosa escalada de acciones que buscan eternizar el hegemonismo imperialista atentando contra el multilateralismo y la paz.

La testaruda realidad será siempre más fuerte que cualquier intento de dividirnos, porque compartimos retos derivados de un orden internacional injusto, expoliador y antidemocrático que impide superar los alarmantes niveles de pobreza, desempleo, inseguridad alimentaria y exclusión que caracterizan el panorama económico y social de la región, todavía la más desigual del planeta.

Apremia por eso cerrar filas y proyectar una visión estratégica, como aquí se ha pedido, hacia la integración económica, social y cultural que nos permita avanzar hacia un desarrollo sostenible.

Habría que preguntarse qué nos impide complementarnos, estimular el comercio intrarregional y potenciar las inversiones en áreas de interés común.

Es perentorio encontrar soluciones justas al problema de la deuda externa e imprescindible exigir el cese de las medidas coercitivas, unilaterales y los bloqueos ilegales.

Frente a un modelo cultural hegemónico se impone la defensa de nuestra amplia y rica cultura, genuino fruto de siglos de tradición y mestizaje, y piedra angular del proceso de emancipación e integración de nuestros pueblos.

En el complejo y desafiante mundo pospandémico, que sufre globalmente las graves resonancias económicas, políticas y sociales de los conflictos militares y los impactos imparables del cambio climático, la única posibilidad de los que venimos de un pasado colonial y neocolonial común es la unidad.

En este sentido, Cuba apoya como un proyecto interesante y útil la idea de constituir la Agencia Latinoamericana de Medicamentos.

Estimados colegas:

El Gobierno de los Estados Unidos insiste en destruir el modelo de desarrollo que soberanamente hemos decidido construir los cubanos, mediante una política cruel, ilegítima, ilegal e inmoral de asfixia económica.

Se vale de su hegemonía tecnológica y del control de los medios y las plataformas digitales para ejecutar operaciones de desestabilización, una guerra mediática sin precedentes y promover el llamado “cambio de

régimen”, con el respaldo de decenas de millones de dólares del Presupuesto Federal.

Su decisión infundada y unilateral de incluir a Cuba en la espuria lista de Estados que supuestamente patrocinan el terrorismo impacta severamente nuestras aspiraciones de desarrollo.

Agradezco una vez más a esta Comunidad y a sus Estados miembros por su contundente reclamo para que se retire a Cuba de dicha lista y se levante el bloqueo.

Cuba no será amedrentada por tales agresiones.  No vamos a traicionar la historia de resistencia, dignidad y defensa de la justicia social que convirtió a la Revolución Cubana en fuerza emancipadora de los seres humanos.

No nos limitamos a resistir.  Cuba no ha parado de crear en los duros años de enfrentamiento a la pandemia y de bloqueo recrudecido a partir de 243 medidas aplicadas por la administración Trump. Vacunas, decenas de nuevos medicamentos y protocolos de atención a enfermedades, así como nuevos equipos y tratamientos confirman el valor de esa resistencia creativa.

Distinguidos colegas:

Nos animan los cambios en el panorama político regional orientados hacia la justicia social y la búsqueda de la paz y la soberanía.

En estos momentos el pueblo peruano merece nuestra atención y solidaridad y corresponde a nuestros hermanos peruanos hallar por ellos mismos soluciones a sus desafíos. 

Con los sobrados argumentos que nos ofrece la historia, digo igualmente que no reconocemos ni reconoceremos autoridad alguna a la OEA, que es la organización que al servicio de Estados Unidos apoyó y apoya intervenciones militares, golpes de Estado y la injerencia en América Latina y el Caribe contra gobiernos populares y legítimos.  La OEA es la organización que no hizo nada contra los asesinatos, las torturas, las desapariciones forzosas y la persecución de líderes sociales, progresistas y de izquierda de la región, quienes permanecerán por siempre en nuestra memoria.

Cuba ha ratificado reiteradamente, pero no sobra decirlo hoy, el apoyo y la más firme solidaridad con los legítimos gobiernos de Venezuela, Nicaragua y Bolivia sometidos a persistentes intentos de desestabilización.

Igualmente, respaldamos las justas demandas de reparación por los daños de la esclavitud y el colonialismo de los hermanos caribeños, que necesitan y merecen un trato justo, especial y diferenciado.

Siempre acompañaremos las nobles causas: la independencia de Puerto Rico; la estabilidad y la paz en Haití, sobre la base del pleno respeto a su soberanía; el proceso de paz en Colombia; y el derecho de Argentina sobre las islas Malvinas, Sándwich del Sur y Georgias del Sur y los espacios marítimos circundantes.

Repudiamos las acciones y amenazas contra la delegación del presidente Nicolás Maduro, denunciadas por el Gobierno venezolano.

Y desde la entrañable Argentina, cuyas mujeres han marcado la historia regional con heroísmo sin par, transmito toda nuestra solidaridad y apoyo a la vicepresidenta Cristina Fernández.

Amigos latinoamericanos y caribeños:

Bajo el liderazgo de Argentina y de su presidente Alberto Fernández, la Celac experimentó un notable avance en 2022 que debemos continuar consolidando.  Le extendemos todo nuestro apoyo a San Vicente y las Granadinas y al hermano Ralph Gonsalves durante su Presidencia de la Celac en 2023, siempre guiados por la máxima de la unidad en la diversidad, la solidaridad y la cooperación, con estricto apego a los postulados de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.

Cuenten también con Cuba como Presidente del Grupo de los 77 más China durante este año, en el que trabajaremos sin descanso para representar dignamente los intereses de las naciones del Sur.

Nos inspiran los ideales integracionistas de los próceres latinoamericanos y caribeños.  La Celac es una obra de todos. Fortalecerla constituye una necesidad impostergable y un deber compartido para lograr la unidad e integración de lo que Martí llamó Nuestra América.

Muchas gracias.

(Aplausos prolongados.)

Sesiona hoy en Argentina la VII Cumbre de la Celac

En este artículo: ArgentinaBrasilComunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)CubaCumbresFidel Castro RuzHugo Chávez FríasIntegraciónintegración latinoamericanaLuiz Inácio Lula da SilvaVenezuela

La VII Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), inicia sus sesiones este martes 24 de enero en Buenos Aires, Argentina, con el objetivo de profundizar la cooperación y el trabajo articulado en aras de fortalecer la voz de la región en el escenario global y hacer frente a los desafíos comunes.

Argentina, que el último año asumió la presidencia pro témpore del bloque regional, así lo indicó en un comunicado, en el cual también expresó que durante su liderazgo trabajó sobre 15 objetivos, bajo los principios de “Unidad en la Diversidad” y “América Latina y el Caribe como Zona de Paz”.

El primer secretario del Comité Central del Partido Comunista y presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, encabeza la delegación de la mayor de las Antillas al cónclave, donde se darán cita representantes de los 33 países de América Latina y el Caribe.

La delegación que acompaña al Jefe de Estado cubano está integrada por el miembro del Buró Político y canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla; el ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca Díaz; y el embajador de Cuba en Argentina, Pedro Pablo Prada.

Al encuentro de Argentina, Cuba asiste cargada de optimismo, dispuesta a expresar su apoyo a los hermanos de la región y el compromiso con los ideales, desafíos y fortalezas que les unen.

El evento estará marcado sin dudas por el feliz retorno de Brasil y el presidente Luiz Inácio Lula da Silva a la Celac, gracias a lo cual una vez más estarán presentes todos los pueblos de Latinoamérica y el Caribe, para dialogar de frente, entender, proponer y trazar el camino común.

Once años después de su fundación en Venezuela, en diciembre de 2011, la Celac ha dado pasos sólidos en el camino de la integración de Nuestra América, aun cuando su quehacer no ha estado exento de retos.

La Celac es un mecanismo que apuesta por un mayor grado de concertación política frente a los desafíos que impone el escenario actual de profunda crisis económica. Fomenta la paz, la estabilidad y el derecho de todo Estado a construir su propio sistema político, libre de amenazas, agresiones y medidas coercitivas unilaterales, desde una perspectiva coordinada en el concierto de las Naciones Unidas.

Se han realizado seis cumbres de jefes de Estado y de Gobierno: I Cumbre, Chile, enero de 2013; II Cumbre, La Habana, enero de 2014; III Cumbre, Costa Rica, enero de 2015; IV Cumbre, Ecuador, enero de 2016; V Cumbre, República Dominicana, enero de 2017; y VI Cumbre, México, septiembre de 2021.

América Latina y el Caribe sigue siendo la región más desigual del planeta, con un contexto marcado por la definición de estrategias sanitarias para salir de los efectos de la pandemia, intentos de recuperación económica, seguridad alimentaria y enfrentamiento al cambio climático.

Tras los terribles efectos de la COVID-19, los pueblos de Latinoamérica y el Caribe intentan levantarse, y vuelven a reclamar y ejercer sus derechos eligiendo como presidentes a líderes progresistas que representan y abogan por defender los intereses y necesidades de las mayorías.

Pero persisten amenazas a la estabilidad en la zona, como los intentos de golpes de Estado, procesos judiciales amañados contra líderes de izquierda, asesinatos de quienes encabezan movimientos sociales y empleo de la violencia para impedir a los pueblos defender sus decisiones y derechos legítimos.

Sobre todos estos temas versará la VII Cumbre de la Celac.

Vea además:

La Celac y la imperiosa necesidad de “andar en cuadro apretado”

«Todos vamos a estar juntos, luchando por esta Patria grande»

La Isla, con su resistencia tenaz, es como una suerte de luz –de faro, como suelen decir los amigos argentinos–, en medio de un mundo que anestesia y aplasta la voluntad de sentir por el otro

Autor: Yaima Puig Meneses | internet@granma.cu

Autor: Alina Perera Robbio | perera@juventudrebelde.cu

DC
Nosotros les tenemos un agradecimiento eterno por esa capacidad de comprender a Cuba, de comprender lo que defendemos, dijo Díaz-Canel a los amigos. Foto: Estudios Revolución

Buenos Aires, Argentina.–Han sido muchas las emociones de este lunes. No hay corazón que se mantenga quieto ante tantas muestras de gratitud, de cariño y respeto por Cuba. A veces hay que cerrar los ojos para volverlos a abrir con mirada rehecha, una mirada que redescubra cuánto se nos quiere y espera de nosotros, cuánto valemos.

A veces merecemos un renacimiento en nuestro amor propio; y es justo eso lo que han obrado estas horas en esta ciudad. Casi a las puertas de la VII Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, sostuvo encuentros con empresarios, intelectuales, cubanos residentes en Argentina, y grupos de solidaridad. Y el factor común fue, sin duda, el modo en que la Isla, con su resistencia tenaz, es como una suerte de luz –de faro, como suelen decir los amigos argentinos–, en medio de un mundo que anestesia y aplasta la voluntad de sentir por el otro.

Hay que decir, por ejemplo, que fueron sinceras y estremecedoras las palabras que marcaron el intercambio del Presidente Díaz-Canel con una representación de cubanos residentes en esta nación sudamericana. «Aquí estamos en familia», había dicho el Jefe de Estado al dar la bienvenida. Y el diálogo se dio distendido y diáfano, marcado por la sinceridad y las nostalgias, como sucede siempre en los reencuentros de familia.

Mujeres y hombres nacidos en Cuba, quienes emigraron, pero que siguen anclados desde el corazón, o desde sus profesiones, a la suerte de una Patria entrañable, compartieron experiencias, inquietudes, sugerencias, movidos por el propósito común de defender y construir el presente y el futuro de la Isla.

Temas alusivos a la compleja situación económica que vive Cuba fueron abordados en el encuentro, en el cual el mandatario cubano comentó acerca del actual escenario y sobre cómo se enfrentó exitosamente la pandemia de la COVID-19.

Vamos a salir con el empeño y con el talento de nuestra gente, afirmó el dignatario durante el intercambio que abordó temas en torno a la situación económica que vive la Isla. El mandatario habló acerca de la necesidad de resolver la compleja situación actual, que en tiempos recientes ha sido «muy difícil».

Consideró esencial la labor llevada a cabo por la comunidad de cubanos en Argentina para defender la Revolución y apoyarla en diferentes escenarios. De manera especial destacó el envío de insumos, vitales para apoyar el enfrentamiento a la pandemia dentro del país y respaldar la campaña de vacunación que se llevó a cabo en todo el territorio nacional.

Ante la campaña de manipulación a que es sometida la Isla en las redes sociales y la preocupación de los cubanos residentes en Argentina sobre cómo hacerle frente, tanto dentro como fuera del país, el Presidente Díaz-Canel reflexionó que no se trata, si hablamos de internet y de las redes sociales, de cerrar los ojos o de negarnos a las nuevas tecnologías: lo importante, dijo, es poner en esos espacios nuestro discurso emancipador, humanista, y para nada de odio.

«La función de un cubano que se siente patriota es defender siempre a su país ante cualquier calumnia», consideró este lunes Daniel Placencia, un cubano que hace cinco años vive en Argentina y defiende a ultranzas la Patria. De ese sentimiento de amor por la Isla hablaron los presentes en el encuentro, y sobre todo de agradecimiento, porque como dijera el cubano Enrique Nikita Estrada al inicio del encuentro, «aun estando lejos de Cuba, estamos con cada uno de ustedes».

«Estoy muy feliz de estar aquí con ustedes», aseguró el mandatario, quien tras ser declarado miembro asociado honorario de la Unión de Cubanos Residentes en Argentina (URCA), aseguró a los presentes que, para seguir adelante, «la Patria también cuenta con ustedes, con todos».

DE LA GRATITUD Y LAS ESPERANZAS

Como ráfagas de amor, de gratitud, de generosidad que se abre el pecho y no se guarda nada fueron las intervenciones que tuvieron lugar, también en la tarde de este lunes, durante el encuentro del Presidente Díaz-Canel con representantes de fuerzas políticas, organizaciones sociales y miembros del Movimiento de Solidaridad con Cuba.

«Un saludo a todos, un agradecimiento eterno a ustedes por haber accedido a este encuentro», dijo el Jefe de Estado a los artífices de la solidaridad, a quienes llamó amigos y amigas, hermanos y hermanas. Y ese fue el comienzo de reflexiones del mandatario sobre Cuba y sobre lo que significará esta VII Cumbre de la Celac.

Nosotros les tenemos un agradecimiento eterno por esa capacidad de comprender a Cuba, de comprender lo que defendemos, dijo Díaz-Canel a los amigos, a quienes explicó el concepto de la resistencia creativa, esa filosofía con la cual los cubanos, en medio de lo adverso, son capaces de seguir creando, y de avanzar.

Hubo ovación cerrada cuando el Presidente habló de cómo la Isla fabricó sus propias vacunas contra la COVID-19, y fue hermoso escuchar que los amigos son parte de esa resistencia creativa, porque nos dan aliento, seguridad y certeza de que no estamos solos.

Díaz-Canel quiso ratificar que la «Revolución Cubana no se dejará amedrentar por amenazas», no se dejará desestabilizar. A los amigos dijo: «Cuba nunca los va a traicionar, Cuba nunca va a claudicar», pues, como él afirmó, siempre estará echando la batalla por un mundo mejor, para vencer.

Se escucharon las voces de las Madres de la Plaza de Mayo –desde esa asociación fue enviado un enorme abrazo al pueblo cubano–. Y tuvo particular emoción el momento en el cual Andrés Dachary, secretario de Relaciones Internacionales de la Gobernación de Tierra del Fuego, hizo entrega al Jefe de Estado –en nombre del gobernador Gustavo Melella–, de una condecoración que mucho significa para los argentinos, que entraña resistencia y patriotismo.

«Esto solo lo aceptamos en nombre del pueblo cubano», dijo el dignatario, quien recordó que una de las causas que Cuba siempre ha defendido ha sido el derecho de Argentina a su autodeterminación y a su reclamo legítimo sobre las Islas Malvinas, Georgia del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.

Esta tarde de lunes también hablaron argentinos que han estudiado en Cuba; y nacieron expresiones sentidas y bellas, como la de un amigo que recordó a un hermano de la vida –el cual decía en broma ser primo del Presidente cubano, por ser de apellido Díaz-Canel–. Un día, según contó el hombre en el intercambio, su mejor amigo le aseguró que «su primo se pondría el país al hombro, cuando fuera necesario».

Se alzaron otras voces. Una mujer quiso agradecer en nombre de todo su pueblo, por las decenas de miles de argentinos que se alfabetizaron y aprendieron gracias al programa Yo sí puedo, por los más de 50 000 que recuperaron la visión gracias a la Operación Milagro, por haber aprendido de Cuba la diferencia entre solidaridad y caridad.

Pidieron al Presidente Díaz-Canel que hiciera un análisis sobre la trascendencia que reviste la vii Cumbre de la Celac, y él compartió una reflexión sobre el mundo que estamos viviendo: un mundo, dijo, lleno de incertidumbre, que una vez más acude al lenguaje de la guerra, al que no parece servirle de lección la experiencia de la pandemia de la COVID-19, porque luego de ese azote los ricos han sido más ricos, y los pobres más pobres.

«Ahora –razonó el Jefe de Estado–, lo que nos toca es lograr que América Latina sea una región emancipada». Lo dijo porque «el imperialismo nos sigue mirando como traspatio, nos sigue mirando con desprecio».

La esperanza hay que alimentarla, hay que construirla, y en tal sentido debemos trabajar, expresó el dignatario, quien, en clara alusión a la VII Cumbre de la Celac consideró: «Yo creo que esta experiencia aquí en Buenos Aires va a aportar mucho».

Martí, Fidel, el Che Guevara, Hebe de Bonafini, Maradona, todos fueron recordados en la jornada de reflexión colectiva. Alguien dijo allí que América Latina había vivido noches muy largas –de neoliberalismo, de dictaduras–, y que Cuba es un faro que siempre estuvo ahí, es causa de todas las trabajadoras y trabajadores argentinos, sin distinción.

Mientras Cuba resista, nosotros también vamos a estar ahí; no es solo la Revolución Cubana: es una Revolución de la humanidad; Cuba se defiende sola, pero nosotros tenemos que defenderla también… Iban de un lado a otro las ideas, intensas y cristalinas. Y hacia el final del encuentro el Presidente

Díaz-Canel dio gracias a los hermanos y hermanas de Argentina; habló, por el apoyo, de sentir emociones que no caben en palabras o en frases simples; y extendió una convicción de esperanza: «Entre todos vamos a hacer ese mundo mejor que es posible», que fue, afirmó, la aspiración de los próceres latinoamericanos, que fue también la aspiración de grandes hombres como Fidel y Chávez.

«Todos vamos a estar juntos, luchando por esta patria grande», enfatizó el mandatario, y luego siguieron los diálogos entre todos, los saludos cercanos y los retratos a esa hermosa familia que podemos llamar América Nuestra.

Díaz-Canel en la tierra del Che para participar en la VII Cumbre de la Celac (+ Video)

El líder de la Revolución Cubana, General de Ejército Raúl Castro Ruz, acudió al Aeropuerto Internacional José Martí para despedir a Díaz-Canel

Autor: Yaima Puig Meneses | internet@granma.cu

Autor: Alina Perera Robbio | perera@juventudrebelde.cu

22 de enero de 2023 22:01:20

A Raúl lo acompañaron los miembros del Buró Político, Manuel Marrero Cruz y Roberto
A Raúl lo acompañaron los miembros del Buró Político, Manuel Marrero Cruz y Roberto Morales Ojeda, primer ministro y secretario de Organización del Comité Central, respectivamente. Foto: Estudios Revolución

Buenos Aires, Argentina.–El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, arribó en la noche de ayer a esta ciudad para tomar parte en la vii Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se celebrará mañana.

En el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini –conocido más comúnmente como Ezeiza-, el dignatario fue recibido por el viceministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Pablo Tettamanti.

Desde Cuba, antes de su partida, el Jefe de Estado había compartido un mensaje con el pueblo cubano, en el cual expresó: «En unas horas estaremos en Argentina, la tierra del Che y la cuna de otros grandes amigos y hermanos, de admirados próceres, políticos, intelectuales, artistas y deportistas».

De la razón que motiva la presencia de Cuba en el cónclave regional, habló el dignatario: «Vamos porque el día 24 de enero sesionará en la entrañable Buenos Aires la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la indispensable Celac, un mecanismo de integración que tenemos el deber y la oportunidad de revitalizar».

«Aspiramos –enfatizó– a que la unidad en la diversidad, principio clave que compartimos, nos permita actuar como una sólida familia regional para promover y proyectar América Latina y el Caribe en la discusión de la agenda global».

Díaz-Canel anunció que su regreso a la Isla será a tiempo «para celebrar juntos los 170 años del Apóstol y retomar las tareas cotidianas, siempre desafiantes».

Cuba y Argentina establecieron relaciones diplomáticas el 12 de mayo de 1909, interrumpidas en 1962, cuando todos los países del continente –con excepción de México– rompieron sus nexos con la Mayor de las Antillas en Revolución. El 28 de mayo de 1973 esos lazos fueron reanudados.

La delegación cubana está integrada, además, por el miembro del Buró Político y canciller, Bruno Rodríguez Parrilla; el ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca Díaz; y el embajador de Cuba en Argentina, Pedro Pablo Prada.