Los más de mil participantes en el “Encuentro Internacional de Solidaridad con Cuba y el Antiimperialismo, a 200 años de la doctrina Monroe”, con mucho orgullo nos reunimos de nuevo en la Isla de la Dignidad, para ratificar nuestro firme apoyo a la Revolución y al pueblo cubano.
En un mundo extremadamente complejo donde está en peligro la existencia de la humanidad, esta hermana nación resiste con estoicismo el recrudecido bloqueo, impuesto hasta niveles inconcebibles, por el gobierno de los Estados Unidos, en el intento imperialista de destruir el proyecto de justicia social que, con sacrificio, valentía, unidad y creatividad se construye en Cuba.
Representantes de 271 organizaciones políticas, sindicales y sociales de 58 países hemos compartido intensas jornadas e intercambios de experiencias con obreros, jóvenes y pueblo en centros de trabajo y barrios en transformación social, donde apreciamos la capacidad de resistencia y el potencial creativo que existe para vencer enormes obstáculos y carencias.
El pasado año, Cuba sufrió tres eventos adversos con pérdidas de vidas humanas y un alto costo material: la explosión en el Hotel Saratoga, el incendio en la base de super tanqueros en la Zona Industrial de Matanzas, y el devastador Huracán Ian, que movilizaron gran cantidad de recursos y una ola solidaria de miles de cubanos y amigos de numerosos países, reafirmando que Cuba no está sola.
El pueblo cubano nos agradece, y nosotros agradecemos a Cuba por sus vacunas contra la Covid-19, por sus brigadas médicas que salvan vidas en cualquier parte del mundo, existir, resistir y crear; por ser ese faro de compromiso y lealtad, legado de Fidel, Raúl y la generación continuadora que nos convoca; por permanecer erguida y en pie de lucha; por ser una tierra de paz y amistad, por abrazar la idea de que un Mundo mejor es posible y, más aún, necesario.
El imperialismo norteamericano y la OTAN desencadenan agresiones militares, no cesan en sus intentos de injerencia en los asuntos internos de otros países para derrocar legítimos gobiernos progresistas; imponer bloqueos, medidas coercitivas unilaterales, chantaje político, amenaza y uso de la fuerza que pone en grave peligro la paz mundial, la posibilidad real de una guerra nuclear y la reencarnación del fascismo.
Ante estas pretensiones de internacionalizar la Doctrina Monroe, en sus 200 años para apoderarse de los recursos naturales y someter a los pueblos del mundo, llamamos a todas las fuerzas democráticas, progresistas y revolucionarias a:
Crear un amplio frente nacional e internacional en la lucha por la paz y contra la guerra. Realizar una masiva movilización el 21 de septiembre de 2023, Día Mundial de la Paz, apoyar el proceso de paz en Colombia y defender la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
Promover ideas y crear conciencia de la necesidad de la unidad en la diversidad en defensa de la soberanía, los derechos de los trabajadores y los pueblos y la preservación del medio ambiente.
Fortalecer la solidaridad con la lucha por sus derechos sociales y laborales de los trabajadores y trabajadoras y los pueblos de Europa, América, África, Asía y Oceanía.
Expresar e incrementar las acciones de solidaridad con las causas justas de los pueblos de Venezuela, Nicaragua, Palestina, Puerto Rico, República Árabe Saharaui Democrática y otros.
Multiplicar la batalla en las redes sociales y espacios digitales para enfrentar las campañas de mentiras de los emporios mediáticos del imperialismo y defender la identidad de nuestros pueblos contra el neocolonialismo cultural que se nos quiere imponer.
Exigir la inmediata exclusión de Cuba de la ilegítima lista de Estados patrocinadores del terrorismo, impuesta de manera unilateral, ilegal e inmoral por el gobierno de EE.UU, arbitraria decisión que carece de justificación alguna.
Movilizar y articularnos en defensa de la Revolución Cubana, a realizar acciones en los cinco continentes para que el gobierno de los Estados Unidos ponga fin al recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero, que daña el desarrollo y bienestar del pueblo cubano.
¡Con el ejemplo de Cuba, construyamos una amplia unidad antimperialista para resistir, crear y vencer las adversidades, único camino que hará realidad nuestros sueños de que un mundo mejor es posible y necesario!
¡Trabajadores de todos los países, uníos!
¡Cuba socialista tiene derecho a existir!
¡Viva el internacionalismo y la paz!
¡Viva la Solidaridad internacional con Cuba y los pueblos en lucha!
Han transcurrido 64 años del triunfo de la Revolución cubana, que Estados Unidos no pudo impedir, y el odio que sienten no se acaba, se multiplica cada vez más, con el marcado deseo de derrocar el proceso socialista, algo que no han podido lograr.
El asunto no se inició a partir de la nacionalización y confiscación de las propiedades de empresas estadounidenses, como quieren hacer ver desde Washington para justificar su criminal guerra económica, comercial y financiera, la más larga en la historia humana.
La verdad está recogida en los propios documentos del régimen yanqui, donde se demuestra que el odio hacia la Revolución comenzó antes del triunfo de enero de 1959, demostrado en las palabras del director de la CIA, Allen Dulles, durante la reunión del Consejo de Seguridad Nacional celebrada el 23 de diciembre de 1958, cuando expresó:
“Es necesario evitar la victoria de Fidel Castro”. Y agregaba el presidente Dwight Eisenhower:
“Tengo la esperanza de lograr una tercera fuerza que crezca en fortaleza e influencia, si se organiza alrededor de un hombre capaz, equipado con armamentos y financiamiento”.
Una victoria de Fidel no era la mejor opción para los intereses yanquis, después de conocer sus posiciones nacionalistas expuestas durante el juicio por el asalto al Cuartel Moncada, en 1953.
Esto prueba que el odio hacia Cuba comenzó mucho antes y crece con cada revés que sufre la política criminal y subversiva diseñada por Estados Unidos.
Según datos desclasificados, en los años 50 del siglo XX, la Estación de la CIA y el FBI en Cuba, ya utilizaban agentes encubiertos bajo la fachada de comerciantes, sumado a los oficiales designados como “diplomáticos” en la embajada y el consulado en la ciudad de Santiago de Cuba, quienes desde enero de 1959 incrementaron su trabajo para socavar a la Revolución, mediante la organización de redes de agentes que buscaban información para facilitar los planes de hacer fracasar los programas revolucionarios.
El gobierno cubano no tuvo alternativas para defenderse y ante cada acción yanqui se vio obligado a tomar medidas de respuesta, entre ellas la nacionalización y expropiación de sus propiedades.
Los cubanos que abandonaron el país y dejaron atrás sus bienes, incluidas industrias y centros de servicio, los perdieron. Quienes permanecieron en Cuba recibieron la indemnización correspondiente y ahí están los documentos que lo avalan.
Sin embargo, desde Miami, aquellos que viven del cuento del “exilio”, que les permitió enriquecerse y hasta hacer carreras políticas, no cesan de destilar su odio enfermizo que corroe hasta la política exterior de Estados Unidos.
Ejemplo de ello es el recién proyecto de ley sobre marcas nacionalizadas en Cuba, presentado el 9 de marzo 2023 por un grupo de legisladores, denominado «No Stolen Trademarks Honored in America», que procura prohibir a los tribunales yanquis, validar cualquier derecho sobre negocios o activos que fueron nacionalizados por el Gobierno revolucionario, con el objetivo de evitar que Cuba pueda vender en un futuro, sus productos en el mercado norteamericano.
Dicho proyecto es promovido por congresistas miembros de la mafia anticubana y como es habitual en esas acciones contra Cuba, está encabezado por el corrupto senador Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y Marco Rubio, miembro del Subcomité de Relaciones Exteriores del Senado para el hemisferio occidental, quienes constantemente chantajean al presidente Joe Biden, para evitar que mejore las relaciones con La Habana.
Para esos mafiosos, que no soportan la victoria de Cuba ante los 64 años de agresiones yanquis, cualquier confiscación o incautación de activos por parte del régimen cubano, es y será siempre un “acto criminal” que no debe ser recompensado por el Gobierno de los Estados Unidos”.
De ser aprobada esa ley, “prohibiría el uso de las marcas comerciales, cuando quien las utilice haya conocido en el momento de adquirirlas, que el nombre de las mismas es igual o similar al de las que fueron confiscadas por el Gobierno revolucionario cubano”.
Una de las marcas que más persiguen es la de los rones cubanos, principalmente el afamado Habana Club, porque detrás está el consorcio Bacardí, debido a que ese ron es muy superior al de ellos, al alcanzar desde hace años altos niveles de venta en el mundo.
Es conocido que la compañía Bacardí sufraga planes subversivos contra Cuba desde la creación de la Fundación Nacional Cubano Americana, que presidió el terrorista Jorge Más Canosa, y aporta sumas millonarias a las campañas electorales de esos senadores y otros, incluidos varios representantes que hacen carrera gracias al dinero que reciben de dicha compañía.
Cuba Ron, con su socio el grupo francés Pernod Ricard, logró registrar en Estados Unidos la marca Havana Club, que lleva el nombre de una marca nacionalizada en la Isla, pero que su registro original estaba vencido y por tanto, no era legalmente propiedad de sus antiguos dueños, situación que ocultan los enemigos de la Revolución, pero sí reconocido por los tribunales estadounidenses al fallar a favor de Cuba, en abril del año 2022, en sentencia firme ante demanda impuesta por la compañía Bacardí, que expresa: “La marca Havana Club, es una propiedad totalmente cubana”.
La verdadera historia que manipulan desde Estados Unidos, es que en 1960 el gobierno cubano confiscó legalmente la marca Havana Club, junto con otros activos de la empresa de José Arechabala S.A., grupo productor de bebidas alcohólicas y azúcar. En esa fecha Arechabala ya no vendía esa marca y había dejado de pagar su registro.
Ante el incremento de las ventas cubanas del ron Habana Club y la fama alcanzada a nivel mundial, Bacardí oportunistamente compró en 1995 la marca que fuera de José Arechabala, aprovechándose de que, por las leyes del bloqueo impuestas desde 1962 por Estados Unidos contra Cuba, no se podía comercializar ningún producto cubano en ese mercado.
Bacardí inició las ventas de un ron producido fuera de Cuba, bajo la marca Habana Club, engañando a los compradores que suponían era un producto netamente cubano.
Sin embargo, la marca del ron Bacardí sí estaba vigente cuando sus propietarios abandonaron la Isla después de 1959 y por eso, aunque la fábrica en Santiago de Cuba fue expropiada, Cuba no continuó utilizándola.
Su odio hacia Cuba no tiene fin, porque como afirma el plan de Acciones Encubiertas de la CIA, aprobado en marzo de 1960: “El objetivo esprovocar la sustitución del régimen de Castro por uno que sea más aceptable para Estados Unidos”.
Varios senadores estadounidenses reintrodujeron una legislación bipartidista que deroga las restricciones legales y otros estatutos que prohíben las transacciones y el comercio entre empresas estadounidenses y cubanas
Las senadoras demócratas Amy Klobuchar y Elizabeth Warren están en el grupo de congresistas que ha presentado la ley para eliminar el bloqueo a Cuba. Foto: Tomada de CNN
Varios senadores estadounidenses reintrodujeron una legislación bipartidista que deroga las restricciones legales y otros estatutos que prohíben las transacciones y el comercio entre empresas estadounidenses y cubanas.
Según trascendió en el sitio web de Amy Klobuchar, esta propia senadora, junto a Jerry Moran, Chris Murphy, Roger Marshall y Elizabeth Warren presentaron la iniciativa, con el fin de crear «nuevas oportunidades económicas al impulsar las exportaciones y permitir a los cubanos un mayor acceso a los productos estadounidenses».
«He presionado durante mucho tiempo para reformar nuestra relación con Cuba, que durante décadas se ha definido por conflictos del pasado, en lugar de mirar hacia el futuro», dijo Klobuchar. Aseguró que «al poner fin al embargo comercial con Cuba de una vez por todas, nuestra legislación bipartidista pasará la página de la fallida política de aislamiento, mientras crea un nuevo mercado de exportación y genera oportunidades económicas para las empresas estadounidenses».
En este sentido, Murphy afirmó que esta legislación ampliará «las oportunidades para que las empresas y los agricultores estadounidenses comercien con Cuba» y sería «una solución inteligente que creará empleos estadounidenses y beneficiará al pueblo cubano».
Por otro lado, Warren subrayó que «ya es hora de que normalicemos las relaciones con Cuba», y precisó que la Ley de Libertad para Exportar a Cuba constituía un paso importante «para eliminar las barreras para el comercio y las relaciones de EE. UU. entre nuestros dos países, y nos mueve en la dirección correcta, al aumentar las oportunidades económicas para los estadounidenses y el pueblo cubano».
Con la llegada de la administración de Donald Trump se adoptaron 243 sanciones, que incluyen restricciones a quienes envían remesas a familias y negocios en Cuba; lo que no solo incrementó el cerco criminal y arcaico, sino que también revirtió los avances en el restablecimiento de las relaciones, alcanzados en el Gobierno de Barack Obama.
Al presentar el informe sobre el impacto del bloqueo a la Isla, el miembro del Buró Político y ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, denunció el pasado año que las pérdidas ascendieron a 3 806 millones de dólares, solo entre agosto de 2021 y febrero de 2022.
En la misiva, los 160 profesionales firmantes destacan su preocupación por la continua presencia del país caribeño en ese listado, pese a la ausencia de argumento legal o moral, así como el rechazo de líderes internacionales y de organizaciones de la sociedad civil estadounidense.
“Casi ha transcurrido la mitad de su mandato y no ha habido ningún gesto exterior ni reconocimiento de que la inclusión de Cuba en esta lista fuera merecida”, señalaron los juristas.
Por ello, instaron al Gobierno a iniciar de inmediato un proceso de revisión y notificación para eliminar al archipiélago de esa relación.
Según la organización Alianza para el Compromiso y Respeto a Cuba (Acere, por sus siglas en inglés), el documento fue enviado a Biden el 20 de enero, fecha que coincide con la segunda mitad de su administración.
El mensaje refuerza los reclamos de una carta remitida al presidente por 18 exgobernantes, así como peticiones firmadas por miles de ciudadanos que buscan el fin del bloqueo económico, comercial y financiero, y de las más de 200 medidas coercitivas que afectan al pueblo cubano.
En opinión de Mayte Sosa, miembro de Acere, está claro por la avalancha de apoyo “que la permanencia de Cuba entre los Estados Patrocinadores del Terrorismo es injusta y carece de mérito”.
Al respecto, solicitó a Biden que “tome medidas inmediatas para rectificar esta injusticia”.
La inclusión del territorio del Caribe en ese listado arbitrario refuerza el impacto disuasivo e intimidatorio del bloqueo, así como las dificultades del país para insertarse en el comercio internacional y realizar operaciones financieras, indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores cubano.
En los últimos días del expresidente Donald Trump (2017-2021) en el Despacho Oval, el entonces secretario de Estado, Mike Pompeo, volvió a incluir a la nación caribeña en esa relación, de la cual la administración Barack Obama-Joe Biden (2009-2017) la retirara en 2015.
El Necio.- El profesor Carlos Lazo responde las preguntas que han estado manejándose en las redes sociales sobre él y su activismo. Entrevista exclusiva.
Integrantes del Grupo de la Izquierda en el Parlamento Europeo, en acción contra el bloqueo que sufre la isla caribeña. Foto: Grupo de la Izquierda en el Parlamento Europeo.
José Manzaneda*
Las derechas y ultraderechas europeas son, en el viejo continente, la punta de lanza de la estrategia global contra Cuba del Departamento de Estado de EEUU y la Mafia cubanoamericana asentada en el estado de Florida.
Destruir el Acuerdo de Diálogo y Cooperación Unión Europea-Cuba
Su papel es el de minar, hasta su destrucción, el actual Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación Cuba-Unión Europea, y así regresar a la política marcada por la llamada Posición Común de la UE hacia Cuba, un pacto de facto entre el ex presidente español José María Aznar y la Casa Blanca que, desde 1996 y durante 20 años, fue instrumento de presión y sanciones contra La Habana, complementario al bloqueo de EEUU.
En esta estrategia se inserta la actual ola de acciones disímiles de presión política, mediática y económica contra Cuba a cargo de organizaciones políticas, como el Partido Popular, Vox y Ciudadanos, y de asociaciones y fundaciones “anticastristas” asentadas en el Estado español y financiadas y dirigidas desde EEUU.
Es “el momento”
La estrategia de acoso contra Cuba se produce cuando el Gobierno de EEUU y sus aliados en Europa han considerado es “el momento”: una coyuntura de máxima debilidad del gobierno cubano. La combinación de las 243 últimas sanciones económicas, aprobadas por Donald Trump y aplicadas, en violación de sus promesas electorales, por Joe Biden, como el cierre de remesas o la persecución del transporte petrolero a la Isla, junto a la pulverización de los ingresos por turismo debido a la pandemia, han provocado en Cuba un grave desabastecimiento de alimentos, medicamentos y transporte, así como una inflación disparada.
Resultado de ello fueron las protestas de Julio de 2021, un fenómeno de contestación desconocido en seis décadas de Revolución que levantó, como nunca antes, las esperanzas de quienes trabajan sin descanso en la derrota de la Revolución. Una gigantesca campaña comunicacional en redes sociales, impulsada por el Internet Task Force (Fuerza de Tarea de Internet para Cuba) del Departamento de Estado, entidad creada en 2017 por Donald Trump, consiguió que el descontento, producto del cansancio, la penuria y la desesperación, se canalizara hacia el Gobierno Revolucionario y no hacia los artífices y propagandistas del bloqueo.
En Julio, momento álgido de la crisis y mayor pico de la pandemia, una campaña en redes sociales, perfectamente orquestada, a partir de la etiqueta “SOS Cuba”, logró endosar a la supuesta ineficiencia de las instituciones cubanas la responsabilidad de las penurias generadas por el bloqueo, las sanciones y la pandemia, y colocar, en el imaginario de ciertos sectores de población, como pruebas de la inequidad del sistema, ciertas medidas indeseadas y coyunturales de salvación frente a la guerra económica, como la apertura de tiendas en divisas.
Hoy, la Casa Blanca, la derecha europea y el “anticastrismo” continúan presionando con la misma esperanza: que la asfixia económica al pueblo cubano, junto al bombardeo mediático y en redes sociales, lleve a aquel a la definitiva insurrección contra el Gobierno Revolucionario.
EEUU paga la extorsión en Europa
Este doble carril (asfixia económica y guerra psicológica) tiene, en Europa, como aliados: a los partidos de la derecha y ultraderecha, principalmente el Grupo Popular Europeo; a importantes medios de comunicación; y a una red de organizaciones “anticastristas” que se han multiplicado de manera proporcional a las subvenciones procedentes de EEUU.
Recordemos que Washington, a través de sus agencias USAID y NED, canaliza, cada año, entre 20 y 30 millones de dólares a un enjambre de medios digitales de “temática cubana” y a más de cincuenta grupos del “anticastrismo”, con sede –mayoritariamente-en Miami. Estos, a su vez, triangulan parte de estos fondos no solo hacia la llamada “disidencia” interna cubana, sino también a organizaciones ubicadas en Europa. De ahí la consonancia y coherencia absoluta entre los mensajes y objetivos de la Casa Blanca con estos grupos asalariados, que se presentan como “ONG de derechos humanos” o “asociaciones del exilio cubano” y realizan una labor constante de cabildeo con un objetivo muy preciso hoy: la destrucción de las relaciones UE-Cuba y el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación.
Diversidad de acciones de acoso en Europa
Hoy, estamos ante una ola de acciones disímiles en favor de la extensión a Europa del bloqueo a Cuba, entre ellas:
La actual campaña contra el turismo a la Isla, con el objetivo de taponar los ingresos en un sector que, se prevé, servirá de rampa de despegue para la recuperación del país.
La persecución de empresas europeas con inversión en Cuba, a través de actos de boicot y campañas contra su imagen, en coherencia con la Ley Helms-Burton. Es el caso de Hoteles Meliá, diana desde hace años del Departamento de Estado y cuyos directivos han sido sancionados por la citada ley.
La destrucción de los acuerdos de cooperación médica de Cuba con otros países, mediante la publicación de informes sobre la supuesta “esclavitud laboral” del personal médico cubano. Estos informes, firmados por entidades con sede en Europa, pretenden cortar los ingresos que sostienen, hoy, el sistema público de salud de la Isla y están en la raíz de los problemas sanitarios actuales del país.
El boicot a artistas de Cuba en sus giras por Europa, para impedir sus actuaciones y minar sus ingresos, en la misma línea que el veto que ya se les impone en Miami.
El acoso violento a sedes diplomáticas de Cuba, como el aplicado, desde hace meses, al Consulado General de Cuba en Barcelona, en clara violación de la Convención de Viena.
Las agresiones físicas a militantes de la solidaridad y los intentos contantes de reventar sus actos.
La presión sobre las instituciones para denegar fondos para la cooperación en Cuba, acompañada de la criminalización de ONG y grupos solidarios.
Las querellas judiciales contra periodistas y activistas de la solidaridad con Cuba.
Y las mociones contra Cuba en parlamentos y ayuntamientos por supuestas “violaciones de derechos humanos”, basadas en el guión escrito en Washington y Miami.
60 años de bloqueo, 30 condenas en la ONU
Este febrero se han cumplido 60 años de la oficialización del bloqueo económico, financiero y comercial de EEUU contra el pueblo cubano que, de facto, comenzó años antes. Este próximo abril, será la vez número 30 en que la Comunidad Internacional, en la Asamblea General de Naciones Unidas, exigirá a EEUU eliminarlo.
Del Gobierno de Joe Biden se esperaba que retomara la “vía Obama” de diálogo con La Habana, o al menos el levantamiento de alguna de las 243 medidas sancionatorias aprobadas por Donald Trump, especialmente las que afectan a las familias cubanas residentes en ambos países.
Pero llegaron la pandemia y las protestas de Julio, y la Casa Blanca cerró cualquier posibilidad de acercamiento, esperando que los 60 años de guerra económica, al fin, den el fruto esperado: la derrota de la Revolución. Pero aún en el peor escenario económico, con sus chacales pagados mordiendo con desesperación, aún con todas las vías cerradas desde Europa, acompañada de la Solidaridad Internacional, Cuba resistirá.
* José Manzaneda es coordinador de Cubainformación TV y responsable de Medios de Comunicación de la asociación Euskadi-Cuba y del MESC (Movimiento Estatal de Solidaridad con Cuba)
La Habana, 17 feb (Prensa Latina) La realidad de la familia en Cuba está marcada por los procesos de separación a causa de la migración muchas veces irregular, que provoca el diferendo entre la isla y Estados Unidos, afirmó hoy la doctora Patricia Arés.
Al intervenir en el programa Solidaridad vs Bloqueo, convocado por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), la especialista sostuvo que familia y sociedad son dos términos interdependientes, por lo que los fenómenos ocurridos en una de estas instituciones impactan en la otra.
Hay factores potencialmente devastadores y traumáticos, que influyen en las dinámicas del hogar, como los ocasionados por las políticas migratorias devenidas en separaciones largas, procesos irregulares generadores de grandes riesgos, explicó la doctora en Ciencias Psicológicas.
Por más de 60 años el gobierno de Estados Unidos ha aplicado contra la isla caribeña un bloqueo económico, comercial y financiero con impacto en todas las esferas de la sociedad, que restringe la adquisición de recursos básicos, como medicinas y alimentos y coarta el intercambio con otros países del mundo.
Constituye una intención declarada la de asfixiar por hambre y necesidad a los habitantes de la mayor de las Antillas, a lo que se suman medidas para provocar la migración irregular e insegura por vía marítima y terrestre, con consecuencias para la vida de las personas.
En su intervención, Patricia Arés abordó también los elementos novedosos sobre el proyecto del nuevo Código de las Familias que se somete a consulta popular en Cuba hasta el próximo abril.
Sobre las incomprensiones que han existido por el cambio del término patria potestad por el de responsabilidad parental, dijo que se ajusta a lo estipulado por la Convención Internacional de los derechos del niño y también a la realidad de la familia cubana, en la cual existen diversos sistemas parentales, como madres y padres afines y abuelos al cuidado de los nietos.
La denominación no implica la expropiación del derecho de los padres a decidir, criar, conducir, alimentar, sancionar, ni tampoco sugiere una injerencia del Estado –explicó- sino que los padres son los máximos responsables en la educación y la crianza de los hijos, aunque eso no les dé derecho a prácticas abusivas y a no escuchar la voz del niño.
“La patria potestad implicaba la cultura del respeto a ultranza. La responsabilidad parental implica una nueva cultura donde el respeto se conquista”, insistió.
El nuevo documento legal también permitirá las garantías de los derechos a las llamadas familias transnacionales, aquellas formadas por individuos con lazos estrechos habitantes en territorios distintos, trascendió recientemente en una Mesa Redonda sobre el tema.
Una de las novedades más importantes constituye la posibilidad por vez primera de solucionar conflictos internacionales a partir de la elección de las partes de aplicar la ley del lugar de domicilio o del sitio de origen de la unión matrimonial, en dependencia de cuál otorgue más prerrogativas.
En esta jornada contra el bloqueo, el ICAP convocó también para las 21:00 hora local un espacio interactivo a través del perfil @Siempreconcuba en Twitter, la cual permitirá continuar el abordaje de cuánto impacta la política de Estados Unidos contra la nación.
Que la propia Agencia Central de Inteligencia (CIA) reconozca ahora que los «misteriosos dolores de cabeza y náuseas, un fenómeno bautizado manipuladoramente como síndrome de La Habana, no fueron blanco de una operación organizada por agentes extranjeros» no tiene nada de revelador
Que la propia Agencia Central de Inteligencia (CIA) reconozca ahora que los «misteriosos dolores de cabeza y náuseas, un fenómeno bautizado manipuladoramente como síndrome de La Habana, no fueron blanco de una operación organizada por agentes extranjeros» no tiene nada de revelador y sí mucho como confirmación de ese refrán que es, para el ente de espionaje, como una perogrullada: la mentira tiene patas cortas.
Eso fue el prefabricado «síndrome», una gran mentira para justificar más odio, más sanciones, nulas relaciones diplomáticas, y otros etcéteras del zafarrancho contra Cuba.
NBC News, The New York Times y otros monopolios de la información estuvieron entre los que magnificaron los reportes de «ciertos incidentes» en la capital cubana, en 2016, cuyas supuestas víctimas, alegaron, eran diplomáticos estadounidenses y canadienses, aunque luego aparecieron reportes similares de sus colegas emplazados en otros países.
Según un despacho de Prensa Latina, la investigación de la CIA concluyó que la mayoría de los mil casos denunciados pueden explicarse por causas ambientales, condiciones médicas no diagnosticadas o estrés, más que por una campaña mundial sostenida por una potencia extranjera, dijeron funcionarios.
Vaya tiempo el que necesitaron para reconocer, con ínfulas de peritos, la inconsistencia de una falacia que, reiteradamente, científicos cubanos denunciaron como manipulación política, a partir de un «suceso» sin un solo fundamento de la ciencia.
Vale recordar que, en octubre del año pasado, un documento desclasificado del Departamento de Estado de EE. UU. descartó la teoría de que microondas o rayos de ultrasonido causaran el «síndrome», detallando que lo más probable es que los ruidos hayan sido provocados por grillos.
Como mentira al fin, no pudo demostrarse ni una sola de las causas alegadas; sin embargo, sus efectos contra el pueblo cubano sí han podido contabilizarse; pues haber sido pretexto para suspender los servicios consulares en La Habana obligó a los familiares con interés de viajar a moverse a terceros países, sin la certeza absoluta de que serían aceptados. Todo esto no ha hecho más que justificar su absurda hostilidad contra Cuba.
Que donde dijo síndrome, ya no, ese no es un problema para el Gobierno de EE. UU. Servirse de la mentira en política exterior nunca ha sido cosa que lo sonroje.
Naufragio de cubanos al sur de Estados Unidos en 2021. Foto: @USCGSoutheast/Twitter.
Los peligros de la emigración ilegal hacia Estados Unidos y otros temas migratorios
Randy Alonso Falcón, Andy Jorge Blanco, Claudia Fonseca – Cubadebate / Mesa Redonda
Representantes de los ministerios de Relaciones Exteriores y del Interior comparecieron este jueves en el programa televisivo Mesa Redonda para debatir sobre las actualizaciones realizadas a la política migratoria cubana, el flujo irregular de migrantes, las salidas ilegales del país, y la atención consular en la etapa de pandemia.
Al comenzar el espacio, Ernesto Soberón Guzmán, director general de asuntos consulares y atención a cubanos residentes en el exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, se refirió a las características de la política migratoria cubana en la etapa de pandemia, periodo en el que se han implementado medidas para facilitar a los cubanos los viajes y los trámites migratorios.
En ese sentido, explicó que los consulados de Cuba han tomado medidas para continuar trabajando, ya sea en formato presencial o a distancia, se mantienen vigentes las decisiones de permitir la entrada al país de los cubanos con pasaportes vencidos y que puedan actualizarlos acá, y la de extender a más de 24 meses el tiempo de estancia en el exterior de los ciudadanos cubanos.
Las sucesivas actualizaciones de la política migratoria cubana desde el año 2013 a la fecha han buscado facilitar los viajes de los cubanos en ambos sentidos (desde y hacia Cuba), como parte también de la política nacional de fortalecimiento de los vínculos con los cubanos residentes en el exterior, sostuvo.
El gobierno de Cuba ha reiterado el compromiso de garantizar una migración ordenada y segura, y con ese propósito ha sostenido periódicamente rondas de conversaciones migratorias con diferentes contrapartes, en aras de establecer mecanismos de cooperación eficaces en temas consulares y migratorios en general, y que, al mismo tiempo, permitan establecer alianzas para combatir flagelos internacionales como el tráfico ilegal de migrantes y la trata de personas, ambos asociados al flujo irregular de migrantes.
Incluso en época de pandemia hemos mantenido la realización de estas rondas de conversaciones migratorias utilizando la modalidad virtual, afirmó al especificar que desde 2019 a la fecha se han realizado 25 encuentros de este tipo con países de América Latina y el Caribe, y con Estados Unidos.
Cuba cuenta con nueve acuerdos migratorios bilaterales firmados y, en el ámbito multilateral, ratificó su participación en el Pacto global para la migración ordenada y legal.
Soberón ratificó que Cuba continúa promoviendo un mayor acercamiento con los cubanos residentes en el exterior. Entre 2020 y 2021 se organizaron alrededor de 90 vuelos charter para retornar a Cuba a miles de ciudadanos que se encontraban varados en el exterior debido a la pandemia.
El funcionario de la Cancillería cubana manifestó que, a pesar de los esfuerzos de la Isla por facilitar los viajes internacionales en un sentido u otro, por garantizar los flujos migratorios regulares y ordenados, por garantizar una atención consular lo más eficiente y eficaz posible, la realidad es que el gobierno de EE.UU. ha incumplido con los acuerdos migratorios firmados con Cuba, y en su lugar ha adoptado un grupo de medidas que obstaculizan los viajes entre ambos países.
Esta situación y el reforzamiento del bloqueo económico, comercial y financiero contra nuestro país, constituye un incentivo a la migración irregular de los ciudadanos cubanos, que no solo afecta a Cuba y a EE.UU., sino también a terceros países, agregó.
Alertó que los ciudadanos cubanos que participan en los flujos irregulares de migración, ya sea por tierra o por mar, se convierten muchas veces en víctimas de los grupos delincuenciales que en la región se dedican al tráfico de migrantes y la trata de personas. El gobierno de EE.UU. en cierta medida es responsable y es cómplice de la suerte que corren esas personas, denunció.
Al intervenir en la Mesa Redonda de este jueves, el jefe de la Dirección de Identificación, Inmigración y Extranjería del MININT, el coronel Mario Méndez Mayedo, se refirió al movimiento migratorio de cubanos residentes en la Isla. Destacó que en 2019 hubo un incremento, dado que en el año viajaron al exterior 650 040 connacionales. “Estas personas viajan con diferentes objetivos y la mayoría retornan”, señaló.
Para 2020 ese número se redujo (271 061 salidas al extranjero), al igual que en el 2021 (243 590). En los años de actualización de la política migratoria –enfatizó Méndez Mayedo– han viajado 1 264 257 cubanos.
“Indiscutiblemente se han trastocado todos estos movimientos migratorios, hay cubanos que han quedado varados, aún no han regresado todos los cubanos que lo desean porque no hay suficientes vuelos o están muy caros los precios de los boletos”, destacó el coronel del MININT.
En cuanto al movimiento migratorio de cubanos residentes en el exterior, Méndez Mayedo comentó que en el 2019 viajaron a la Isla 346 381; para 2020 hubo un descenso (102 800) y en el 2021 solo viajaron a Cuba 30 509 cubanos, y la disminución se debe a los efectos de la COVID-19.
“En ocho años de actualización de política migratoria han venido al país 3 498 825”, aseveró y añadió que en el periodo se han reasentado en Cuba 60 655 cubanos, mientras que han adquirido la ciudadanía cubana 4 119.
Por otro lado, Méndez Mayedo señaló que el tránsito irregular se refiere a personas que salen de Cuba legalmente, hacen asentamientos temporales en otros países con un tránsito por vía terrestre, aérea o marítima, lo cual afecta a terceros países.
El jefe de la Dirección de Identificación, Inmigración y Extranjería del MININT subrayó que las personas que realizan el tránsito irregular son víctimas de tráfico humano (extorsión, violaciones, secuestros y muertes): “Se da un fenómeno de presiones a familiares en Cuba y en los Estados Unidos para que paguen por la libertad de determinadas personas secuestradas”.
Asimismo, se refirió al empleo de documentación fraudulenta y ejemplificó que al cierre del 2021 se detectaron 459 personas con documentos falsos, tanto en Cuba como el exterior. “Estos documentos se elaboran fundamentalmente en Estados Unidos, no se hacen en Cuba”, señaló.
En la documentación fraudulenta –dijo el coronel– se emplean visas, residencias, permisos de trabajo y pasaportes de otros países, incluso boletos aéreos:
“El sábado pasado, 17 personas comprobaron, cuando fueron a chequear en su vuelo, que lo habían estafado, tenían boletos falsos por los cuales pagaron 3 500 dólares cada uno, son operaciones con un alto costo”.
Méndez Mayedo exhortó a desestimar cualquier gestión o trámite que se aleje de las formalidades legalmente establecidas, como aquellos que se realizan en los alrededores de embajadas y por personas no vinculadas oficialmente a estas, así como supuestas “facilidades”, “agilidad” en los trámites y “garantías” irreales.
Al referirse a las salidas ilegales, destacó que en el 2021 hubo una alta letalidad en reiterados naufragios, hay presencia eventual de menores, traumas psicológicos con secuelas de por vida, y alertó que las operaciones de tráfico más complejas son organizadas desde los Estados Unidos.
Durante el año 2021, las autoridades migratorias de otros países devolvieron a Cuba un total de 1 536 cubanos, procedentes de Estados Unidos (1 057), Bahamas (184), México (291) y Caimán (4).
Al final del programa televisivo, la subdirectora de la Dirección General de EE.UU. del MINREX, Johana Tablada, afirmó que “cada vez que Estados Unidos ha jugado políticamente con el tema migratorio se producen ciclos de salidas ilegales”.
En los últimos años –dijo la funcionaria– Estados Unidos no ha dado las 20 000 visas que establecen los acuerdos migratorios entre ambos países, y ha mantenido intactas políticas de presión dirigidas a hacer colapsar la economía cubana y a eliminar las fuentes de ingreso de la población, con el objetivo de lograr un cambio de régimen en la Isla.
“Ellos dicen que hay que ayudar al fin de la pobreza, a que mejoren las condiciones de vida y que hay que atacar las causas por las cuales una persona se ve forzada a emigrar a Estados Unidos. Esa filosofía se estrella completamente con la filosofía que los gobiernos de Trump y Biden han aplicado a la población cubana.
“Además de incumplir el otorgamiento de las visas, se ha visto un endurecimiento sin precedentes de las medidas unilaterales y coercitivas que hacen que nuestras vidas sean cada vez más difíciles”, subrayó.
La funcionaria de la Cancillería cubana destacó que todo el tiempo la política de Washington contra Cuba va dirigida a desestabilizar el país y a responsabilizarlo con las consecuencias que tienen esas medidas.
“No ha faltado la alerta, ni el uso de los canales diplomáticos, para trasladar al gobierno de Estados Unidos la importancia que tendría actuar con responsabilidad en este tema y volver a la mesa de conversaciones”, concluyó.
EEUU incumple acuerdos migratorios, denuncian autoridades de Cuba
La Habana, 20 ene (Prensa Latina) Estados Unidos incumple los acuerdos migratorios suscritos con Cuba, y con ello se contradice en su discurso sobre búsqueda de soluciones a ese problema, afirmó hoy una alta funcionaria de la Cancillería de la isla.
Johana Tablada, subdirectora general de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, al intervenir en el programa televisivo Mesa Redonda, recordó que esos acuerdos comprenden los comunicados de 1984 y 1994 y las declaraciones conjuntas de 1995 y 2017.
Detalló que en el comunicado de 1984 Estados Unidos se comprometió a conceder 20 mil visas anuales, pero en los últimos años solo se entregaron unas cuatro mil anualmente.
Además, agregó, el gobierno de Joe Biden ha mantenido intactas las más de 240 medidas aplicadas durante la administración de Donald Trump para reforzar el bloqueo contra Cuba.
Esa actitud se torna aún más inhumana pues ha sido mantenida en momentos en que Cuba se ha visto golpeada por la pandemia de Covid-19, que redobló las dificultades de la población de la isla, señaló Tablada.
Tal proceder demuestra “la incoherencia y el abismo” existente entre el discurso de los más altos personeros de Washington y la realidad, porque esas medidas unilaterales y coercitivas contradicen lo planteado por las autoridades de ese país para ayudar a solucionar los problemas migratorios en su frontera sur.
Tablada señaló que desde la Casa Blanca han reiterado la necesidad de combatir las causas que llevan a miles de personas de naciones de Centroamérica y otras regiones a emigrar hacia Estados Unidos en busca de mejores oportunidades.
Sin embargo, subrayó, la política de Estados Unidos con respecto a Cuba va en la dirección opuesta al obstaculizar por todas las vías posibles el desarrollo y bienestar de la población cubana.
Recordó Tablada que la última ronda sobre temas migratorios entre Cuba y Estados Unidos se efectuó en 2018, y que las autoridades de la isla han insistido en la necesidad del diálogo bilateral sobre un tema extraordinariamente sensible, pues afecta a la vida de las personas.
Al respecto, aseguró que muestra de la necesidad de retomar esos canales de comunicación es que durante los dos años que los acuerdos migratorios funcionaron adecuadamente, se apreció una mejoría notable en los flujos migratorios y en la disminución de los viajes ilegales hacia el país norteño.
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