Contra el imperialismo, solo la unidad es garantía de victoria

El rechazo a la política hostil de EE. UU. y la OTAN, así como la necesidad del fortalecimiento de la lucha contra el terrorismo y por un mundo más justo, centraron la Declaración Final del VII Seminario Internacional de Paz y por la Abolición de las Bases Militares Extranjeras, que atrajo a Guantánamo a más de 60 activistas antibelicistas de 25 naciones

Autor: Dairon Martínez Tejeda | internet@granma.cu

El rechazo a la política hostil de EE. UU. y la OTAN, así como la necesidad del fortalecimiento de la lucha contra el terrorismo y por un mundo más justo, centraron la Declaración Final del VII Seminario Internacional de Paz y por la Abolición de las Bases Militares Extranjeras, que atrajo a Guantánamo a más de 60 activistas antibelicistas de 25 naciones.

Desde Caimanera, los delegados se pronunciaron por la devolución del territorio ilegalmente ocupado en el Alto Oriente cubano, y exigieron el fin del genocida bloqueo contra Cuba.

Ángel Arzuaga Reyes, vicejefe y coordinador del Departamento de Relaciones Internacionales del Cómite Central del Partido Comunista de Cuba, agradeció el respaldo internacional a nuestra Revolución, que construye un sistema socialista basado en el principio de la defensa de la paz mundial.

Transmitió un saludo especial del Primer Secretario del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien ratificó que, ante el peligro de una nueva conflagración mundial, Cuba mantendrá su histórica postura por la paz.

Durante el evento, los pacifistas reiteraron la necesidad de que se respete la vida humana y se pondere el diálogo en las soluciones de los conflictos actuales.

Fernando González Llort, presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, invitó a actuar con más fuerza política y cohesión para evitar los efectos de la guerra y la ciberguerra que se promueven desde las bases militares.

El Seminario seguirá hoy con la reunión regional de las Américas, del Consejo Mundial por La Paz, a fin de analizar y proponer soluciones a la tensa situación que viven algunos pueblos en la región.

Reportera de guerra relata cómo EEUU financia batallones neonazis en Ucrania

En este artículo: Agencia Central de Inteligencia (CIA)ConflictoEstados UnidosGuerraOTANRusiaUcrania

Según explica Logan, el batallón neonazi Azov está financiado por EE.UU. y la OTAN. Foto: Revista Rambla

La periodista de origen sudafricano Lara Logan explica en una entrevista al portal America’s Voice AM que las noticias sobre el actual conflicto de Ucrania están llenas de desinformación, mientras que muchos de los acontecimientos que ocurren ahora en Ucrania pasan desapercibidos en los medios.

“Realmente, creo que hay mucha desinformación. Nunca hemos visto nada parecido. Quiero decir, he estado cubriendo guerras durante 35 años y nunca he visto gente con las uñas pintadas con los colores de la bandera ucraniana. Nos están acorralando en un cajón en el que tenemos que odiar a Vladímir Putin y suponer todo lo malo que se dice de él, y amar a Ucrania, sin término medio”, explica la ex presentadora de FOX Nation.

“En Ucrania están ocurriendo muchas más cosas de las que nadie habla”, añade en la entrevista.

Según explica Logan, el batallón neonazi Azov está financiado por EE.UU. y la OTAN. “Se pueden encontrar fotos de ellos (milicianos de Azov) en Internet sosteniendo la bandera de la OTAN y la esvástica. Y, al mismo tiempo, su propio emblema contiene el sol negro del ocultismo nazi, que era un emblema de las SS. Y también contiene la insignia lateral del rayo de las SS”, recalca.

La periodista indica que la Casa Blanca quiere crear la sensación de que se trata de una pequeña unidad. “No es cierto. El batallón Azov se ha abierto camino en el este de Ucrania con asesinatos”, subraya Logan, al tiempo que agrega que EE.UU. no quiere admitirlo.

“Por eso Crimea votó por la independencia. Por eso Crimea quería estar con Rusia”, razona.

El papel de la CIA

Ahondando en el movimiento nazi en Ucrania, Logan recuerda que la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA), bajo la jefatura de Allen Dulles, “concedió inmunidad judicial a los nazis ucranianos en los juicios de Nuremberg”.

En esta misma línea, dice que Washington y sus agencias de inteligencia “tienen una larga historia de financiar y armar” a los adeptos de esta ideología radical en Ucrania.

La periodista insiste en que la CIA “patrocinó la revolución de color” en Ucrania que finalmente condujo al golpe de estado de 2014, al tiempo que “seleccionó a líderes” del país.

En concreto, Logan evoca “la conversación telefónica filtrada de Victoria Nuland (a la sazón subsecretaria de Estado de EE.UU. para Asuntos Europeos) en la que ella y el embajador de EE.UU. están decidiendo quién puede liderar Ucrania”.

Ucrania como centro del lavado de dinero

Por otra parte, Logan tilda de “títere” al presidente ucraniano Vladímir Zelenski que fue “seleccionado” por Washington. “Y, honestamente, con la gran tecnología y con el fraude electoral de hoy en día, no sabemos cuántos líderes en todo el mundo han sido seleccionados por Estados Unidos y no fueron realmente votados por el pueblo”, agrega.

Finalmente, la reportera recuerda que Putin lleva 15 años advirtiendo que no va a tolerar que “los globalistas se apoderen del mundo, construyan instalaciones de armas biológicas, o lo que sea que estén haciendo en Ucrania”.

También considera que Ucrania se ha convertido en un centro de lavado de dinero de miles de millones de dólares estadounidenses. “Y no decimos nada al respecto. Son nuestros impuestos”, concluye.

Nota: Logan es una periodista de origen sudafricano que ha cubierto actividades bélicas a lo largo de su carrera. Trabajó para la cadena estadounidense CBS News de 2002 a 2018. En 2020, se incorporó a Fox Nation, servicio de suscripción de la cadena Fox News.

(Tomado de Revista Rambla)

La perversa pretensión que desató la guerra

Por Miguel Angel Ferrer

Foto: Expansión.

Un conflicto semejante al de Vietnam. No luchaba Vietnam del Sur contra Vietnam del Norte, sino este último contra EU. Como ahora en Ucrania, Washington sólo proveía las armas, el dinero y las directrices para la guerra.

La diferencia entre los casos de Ucrania y Vietnam radica en que en el sudeste asiático EU si se involucró con tropas, mientras ahora en Ucrania Washington se niega a dar este paso. Y que como en Libia y Siria se vale de ejércitos de mercenarios.

Pero como quedó demostrado en Siria, un ejército de mercenarios bien proveído de recursos es capaz de hacer mucho daño. Pero no puede enfrentar victoriosamente a un ejército regular. Los mercenarios no son guerrilleros, patriotas o revolucionarios.

Así las cosas, es claro de qué lado se inclinará la balanza de la guerra en Ucrania. Y ya se está viendo. Buena parte del territorio ucranio está ocupado por el ejército ruso.

Son ya más de 3 millones de ucranianos desplazados que han huido a los países vecinos. La infraestructura militar del oriente de este país se encuentra seriamente dañada o francamente destruida. 

Y la Casa Blanca ni siquiera ha logrado establecer la tristemente celebre “zona de exclusión aérea”, factor esencial para obtener ventajas en el desarrollo y resultados de la guerra. Como consecuencia de todo esto, la pandilla nazi que despacha en Kiev ya renunció públicamente a incorporarse a la OTAN, perversa pretensión que desató la guerra. 

Para el Gobierno nazi de Ucrania no hay más alternativa que iniciar negociaciones de paz con Rusia. Pero para lograr la paz no basta la voluntad  de Kiev. Es necesaria la de Washington. Y esto, en el corto plazo, no parece probable. 

Mientras tanto, es obvio que, como se dice popularmente, en Ucrania a Washington el tiro le salió por la culata. Pretendía cercar militarmente a Rusia y sólo consiguió fortalecer el cinturón de seguridad territorial y militar de Moscú.

Y, finalmente, las fallidas sanciones económicas de Washington contra Rusia no han podido ni pueden inclinar la balanza en favor de EU. Y es visible la misma ineficacia de la feroz campaña mundial de satanización contra Putin.

Tomado de Telesur.

Rol de #EEUU en la guerra en Ucrania: La mano que mece la cuna

Publicado por AUCALATINOAMERICANO

Washington aceptó la existencia de laboratorios de investigaciones militares de patógenos hallados por Moscú en Ucrania.

El lunes 7 de marzo las fuerzas militares rusas localizaron una red de seis laboratorios en la zona del Donbas. Las instalaciones halladas, algunas parcialmente desmanteladas, corresponden a laboratorios de investigación militar gestionados por investigadores estadounidenses y ucranianos en forma conjunta. Los documentos encontrados en los laboratorios se vinculan con la contratista Southern Research Institute, adscripta a la Agencia de Reducción de Amenazas de Defensa (DTRA), una dependencia del Pentágono.

En una investigación de 2018 sobre el desarrollo de armamento biotecnológico, titulada “Las armas biológicas del Pentágono”, se detallan los contratos de esa empresa con el Ministerio de Defensa estadounidense para generación y propagación de bioagentes. Un día después de los hallazgos, la subsecretaria de Estado Victoria Nuland aceptó la existencia de esos laboratorios conjuntos y se mostró alarmada ante la posibilidad de que dichas instalaciones puedan ser utilizadas en el futuro por Moscú.

La tarea conjunta de guerra biológica implementada con Kiev es parte de un programa desarrollado por Washington para empoderar a los sectores nacionalistas ucranianos e incitarlos a una confrontación con Rusia. Según la historiadora estadounidense Mary Elise Sarotte, autora de Ni una pulgada más: Estados Unidos, Rusia y el estancamiento de la posguerra fría, el rechazo norteamericano a la pacificación europea se debe a que la cooperación en seguridad dentro de ese continente fue vista por Wall Street y los think tanks estadounidenses como una posibilidad cierta de pérdida de influencia en la región. Una de las fuentes consultadas para su investigación –un importante funcionario del Departamento de Estado– manifestó que una integración entre Rusia y Europa “sería peligrosa (…) Si los europeos unen sus fuerzas y construyen un sistema de seguridad común, nosotros nos quedamos fuera y eso no es deseable. Hay que fortalecer la OTAN para que eso no ocurra”.

El 21 de noviembre de 1990 se celebró en París la Conferencia sobre la Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE). Durante ese evento se firmó la Carta para la Seguridad Europea, suscrita por los Estados de Europa, Estados Unidos y Canadá. En el apartado titulado “Relaciones amistosas entre estados participantes”, se consignaba: “La seguridad es indivisible. La seguridad de cada uno de los Estados participantes está inseparablemente vinculada con la seguridad de los demás”. También se advertía que los firmantes –entre los que se hallaban Rusia, los integrantes de la Unión Europea y Estados Unidos– “no fortalecerán su seguridad a expensas de la seguridad de otros Estados”.

Ese mismo año, ocho meses antes de la rúbrica de la Carta de la Seguridad Europea, el entonces jefe del Departamento de Estado, James Baker, le garantizó a Mijail Gorbachov que la Alemania reunificada se convertiría en el último país en ser integrado a la OTAN: “Entendemos la necesidad de garantías para los países del Este. Si tenemos presencia en una Alemania que es parte de la OTAN, no habría extensión de la jurisdicción de la OTAN para las fuerzas de la OTAN, ni una pulgada hacia el este”. El entonces embajador de Estados Unidos en Moscú, Jack Matlock certificó, tiempo después, que se le otorgaron “garantías categóricas” a la Unión Soviética de que la OTAN no se expandiría hacia el este.

Los documentos oficiales desclasificados en 2017 por el gobierno de los Estados Unidos, referidos a los compromisos asumidos ante Rusia, fueron digitalizados por el National Security Archive. En el informe se detalla la lista de los funcionarios gubernamentales que se comprometieron en las dos décadas posteriores a la reunificación alemana a no expandirse militarmente hacia el Este. Entre los citados aparecen el secretario de Estado norteamericano James Baker, el presidente George Bush, el ministro de Exteriores alemán Hans-Dietrich Genscher, el canciller Helmuth Kohl, el director de la CIA Robert Gates, el presidente francés François Mitterrand, la primera ministra británica Margaret Thatcher y su sucesor John Major, el secretario de Exteriores de ambos, Douglas Hurd, y el secretario general de la OTAN, Manfred Wörner.

Un lustro más tarde del establecimiento de esos compromisos se llevaron a cabo las primeras maniobras militares conjuntas de la OTAN con Ucrania. Mientras se realizaban los ejercicios bélicos en la frontera de Rusia, el ministro de Exteriores británico, Malcom Rifkind, afirmaba que el verdadero objetivo consistía en impedir que Rusia se consolidase como una potencia similar a la que fue la URSS medio siglo atrás.

En 1999 se integraron a esa organización atlantista tres países: Polonia, Hungría y la República Checa. En 1996, cuando aparecía como evidente la defección a los compromisos asumidos por Washington y los países europeos, Gorbachov concedió una entrevista en la que señaló: “Hoy se pueden ignorar los intereses de Rusia, sus críticas a la ampliación [de la OTAN], pero la debilidad de Rusia no será eterna. ¿Es que no se dan cuenta para quién trabajan con esa política? Si la OTAN avanza en esa dirección aquí habrá una reacción”.

Advertencia y presagios

En 1997, George Kennan, uno de los pensadores estadounidenses más influyentes de la Guerra Fría, señaló en una entrevista en el New York Times que “ampliar la OTAN sería el error más fatídico de la política estadounidense en toda la era de posguerra fría”. Detalló además que dicha expansión “inflamaría las tendencias nacionalistas y militaristas de Rusia” y que eso llevaría a “restaurar el clima de la Guerra Fría a las relaciones este-oeste, e impulsará una política exterior rusa en direcciones opuesta a nuestros intereses”.

Un año después, ante la nueva expansión de la OTAN promovida por Bill Clinton en 1998, Kennan puntualizó que “esto es el inicio de una nueva Guerra Fría… creo que es un error trágico. No hay ninguna razón para esto. Nadie estaba amenazando a nadie”. Algo similar opinó Henry Kissinger en un artículo que escribió para el Washington Post en 2014: Ucrania “no debería de ser la avanzada de cualquiera contra el otro, debería de funcionar como un puente entre ellos”. Y recomendó: “Estados Unidos necesita evitar tratar a Rusia como un ente aberrante al cual se le tienen que enseñar reglas de conducta establecidas por Washington”.

William Perry, el secretario de Defensa de Bill Clinton, declaró un lustro atrás que Estados Unidos es el responsable del deterioro en las relaciones con Rusia. El actual jefe de la CIA de Joe Biden, William Burns, advirtió en una autobiografía, hace dos años, que invitar a Ucrania a la OTAN es percibido por todos los partidos políticos de Rusia como “nada menos que un reto directo a los intereses rusos”.

Ted Galen Carpenter, especialista en relaciones internacionales del conservador Cato Institute, señaló en 2018 que los partidarios del atlantismo belicista habían desencadenado una segunda Guerra Fría al extenderse hacia el Este: “Era completamente pronosticable que la expansión de la OTAN llevaría a una ruptura trágica, posiblemente violenta, de relaciones con Moscú… las advertencias fueron ignoradas. Ahora estamos pagando el precio por la miopía y arrogancia de la política exterior de Estados Unidos”.

Dos semanas atrás, cuando Vladimir Putin ordenó la operación militar en Ucrania, el coronel Douglas McGregor, ex asesor de Seguridad del gobierno de Donald Trump, aseguró que la decisión del Putin no sólo era previsible, sino justificada, dado el acoso producido por la OTAN durante los últimos veinte años. Todos los analistas internacionales e incluso los encargados del seguimiento geopolítico militar sabían que la creciente amenaza de la OTAN –junto a la persecución de ruso-hablantes en Ucrania– garantizaba un conflicto armado.

Una esvástica por ahí

En febrero de 2014 se produjo en Ucrania un Golpe de Estado inscripto en la seguidilla de la revolución de colores promovida por diplomáticos de Estados Unidos, agencias de inteligencias y corporaciones mediáticas.

La revolución del Maidán tuvo como protagonista a la actual subsecretaria de Estado, Victoria Nuland, que en 2014 era la jefa para Asuntos Europeos del gobierno de Barack Obama. Mientras se sucedían los disturbios en Kiev, se filtró una conversación telefónica de Nuland con el entonces embajador de Estados Unidos en Ucrania, Geoffrey Pyatt.

En ese diálogo se explicitaban los tres objetivos centrales de la operación del Maidán: digitar a los próximos dirigentes que debían hacerse cargo del gobierno ucraniano, impedir la continuidad de los vínculos pacíficos entre la Unión Europea y Rusia, y envalentonar a los sectores neonazis rusofóbicos. El historiador alemán Herwig Roggemann –uno de los máximos cronistas de los acontecimientos europeos contemporáneos– consideró que “aquella ‘victoria’ occidental en Kiev, el Maidán de 2014, fue el mayor fracaso de la historia europea tras el histórico cambio de 1990”.

Gracias a la injerencia y colaboración estadounidense, los grupos neonazis que lideraron la revuelta del Maidán se transformaron en batallones paramilitares. El banquero Ígor Kolomoiski, gobernador de la región de Dnipropetrovsk, fue el primero en financiar a los batallones territoriales (terbats) Azov, Dnipro 1, Dnipro 2, Aidar y Donbas, encargados de hostigar y asesinar a activistas de Lugansk y Donetsk que pretendían seguir hablando su idioma. El informe de 2016 de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OCHA), acusó al regimiento Azov de violar el derecho internacional humanitario.

En junio de 2015, tanto Canadá como Estados Unidos anunciaron –luego de entrenar a los grupos paramilitares por dos años– que sus fuerzas no apoyarían más al regimiento Azov, dadas sus tendencias neonazis. En 2016 el Pentágono desoyó las recomendaciones del los organismos de derechos humanos, que monitoreaban el Donbas, y levantó la prohibición. Dos años después, en octubre de 2019, 40 miembros del Congreso de los Estados Unidos, encabezados por el representante Max Rose, firmaron sin éxito una carta en la que pedían al Departamento de Estado el etiquetamiento de Azov como una “organización terrorista extranjera” (FTO, por sus siglas en inglés).

El logotipo del grupo –que fue premiado con la incorporación oficial a la Guardia Nacional ucraniana– exhibe el Wolfsangel, uno de los símbolos utilizados por el ejército nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Según el oficial retirado de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Philip Giraldi, el entrenamiento de estos grupos por parte de instructores estadounidenses empoderó a los sectores más rusofóbicos y habilitó la respuesta de Moscú: los signos hitleristas son las distintivos que los rusos no pueden soportar.

El primer acuerdo de Minsk, rubricado el 5 de septiembre de 2014, garantizaba la autonomía para los habitantes del Este ucraniano. Fue refrendado por representantes de Ucrania, la Federación Rusa, la República Popular de Donetsk (DNR) y la República Popular de Lugansk (LNR). Tres meses después, el 2 de diciembre, el parlamento ucraniano modificó unilateralmente la “ley sobre el estatuto especial” estipulado en el protocolo. Según la revista estadounidense Army Times, el Comando de Operaciones Especiales de los Estados Unidos ha trabajado desde 2014, en forma oculta, para desarrollar un concepto operativo militar en conjunto con las fuerzas armadas de Kiev.

El 1º de septiembre de 2020 ‎se prohibió ‎por ley el uso de cualquier otra lengua que no sea el ucraniano en la administración, en los ‎servicios públicos ‎y en la enseñanza. A pesar de que el 20% de la población no habla ucraniano, las escuelas donde se enseñaba ruso ‎y húngaro fueron cerradas. Un año después, el 21 de julio de 2021, el actual presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, promulgó la Ley ‎sobre los Pueblos Autóctonos, en la que se estipula que sólo los ucranianos de origen ‎escandinavo, ‎los de origen tártaro y los caraitas tienen “derecho a gozar plenamente de todos ‎los Derechos Humanos y de todas las libertades ‎fundamentales”. Ante la requisitoria de los ruso-hablantes de por qué no figuraban con los mismos derechos ciudadanos, el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmitri Kuleba, adujo que “tienen un estado propio [por la Federación Rusa] por lo que no pueden considerarse autóctonos”.

Cerco y contención

La promulgación de la Ley de los Pueblos Autóctonos se aprobó mientras se llevaba a cabo la cumbre de la OTAN en Budapest, donde Estados Unidos propuso sumar a Ucrania. Los dos temas centrales de debate fueron “las políticas y acciones agresivas de Rusia” y “los desafíos que plantea la República Popular de China” a la seguridad de los países del organismo. A fines de 2021 Joe Biden promulgó la Ley de Autorización de la Defensa Nacional de 2022, en la que se profundiza la “teoría del cerco y la contención” de todos los países que no aceptan el liderazgo de Washington. En el documento se deja claro que sólo alcanza –para ser considerado agresor, o enemigo– la voluntad de un país para defender sus fronteras, su identidad, su seguridad territorial y/o su soberanía.

Los cuatro objetivos actuales de Estados Unidos en Eurasia son:

  • Demonizar a Rusia y a China para evitar su ascenso como potencias;
  • Generar malestar interno en dichos países para impedir su consolidación como potencias;
  • Separar a Rusia de la Unión Europea tanto en términos comerciales como energéticos y suplir a Moscú como proveedor de gas, en formato licuado; y
  • Desplegar una nueva carrera armamentista orientada a revitalizar la economía atlantista.

Rusia es en la actualidad el segundo productor de hidrocarburos del planeta. El 40% del gas que consume Europa llega por gasoductos gestionados por Gazprom. El gas licuado –que Washington pretende exportar para suplir las exportaciones rusas– costaba 8 dólares el millón de BTU el año pasado, y hoy cotiza a 55 dólares. Europa se sumó a la ofensiva de Washington y se prepara para un duro invierno después de congelar el proyecto del gasoducto Nord Stream II.

Washington se siente parcialmente victoriosa porque arrastró a la Unión Europea hacia la rusofobia. Ahora necesita que Rusia pierda la guerra en el formato de desprestigio y descrédito. Mientras azuzan a los ucranianos a resistir frente a uno de los ejércitos más poderosos del planeta, planean la venta de armas y la futura reconstrucción de Ucrania. Para Washington, una victoria rusa plena conlleva el peligro de un nuevo orden mundial con un eje Moscú-Beijín. Después de fabricar las condiciones para la guerra, el Departamento de Estado se concentra en la necesidad de imponer una narrativa demonizadora de Putin, capaz de obviar el despliegue de la OTAN y el genocidio en el Donbas.

Su credibilidad, sin embargo, quedó expuesta el último 5 de marzo cuando funcionarios de Biden visitaron Caracas para tramitar la compra de petróleo con quien desconocen como presidente, Nicolás Maduro. Como consignó el marxista de la tendencia Groucho: “Estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros”.

En Cubadebate/ Jorge Elbaum

Díaz-Canel: “Defendemos la paz en todas las circunstancias y nos oponemos sin ambigüedades al uso de la fuerza contra cualquier Estado”

En este artículo: CubaEstados UnidosGobiernoMiguel Díaz-Canel BermúdezOTANRusiaUcrania

Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Foto: Presidencia Cuba.

Miguel Díaz-Canel Bermúdez advirtió este lunes que se ha establecido un cerco militar ofensivo contra la Federación de Rusia. “Durante décadas ha habido un empeño consistente de los Estados Unidos por expandir su dominio militar y hegemónico, mediante la continuada expansión de la OTAN hacia los países de Europa del Este”, escribió en su cuenta en Twitter.

“Defendemos la paz en todas las circunstancias y nos oponemos sin ambigüedades al uso de la fuerza contra cualquier Estado. Como país pequeño, lo entendemos mejor que nadie. Asediados hace más de 60 años, hemos sufrido terrorismo de Estado, agresión militar, un brutal bloqueo”.

El mandatario recordó que Cuba tiene absoluta claridad sobre el valor y el principio de las normas internacionales, que sirven de protección contra el unilateralismo, el imperialismo, el hegemonismo y los intentos de subyugar a los países en desarrollo.

“Esos son principios y normas que hemos defendido con firmeza y coherencia en todos los escenarios. También en esos mismos escenarios nos hemos opuesto a la manipulación política, y a los dobles raseros, y hemos expuesto la verdad”, agregó.

Díaz-Canel Bermúdez reiteró que el conflicto pudo evitarse si se hubieran atendido con seriedad y respeto los reclamos de garantía de seguridad de Rusia. “Pensar que permanecería inerme ante el cerco militar ofensivo de la OTAN, es por lo menos irresponsable. Han llevado a ese país a una situación límite.

“Continuar utilizando sanciones económicas, comerciales y financieras como instrumento de presión contra cualquier país, no resuelve la actual crisis, sino que echa más leña al fuego y agrava la situación económica, resentida ya por estos difíciles dos años de pandemia”.

El presidente cubano aseguró que Cuba seguirá abogando por una solución diplomática seria, constructiva y realista, de la actual crisis en Europa, por medios pacíficos que garanticen la seguridad y soberanía de todos.

“Tendremos oportunidad de analizar estos temas altamente sensibles con mayor profundidad, y confiamos en que el pueblo cubano continúe atento a los hechos, en el difícil esfuerzo de distinguir la verdad de la manipulación, entre tanta información que se difunde”.

Cuba defiende firme y consistentemente el Derecho Internacional, la Carta de las Naciones Unidas y la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, que fue firmada por los Jefes de Estado y de Gobierno en La Habana, en el año 2014.

Chernóbil en nuestro recuerdo

Fidel había concebido un programa de atención médica y rehabilitación para aquellas víctimas de la exposición a las radiaciones de la planta nuclear accidentada. Casi todos eran ucranianos, y algunos rusos y bielorrusos

Autor: Elson Concepción Pérez | internet@granma.cu

fidel con los niños chernobil
Foto: Archivo de Granma

Como periodista fueron varias las ocasiones en que visité, en Tarará, playa al este de La Habana, a los grupos de niños ucranianos afectados por el accidente nuclear de Chernóbil.

Fidel había concebido un programa de atención médica y rehabilitación para aquellas víctimas de la exposición a las radiaciones de la planta nuclear accidentada. Casi todos eran ucranianos, y algunos rusos y bielorrusos.

También pude constatar la admiración y gratitud a Fidel, de parte de las familias de aquellos menores, a quienes el Comandante en Jefe visitó en varias ocasiones, luego de haber recibido al primer grupo en la escalerilla del avión que los condujo a nuestro país. Firmó su gorra verde olivo y la regaló a una niña ucraniana, indagó con médicos y directivos todo el programa de atención a los menores, sus patologías más comunes y acerca de la evolución durante su estancia en la Isla.

Fueron miles los cubanos involucrados en el programa, y sumaron más de 25 457 personas, de ellos 21 378 niños, los que recibieron atención médica especializada.

Nuestro país puso las instituciones de Salud a su servicio, y se atendieron más de 300 niños con enfermedades hematológicas, fundamentalmente leucemia, 136 con diferentes tumores, y se realizaron 14 operaciones complejas del corazón, dos trasplantes de riñón, seis de médula ósea, entre otros muchos tratamientos.

Todo se hizo gratuitamente, como expresión de amor y solidaridad, esos atributos que contrastan con quienes hoy envían miles de toneladas de armas a Ucrania, país convertido en rehén de la política hegemónica de ee. uu. y la otan, para enfrentar a Rusia.

El 2 de abril de 2010, con motivo del aniversario 20 del Programa de atención a niños afectados por las radiaciones de la planta nuclear de Chernóbil, en un acto en La Habana, el expresidente ucraniano, Leonid Kuchma, reconoció a Fidel  como máximo inspirador de una obra humana que significó la atención a estos menores ucranianos.

En la ocasión, Kuchma dio a conocer  el otorgamiento a Fidel de la Orden al Mérito de Primer Grado, y al entonces Presidente Raúl Castro, la Orden del Príncipe Yaroslav el Sabio, de Primer Grado.

Impuso distinciones a médicos, diplomáticos y colaboradores que contribuyeron a la consecución exitosa de ese programa, todos en función de salvar vidas de niños y jóvenes, esos que llevarán para siempre en sus corazones la huella imborrable de la amistad entre los pueblos de Ucrania y Cuba.

Hoy, cuando ese país vive momentos difíciles en una guerra provocada desde Estados Unidos y la otan, a la memoria llegan aquellos momentos  de llantos y alegrías de niños venidos con sus familiares desde el lejano país, a quienes Cuba les entregaba parte de lo que tenía, para salvarles sus vidas.

A esos ucranianos los recordamos en momentos como hoy, y junto a ellos pedimos que la guerra termine y que aquel país se incorpore a la comunidad internacional sin aspiraciones bélicas y con un carácter neutral que no debe cambiar, por mucho que los impulsores del odio y la confrontación, es decir, el Gobierno de Estados Unidos y la otan, quieran llevarla por el camino equivocado, como rehén de sus políticas expansionistas.

Informaciones relacionadas

Cuba ante la ONU: El diálogo y las negociaciones son la única vía para la solución del conflicto entre Rusia y Ucrania

En este artículo: cancillerCubaDiplomaciaGobiernoGuerraMinisterio de Relaciones Exteriores (MINREX)Organización de las Naciones Unidas (ONU)OTANPazPolíticaRusiaUcrania

Foto: @CubaMINREX/Twitter.

Intervención del embajador Pedro Luis Pedroso Cuesta, Representante Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas, en el período extraordinario de sesiones de emergencia de la Asamblea General de la ONU, sobre la situación en Ucrania. Nueva York, 1 de marzo de 2022.

Señor Presidente:

El Gobierno cubano emitió, el pasado 26 de febrero, una Declaración sobre los acontecimientos en Ucrania, en la que expresó claramente su posición a favor de una solución que garantice la seguridad y soberanía de todos y que atienda las legítimas preocupaciones humanitarias.

Cuba es un país defensor del Derecho Internacional y comprometido con la Carta de las Naciones Unidas, que siempre defenderá la paz y se opondrá, sin ambigüedades, al uso o amenaza del uso de la fuerza contra cualquier Estado.

Es por ello que apoyamos firmemente la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada en La Habana por los Jefes de Estado y de Gobierno de nuestra región, en 2014.

Cuba está también comprometida con el Derecho Internacional Humanitario y llama a todas las partes a proteger la población, sus bienes y la infraestructura civil.

Lamentamos profundamente las pérdidas de vidas de civiles inocentes en Ucrania. El pueblo cubano ha tenido y tiene una relación entrañable con el pueblo ucraniano.

Sigue leyendo

«Cuba aboga por una solución que garantice la seguridad y soberanía de todos» (+ Video)

Declaración del Gobierno Revolucionario

Autor: Cubaminrex | internet@granma.cu

26 de febrero de 2022 17:02:37

Detalle de mural por la paz, de la brigada Marta Machado.
Detalle de mural por la paz, de la brigada Marta Machado. Foto: Ilustrativa

El empeño estadounidense en continuar la progresiva expansión de la OTAN hacia las fronteras de la Federación de Rusia, ha conducido a un escenario, con implicaciones de alcance impredecible, que se pudo evitar.

Son conocidos los movimientos militares realizados por los Estados Unidos y la OTAN en meses recientes hacia regiones adyacentes a la Federación de Rusia, precedidos de la entrega de armas modernas a Ucrania, lo que de conjunto equivale a un cerco militar progresivo.

No resulta posible examinar con rigor y honestidad la situación actual de Ucrania, sin valorar detenidamente los justos reclamos de la Federación de Rusia a los Estados Unidos y la OTAN y los factores que han conducido al uso de la fuerza y la no observancia de principios legales y normas internacionales que Cuba suscribe y respalda con todo vigor y son referencia imprescindible, particularmente para los países pequeños, contra el hegemonismo, los abusos de poder y las injusticias.

Cuba: Llamamos a preservar la paz y la seguridad internacionales

Cuba es un país defensor del Derecho Internacional y comprometido con la Carta de las Naciones Unidas, que siempre defenderá la paz y se opondrá al uso o amenaza de la fuerza contra cualquier Estado.

Lamentamos profundamente las pérdidas de vidas de civiles inocentes en Ucrania. El pueblo cubano ha tenido y tiene una relación entrañable con el pueblo ucraniano.

La historia exigirá responsabilidad al Gobierno de los Estados Unidos por las consecuencias de una doctrina militar crecientemente ofensiva fuera de las fronteras de la OTAN, que amenaza la paz, la seguridad y la estabilidad internacionales.

Se refuerzan nuestras preocupaciones con la decisión recién adoptada por la OTAN, de activar, por primera vez, la Fuerza de Respuesta de esa alianza militar.

Fue un error ignorar durante décadas los fundados reclamos de garantías de seguridad por parte de la Federación de Rusia y suponer que ese país permanecería inerme ante una amenaza directa a su seguridad nacional. Rusia tiene derecho a defenderse. No es posible conseguir la paz cercando ni acorralando a los Estados.

El proyecto de resolución sobre la situación en Ucrania no aprobado en el Consejo de Seguridad el 25 de febrero, que será presentado a la Asamblea General, no fue concebido como una contribución real a la búsqueda de soluciones a la actual crisis.

Por el contrario, se trata de un texto desbalanceado, que no toma en cuenta las legítimas preocupaciones de todas las partes involucradas. Tampoco se reconoce la responsabilidad de los que instigaron o desplegaron acciones agresivas que precipitaron la escalada de este conflicto.

Abogamos por una solución diplomática seria, constructiva y realista de la actual crisis en Europa, por medios pacíficos, que garantice la seguridad y soberanía de todos, así como la paz, la estabilidad y la seguridad regional e internacional.

Cuba rechaza la hipocresía y el doble rasero. Debe recordarse que Estados Unidos y la OTAN en 1999 lanzaron una agresión de gran envergadura contra Yugoslavia, país europeo que fragmentaron, con un alto costo en vidas, en función de sus objetivos geopolíticos, desconociendo la Carta de la ONU.

Los Estados Unidos y algunos aliados han utilizado la fuerza en múltiples ocasiones. Invadieron Estados soberanos para provocar cambios de régimen e intervienen en los asuntos internos de otras naciones que no se pliegan a sus intereses de dominación y que defienden su integridad territorial e independencia.

Son también los responsables de la muerte de cientos de miles de civiles, que denominan «daños colaterales»; de millones de desplazados y de vasta destrucción en toda la geografía de nuestro planeta como resultado de sus guerras de rapiña.

La Habana, 26 de febrero de 2022

Informaciones relacionadas

EU y la OTAN calientan frontera colombo-venezolana

Carlos Fazio 

Periódico La Jornada

Cambian las administraciones de republicanos y demócratas en la Casa Blanca, pero las estrategias de tensión y desestabilización sistemática del Estado profundo (la estructura secreta que se sitúa por encima de las apariencias democráticas y a espaldas de la opinión pública estadunidense) contra países considerados “enemigos” de Washington, permanecen. Una constante en las últimas dos décadas han sido las políticas de “cambio de régimen” contra Venezuela. Objetivo: el petróleo. Y eliminar un modelo político alternativo a la dominación estadunidense en América Latina y el Caribe. En la coyuntura, siguiendo el esquema del conflicto ucraniano en Europa, la administración demócrata de Joe Biden continúa la política de su antecesor, el republicano Donald Trump, utilizando a Colombia como plataforma para la agresión a Venezuela. Desde finales de 2021, Wa­shington ha venido utilizando al gobierno cipayo de Iván Duque, en la activación de líneas de tensión en la frontera del río Arauca entre Colombia y Venezuela, importante región geopolítica y geoestratégica por ser acceso a reservas de petróleo y gas, agua dulce, minerales, biodiversidad y otros recursos naturales.

La sucesión de hechos violentos provocados por grupos armados no estatales colombianos infiltrados en el Estado venezolano de Apure, fronterizo con el departamento de Arauca, Colombia, busca atraer al gobierno de Nicolás Maduro a una guerra similar a la que la OTAN ha estado provocando en la frontera entre Rusia y Ucrania. Al respecto, no se puede ocultar la profunda relación existente entre el gobierno del uribista Iván Duque con los grupos narcoparamilitares Los Rastrojos, Los Urabeños, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y Águilas Negras −bajo supervisión de la DEA y del embajador de EU, Philip Goldberg, quien desestabilizó a la ex Yugoslavia en 1999 y fue expulsado de Bolivia en 2008 por conspirar contra el gobierno de Evo Morales−, parecida a la que sostiene el presidente ucranio, Volodymir Zelensky, con grupos paramilitares neonazis. 

En 2013, el entonces presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, suscribió un acuerdo con la OTAN como “socio global” (o “extra OTAN), erigiendo al país sudamericano en un caballo de Troya regional de esa fuerza militar multinacional comandada por Estados Unidos, que se atribuye al derecho de intervenir en cualquier parte del mundo.

En enero pasado, el ministro de Defensa venezolano, general Vladimir Padrino López, denunció la proyección latinoamericana de la OTAN, con Colombia y su red de bases militares como “peón”, y la presencia cada vez más resuelta de medios castrenses y navales de la alianza atlántica en el “área de influencia” de Venezuela. Padrino se refería no sólo al acuerdo entre Colombia y la OTAN, sino también al segundo entrenamiento conjunto entre militares de Brasil y Estados Unidos, en el marco de la iniciativa CORE (siglas en inglés de Operaciones Combinadas y Ejercicios de Rotación), firmada en octubre de 2020 para “aumentar la interoperabilidad” entre sus ejércitos.

Las recientes revelaciones sobre las maniobras militares del Ejército argentino en 2019, para una invasión a Venezuela bajo el mando del Comando Sur del Pentágono, vienen a demostrar que Trump y su trío de sicópatas: John Bolton, Mike Pompeo y Elliot Abrams, estuvieron a punto de generar un conflicto bélico en el corazón de América del Sur. En esa coyuntura, tras la fabricación del títere Juan Guaidó como “presidente encargado” de Venezuela (reconocido por el entonces presidente argentino, Mauricio Macri) y en el marco de una campaña de intoxicación mediática propagandística, típica de la guerra híbrida y/o de cuarta generación −que empleó recursos diplomáticos, militares, de inteligencia y económico-financieros−, Wa­shington, con apoyo de la OTAN y el Grupo de Lima, intentó derrocar al gobierno legítimo de Maduro mediante un fracasado golpe de Estado que sería seguido por una “intervención humanitaria” de algunos ejércitos del área. Una maniobra imperial para tercerizar la guerra, donde la tarea del Ejército argentino era garantizar la seguridad de un “corredor humanitario” en la frontera de Colombia y Venezuela, mientras su homólogo brasileño cubriría el corredor desde las ciudades de Boa Vista y Pacaraima, en el estado de Roraima, fronterizo con Venezuela.

Como parte de la actual estrategia de tensión, no es ajeno a Washington el foro anticomunista organizado el pasado fin de semana en Bogotá, por el ultraderechista partido español Vox, con participación de sectores conservadores de varios países del área y disidentes cubanos y venezolanos. Como tampoco lo son los encuentros patrocinados por la red de lobbies ultracapitalistas Atlas Network (Red Atlas), que apoya a los presidentes Duque, de Colombia, y Guillermo Lasso, de Ecuador, así como a la Fundación Internacional para la Libertad, del escritor Mario Vargas Llosa, y la Fundación Friedrich Naumann de Alemania.

Esos encuentros son utilizados por los círculos de la inteligencia estadunidense para fabricar y potenciar operadores mediáticos que sirven a sus campañas de desestabilización contra Venezuela, Cuba, Bolivia, México y Nicaragua. A manera de ejemplo, está el caso de Agustín Antonetti, joven argentino de 21 años, promovido por la Red Atlas en varios medios regionales (Infobae, CNN Radio Argentina, el diario fujimorista Expreso, de Perú) y nombrado la personalidad del año de la Fundación Libertad, ligada a Macri, quien ha tenido un peso importante en las campañas en Twitter contra el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, con la etiqueta #AMLOVeteYa; contra el gobierno cubano con #SOSCuba y #15NCuba ; antes y durante el golpe de estado contra el ex presidente de Bolivia Evo Morales con #EvoDictador) y el actual Luis Arce #SOSBolivia.

En ese contexto, Estados Unidos busca reposicionar la narrativa de Venezuela como “Estado fallido”, y utilizando al narcotráfico colombiano como punta de lanza, generar un conflicto multiforme en el eje fronterizo colombo-venezolano, que justifique la presencia de la OTAN con la difusa doctrina de la Responsabilidad de Proteger (R2P).

El cubano ucraniólogo

Cuba en Resumen Bloqueo contra CubaCubaEEUUguerra culturalguerrasHistoriaideologíaONUOTANRusiaUcrania

Por Oni Acosta Llerena.

El cubano ucraniólogo es una especie endémica con apenas pocos días de encontrada en el ecosistema digital. Normalmente carece de conocimientos básicos de historia contemporánea, como conocer en qué consistieron El Acuerdo de Postdam o el Pacto de Varsovia, aunque contradictoriamente aplaude a la OTAN sin analizar conscientemente que es una alianza bélica y no defensiva.

El cubano ucraniólogo llora por las bombas rusas, las únicas capaces de matar a civiles y soldados: su solidez y capacidad analítica es tan abarcadora que afirma que la metralla rusa es la única letal. Nunca antes este espécimen había señalado la letalidad de bombas francesas o norteamericanas, pues los civiles y soldados muertos en Vietnam, Afganistán, Yugoslavia, Libia, Iraq, Panamá y otros lugares no han sido producto de guerras, sino de accidentes de tránsito.

El cubano ucraniólogo sufre con esta guerra más que nadie en el planeta, su vocación pacifista nacida apenas en 72 horas es un ejemplo de civismo y decencia, de humildad y decoro con las causas justas. Hace menos de un año el cubano ucraniólogo pedía bombas del ejército norteamericano (sí claro, de esas que no matan a nadie) contra Cuba, así como también el desembarco de la 82 División Aerotransportada, y más asfixia económica.

El cubano ucraniólogo no entiende de geopolítica, y corre a condenar guerras e imperios pero, selectivamente. Desconoce la historia de nuestro país respecto a la Crisis de Octubre o de los Misiles, como la denominan en Occidente, o cree que fue una exageración narrada por la prensa libre, la misma que reseña a diario los acontecimientos de Melilla, o los ataques con morteros a civiles en Palestina o los abusos en Afganistán.

El cubano ucraniólogo no se ha enterado aún de la desaparición de 43 normalistas en Ayotzinapa, México. No 1, 2 ni 5…. sino 43…. Ni tampoco está al tanto de los continuos asesinatos de líderes sociales en Colombia, de las fosas comunes ni de la lucha de las abuelas argentinas que aún siguen buscando a sus nietos robados por la Dictadura. Desconocen que lanzaban a seres humanos vivos al vacío o al mar, encadenados, dejando a miles de familias truncas.

El cubano ucraniólogo adora la democracia europea y especialmente la española, pero desconoce la historia de sangre tejida desde el terror sobre los vascos y otras comunidades. Nuestros ilustres catedráticos de espuma no saben qué fue La Falange, ni mucho menos el caso GAL, o lo que representa el PP en la nefasta política española, o la corrupción de la Casa Real desde 1976 hasta la fecha.

El cubano ucraniólogo es adicto a etiquetas en RRSS, pero nunca a favor de que quiten el bloqueo contra su país, o que devuelvan una base militar ilegal ocupada por quienes nos asfixian.

Para el cubano ucraniólogo la ONU existe solo para condenar a Rusia, pero cuando el mundo vota contra el BLOQUEO a Cuba entonces la ONU es corrupta, y ahí nuestro endémico espécimen calla y mira hacia otro lado.

El cubano ucraniólogo nunca condenó con vehemencia ni haciendo honores de su vocación católica o cívica, la negativa de EEUU de venderle a Cuba aparatos y respiradores mecánicos para combatir la Covid, así como tampoco nunca se pronunció en público contra la persecución de ese país contra barcos cargueros dirigidos a nuestras centrales termoeléctricas y gasolineras, vitales para el fluido eléctrico y la circulación del menguado transporte público y privado del país, aún en tiempos de cuarentena.

El cubano ucraniólogo me hace recordar aquel espurio texto de los 90s, el Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano, escrito por los mismos que ahora adoran hasta los tuétanos. Sabrán nuestros ávidos occidentalistas de turno de qué iba ese texto infame, y que ya fueron diseccionados y retratados en él desde 1996?

El cubano ucraniólogo durará hasta la próxima obra o, lo que es lo mismo, lo que un merengue en la puerta de un colegio.

Tampoco saben qué significa un peón en un juego de ajedrez.

Tomado de Perfil de Facebook de Oni Acosta Llerena.

Autor

Cuba en Resumen