Marilys Suárez Moreno – Revista Mujeres.- El espíritu cercano del Dia Internacional de la Mujer anda atareado por estos días en que las cubanas y las mujeres del mundo entero se aprestan a celebrar la jornada por el Ocho de Marzo. Fecha celebrada en Cuba por primera vez en 1931
La tarde de ese día, se efectuó en el Centro Obrero de Cuba, ubicado entonces en Revillagigedo No. ocho, en la Habana Vieja, el primer Dia Internacional de la Mujer cubana. Gobernaba el tirano Gerardo Machado y la mayoría de las mujeres que allí se encontraban, manteniendo la huella hereditaria de Mariana Grajales y de Ana Betancourt, la pionera en reclamar los derechos civiles de la mujer en una época en que aun el pueblo cubano no había logrado su independencia, clamaron por reivindicaciones salariales y llamaron a la unidad de la clase obrera y las fuerzas femeninas.
Una joven dirigente al frente del Sindicato Textil, Panchita Batet, integrante de la comisión que organizara el evento y una activa sindicalista, fue una de las oradoras de ese día en que se llamó también a propagar la actividad sindical y la unidad del movimiento femenino.
Otra compañera muy querida por las luchadoras de aquellos convulsos años de la República mediatizada, Charito Guillaume, también habló esa tarde, hará 92 años este Ocho de Marzo. En el transcurso de esos años y de acuerdo con la situación reinante en ellos, las reivindicaciones principales de las cubanas pasaban por el derecho al voto, pues con el mismo reclamaba la absoluta igualdad de derechos y luchaban por sus intereses pertinentes.
Casi siete décadas después, triunfante la Revolución, la otrora joven sindicalista e integrante del movimiento de vanguardia de las luchadoras cubanas entonces, recordaría que al iniciarse la segunda parte del programa con la presentación de un grupo artístico, éste no pudo actuar, pues la policía irrumpió en el local y a toletazos desalojó el lugar.
A medida que se desarrollaba la comprensión femenina sobre los derechos inherentes a su condición, las consignas se hicieron más variadas y amplias, pasando gradualmente de la reivindicación por el derecho al voto a las destinadas a crear las condiciones que garantizaran el ejercicio de ese derecho y por sus intereses particulares
Hoy la fecha en Cuba discurre por otros derroteros, diferentes a los de sus congéneres en los años de república mediatizada y en otras muchas otras partes del planeta, en que este día se matiza con despidos, reivindicaciones, reclamos y hasta represión. Lejos de las luchas que tuvieron que librar nuestras antecesoras. Pese a lo cual, el contenido específico y particular de las consignas y peticiones esgrimidas por las mujeres en sus países respectivos con motivo del Ocho de Marzo, transitan por la afirmación de su papel en la sociedad, como trabajadoras, madres y ciudadanas.
Sobran ejemplos de su coraje y valentía, entrega y patriotismo, demostrando la veracidad del apotegma martiano que dice:”Las campañas de los pueblos solo son débiles cuando en ellas no se alista el corazón de las mujeres”.
Y porqué todo ello es cierto, esta mujer que hoy se crece en su entrega, es la misma parte de esa fuerza vital que durante todos estos años ayudó a cimentar con su esfuerzo la obra de la Revolución, la que le da a la vida, según nuestro Héroe Nacional José Martí, un sabor singular e imperecedero.
Mujer de tiempos heroicos y difíciles, partícipe activa de cuanto hacemos y soñamos, ellas van de la mano de la esperanza con el mismo brío y fervor revolucionario de los años fundacionales.
Mujer cubana. Foto. Abel Padrón Padilla/Cubadebate
Taymi asumió la dirección de un hospital en medio de unos de los picos más agudos de la pandemia en Cuba; Dagmar y Belinda postergaron muchas horas de sueño tras esas vacunas que fueron antídoto contra el SARS-CoV-2, y también contra el bloqueo; Ada y Margarita tensaron sus vistas cosiendo nasobucos; Matilde y Marbelis escudriñaron una y otra vez las estadísticas en busca de conexiones que ayudaran a frenar la covid-19; Clotilde, Laura, Ada y Arlín estudiaron legislaciones y construyeron protocolos contra la violencia, Yamila y Ana María siguieron soñando -y escribiendo- un código de familias que cambiará la vida de muchas personas de este lado del mundo; Bárbara y Consuelo echaron mano del WhatsApp y brindaron orientación psicológica a distancia; Yunia y Lázara hicieron parir la tierra; Iramis y Sayli construyeron noticias y alertas sanitarias; Zulma mantuvo bien controladas las riendas de una refinería gigantesca…
Son apenas unos pocos nombres de muchísimos posibles. Tienen edades y ocupaciones diversas; andan de un extremo a otro de la geografía del caimán, pero comparten una característica común: viven y construyen dentro de un proceso social que ha ido creciendo a la par que les cambia la vida. Han sido protagonistas, además, de lo que Teresa Amarelle, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) considera “tres años que nos obligaron a remover las esencias”.
Los años duros
Teresa Amarelle Boué, Secretaria General de la FMC. Foto: Miguel Rubiera / Archivo ACN.
Para la también integrante del Buró Político del Partido, las esencias fundamentales de la FMC, históricamente, han sido “la lucha por la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres, la atención a las familias y, por supuesto, la defensa de la Revolución socialista”.
A su juicio, los últimos años han significado una renovación de esas misiones –atravesadas por la prevención y el trabajo social-, pero no solo por el impacto de la covid-19.
“Ya desde 2019, meses antes de que llegara la pandemia, estábamos inmersas en la implementación de los acuerdos de nuestro X Congreso, y sobre todo de los resultados del proceso previo que se realizó en las comunidades. De los encuentros con mujeres de todos los rincones del país se recogieron más de 500 planteamientos y el 70 por ciento de ellos estuvieron relacionados con la necesidad de actualizar nuestro funcionamiento. No es casual, tampoco, que en el VIII Congreso del Partido nuestro General de Ejército llamara a las organizaciones de masas a revitalizar su trabajo. O sea, la necesidad de renovación fue reconocida por nuestras mujeres y también por la dirección del país. Luego, la aprobación de la actual Constitución de la República trajo otros desafíos para el trabajo de la organización, y no solo por el hecho de ser parte de su equipo redactor o de haber trabajado muy duro en la consulta popular que finalmente la refrendó con más del 86 por ciento de los votos. Las miradas amplias e inclusivas que la Carta Magna aporta a las batallas contra la igualdad y la discriminación también impactan directamente en la agenda cotidiana de la FMC.
— ¿De qué maneras la COVID-19 complejizó el escenario y obstaculizó el proceso de cambios que venían implementando?
La pandemia nos obligó, como nunca antes, a estar permanentemente en nuestras bases, en nuestros barrios. Yo puedo asegurar que para nosotras los mejores años de funcionamiento han sido estos últimos, pues a pesar de la enfermedad y de la situación económica, el propio confinamiento y las múltiples formas en que se reordenó la vida del país nos obligaron a estar constantemente en la primera línea.
Desde la organización estuvimos siguiendo el trabajo de los estudiantes en las comunidades; participamos activamente en el aseguramiento de las familias que se convirtieron en educadoras de sus hijas e hijos durante el confinamiento. No en todas las comunidades se pudieron aprovechar igual las teleclases, porque hay zonas de silencio y tuvimos muchísimos encuentros con el Ministerio de Educación para evaluar cómo podíamos contribuir.
Hay personas, por ejemplo, que han subestimado los nasobucos que nuestras federadas hicieron en aquellos momentos iniciales de la pandemia. Pero esos nasobucos nos salvaron la vida porque los profesionales, los desechables, comenzaron a entrar al país mucho después. Nuestras mujeres armaron talleres en los barrios, sacaron sus máquinas de coser y se pusieron a hacer mascarillas, pero también sobrebatas, botas quirúrgicas y otras piezas fundamentales para los hospitales. Hubo comunidades que también se unieron para hacer los componedores para los niños que estaban aprendiendo a leer, juguetes con materiales desechables, entre otras muchísimas cosas. Todavía este agosto hay costureras que no han salido de vacaciones por decisión propia, para poder terminar los uniformes escolares, porque esos tejidos siempre llegan con tiempos muy ajustados.
También apoyamos en las farmacias con el envase del hipoclorito, en las primeras labores de mensajería para ayudar a personas mayores en los barrios. Hoy ese es un trabajo institucionalizado, remunerado, pero empezamos a hacerlo de manera voluntaria. Y es bien conocida la participación de nuestras mujeres en la producción científica. Integramos el grupo temporal de trabajo para la atención a la pandemia, pero muchísimas federadas fueron parte de los equipos de investigación de las vacunas, de los protocolos de atención, de los nuevos tratamientos y medicamentos. Y luego protagonizaron los ensayos clínicos y el proceso de vacunación. Nos dimos cuenta de que teníamos que cambiar las formas de la actuación de las brigadistas sanitarias y eso supuso un desafío tremendo en momentos en que el personal de salud estaba saturado de trabajo. Así que las mujeres estuvimos en zona roja, en los centros de aislamiento, apoyando labores de servicio, de lavandería, de limpieza; pero también en las producción de alimentos.
Fueron años de aprendizajes para la prevención y atención a la violencia de género, pues en este tiempo las mujeres violentadas vivieron prácticamente confinadas con sus abusadores pues el país estaba paralizado. Hubo que crear otras redes de asistencia, otras alternativas, otras maneras de atender ese maltrato. En ese camino, con el apoyo de nuestro grupo asesor para la atención a la violencia, se extendieron los servicios de la Línea 103, se escribieron rutas, protocolos, para atender la violencia en cuarentena, se capacitó a los operadores de las líneas telefónicas de apoyo, de la fiscalía, de la policía, y de otros espacios de atención a distancia. Todo ese trabajo nos demostró que las Casas de Orientación no podían estar solo a nivel de municipio y estamos llevando la experiencia de equipos multidisciplinarios de atención a las comunidades. También creamos grupos de expertos en todas las provincias, porque la experiencia que habíamos tenido con el equipo asesor nos está dando resultados. Hemos retomado la capacitación y adiestramiento en prevención, en técnicas de Educación Popular con el Centro Martin Luther King. En fin, nos estamos renovando.
Si algo han demostrado estos años difíciles es que hay mucho altruismo en el pueblo de Cuba y en nuestras mujeres. Y se confirma una y otra vez: con la pandemia, con los sucesos del Saratoga o con los de la base de supertanqueros de Matanzas. Todavía tenemos compañeras sanitarias, combatientes, bomberas y hasta periodistas recuperándose de quemaduras.
Siempre pienso que eso no hubiera sido posible sin aquel momento fundacional de hace 62 años, donde las mujeres se unieron en una sola organización. Y tampoco sin esa voluntad política y humanista de la Revolución.
Es importante resaltar el valor que ha tenido durante todos estos años contar con el Centro de Estudios de la Mujer (CEM), un espacio propio para la investigación de género, pero también con la Editorial de la Mujer, que ha acompañado desde la comunicación cada tarea, cada cambio, a través de las páginas de Mujeres y Muchacha, pero también de muchos libros de consulta.
Cuando me preguntan cuáles son las fortalezas de la FMC, no tengo ni que pensarlo: son las cubanas y la manera en que estamos organizadas. Dos ideas de Fidel tienen una vigencia extraordinaria en estos tiempos. Que las mujeres convertimos en hazaña el esfuerzo cotidiano y que somos una revolución dentro de la Revolución.
—La atención a madres de familia numerosas, la creación de las casitas infantiles, la atención a vulnerabilidades diversas en las comunidades. ¿También ha sido la FMC parte de la implementación de la política de atención a la dinámica demográfica?
Para nosotros todo lo que tiene que ver con la dinámica demográfica es prioridad por muchas razones. Las mujeres son mayoría entre las personas mayores en Cuba, incluso estadísticas recientes nos dicen que son más de 55% de la población mayor de 80 años, en un país donde la esperanza de vida geriátrica es de 23 años, lo cual impone retos grandes también.
Se estima que para 2030 la mayoría de los hogares cubanos estén siendo dirigidos por una mujeres; eso lleva entrenamiento, preparación para que las cubanas puedan vivir de una mejor manera ese escenario. La mayoría de las personas que se dedican al cuidado en Cuba son mujeres. Al margen de que se trata de una distribución patriarcal de roles que debemos contribuir a cambiar, tenemos que ser conscientes de esa realidad para poder transformarla; desde las instituciones, pero también educando a las familias para que entiendan que esa es una responsabilidad que debe ser compartida.
Por otro lado, la participación en los Observatorios Demográficos nos ha permitido identificar otras realidades sobre las que estamos trabajando como la maternidad temprana o la localización de madres en situaciones de vulnerabilidad por cuestiones laborales o de vivienda, , por ejemplo. También nos están sirviendo como referente para la creación del Observatorio de Género que estamos trabajando con la Universidad de La Habana y la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). Ya tenemos definidos un grupo de mas de 70 indicadores de seguimiento, pero es un trabajo que lleva recursos, lleva ciencia y es parte de los mandatos del Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres (PAM), que también aprobamos y echamos a andar en estos años difíciles. No es ocioso que uno de los primeros temas que llevamos a debate en el contexto del PAM fue el embarazo en la adolescencia. Y lo hicimos desde los aportes del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM), pues es la institución que mejor nos puede brindar elementos para trazar una hoja de ruta que permita su atención.
—La FMC ha participado en estos años de un proceso menos visible a nivel comunitario, pero estratégico: el acompañamiento al cronograma legislativo. ¿Qué implica exactamente ese trabajo? ¿Cuáles son los desafíos?
La FMC es el mecanismo nacional para el empoderamiento femenino en el país y, además, como organización integra el Consejo de Estado. Eso quiere decir que somos parte consultiva para la aprobación de la leyes y normas. Siempre recuerdo que la primera Constitución del período revolucionario decía que las mujeres debían tener iguales derechos y oportunidades que los hombres y cuando se hizo la reforma constitucional en el año 1992, a propuesta de la FMC, eso se cambió. Ya habíamos avanzado en los estudios de género, teníamos un conocimiento mayor y dijimos que no, que el hombre no podía ser referente para el ejercicio de los derechos. Y finalmente quedó que mujeres y hombres tenemos iguales derechos y oportunidades.
O sea, la FMC siempre ha tenido la posibilidad de participar en las discusiones especializadas de las leyes. Ahora, en línea con el intenso cronograma legislativo del país, tenemos un papel mucho más activo en ese proceso. El trabajo se ha fortalecido, además, con la creación del grupo asesor, primero para el tratamiento de la violencia y que luego hemos ido multiplicando, de acuerdo con el estilo de trabajo de nuestro Gobierno de tomar decisiones sostenidas en la ciencia y la innovación. Eso nos ha permitido que las propuestas que hagamos sean mucho más colegiadas, tengan una mirada más integral, porque incluyen no solo el conocimiento de lo que las mujeres sienten y viven en las comunidades, sino la interpretación desde la psicología, el derecho, la sociología, la comunicación, entre otras disciplinas. Hemos desarrollado más de un encuentro con el Tribunal Supremo, la Fiscalía y otros organismos de la administración central del Estado, previos a la aprobación final de cada nueva norma jurídica, en busca de que fueran concebidas desde perspectivas de género y de protección.
El propio presidente del Tribunal Supremo reconoce en todas las introducciones a sus leyes los aportes que ha hecho la FMC. Yo lo interpreto como una posibilidad para la organización, sostenida con el trabajo que hizo nuestro grupo asesor y nuestro Centro de Estudios de la Mujer. Lo más importante ahora es la implementación articulada de todas esas legislaciones que complementan y completan la Constitución de la República. Ahí quedan desafíos de instrumentación, de capacitación, para todas las personas involucradas.
—Decía Vilma Espín que “en las tareas de la Revolución siempre se vuelve a empezar y se debe empezar; nunca se termina”. ¿Esa es hoy la cotidianidad de la FMC?
No se puede celebrar un aniversario de la FMC sin recordar a Vilma y esa frase describe perfectamente la vorágine de trabajo que estamos viviendo. Hemos revisado las esencias fundacionales de la organización de hace 62 años y estamos retomando muchísimas cosas, pero atemperadas a las condiciones y el contexto en que vivimos: la visión del trabajo social, de la prevención, del activismo con las más jóvenes federadas.
En un momento la FMC tuvo activistas en las organizaciones estudiantiles y es algo que estamos rescatando. En los inicios tuvimos hasta estructuras en los centros laborales. Obviamente hoy no es necesario. ¿Pero, que son los comités de género que estamos creando en instituciones, empresas, ministerios? Pues una manera de velar por las esencias que defendemos; espacios que van a garantizar que la perspectiva de género no falle en los entornos administrativos.
Uno de los desafíos inmediatos, ya lo comentaba, es la implementación articulada del PAM y las nuevas normas y legislaciones; pero también otro muy importante es generar empleos donde las mujeres puedan realizarse. Igualmente, atender a la diversidad de cubanas que hoy habitan el país, y a sus demandas y necesidades, es un reto enorme.
Las creación de casitas infantiles en instituciones, ministerios, espacios productivos, va en esa dirección. Sabemos que los círculos infantiles no son suficientes para cubrir las necesidades y es muy alto el valor que tiene que pagar una familia para tener un niño o niña en lo que se conoce como casas de cuido, o cuidadoras por cuenta propia. Tenemos ya 52 casitas, pero no hemos avanzado todo lo que queríamos; debemos seguir trabajando con el apoyo del Gobierno.
También estamos insistiendo para que en cada espacio laboral se tenga el cuenta la promoción de las mujeres a puesto directivos, a posiciones clave y mejor remuneradas; en la bonificación de las tareas de cuidado. Muchas medidas aprobadas en el X Congreso o por la propia Política de atención a la dinámica demográfica no han podido implementarse por la compleja situación económica del país, pero hacia allí vamos.
Y siempre está Vilma, animando e impulsando. No hay una sola tarea que no tenga en su espíritu el pensamiento de Vilma, el ejemplo de Vilma.
Mujer cubana. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.
—Se habla mucho de feminismo recientemente en los espacios de la Federación de Mujeres Cubanas. ¿Cuál es ese feminismo que defiende la organización?
Cuándo surgió la FMC, aunque no se reconoció literalmente feminista, sí asumió el programa que habían trazado muchas organizaciones feministas que existían en el país. Incluso, varias de las feministas más reconocidas de la época fueron fundadoras de la organización y pasaron a formar parte de su primer Comité Nacional.
Defendemos el feminismo que lucha por la igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas, por hacer notar esa capacidad transformadora de las mujeres, porque nadie subestime el papel que ellas pueden desempeñar en la sociedad. Es el feminismo que Vilma reconoció siempre y seguimos orgullosas , agradecidas del papel que jugaron las feministas en la historia de la emancipación de la mujer en esta nación.
Asumimos que la Federación de Mujeres Cubanas es un espacio donde caben todas las mujeres: feministas, ambientalistas, animalistas, afrodescendientes; pero también personas con identidades de género y orientaciones sexuales diferentes; profesionales, obreras y amas de casa. Nuestro horizonte es la igualdad, y si en ese camino hemos retrocedido a veces un poco, es porque hemos tenido que trabajar siempre bajo fuego, en contingencia. Pero no hemos renunciado a ese legado.
Aniversario 60 de la Federación de Mujeres Cubanas. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.Siempre en la primera fila. Foto: Abel Padrón Padilla/CubadebateCreativas y vitales en la Escuela Cubana de Ballet, como en todas las artes y la cultura cubanas. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.Mujer cubana. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.Cubana. Foto: Ismael Francisco/ CubadebateDra. Sonia Resik, jefa del Departamento de Virología del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK). Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.Integrantes del Contingente Henry Reeve de médicos cubanos. Foto: ACN.
Claudia Brizuela Galindo, jefa de carro del Comando 1 de Bomberos. Foto tomada de Cubadebate.
Lisandra Fariñas – Red Semlac.- Conmoción y tristeza, dentro y fuera de Cuba, y una ola de apoyo y solidaridad con las familias de víctimas y personas lesionadas ha dejado en las últimas horas el trágico accidente ocurrido el pasado 6 de mayo en el Saratoga, reconocido hotel de lujo en La Habana.
Cerca de las 11:00 am del viernes ocurrió una explosión en la instalación, muy cercana al Capitolio habanero. Testigos en la zona confirmaron un fuerte estruendo, humo y polvo procedente del edificio. Casi de inmediato, comenzaron a circular imágenes y videos en redes sociales donde se podía ver la gravedad del incidente, que también afectó inmuebles cercanos, incluido un edificio multifamiliar, una escuela primaria y el Teatro Martí.
Toda la infraestructura del hotel, desplomada en su mayoría, fue notablemente afectada. De acuerdo con el último parte oficial, emitido a las 6:30 pm del domingo 8 de mayo por el Ministerio de Salud Pública, se reportaban hasta entonces 85 lesionados, 24 de los cuales aún se encuentran hospitalizados.
En la mañana de este lunes 9 de mayo se informó que en la madrugada se encontraron otras tres personas sin vida que trabajaban en el hotel, lo que eleva el número de fallecidos a 34, entre ellas cuatro menores de edad y una embarazada.
Imagen tomada de ACN.
No se han encontrado personas sobrevivientes tras el día de la explosión, pero continúa la búsqueda ininterrumpida bajo los escombros, pues se reportan más de 10 personas desaparecidas.
Autoridades cubanas descartaron la posibilidad de un atentado, aunque todavía se investigan las causas del siniestro. La explosión de grandes proporciones ocurrió mientras se realizaba el trasiego de gas licuado desde un camión cisterna a la instalación hotelera.
“En ningún caso fue una bomba, ni ha sido un atentado…. Ha sido sencillamente un accidente lamentable, muy lamentable, y parece que está alrededor de la bala de gas”, dijo el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, quien junto a otros funcionarios del gobierno llegó al lugar de los hechos poco después de la explosión.
El Hotel Saratoga, de categoría cinco estrellas y conocido por hospedar a grandes personalidades del mundo del espectáculo, tenía planificado reabrir sus servicios este 10 de mayo, luego de dos años cerrado como consecuencia de las restricciones impuestas por la pandemia de la covid-19.
Estrella Acosta es vecina de Factoría 7, en la calle Monte cercana al hotel. “El estruendo dejó a todos desesperados, la gente corría hacia el hotel a prestar auxilio y todos gritaban “los niños de la escuela”. Fueron minutos de desesperación que aún se prolongan”, cuenta a SEMlac.
Esa fue una de las principales tensiones, porque a un costado del hotel se ubica la escuela primaria “Concepción Arenal”, de 393 alumnos, cinco de los cuales sufrieron lesiones leves, según la información emitida por el gobierno de la ciudad.
Arianna Sensial Ramírez, profesora de esa escuela, dio su testimonio a la agencia Prensa Latina y dijo que al momento de la explosión estaba dando clases de Lengua Española.
“Los niños estaban leyendo, era el inicio de una letra nueva, todos muy entusiasmados, con deseos de aprender. Cuando estoy en la pizarra (me queda hacia atrás el balcón), se escucha el ruido y la puerta me cae sobre la espalda. Quedé en shock. La asistente que se encontraba al final del aula me traslada a todos los niños y cuando ella viene hacia adelante me ayuda a mí a salir. Me dirijo hacia el pasillo, no se veía nada por el polvo, los niños me abrazan y me dicen ‘maestra, hacia dónde vamos’…Les dije, todos con calma, control, nadie corre, nadie grita, nadie se empuja, vamos a bajar por la escalera, uno detrás del otro, hasta llegar a la parte de atrás del comedor… Abajo nos dan información de que debemos trasladarlos hacia el Capitolio, la parte de afuera… Ahí ya los padres iban llegando, cada cual recogía a los niños, no hubo lesiones graves…”, cuenta la profesora.
Lauren Balart, con ocho años de trabajo como voluntaria en la Cruz Roja. Foto tomada de PL.
Respuesta inmediata y ola de solidaridad
La joven residente de cirugía maxilofacial Lisset Rodríguez, de 27 años, participó en la atención de casos trasladados al hospital Calixto García. Foto Semlac Cuba.
La respuesta de las fuerzas de salvamento y rescate, el servicio de urgencias médicas, paramédicos, el sistema de salud, ministerios y organizaciones diversas fue inmediata y organizada, enfocada en preservar el mayor número de vidas, ha trascendido en reportes de prensa.
Poco después de la explosión, aun en medio de la conmoción, la población de La Habana acudió de forma masiva a realizar donaciones de sangre para apoyar a los heridos. Jóvenes universitarios, científicos, deportistas y personas diversas llegaron a los bancos de sangre en cifras tales que sobrepasaron las capacidades para procesar las donaciones.
“No colapsaron nuestros hospitales, se llenaron los bancos de sangre sin apenas convocatoria, porque lo que nos movió fue la humanidad”, apuntó la doctora Lissette del Rosario López González, jefa del grupo nacional de Pediatría del Ministerio de Salud Pública y pediatra intensivista del hospital Juan Manuel Márquez; donde permanecen hospitalizados cinco menores de edad, algunos con lesiones graves.
Ese mismo viernes las donaciones de sangre superaron las 1500 y en días siguientes las 2000.
El sistema de salud respondió rápidamente, se reforzaron equipos médicos, de enfermería y técnicos, y se organizaron recursos y condiciones para la recepción masiva de las víctimas y sus familiares, aclaró una nota del Minsap.
Para la doctora Leonor Verdecia Sánchez, pediatra y subdirectora de Asistencia Médica del hospital Juan Manuel Márquez, este ha sido uno de los días más tristes que recuerda. Foto Cubadebate
Para la doctora Leonor Verdecia Sánchez, pediatra y subdirectora de Asistencia Médica del hospital Juan Manuel Márquez, este ha sido uno de los días más tristes que recuerda. Lleva 48 horas en el hospital coordinando el recibimiento y atención de 15 menores que fueron internados. Diez de ellos ya fueron puestos de alta hospitalaria.
“Lo que más nos conmovió fue el trabajo en equipo de nuestros médicos y la solidaridad que vimos de toda la población. A este hospital llegaron madres y padres que nos decían: ‘tenemos hijos, vinimos a donar sangre, qué tenemos que hacer’. Médicos de otros hospitales nos llamaron: doctora, ¿qué necesitan?, queremos ayudar, ¿vamos hacia allá?”, refiere.
Fue el mismo sentimiento que movió a la licenciada Annia Figueredo, con 10 años en el Sistema Integrado de Urgencias Médicas (SIUM), a presentarse voluntariamente e incorporarse a los primeros auxilios y el traslado de víctimas y lesionados desde el hotel hacia las instituciones de salud.
“Cómo no voy a estar allí, con mis colegas; la situación ameritaba dar lo mejor de nosotros. Fue increíble cómo nos articulamos en función de trabajar coordinados y todos, voluntarios, personal de salud que se sumó, las bases regionales, formamos equipos en el terreno que nos permitieron trabajar más rápido y mejor”, dijo.
Yadelis Esquivel, psicóloga de apoyo en casos de desastres, se ha unido al trabajo logístico en las inmediaciones del hotel. Captura del NTV
Al igual que Annia, otras mujeres han estado en la primera línea de la respuesta al siniestro. Desde hace más de 54 horas circulan por redes sociales y reportes de prensa las imágenes de Claudia Brizuela Galindo, bombera de 21 años y jefa de carro 714 del Comando 1, el primero en llegar a la escena del siniestro.
Otros rostros, como el de las jóvenes rescatistas Laurent Balart y Yisel Garrido, de la Cruz Roja; o el de Yadelis Esquivel, psicóloga de apoyo a desastres— quien se presentó enfocada en la atención a niños y niñas, pero permanece en el lugar apoyando a las fuerzas de salvamento— se han unido al de médicas, enfermeras, directivas, ministras, maestras, paramédicas, periodistas o mujeres que apoyan con la logística, el alimento y el agua en las inmediaciones del hotel.
“No ha habido descanso”, dice a SEMlac la joven residente de cirugía maxilofacial Lisset Rodríguez, de 27 años, quien participó en la atención de casos trasladados al hospital Calixto García.
“Cuando ocurren hechos de este tipo, una intenta ayudar a todas las personas, salvar a todas. Lamentablemente, atendimos pacientes que no pudieron preservar la vida porque llegaron muy deteriorados. Es triste para un médico no poder devolverlos a sus familias, más en un día de las madres”, dijo refiriéndose a la fecha que se conmemoró este segundo domingo de mayo en la nación caribeña.
A raíz del trágico suceso, el país ha recibido condolencias de numerosos gobiernos, como España, México, Bolivia, Nicaragua, Venezuela y Rusia, organismos internacionales como la Unesco y numerosas personalidades, entre los que destaca el Papa Francisco. Organizaciones de solidaridad y de cubanos residentes en el exterior se han sumado al apoyo al pueblo cubano.
En medio de gran consternación y tristeza, artistas e instituciones culturales suspendieron espectáculos y conciertos, han dedicado algunas de sus actuaciones programadas a las víctimas del siniestro y se han sumado a la vigilia y la espera de nuevas informaciones y partes sobre las acciones de rescate.
De forma espontánea, se han organizado veladas en los alrededores del lugar del desastre, donde se mantienen grupos de personas y familiares en espera de noticias, con la esperanza de encontrar sobrevivientes.
Al cierre de esta nota se seguían turnando las fuerzas de rescate y salvamento en jornadas continuas de día, noche y madrugada, tratando de despejar los escombros del lugar para alcanzar las zonas bloqueadas del sótano y subsótano de la edificación en ruinas, en busca de otras víctimas.
Tuvo, por encima de todo, un sentido elevado de la justicia, que la dotó de la capacidad para asumir un sagrado deber: la defensa de las causas nobles, el batallar incansable por la libertad y la soberanía de esta tierra
Si le pidieran a la madre patria nombrar a esos hijos e hijas que la han hecho enorgullecerse por su nobleza, sus virtudes y su ejemplo, estaría sin reparos, entre los iluminados nombres, el de Vilma Espín Guillois.
Cómo no hacer mención a esa mujer, excepcional por su sensibilidad y humanismo, humilde y sincera, fiel a Cuba, amante de la dignidad, poseedora de los más sólidos principios.
También podría la madre patria decir Déborah, y entonces la mención sería para la luchadora clandestina, para la guerrillera. De ambas nació la líder inolvidable, la voz de los derechos femeninos, la dirigente que supo ser al mismo tiempo amiga y hermana de tantas federadas cubanas en cuyos corazones es eterna.
Aquella joven de multifacéticas inspiraciones, que amó el canto y el ballet, que se desdoblaba incluso en el deporte, tuvo, por encima de todo, un sentido elevado de la justicia, que la dotó de la capacidad para asumir un sagrado deber: la defensa de las causas nobles, el batallar incansable por la libertad y la soberanía de esta tierra.
No es casual que las huellas de amor y entrega que plantó se mantengan intactas, a pesar de no estar físicamente. No es casual porque, cuando se actúa motivado por sentimientos verdaderos y profundos, por sueños que sobrepasan la individualidad para ser los sueños de muchos, por la esperanza inquebrantable en una sociedad donde la equidad y el respeto sean pilares esenciales, se inmortaliza, aun cuando su sencillez le impida pretenderlo.
Si invaluable fue su contribución al triunfo, igual de titánica fue la labor que desempeñó después de aquel 1ro. de Enero. Tanto es así que el propio Fidel reconoció muchas veces su valía, en el camino que siguió la Revolución para garantizar a las mujeres su plena realización dentro de todos los ámbitos de la sociedad.
A la Federación de Mujeres Cubanas, organización de la que fue ideóloga, fundadora y presidenta hasta su último aliento, dedicó todas sus energías, y junto a valiosas compañeras, y con el irrestricto apoyo del Comandante en Jefe, hizo de ella un ejemplo para el mundo, y en su nombre alzó la voz en los más disímiles escenarios internacionales, como muestra del papel protagónico de las mujeres en el socialismo cubano.
Por eso, aunque cada 7 abril recordamos el privilegio enorme de que naciera, en Cuba, una persona como ella, Vilma es la motivación del hacer diario, de las metas que construimos juntos, como el proyecto de Código de las Familias, también fruto de su ardua labor.
Vilma es la más alta expresión de que el heroísmo y la entrega sin límites a la Patria, son cualidades intrínsecas de la mujer cubana.
El panel El papel de Vilma en el nuevo Código de las Familias se efectuó ayer en la sede de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), en ocasión del aniversario 92 del natalicio de la insigne combatiente, que se conmemorará mañana
Quien vea el Código de las Familias separado del desarrollo de la mujer cubana está fracturando la misión emancipadora que ella ha protagonizado en la concreción del vínculo familia-mujer-sociedad, promovido desde el triunfo de la Revolución y con el liderazgo de la Heroína de la Sierra y del Llano, Vilma Espín Guillois.
Así transcendió en el panel El papel de Vilma en el nuevo Código de las Familias, efectuado ayer en la sede de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), en ocasión del aniversario 92 del natalicio de la insigne combatiente, que se conmemorará mañana.
También en este proyecto de ley, actualmente en consulta popular, «Vilma vive entre nosotras, siempre está presente», subrayó Teresa Amarelle Boué, miembro del Buró Político del Partido y secretaria general de la fmc, quien mencionó diferentes estudios e investigaciones que sobre el tema promovió la organización fundada por Vilma Espín.
Prestigiosos panelistas destacaron los aportes de Vilma desde el Código de la Familia de 1975, y significaron sus valores como mujer martiana, marxista y comunista, que creía en el saber, y quien, específicamente, abogó por que los niños y adolescentes no fueran separados de sus padres, por el interés superior de estos, por el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo.
Desde el primer Código de la Familia tuvo presente la investigación científica; Vilma fue una ferviente estudiosa de estas materias, de todos los nuevos aportes de la ciencia, promotora de la necesidad de formar hombres y mujeres preparados para vivir en el socialismo, y con claridad sobre el papel de las Ciencias Sociales, destacó la doctora Mayda Álvarez Suárez.
«Fueron obras de creación científica los círculos infantiles, el Instituto de la Infancia, el Centro Nacional de Educación Sexual, la Comisión de Prevención y Atención Social, la Comisión Permanente de la Asamblea Nacional del Poder Popular que abarca estos temas, las cátedras de la Mujer, las casas de Atención a la Mujer y la Familia, y el Centro de Estudios de la Mujer», aseguró.
Destacó, además, que el actual Código de las Familias reconoce los derechos de las mujeres, y refleja aspectos por los que ha estado luchando la fmc durante todos los años de Revolución.
Con el nuevo proyecto de ley «lo que estamos haciendo es traer la sociedad al Código, lo que estamos haciendo es reflejar en la norma jurídica las problemáticas sociales que tenemos», subrayó la Secretaria General de la FMC.
David Rodríguez Fernández* – Cubainformación.- La periodista y profesora cubana Dixie Edith Trinquete Díaz ha culminado una gira por el Estado español que le ha llevado por distintos territorios (Andalucía, Murcia, País Valencià, Madrid, Aragón, Catalunya, Cantabria, Asturias y Galiza) para participar en más de 20 actividades junto a las asociaciones solidarias con la isla que forman parte del MESC (Movimiento Estatal de Solidaridad con Cuba), que agrupa a 58 organizaciones de todo el estado español, para abordar la situación de la mujer en Cuba en tiempos de bloqueo y de manipulación informativa.
Dixie Edith, quien también forma parte del equipo asesor multidisciplinar y científico de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), con una amplia experiencia docente e investigadora, mantuvo encuentros con asociaciones feministas, solidarias con Cuba y representantes políticos para intercambiar sobre experiencias de lucha por la igualdad.
Durante todo el mes de marzo, en el contexto de las movilizaciones del 8M contra el patriarcado, la especialista cubana pudo exponer antes centenares de personas la historia de la lucha de las mujeres en Cuba, analizar el salto cualitativo para alcanzar las conquistas por la igualdad que supuso el triunfo revolucionario en 1959 y la creación de la Federación de Mujeres Cubanas en 1960, relatar las afectaciones del bloqueo económico de EEUU al pueblo cubano y en especial a las familias, y reflexionar sobre los retos actuales de Cuba y de la mujer que están siendo reflejados en el debate legislativo del Código de las Familias por parte de la población. Han sido espacios para abordar la diversidad y la complejidad actual social y económica en la isla, con todos sus matices, con autocríticas constructivas, con ejemplos de experiencias de democracia popular para convertir las adversidades en nuevos avances sociales, de análisis sobre los debates que se están dando en las organizaciones de masas, del papel de solidaridad con la isla y cómo mejorar su comunicación, de la manipulación informativa sobre la realidad y de las acciones contra la soberanía del país, entre otros temas.
Y todo esto se hizo en un contexto muy hostil para Cuba, quien sufre los permanentes ataques de la mafia de Miami y el Departamento de Estado de EEUU que han trasladado a Madrid y a Bruselas sus filiales del terror a través de sus socios de derecha extrema y extrema derecha como los partidos PP, Ciudadanos y Vox, y de sus pantallas financiadoras y financiadas como el Observatorio de Derechos Humanos, la Alianza Iberoamericana Europea contra el Comunismo, medios digitales como CiberCuba o Diario de Cuba, entre otros. Estos agentes al servicio de intereses ajenos a la voluntad popular de Cuba son mercenarios 2.0 que se suman a la guerra que se le hace a Cuba desde hace más de 60 años con mentiras y agresiones de carácter fascista, como están sufriendo algunas personas y organizaciones solidarias con la isla e incluso el personal diplomático en la ciudad de Barcelona. Incluso trataron de boicotear algunos actos de la gira de Dixie Edith, pero ante sus ataques de odio obtuvieron una contundente respuesta llena de argumentos y solidaridad en la frente. No solo se retrataron como intolerantes que piden más bloqueo y guerra a su país, sino como peones de unas posiciones ideológicas escoradas a la extrema derecha, como se reflejó en su intento de reventar la tradicional manifestación del 8M en Madrid. Estos ataques están siendo llevados a cabo por personas de origen cubano que cobran por emitir espectáculos en directo en sus redes sociales, y reciben el apoyo de organizaciones políticas y de medios de comunicación de derechas, e incluso con cierta permisividad de algunas administraciones. Pero estos pequeños grupitos no representan más que a sus dueños, a quienes les financian por atacar a su propio país. La mayoría de cubanos y cubanas residentes en el exterior de la isla se desentienden de estos personajes y mantienen relaciones normalizadas con su país a través de sus representantes oficiales, e incluso muchos de ellos denuncian la permanente agresión económica por parte del gobierno de EEUU hacia Cuba que afecta a sus propias familias organizados en asociaciones de cubanos y cubanas.
Esta estrategia de ataques a Cuba y a su solidaridad se desarrolla amparada en la constante campaña de desinformación mediática, marcada por el silencio informativo o la manipulación y la mentira sobre la realidad del país. Esta matriz de opinión, que atenta a la soberanía e independencia de Cuba, pretende entorpecer las relaciones diplomáticas con otros gobiernos a todos los niveles. Por otro lado, trata de blanquear la existencia y los efectos del bloqueo de EEUU, al tiempo que intenta asociar las dificultades económicas a la gestión del gobierno popular de la isla. Se trata de toda una batalla de ideas que forma parte de la guerra cultural del capitalismo contra las disidencias de izquierdas. Porque Cuba, que sigue resistiendo de forma creativa el bloqueo económico, comercial y financiero de EEUU y a todo tipo de agresiones, es un referente para la izquierda mundial y para los pueblos que luchan por su independencia, les guste o no a los poderes imperialistas.
Dixie Edith Trinquete Díaz colabora con el Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y el Caribe (SEMlac), es profesora de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y del Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Además, ha sido Oficial de Comunicaciones del Fondo de Población de las Naciones Unidas en Cuba. Para la solidaridad internacional con Cuba y el feminismo ha sido una gran oportunidad poder compartir con Dixie Edith, quien representa un verdadero ejemplo de la mujer cubana del siglo XXI, nacida y formada por una revolución que le dio las “armas” para ser mujer emancipada, profesional y revolucionaria y que le enseñó a defender su independencia y a trabajar por sus anhelos de justicia social, de igualdad plena y de mejor socialismo a través de su palabra y sus ideas, en Cuba y en el mundo. La revolución será feminista o no será, y la cubana es un ejemplo llena de mujeres y hombres que le dan continuidad y vida, como Dixie Edith.
* David Rodríguez Fernández es miembro de la Mesa de Coordinación del MESC (Movimiento Estatal de Solidaridad con Cuba), en representación de la Asociación Valenciana de Amistad con Cuba «José Martí», entidad encargada, en 2022, de realizar el próximo Encuentro Estatal de Solidaridad con Cuba.
Graciela Ramírez Cruz – Resumen Latinoamericano Corresponsalía Cuba.- A nuestros enemigos les retuerce las tripas la derrota que vienen sufriendo tras cada intento de borrarnos del mapa. Ellos saben bien que saldremos más fuertes y mejores que antes. Y cada paso que damos en esa dirección los enfurece de odio y les nubla la vista a extremos de llegar al absurdo y al ridículo.
A Cuba se le prohíbe todo, no les alcanza con la inmoralidad y la ilegalidad del bloqueo más largo, cruel y sostenido de la historia, ni con las 243 medidas, ni con los ataques terroristas, ni los millones de millones para que este país vuelve a ser su colonia. A Cuba no se le vende ni una aspirina Bayer aunque se fabrique en Alemania, ni se le da acceso a créditos y financiamiento internacional, a Cuba se le boicotea todo: sus vacunas, la colaboración médica, el comercio, el transporte, el turismo, las comunicaciones y hasta la reedición de un festival memorable como el de San Remo que con solo mencionarlo nos hace revivir momentos hermosos de la música europea en sus mejores tiempos.
Y si esa cita estelar la dirige o la coordina, que no es lo mismo pero es igual, como diría Silvio, una revolucionaria cubana, de facciones delicadas, con gracia por naturaleza, sencilla y dulce como su pueblo, que pone toda su pasión y energía en todo lo que hace por su país en esta difícil etapa.
Pero si esa mujer es además la esposa y compañera del presidente cubano, el ataque debe ser brutal.
Así lo estamos viendo por estos días en la prensa canalla de Miami, en las redes sociales y en la presión hacia algunos artistas de poca valía que salieron a repetir como loros el guión deplorable de la sumisión.
Hablo de la compañera Lis Cuesta, no primera dama al estilo de la burguesía, hablo de una mujer que ha trabajado toda su vida en el ámbito de la universidad y la cultura, sin dejar de hacerlo ahora más allá de ser la esposa del presidente. Hablo de quien es madre y joven abuela y que junto a su esposo y compañero ha sufrido los dolores y angustias de la arremetida brutal de EEUU contra Cuba, con escasez de alimentos y medicinas, sin oxígeno, en medio de la 2da ola de la pandemia y el intento más serio de asestar un golpe blando.
Hay que ser muy fuerte para resistir la guerra que se le hace a Cuba. Hay que tener valores y principios muy grandes y un pueblo y una dirección revolucionaria de Patria o Muerte para sortear 60 años de bloqueo que son seis décadas de guerra no declarada pero impuesta.
En su perversidad al enemigo le afloran no solo sus pelos de gorila, sino también el machismo patriarcal del que gozan impunemente. A ningún dirigente masculino se le objeta la edad, el peso o la altura y mucho menos la ropa que viste. Pero si ese dirigente es una mujer empoderada, con personalidad y liderazgo, nos escudriñan hasta con lupa y tiran sobre nosotras todo su andamiaje de bajezas para tratar de neutralizarnos. No somos Barbys ni queremos serlo. Estamos felices con nuestros años, nuestras vidas, nuestra altura, nuestros kilos de más y de menos, con la ropa con la que mejor nos sentimos y el color del pelo que se nos da la gana.
Les molesta sobremanera que luzcamos bien. Siempre tengo presente a Evita, a Celia, Vilma, Haydee, a Olga Benerio Prestes, a Cristina, Dilma y Marielle Franco, a mis compañeras detenidas-desaparecidas entre tantas otras mujeres hermosas que dieron batallas memorables y las siguen dando. Celia y Vilma en la Sierra Maestra con las flores en sus cabellos y sus uniformes guerrilleros son nuestros espejos. Que no es el de Blanca Nieves. Es el de la lucha de nosotras, las mujeres, cada una en la etapa histórica de nuestros pueblos que la ha tocado vivir.
No les daremos jamás el gusto de vernos con las huellas que todas sus maldades dejan en cada una de nosotras y los hombres de este país de sol, de gente solidaria y noble, que no sabe de odios ni rencores pero puede dar clases de dignidad y solidaridad humana a todo el mundo. Al que jamás se le ocurriría boicotear ningún evento del peor enemigo. Porque le sobra la ética que tanto falta a los que se creen gendarmes del mundo.
Boicotean un Festival como el de San Remo Awards en Cuba, donde los más beneficiados serán los artistas que vengan a esta isla, que es un bastión de la música internacional.
Los que hoy lo boicotean no dicen que Cuba fue declarada por la Unesco ‘Ciudad Creativa de la Música’ por su altísima calidad artística. Tampoco que La Habana será la primera ciudad Iberoamérica en la que se realizará el San Remo Music Awards, uno de los más importantes certámenes de la música italiana que traen a nuestra memoria íconos como Gianni Morandi o Eros Ramazzotti, lo que tributa también para toda nuestra América Latina y el Caribe.
El gran certamen en el que participarán artistas internacionales y cubanos y concursantes de todo el país, se realizará a pesar de las presiones y el boicot del 5 al 10 de abril de este año.
Será otro gran disgusto para los señores imperialistas.
A la compañera Lis Cuesta Peraza el abrazo de sororidad y la fuerza y la belleza de las mujeres de la Patria Grande para seguir generando cosas buenas para el pueblo.
Graciela Ramírez
Corresponsalía Resumen Latinoamericano-Cuba y Mujeres al Sur
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