Los conquistadores del ciberespacio

Por: Michel E Torres Corona

En este artículo: AmazonAppleFacebookGoogleInternetMicrosoftRedes SocialesTecnología

El mundo virtual vende una ilusión de libertad, incluso de anarquía, que agrada a no pocos usuarios. En acto de enajenación, millones de personas hallan en el “metaverso” que se va construyendo una vía de escape a sus angustias vitales y a las limitaciones de todo tipo que sufren en la “realidad”. En Internet pueden leer, decir, ver, comprar, “todo lo que quieran”. Y quizás alguna vez, en sus inicios, la world wide web fue una promesa en ese sentido, pero lo digital terminó replicando las mismas dinámicas del mundo analógico.

Del mismo modo en que el planeta, sus recursos naturales y sus fuerzas productivas tienen dueños, el ciberespacio también los tiene. Un acrónimo muy usado da cuenta de cinco empresas de las más poderosas: Gafam (Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft).

Google es la empresa del motor de búsqueda más utilizado a nivel global. Tiene otros servicios, como una plataforma para la descarga onerosa o gratuita de aplicaciones, pero palidecen ante su producto estrella. Tener ese motor de búsqueda implica que Google tiene una capacidad avasallante para modificar la conversación social, para determinar cuáles serán los contenidos más visibles, para encerrar a sus usuarios en cámaras de eco donde solo se repiten resultados afines a su forma de ver el mundo.

Amazon es el sitio por excelencia para la compraventa digital: allí todo se vende, literalmente, desde libros hasta efectos electrodomésticos. Fundada y dirigida por uno de los hombres más ricos del mundo, Jeff Bezos, Amazon facturó el año pasado 500 000 millones de dólares y tiene millón y medio de empleados. Una de cada 40 personas en el planeta (de las cuales, alrededor de la mitad no tiene acceso a Internet) es cliente de esta empresa, que maneja más recursos financieros que economías como la de España o México.

Facebook, o más bien Meta, como decidieron llamarse para distinguir sus productos (redes sociales digitales) de la corporación, es el símbolo de una época en la que las personas interactúan más a través de sus teléfonos que con sus vecinos, donde se acumulan cientos y miles de “amigos” que no se podrían reconocer si chocaran por la calle. Cuando Meta/Zuckerberg entendió que muchos jóvenes veían como obsoleto a Facebook, y se mudaban a Instagram, tomó una decisión: compró Instagram. Cuando Meta/Zuckerberg descubrió que a nadie le gustaba Messenger, su app de mensajería, y que la mayoría de las personas se comunicaban por Whatsapp, tomó otra decisión: compró Whatsapp.

Por supuesto, el ciberespacio no se sostiene en el aire. Todos esos motores de búsqueda, servicios de compra online, aplicaciones de mensajería y redes digitales necesitan de dispositivos para ser utilizados y de tecnología para ser procesados. Y ahí entran Microsoft y Apple, la primera una compañía insigne de la piratería en Silicon Valley, encabezada por el taimado Bill Gates, que “tomó prestado” más de un invento y se hizo de una de las mayores fortunas de la historia universal; la segunda, otro símbolo de esta época, un símbolo de estatus ya impreso en las mentes de millones de personas, con su manzana mordida detrás de teléfonos que cuestan más solo por ser iPhones.

Cada una de estas empresas han aprovechado el auge de las nuevas tecnologías, han monetizado el proceso de informatización de la sociedad global (al menos esa parte que no está sumida en la miseria más absoluta y que no tiene derecho a internet). No son una fuerza del futuro, son una potencia del presente que no para de crecer.

Paradojas del capitalismo, algunos legisladores han tratado de defender la “libertad absoluta del mercado” limitando la libertad de empresa de Gafam, pero –¡sorpresa!– no lo han logrado.

(Tomado de Granma)

Guerra de cuarta generación, los gestores del caos

No es más que un eufemismo para un tipo de guerra imperialista, que busca aplicar una nueva forma de agresión con el menor costo posible en recursos humanos y materiales

Autor: Raúl Antonio Capote | internacionales@granma.cu

tanque de guerra
Foto: Caricatura de Moro

El término de Guerra de cuarta generación nació en octubre de 1989, cuando un grupo de analistas militares del Ejército y del Cuerpo de Infantería de Marina de EE. UU. publicó un documento titulado El rostro cambiante de la guerra: hacia la cuarta generación, en una edición del Military Review y la Marine Corps Gazette.

En realidad, no es más que un eufemismo para un tipo de guerra imperialista, que busca aplicar una nueva forma de agresión con el menor costo posible en recursos humanos y materiales.

Forma parte de la doctrina militar estadounidense y comprende la guerra de guerrillas, la creación de grupos paramilitares, el terrorismo de Estado, las operaciones encubiertas, la guerra civil y la propaganda en combinación con estrategias no tradicionales de combate, que incluyen el uso de las nuevas tecnologías de las comunicaciones y las redes sociales.

Tres elementos son fundamentales en este tipo de conflicto: la guerra económica, el ataque a la reputación y la subversión política, a lo que se podría sumar, vista la experiencia latinoamericana, el lawfare, el uso de bandas criminales, el paramilitarismo y el narcotráfico.

La guerra económica busca llevar a las personas a un estado de desesperación tal que anule su capacidad de razonar con lucidez, mientras los promotores del asesinato del carácter hacen su trabajo sucio en las redes sociales.

El asesinato de la reputación o del carácter es un proceso deliberado, dirigido a destruir la credibilidad y reputación de una persona, grupo social o país, con el objetivo de aislarlo y dejarlo indefenso ante sus agresores, así como justificar cualquier atrocidad cometida por los invasores.

Por otro lado, construyen líderes de cambio, mediante planes de becas y cursos de liderazgo, organizan y financian grupos opositores, planifican acciones desestabilizadoras y brindan un gran apoyo mediático a sus marionetas políticas.

Un elemento que ha cobrado especial importancia en esta estrategia ha sido el reclutamiento, a través de las redes sociales, de integrantes del lumpen urbano, delincuentes, miembros de bandas criminales, incluso de menores de edad.

Recordemos que, en noviembre de 2019, en Bolivia, bandas violentas amparadas en la narrativa de la «indignación popular», realizaron bloqueos de vías públicas al estilo de los guarimberos venezolanos y de los contrarrevolucionarios nicaragüenses, quemaron instituciones, profirieron amenazas, cometieron asesinatos, torturas, y humillaron en la vía pública a líderes sociales y políticos.

Por esos días también Irán sufrió una oleada de violencia en la cual se repitió la misma táctica empleada en Bolivia.

Cuba vivió escenarios similares el 11 de julio de 2021, que no llegaron al nivel de los antes citados, pero que mostraron regularidades presentes en ellos, en medio de una política continuada de máxima presión y una fuerte campaña de descrédito.

No menos importante es el paramilitarismo, ampliamente utilizado en Sudamérica, que junto al narcotráfico constituye un factor importante de desestabilización en la región.

INTERNET Y LAS REDES SOCIALES COMO ARMAS

El Gobierno de EE. UU. crea, para llevar adelante este tipo de contienda, grupos operativos de internet, también conocidos como Fuerzas de tarea.

Una vez organizados los grupos operativos, contratan netcenters integrados por especialistas altamente calificados que realizan análisis basados en el big data, procesan perfiles de los sujetos de interés, trazan planes de acción a partir de modelos elaborados previamente, y dirigen mensajes sectorizados.

Las nuevas tecnologías garantizan eficacia, nivel alto de convocatoria y rapidez de reacción a los sujetos de estas acciones, que les permite lograr una mayor articulación, mediante la técnica del enjambre.

Otra ventaja que ofrecen está en la posibilidad de crear plataformas digitales de diverso tipo y con fines variados de subversión, así como replicar contenido en otras plataformas y articularse con los medios tradicionales de prensa, televisión y radio.

Según la cia, la naturaleza viral de internet dispone de potencial para afectar, e incluso cambiar el carácter de una persona en cuestión de segundos, y también su futuro a largo plazo, independientemente de quién sea o de su experiencia vital.

Como indican las enseñanzas del coronel Halvey, discípulo del gurú del golpe suave, Gene Sharp, de lo que trata es de generar el caos y la ingobernabilidad; lograr que el Gobierno, desprovisto de los pilares básicos que lo sostienen, implosione.

Entonces «no quedaría más remedio» que solicitar la «ayuda humanitaria» del Gobierno de ee. uu., expresada en la intervención militar de su ejército, para «proteger» la vida de los civiles, restaurar la paz y la democracia.

A un año del #11J en Cuba, algunas ideas

Por Pedro Antonio Santander Medina

Imagen: Razones de Cuba

El 11 de Julio del 2021 Cuba vivió un intento de desestabilización propio de lo que se conoce hoy como “golpe blando”. Estos tienen características comunes a los golpes de estado tradicionales que los latinoamericanos bien conocemos, y otras características que son menos clásicas y, podríamos decir, propias de estos tiempos, como tal responden a sus propios contextos epocales. Como todo golpe lo que se busca es la desestabilización y el derrocamiento de un gobierno legítimo que es considerado una amenaza. Como suele ser común en nuestro continente (y más allá de éste), la mano gringa está siempre detrás de esos intentos de hacer caer gobiernos considerados no sumisos a los dictados del imperialismo.

El adjetivo “blando” apunta a una característica que distingue este tipo de golpes de aquellos golpes militares que bien conocimos los chilenos, uruguayos, argentinos, paraguayos, etc. Si bien también hay una conspiración intensa para derrocar a un gobierno, la forma de resolverla es menos militar y menos frontal que en los putch al estilo Pinochet. No siempre hay violencia armada, y cuando la hay ésta no proviene de las fuerzas armadas regulares, sino que de elementos civiles extremistas (muy bien apertrechados) como ocurrió en Ucrania en 2014. A veces incluso no hay en absoluto violencia armada en estos golpes blandos como le sucedió al presidente Lugo en Paraguay o a Dilma en Brasil.

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Con Filo: Cumbre borrascosa (+ Video)

En este artículo: Con FiloCubaCumbre de las AméricasInternetmanipulacionPolíticaRedes Sociales

En las últimas horas se ha hecho común el chiste de que la Cumbre de las Américas, al parecer, sucederá sin ellas: sin las Américas.

Sobre el manejo mediático del evento, los «horrores del comunismo» que se imparten en las escuelas de la Florida y  otros temas que se mueven en la web se habló este jueves en el programa Con Filo.

En video, el programa