Si bien los candidatos a diputados recibieron el apoyo mayoritario de los votos, al prevalecer el voto por todos, el que se hizo de manera selectiva también constituyó una opción de los electores. Foto: José M. Correa
El Consejo Electoral Nacional (CEN) destacó la participación mayoritaria del pueblo cubano en las elecciones nacionales del 26 de marzo último, al ejercer su derecho al voto 6 167 605 electores, lo que representó el 75,87 % de un parte actualizado de 8 129 321 electores.
Alina Balseiro Gutiérrez, presidenta del CEN, informó en conferencia de prensa, en esta capital, que el número de electores que acudieron a las urnas fue superior a los dos procesos electorales que lo precedieron: el referendo del Código de las Familias y las elecciones municipales.
«Todos los diputados resultaron electos con más del 61 % de los votos válidos emitidos, por el voto libre, igual, directo y secreto de los electores», a quienes felicitó por su participación en los comicios.
Del total de boletas depositadas en las urnas, resultaron válidas el 90,28 %; en blanco el 6,22 % y anuladas el 3,50 %.
Balseiro Gutiérrez expresó que, si bien los candidatos a diputados recibieron el apoyo mayoritario de los votos, al prevalecer el voto por todos (72,10 %), el que se hizo de manera selectiva también constituyó una opción de los electores (27,90 %).
Añadió que las elecciones se desarrollaron en un ambiente electoral favorable. Asimismo, prevaleció la transparencia y el apego a la Ley por las autoridades, colaboradores, supervisores, grupos de procesamiento y otro personal.
Precisó que estos resultados se ofrecen con total transparencia y apego a la verdad, y aseguró que se cumplieron los pasos electorales, proceso en el cual prevaleció la información sistemática, pública y veraz a todo el pueblo.
El proceso se desarrolló en 12 427 circunscripciones y se determinaron 23 648 colegios. Se crearon 80 distritos en 27 municipios e intervinieron más de 200 000 autoridades electorales, de ellas más de 62 000 de circunscripción y más de 118 000 de mesas, las que realizaron su labor de manera voluntaria.
La Presidenta del cen significó la labor de los pioneros de todas las edades en estos comicios, en la custodia de las urnas, además del personal de apoyo, funcionarios, directivos y trabajadores de los organismos, organizaciones e instituciones que, de una forma u otra, colaboraron con los consejos electorales a sus diferentes niveles en este ejercicio de participación democrática.
Este miércoles, en la reunión del Consejo de Ministros correspondiente al mes de marzo, el Presidente de la República consideró que las elecciones nacionales del pasado 26 de marzo ratificaron el respaldo mayoritario de los cubanos a la Revolución
«A quien más hay que significar en esta victoria es al pueblo, al heroico pueblo cubano», subrayó este miércoles el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al referirse a los resultados obtenidos en las elecciones nacionales del pasado domingo.
Es al pueblo cubano –insistió el Jefe de Estado durante su intervención en la reunión del Consejo de Ministros, correspondiente al mes de marzo– a quien hay que «darle todo nuestro reconocimiento por su valor, por su dignidad, por su fidelidad, como principal protagonista de esta victoria».
«En nombre del Consejo de Ministros, del Buró Político y el Secretariado del Comité Central, que están aquí presentes, a ese pueblo nuestro, al que pertenecemos, enviamos un mensaje de respeto, de admiración y de inmenso cariño», dijo el mandatario en medio de los aplausos de los allí presentes.
Al pueblo cubano, ratificó el dignatario, «vamos a servir con pasión, con compromiso, sin desgano, hasta las últimas consecuencias».
Esta victoria hay que celebrarla, valoró Díaz-Canel en la reunión, que estuvo dirigida por el miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz.
En sus reflexiones, motivadas por la presentación al máximo órgano del Gobierno cubano de los resultados de las elecciones nacionales, el Presidente consideró primordial, a la hora de hacer una valoración sobre ellos, tener en cuenta tres elementos fundamentales.
En primer lugar, refirió, está la significación de la victoria en esas elecciones; luego los aprendizajes que se derivan de este proceso, con un enfoque sin autocomplacencia por la victoria, y, unido a ellos, destacó las prioridades con que hay que trabajar en lo adelante, para darle seguimiento a este proceso, que reafirmó convicciones revolucionarias, pero que también indicó pasos que se deben dar para seguir consolidando la unidad dentro de la Revolución.
CONTEXTO ELECTORAL
Díaz-Canel recordó al auditorio el exigente contexto electoral en el que se desarrolló este proceso, a pesar de lo cual el pueblo manifestó, mayoritariamente, su apoyo y confianza en la Revolución.
A su vez, consideró, los resultados de este domingo «demostraron, una vez más, la transparencia y la fortaleza de nuestro proceso electoral».
El escenario, valoró, ha sido muy complejo desde el punto de vista económico, pues el imperialismo sigue apostando por asfixiar nuestra economía para provocar en la población el desánimo, el desaliento y la ruptura con el proceso revolucionario, y que así llegue el anhelado colapso social al que ellos aspiran.
La comparación que el enemigo pretende hacer entre estos resultados y los obtenidos en las elecciones nacionales de 2018 es oportunista, pues son contextos electorales totalmente diferentes, comentó el mandatario, e hizo referencia, entre otros aspectos, a la inflación, la inestabilidad en el sistema electroenergético, el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero, la inserción de Cuba en la espuria lista de Estados patrocinadores del terrorismo, y la campaña de descrédito que, desde el punto de vista mediático, arreció el Gobierno norteamericano contra la Revolución Cubana.
En medio de todo, recordó el Presidente, en los últimos seis meses de la vida de este país hemos hecho tres procesos de elecciones de alta significación: el Código de las Familias, las elecciones municipales y las elecciones nacionales.
Significó que llevar a cabo esos tres procesos, en medio de esas condiciones, es «un acto de valentía de la Revolución». Y lo hemos hecho, acotó, cumpliendo con lo que está planteado en la Constitución de la República, sobrepasando las implicaciones que podría tener la situación económico-social, confiando en el pueblo y en nuestras convicciones.
Que el pueblo haya salido en abrumadora mayoría a remontar los dos procesos electorales anteriores y que los resultados de estas elecciones nacionales fueran superiores a ellos, es más significativo aún, subrayó.
El 76 % de participación de nuestro pueblo, apreció, es una muestra de confianza, porque eso «no hubiera sido posible si el pueblo no siguiera confiando en la Revolución».
«El pueblo dio una muestra de civismo, pero también de patriotismo, de lealtad a la Revolución, de fidelidad con la Revolución, de conciencia política, demostrando que sí conoce y que sí siente quién es el verdadero causante de la situación que nosotros estamos enfrentando», evaluó el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista.
El pueblo cubano, aseveró, mayoritariamente se sobrepuso a esa situación y «votó a favor de la Revolución». Igualmente, reconoció que los resultados obtenidos fueron posibles porque el pueblo aprecia que el máximo órgano del Poder Popular y la nueva Asamblea que vamos a constituir a partir de esos resultados, es «una instancia legítima y necesaria para afrontar las dificultades y salir adelante».
NO DEFRAUDAR JAMÁS LA CONFIANZA DEL PUEBLO
Ahora lo más importante, enfatizó Díaz-Canel ante los miembros del Consejo de Ministros, es que esa confianza del pueblo no se puede defraudar, y eso significa que, dentro de las lecciones, dentro de los aprendizajes que nos han quedado, nosotros tenemos que fortalecer y perfeccionar el trabajo de la Asamblea Nacional del Poder Popular, de los órganos del Gobierno a todas las instancias y, por supuesto, del Partido, la Unión de Jóvenes Comunistas y las organizaciones de masas.
Estos resultados nos tienen que comprometer a todos –insistió– a «volcarnos permanentemente en cada uno de los territorios por los que hemos sido electos, en los cuales han depositado un voto de confianza hacia nosotros y hacia la Revolución, y hacia lo que se representa».
Como el propio Fidel nos decía, recordó, esos resultados tienen que llevarnos a «trabajar por todo el país, en representación de toda Cuba: todos trabajando por Cuba».
«Si los diputados trabajamos sistemáticamente en cada uno de los municipios o distritos, y acompañamos a las autoridades locales, sin suplantar funciones, si seguimos escuchando al pueblo y llevamos a instancias superiores problemas que sobrepasan a los territorios para su solución, vamos a arrancarle cada día más pedacitos a los problemas».
CUBA ES UN EJEMPLO PARA EL MUNDO
El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista denunció las campañas anticubanas –orquestadas por cierta prensa contrarrevolucionaria e internacional– que pretenden desacreditar los resultados electorales en Cuba.
Es esa, evidenció, la misma prensa que maquilla resultados electorales de naciones del primer mundo que ni están bloqueadas ni agredidas ni sometidas a una enorme campaña mediática, y la participación apenas supera el 60 %.
«Entonces habría que preguntarse por qué esa mirada sesgada y tendenciosa contra Cuba: sencillamente, compañeros, porque somos un ejemplo para el mundo. Y ese ejemplo hay que seguirlo defendiendo, y ese ejemplo hay que defenderlo también con el aliento que ha dado este resultado del pueblo en estas elecciones», señaló el mandatario.
El Presidente cubano consideró que, aun cuando la «campaña contrarrevolucionaria se empeña en presentar las elecciones como carentes de transparencia, lo cierto es que no tienen ni una sola prueba, ni una sola evidencia de alguna irregularidad».
La transparencia de nuestras elecciones –detalló– comenzó desde las propuestas de los precandidatos en los plenos de las organizaciones sociales y estudiantiles. Después tuvo lugar otro proceso en las asambleas municipales del Poder Popular, en las cuales se aprobaron las candidaturas, realizando, en ocasiones, cambios en las personas inicialmente sometidas a consulta.
Díaz-Canel mencionó, además, cómo el día de la votación las urnas se presentan abiertas, antes de empezar la votación, para que el pueblo vea que no hay nada dentro de ellas que pueda propiciar un fraude; luego, cuando se realiza el escrutinio, es un acto totalmente público, se abren las urnas y se cuentan las boletas delante de las personas.
«No necesitamos observadores internacionales. El pueblo entero tiene el derecho, la posibilidad y la potestad de ser observador, y lo hace».
En sus palabras destacó, igualmente, el sistema de trabajo que se desplegó a nivel de las comunidades, el cual «demostró que, cuando se interactúa constantemente con las bases populares, de las cuales todos somos parte y a las cuales nos debemos, podemos ayudar a resolver problemas, podemos ayudar a comprender, podemos argumentar».
Acerca de los recorridos realizados en las últimas siete semanas por los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, el Presidente destacó que no solo fueron para que la población aprobara una candidatura o expresara su voluntad y su comprensión con la estrategia del voto unido. Fueron reuniones donde, además –aclaró–, se plantearon los problemas que tenemos, se dio confianza a los candidatos, pero también se exigió que, al representar al pueblo, se llevaran sus problemas a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
«Ahí hay una mezcla de confianza y de expectativa en cómo los vamos a representar; una exigencia a que nos vinculemos más, a que hagamos ese tipo de encuentros más sistemático, y también una experiencia totalmente enriquecedora para todos los que participamos en ella».
Habló entonces Díaz-Canel de cuántos problemas acumulados pudieron resolverse en esos días; de la necesidad de mantener y perfeccionar ese sistema de trabajo como una prioridad de la nueva Legislatura, y del seguimiento constante que se debe hacer de todos los planteamientos.
El principal aprendizaje está relacionado con «todo lo que aporta un vínculo estrecho, directo, honesto, transparente, con la población»; de ahí su énfasis en la necesidad de continuar con estos recorridos como sistema de trabajo, que debe ser uno de los elementos que se incluya en el perfeccionamiento de la Asamblea Nacional en la próxima Legislatura.
Y ello, evaluó, debe tener también una expresión de perfeccionamiento en el Consejo de Ministros, los organismos de la Administración Central del Estado y todas nuestras instituciones, así como en los municipios.
«Hay expectativa, hay confianza, y yo creo que todos tenemos que trabajar como parte de ese aprendizaje en buscar, sobre todo, una respuesta económica a la situación que presenta el país», precisó.
¿CUÁLES SON LAS PRIORIDADES?
De esos aportes emanaron igualmente prioridades de trabajo, entre las cuales el Jefe de Estado destacó la necesidad de analizar diferenciadamente las problemáticas de cada lugar; acometer de una manera más intensa, más intencionada, acciones en función del perfeccionamiento de los municipios; la producción de alimentos; la atención a los planteamientos fundamentales que tiene la población y que están muy concentrados en agua, transporte y vivienda.
Enumeró también la importancia de elevar la calidad de los servicios y, sobre todo, al buen trato a la población, a la cual, dijo, «hay que respetar, facilitar, atender bien y no molestar; porque la actitud de la persona que da un servicio a la población no puede ser la de molestar, la de irritar, la de provocar desánimo».
Asimismo, comentó acerca del trabajo que se debe realizar para seguir fortaleciendo nuestros sistemas educativos, de salud, de cultura y de deporte; lograr la adecuada relación entre el sector estatal y el sector no estatal de la economía; combatir la inflación y los precios especulativos; dar mayor participación a los jóvenes en las tareas fundamentales; avanzar en la transformación social de los barrios y en la atención a las personas que están en situación de vulnerabilidad; eliminar cualquier vestigio de violencia hacia la mujer y cualquier forma de discriminación; enfrentar directamente y con eficacia la corrupción, el delito y la indisciplina social; así como fomentar los proyectos de desarrollo local.
Todo lo hecho y los resultados obtenidos en este proceso electoral, significó el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista, «nos dan la fuerza, nos ratifican las convicciones, nos da una tremenda energía para seguir avanzando, porque en estas elecciones Cuba ganó».
A pesar de que la participación en Cuba supera de modo significativo la de las jornadas electorales en los países donde radican esos medios de comunicación, abstencionismo es la palabra de orden de sus coberturas
¿Quiere usted ver lo que es unanimidad? Mire los titulares de la llamada gran prensa internacional sobre la jornada electoral del pasado domingo en Cuba. ¿Quiere ver lo que es oficialismo? Compárelos con las declaraciones del Gobierno de Estados Unidos y su Embajada en La Habana sobre el mismo tema.
A pesar de que la participación en Cuba supera de modo significativo la de las jornadas electorales en los países donde radican esos medios de comunicación, abstencionismo es la palabra de orden de sus coberturas, coincidiendo muy casualmente con el llamado que hizo previamente la maquinaria de propaganda en redes digitales, pagada por Washington con destino a la Isla.
Dogmáticos creyentes en que no existe democracia sin pluripartidismo, por el camino insisten en que no hay partidos, competencia ni oposición entre los candidatos, pero omiten de dónde salieron estos.
Hay que imaginar por un instante lo peligroso que sería para sus audiencias si supieran que esas candidaturas las debatió, aprobó, y hasta en ocasiones modificó una Asamblea Municipal electa a partir del voto secreto de vecinos por una lista de nominados en asambleas barriales abiertas y públicas. Allí, en esas reuniones de barrio, cada elector pudo hacer lo que en el modelo electoral que defienden Estados Unidos y la prensa que le sirve en su guerra contra Cuba, es monopolio de un partido: nominar y aprobar candidatos.
Si difícil es explicar eso para los que manejan el democraciómetro internacional, hay que comprender lo imposible para ellos de revelar la clave del enigma: en esas asambleas cubanas, base del sistema electoral, no hay «candidatos de oposición» como tampoco los hay del Partido Comunista: hay candidatos de los vecinos que los proponen y eligen, y eso que llaman oposición es tan numeroso y con tanta fuerza que nunca ha ganado una sola elección en un solo barrio, por más que la apoye mediática y financieramente Estados Unidos.
Ya a esas alturas sería demasiado pedir que den contexto, que hablen, no de un bloqueo de más de 60 años, que sustituyen con la palabra sanciones para difuminar su impacto, sino de los cientos de nuevas medidas de Trump-Biden que, en medio de una pandemia cortaron, entre muchas cosas, remesas, combustibles, acceso bancario internacional y hasta oxígeno, buscando rendir por escaseces, hambre y enfermedades a la Revolución Cubana.
Que a pesar de sufrir esa agresión en modo Valeriano Weyler del siglo XXI, aplicada a Cuba por Estados Unidos, los cubanos en mayoría imponente –como la llamarían Washington y esa misma prensa en cualquier otra parte del mundo– hayan acudido a las urnas a respaldar con su voto su modelo político, no es la noticia, sino la minoría que ellos interpretan hizo lo que el gendarme mundial les orientó.
Ya lo sabemos desde hace mucho tiempo: A diferencia de lo que sucede cuando se habla de otros procesos electorales, del proceso electoral cubano, los titulares son siempre para el perdedor: se llama Gobierno estadounidense, aunque el periodismo servil le llame abstencionismo.
Como los odiadores que recientemente agredieron a nuestros peloteros y sus familiares en Miami, y que ustedes llaman opositores, nos ayudan a comprender mejor lo que no queremos cuando estamos a punto de aprobar una Ley de Comunicación para Cuba: una prensa sin ética, controlada por anunciantes, accionistas e intereses corporativos.
Contrario a lo que dicen algunos por desconocimiento, y otros de mala fe, el gobierno cubano no robó las propiedades expropiadas o nacionalizadas de ciudadanos estadounidenses, cubanos o de otras nacionalidades
Consecuente con el Programa del Moncada, el Gobierno Revolucionario promulgó las leyes de nacionalización, en aras del beneficio popular. Foto: Archivo Granma
Luego del triunfo de la Revolución Cubana, en enero de 1959, comenzó en el país un proceso de «confiscación de las propiedades» como medida sancionadora a los principales personeros de la tiranía batistiana, a las personas o sociedades que cometieron delitos contra la economía nacional, y contra aquellos que se enriquecieron ilícitamente al amparo del poder público.
A tales efectos, el 3 de enero de 1959 se constituyó el Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados, que era el organismo encargado de proceder a investigar las propiedades que se consideraran susceptibles de ser intervenidas o decomisadas.
La Gaceta Oficial cubana publicó en junio de 1960 un listado con los nombres de más de 3 000 personas jurídicas y naturales cuyas propiedades fueron confiscadas, y de otras 4 000 que estaban siendo investigadas por los auditores en el periodo 1959-1960.
Existe una gran diferencia entre la confiscación, la nacionalización y la expropiación de las propiedades en Cuba. En el caso de las estadounidenses fueron nacionalizadas y expropiadas, no confiscadas.
La confiscación, comiso o decomiso, en Derecho, es el acto de incautar o privar de las posesiones o bienes sin compensación, pasando ellas al erario público.
La nacionalización es el paso forzoso del derecho de propiedad de un bien de particulares al Estado, en virtud de una disposición de un órgano estatal competente, con derecho a recibir una indemnización.
La expropiación es la transferencia de carácter coactivo, de la propiedad privada desde su titular al Estado, con derecho a recibir una indemnización.
La Ley de Reforma Agraria se firmó el 17 de mayo de 1959 en La Plata, Sierra Maestra, por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y el Consejo de Ministros del Gobierno Revolucionario.
La Ley establecía, entre otras medidas, «que las fincas rústicas mayores de 30 caballerías, según se hallen en producción extensiva, o intensiva, respectivamente, serán expropiadas en cuanto al área que exceda esos límites a los efectos de ser distribuidas entre los campesinos que laboren dichas tierras, y su valor pagado con bonos de la Reforma Agraria, redimibles 20 años con un interés anual del 4,5 %».
A los 25 días de haber sido promulgada la Ley de Reforma Agraria, el Departamento de Estado de Estados Unidos envió una nota a Cuba en la que expresaba, entre otras cosas, su reconocimiento al derecho de la Isla a tomar posesión de su tierra:
«Los Estados Unidos reconocen que bajo la ley internacional un Estado tiene derecho a tomar la propiedad dentro de su jurisdicción para fines públicos en ausencia de un tratado o convenio en contrario (…)».1
Así las cosas, el Gobierno Revolucionario, amparado por el pueblo, dictó la Ley No. 851 de 6 de julio de 1960, que facultaba al Presidente de la República y al Primer Ministro para disponer, mediante resoluciones conjuntas, las nacionalizaciones, por vía de la expropiación forzosa, de las propiedades estadounidenses en Cuba.
Más tarde promulgó la Ley No. 890 de 13 de octubre de 1960, que disponía la nacionalización mediante expropiación forzosa del resto de las corporaciones extranjeras y sus subsidiarias en Cuba, así como de las grandes compañías en manos de ciudadanos cubanos.
En la Ley No. 891 de 13 de octubre de 1960, el Gobierno Revolucionario dispuso la nacionalización de los bancos cubanos y extranjeros, con exclusión de los canadienses (cuya nacionalización se llevó a cabo a través de la compra de sus activos), y la liquidación del Fondo de Estabilización de la Moneda y del de Hipotecas Aseguradas.
Contrario a lo que dicen algunos por desconocimiento, y otros de mala fe, el Gobierno cubano no robó las propiedades expropiadas o nacionalizadas de ciudadanos estadounidenses, cubanos o de otras nacionalidades.
La Ley No. 851 estableció la forma y el modo de indemnizar el valor de las propiedades de personas naturales o jurídicas nacionales de Estados Unidos que fueran objeto de nacionalización. Cuba siempre estuvo, y está, en disposición de resarcir a los propietarios afectados, pero también al Gobierno cubano le deben la mayoría de esas empresas.
Por ejemplo, el valor de una propiedad se determinaba a partir de la cotización en el mercado utilizando el precio de la propiedad declarado por su propietario bajo juramento antes del 10 de octubre de 1958. Es lo legal.
Pero la mayoría de las grandes empresas yanquis desde hacía años, en connivencia con funcionarios corruptos, actuaron de forma ilegal y devaluaron sus propiedades para pagar menos impuestos.
En este sentido, tenemos el caso de la hacienda Sevilla: El superlatifundio de la hacienda Sevilla en el término municipal de El Cobre, lo administraba la firma estadounidense Cuban Development Company. Era una de las primeras propiedades sujeta a trámite legal de expropiación y en sus áreas (8 897 caballerías de tierra) vivían aproximadamente unas 6 000 familias campesinas.
En los documentos oficiales de la hacienda aparecía que se había inscrito en amillaramiento por un valor de 175 000 dólares, y no por el de 5 000 000, que pretendía que ahora se certificara y abonara el Gobierno cubano. Desde hacía años habían devaluado la propiedad para pagar menos impuestos.
No obstante lo anteriormente expuesto, los representantes de la hacienda Sevilla presentaron ante la Comisión de Reclamaciones Extranjeras de Estados Unidos en Washington d.c., una Certificación de Pérdida No. 20579 de los demandantes por un monto del valor de la propiedad de 1 250 000 dólares, con fecha 16 de septiembre de 1970, y no por los cinco millones que reclamaban al inra.
También debemos recordar que el 29 de junio de 1960 las empresas estadounidenses Texaco, Esso y Shell se negaron a procesar el crudo adquirido por Cuba en la antigua urss y también fueron intervenidas por el Estado cubano.
En medio de estas agresiones económicas se produce el lockout (cierre patronal), el abandono de los centrales Chaparra (Jesús Menéndez), Delicias (Antonio Guiteras) y el Mercedita (Augusto César Sandino), por parte de la empresa azucarera The Cuban American Sugar Mills Co.
Los habían devaluado y no tenía sentido establecer una reclamación que terminaría en una deuda fiscal del reclamante por encima del costo real de cada uno de los centrales. Por eso fueron abandonados.
Y, por si fuera poco, en un litigio por un cargamento de azúcar valorado en 175 250,69 dólares, que Cuba reclamaba su pago desde agosto de 1960 a los representantes de la Compañía Azucarera Vertientes-Camagüey de Cuba, que había sido nacionalizada, el Tribunal Supremo de Justicia de Estados Unidos fallaba a favor del Estado cubano al dictaminar, el 23 de marzo de 1964, lo siguiente: «Todo Estado soberano está obligado a respetar la independencia de cada uno de los otros estados soberanos y los tribunales de un país no deben juzgar los actos de gobierno de otro país realizados dentro de su propio territorio. La reparación de agravios por razón de tales actos debe obtenerse por medio de los canales abiertos a la disposición de las potencias soberanas en sus relaciones entre sí…». 2
Con la llegada del presidente Donald Trump a la Casa Blanca, se activó el Título iii de la llamada Ley Helms-Burton (que durante 23 años permanecía inactivo), mediante el cual se favorece a los antiguos dueños de propiedades que fueron nacionalizadas en Cuba, incluyendo ciudadanos cubanos devenidos con el tiempo estadounidenses, la posibilidad de demandar ante los tribunales de Estados Unidos a aquellas personas naturales y jurídicas que, de alguna forma, tuvieran contacto con dichas propiedades, a lo cual la ley califica de «tráfico».
Entre los objetivos centrales de la ley Helms-Burton ha estado entorpecer las relaciones económicas, comerciales y financieras de Cuba con terceros países y afectar su capacidad de atraer inversión directa de capital extranjero para su desarrollo. Específicamente su Título iii constituye una agresión a la independencia de Cuba y a la soberanía del resto de los países, por sus intenciones de aplicar la jurisdicción estadounidense extraterritorialmente.
Fuentes:
(1) Revista Bohemia, No. 25, 21 de junio de 1959, pág. 76.
(2) Las nacionalizaciones, los tribunales norteamericanos y la Enmienda Hickenlooper, doctora Olga Miranda, Revista Cubana de Derecho, No. 12, 1997.
Reclamaciones por Propiedades Expropiadas en Cuba: Informe de Recomendaciones Legales, Rolando Anillo-Badía.
La Habana, 28 mar (Prensa Latina) El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, calificó hoy de corrupto y antidemocrático al sistema electoral de Estados Unidos, que –apuntó- limita los derechos de las minorías.
En su perfil en Twitter, el máximo representante de la diplomacia cubana señaló que solo en enero de 2023 se presentaron en ese país 150 proyectos de ley en 32 estados de la unión para restringir el acceso al voto y crear obstáculos que discriminan, sobre todo, a grandes minorías de estadounidenses.
La víspera, Rodríguez rechazó declaraciones del subsecretario del Departamento de Estado para América Latina, Brian Nichols, en las que el funcionario estadounidense cuestionó la legitimidad de los comicios nacionales, efectuados en la nación caribeña el pasado 26 de marzo.
Cuba tiene poco o nada que aprender del sistema arcaico y elitista estadounidense, donde manda el dinero y dos partidos políticos se turnan el gobierno de la misma minoría, escribió el canciller antillano en esa red social, donde calificó de inaceptables los comentarios de Nichols por injerencistas y engañosos.
También el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, respondió la víspera a los ataques contra la isla: En cuanto a quienes nos desconocen y nos adversan, quienes subestiman e irrespetan la fuerza de este pueblo, cubanamente les repito: nos resbalan sus criterios, plasmó el mandatario en Twitter.
Los comicios efectuados el pasado domingo en Cuba permitieron elegir a los 470 diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), en una jornada que contó con la participación del 75,92 por ciento de los más de ocho millones 120 mil electores convocados a las urnas.
El proceso fue calificado por Díaz-Canel como una victoria revolucionaria y del pueblo cubano.
De acuerdo con el Consejo Electoral Nacional (CEN), la elección de los candidatos propuestos para integrar la X Legislatura de la ANPP, así como la asistencia de los electores fue superior a comicios anteriores recientes y se desarrolló con orden y transparencia.
El actual proceso eleccionario concluirá el próximo 19 de abril con la constitución del Parlamento, la elección de su directiva, del Consejo de Estado, del presidente y vicepresidente de la República.
Era un sueño al que dedicó un esfuerzo total al trazar la estrategia a seguir por los militares cubanos que, junto con los combatientes del partido Movimiento para la Liberación de Angola (MPLA), dirigido por Agostihno Neto, ayudaron a consolidar la independencia del país africano.
Un año antes, el 20 de abril de 1976, Raúl Castro, le había precedido para instrumentar en los tres años siguientes, la reducción gradual de las tropas cubanas y que solo quedaran instructores.
Sin embargo, la fallida acción fraccionaria del 27 de mayo, en la cual un grupo de angoleños intentaron dar un golpe de Estado y sacar del poder a Neto, entre otras situaciones en las vecinas naciones de Zambia y Zaire, aconsejaba mantener en el país a los uniformados cubanos.
Repelida y aplastada esa intentona por los internacionalistas de la nación antillana, al frente de los cuales estuvo el general Rafael Moracén, hubo convencimiento de de que las fuerzas cubanas permanecieran en el hermano país recién liberado de los colonialistas portugueses.
Angola era objeto de continuas agresiones de los ejércitos de Zaire, Sudáfrica y organizaciones contrarrevolucionarias como el Frente Nacional para la Liberación de Angola (FNLA) y Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA).
Esas agrupaciones las dirigían, financiaban, entrenaban y armaban la CIA, el régimen sudafricano del apartheid, el gobierno del dictador congoleño Mobutu Sese Seko, con el apoyo de París, Londres y Lisboa.
Toda aquella componenda anti-angoleña corrió a cargo de Henry Kissinger desde la secretaría de Estado de Estados Unidos.
Se decidió entonces, siempre a solicitud de Luanda preparar milicias de la Organización de Defensa Popular extendidas por todo el territorio de la nación.
En ese contexto, Angola celebró su primer congreso del MPLA, al cual asistió Raúl Castro, quien afirmó: “De Angola no nos pensamos llevar ni el petróleo, ni los diamantes, ni el café, ni nada. Nos llevaremos solamente la amistad indestructible de este gran pueblo, y los restos de nuestros muertos…”
El 4 de mayo de 1978, aviones sudafricanos irrumpieron sobre Cassinga, una comuna minera en el centro del país, adonde acudieron de inmediato los refuerzos cubanos.
En esa localidad y en desigual combate se enfrentaron por vez primera al poderío aéreo de los invasores que ocasionaron 16 muertos y 76 heridos.
El gobierno norteamericano inculpó a Cuba de unas incursiones de tropas katangueses desde Angola y Zambia contra territorio de la República Democrática de Congo, rechazadas por los ejércitos de Francia y Bélgica.
Fidel Castro respondió a Washington: “El imperialismo ha de conocer lo que hace Angola por Zimbabwe, lo que hace Angola por Namibia, lo que hace Angola por África del Sur. Angola valientemente presta apoyo real a los movimientos de Namibia, Zimbabwe, África del Sur. En términos concretos, nada menos que entrenando en su territorio a 20 mil combatientes de esos tres países oprimidos por los racistas… Con ello Angola corre un peligro, pero es un peligro que vale la pena correr, es un deber inexcusable de solidaridad e internacionalismo…”, destacó.
AYUDA CIVIL CUBANA
La ayuda internacionalista cubana nunca se circunscribió a la militar, porque desde 1976 y hasta finales de 1977 unos tres mil 500 técnicos y otros brindaron su colaboración.
También Cuba acogió a miles de becados y en 1978 llegó a la nación africana el primer destacamento pedagógico, el “Ernesto Guevara”, integrado por 750 docentes al cual lo sustituyó otro y así sucesivamente hasta 1986.
Isla de la Juventud, en Cuba, se convirtió en el concentrado educacional de angoleños y de estudiantes otras 37 naciones africanas.
Cuba adiestró durante un cuarto de siglo a casi ocho mil 895 angoleños en los niveles medio y superior.
La cifra de más de 42 mil 500 colaboradores civiles prestaron sus servicios en el país africano de 1976 a 1991, entre ellos maestros, médicos y constructores.
En otros países del continente africano también se hizo presente la colaboración cubana; en Mozambique casi tres mil, mil 350 eran docentes y 598 en la salud; 623 médicos y otros técnicos en Zambia, mientras que en Zimbabwe desde 1981 a 1991 laboraron 114 educadores y 44 de la salud.
A partir de los años 90 del siglo pasado, comenzó la colaboración cubana en Namibia, Sudáfrica y Botswana.
COLABORACIÓN MILITAR CUBANA
Aunque el plato fuerte, el que causaba molestias e impotencia en los imperios, era el sector militar.
Los éxitos angoleños contra las invasiones extranjeras, la permanencia de tropas cubanas y la activa cooperación con los patriotas de Namibia, Zimbabwe y Sudáfrica, propició la independencia de Rodhesia, Namibia y por último en África del Sur.
Esos logros en nada fueron fáciles conseguidos en batallas y con sangre derramada de cubanos y africanos.
Un recuento de esos éxitos abarca los de Cunene en 1981, Cangamba (1983), Sumbe (1984), Mavinga (1985) y el definitorio y trascendente de Cuito Cuanavale en 1988 que abrió las puertas a la soberanía namibios y al fin del régimen del apartheid sudafricano.
El 25 de mayo de 1991, comenzó el regreso de las tropas cubanas y con ello todo el largo proceso transcurrido desde la primera incursión del Che el 14 de abril de 1965 al cruzar el lago Tanganika en la República Democrático del Congo.
El programa aprobado por la Casa Blanca, que permite llegar de forma legal a ese país por medio de un patrocinador, ha generado un mercado clandestino en línea, muy similar al que actúa hacia Centroamérica.
Un negocio florece en EE. UU. Miles de emigrantes están formando parte de una nueva economía de explotación. Engañados por astutos patrocinadores, viajan en busca de un sueño, pero sus esperanzas terminan en pesadilla.
Dentro de esta lucrativa industria del mal, diariamente se levantan para ir a trabajar en las condiciones más duras, condenados a una existencia extrema.
Más de 250 000 menores no acompañados arribaron a ese país en los últimos dos años, según reveló recientemente The New York Times. Los niños, principales víctimas de los traficantes, trabajan en algunos de los oficios más duros del país, burlando las leyes de trabajo vigentes. «Se está convirtiendo en un negocio para los patrocinadores», dijo Annette Passalacqua, asistente social en Florida Central.
Laboran en los mataderos de Delaware, Mississippi y Carolina del Norte, asierran tablones de madera en Dakota del Sur, trabajan para proveedores de Hyundai y Kia, manejan ordeñadoras en Vermont, ponen techos en Florida, conducen excavadoras de 35 toneladas, niñas de 13 años lavan sábanas en hoteles de Virginia.
Los nuevos «siervos» son persuadidos por personas, compañías y supuestos bufetes de abogados, a través de las redes sociales. Cuando llegan al paraíso prometido, la realidad es bien diferente; entonces encuentran que deben miles de dólares, que tienen que buscar un lugar donde vivir, y la deuda crece cada minuto que pasa y con cada servicio que reciben.
El mercado clandestino para los emigrantes que buscan patrocinadores estadounidenses creció desde que el gobierno del presidente Joe Biden anunció que Washington aceptaría a un número limitado de solicitantes, procedentes de varios países de la región.
El programa aprobado por la Casa Blanca, que permite llegar de forma legal a ese país por medio de un patrocinador, ha generado un mercado clandestino en línea, muy similar al que actúa hacia Centroamérica.
De acuerdo con un reportaje de la agencia de noticias ap, los ofertantes exigen hasta 10 000 dólares por un valedor financiero.
La abogada Taylor Levy, quien trabajó durante mucho tiempo en la frontera cercana a El Paso, Texas, afirmó que lo que le preocupa «son los riesgos en términos de ser traficados y explotados».
Mientras que Kennji Kizuka, abogado y director de Política de Asilo de la organización no gubernamental International Rescue Committee, que reubica a los recién llegados a EE. UU., sostuvo que «parece que algunos simplemente van a tomar el dinero de la gente y la gente no obtendrá nada a cambio», publicó Los Angeles Times.
Menos los migrantes, todos ganan: las transnacionales y el mercado que contrata mano de obra «en negro», o sea, sin contrato, y los «garroteros» hacen su zafra traficando con los cantos de sirena.
Negocios son negocios, aunque existen diferencias formales entre el programa aprobado para Cuba y el «bisnes» de los traficantes de personas que actúan hacia Centroamérica. Recordemos que todo vale en el «sueño americano».
Un informe de la Oficina de Información del Consejo de Estado de China acusó de violador de los derechos humanos a EE. UU., por imponer sanciones extremas y por largos periodos a Cuba, Siria e Irán, además de mantener abierta la cárcel en la ilegal base naval en Guantánamo.
Argumentó que esas políticas de castigo afectan la población de esos países, al limitarles el acceso a alimentos y medicinas, y promover en ellos crisis humanitarias, refirió la agencia Prensa Latina.
China definió a EE. UU. como el más prolífico sancionador del mundo, porque «tiene en vigor medidas contra más de 20 naciones, incluida Cuba desde 1962, Irán desde 1979, Siria desde 2011 y Afganistán en años recientes».
El texto recuerda que en noviembre último la ONU votó por trigésima vez para derogar el bloqueo económico, financiero y comercial contra Cuba, con apoyo de 185 de los 193 miembros, lo cual manifiesta una fuerte condena internacional a tan crueles políticas de castigo.
El artículo mencionó la negativa de Washington para cerrar la cárcel abierta en la base naval en Guantánamo, en una porción de territorio ocupado a la Mayor de las Antillas. Detalló que allí existe un centro penitenciario con unos 780 reclusos sin juicio y con tratamiento inhumano.
El material recoge, en seis capítulos, los hechos, cifras y opiniones de expertos y organizaciones internacionales acerca del retroceso de EE. UU. en la protección de dichas garantías durante 2022, y cómo las continuas violaciones exacerbaron los problemas políticos, sociales y económicos dentro y fuera de su territorio.
Nuestro Comandante en Jefe Fidel participó en la primera Cumbre de Guadalajara, y lo hizo de forma ininterrumpida durante una década.Él siempre se propuso compartir valores que favorecieran el desarrollo de todas las naciones. Foto: Estudios Revolución
Cooperación inclusiva es un concepto cardinal para los tiempos que corren, sobre todo si se quiere ir avanzando en la arquitectura de un mundo más justo, más humano. En ese espíritu transcurrió el diálogo sostenido con Yailín Castro Loredo, funcionaria de la Dirección General de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex).
La conversación se produjo a propósito de la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, la cual tendrá lugar hoy y mañana, en Santo Domingo, República Dominicana, marcada con el lema Juntos por una Iberoamérica justa y sostenible.
–¿Qué importancia reviste que la Mayor de las Antillas vuelva a estar de manera presencial en esta XXVIII Cumbre?
–Cuba es miembro fundador de la Conferencia Iberoamericana, participó desde la I Cumbre en Guadalajara, en 1991, y en tal sentido acoge con satisfacción que la xxviii Cumbre Iberoamericana tenga lugar en Santo Domingo, República Dominicana.
«Nuestro país otorga gran relevancia a este foro, en tanto la Conferencia constituye un espacio de cooperación ya consolidado, con actividades avaladas por más de 30 años de quehacer. Nuestro país participa de forma muy activa en algunos de los programas, iniciativas y proyectos adscritos a la cooperación iberoamericana, los cuales han favorecido, y continuarán favoreciendo, el fomento de las capacidades de los Estados miembros, y en particular de los países en desarrollo.
«Otorgamos mucha importancia a estar presentes. Esperamos que una vez más la Conferencia Iberoamericana se pronuncie, haga un llamado, como lo ha hecho históricamente, para denunciar el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de Estados Unidos contra Cuba; y además esperamos el valioso apoyo del foro para demandar la exclusión de Cuba de la injusta lista de Estados patrocinadores del terrorismo».
– ¿Cuál podría ser el aporte de Cuba a la cita de Santo Domingo, una vez que ha asumido la Presidencia pro témpore del Grupo de los 77 más China (G77+China)?
–Cuba ostenta, desde este 2023, la Presidencia pro témpore del Grupo de los 77 más China. Es ese un Grupo que tiene una composición de 134 naciones del sur, las cuales representan el 80 % de la población mundial. No podemos, por supuesto, separar nuestra participación como país de la alta responsabilidad que tenemos como presidente del G77+China.
«Trabajaremos para favorecer el fomento de la cooperación inclusiva, para fortalecer las capacidades de desarrollo de los países del sur. Y sin duda nuestro país laborará, de conjunto con la presidencia dominicana, para que la Cumbre sea un espacio que permita avanzar efectivamente en una Iberoamérica justa, inclusiva y sostenible.
«Desde nuestra presidencia del G77+China estaremos contribuyendo en todo lo posible a ese propósito, enfocados en lograr una mayor y mejor cooperación para todos».
–Después de la COVID-19 el planeta no ha vuelto a ser el mismo. Es esa una realidad que va a impactar en todo cuanto se discuta en la Cumbre Iberoamericana. ¿Qué nuevos retos impone, entonces, la pandemia?
–La XXVIII Cumbre Iberoamericana tendrá lugar en un contexto internacional complejo, marcado por el injusto y antidemocrático orden que impera, reflejado en crisis multisistémicas cuyos daños van a las esferas sanitaria, alimentaria, climática, energética, financiera y comercial. Sin duda tenemos que unirnos para poder enfrentar los retos comunes que nos afectan.
«Vivimos en un mundo “pospandémico”, ahora más injusto, más desigual, más egoísta; en el cual, mientras aumentan el hambre y la pobreza, se destinan cuantiosos recursos a la industria armamentista, y en tal sentido la Cumbre tiene por delante el desafío de fortalecer todos los programas de cooperación, en aras de lograr una verdadera cooperación inclusiva que permita el acceso a las transferencias financieras, a las tecnologías, a los recursos que necesitamos las naciones, en particular los países en desarrollo, para efectivamente avanzar hacia el desarrollo sostenible».
– ¿Cuál podría ser el aporte de Cuba en esta XXVIII Cumbre Iberoamericana?
–La XXVIII Cumbre culmina un ciclo de trabajo de dos años bajo la presidencia de República Dominicana, en el que se han venido discutiendo, en el marco de diferentes eventos sectoriales, un conjunto de iniciativas, propuestas, temas de interés común para los países de la Conferencia Iberoamericana. Cuba ha desempeñado un papel activo, presentando numerosas propuestas que permitan acercar todos los documentos que serán aprobados en la Cumbre, a los intereses de las naciones del sur.
«Hemos trabajado, y continuaremos trabajando, para que los documentos finales de la Cumbre Iberoamericana reconozcan la necesidad de fortalecer la cooperación para mitigar y adaptarnos mejor a los efectos del cambio climático; para alcanzar la transformación digital en pos de disminuir las brechas digitales que enfrentamos los países en desarrollo, y para acrecentar capacidades nacionales con las cuales garantizar la seguridad y la soberanía alimentarias».
–Por tradición se ha defendido en las sucesivas cumbres la idea de la integración. Fidel y Chávez fueron dos gigantes de esa causa. Sus presencias en este tipo de foros resultan inolvidables. ¿Qué decir sobre sus legados?
–Nuestro Comandante en Jefe participó en la I Cumbre de Guadalajara, en 1991, y estuvo presente, de forma ininterrumpida, durante una década en este espacio. Él siempre se propuso compartir valores que favorecieran el desarrollo de todas las naciones.
«Nuestro país siempre tendrá presentes los legados, tanto de Fidel como de Chávez; y en el marco de las Conferencias Iberoamericanas y de los espacios en los que podamos destacar los importantes elementos que prevalecen, que tienen vigencia, continuaremos abogando por el fin de todas las condiciones que generan el desarrollo desigual de nuestros países, los que han sido sometidos a siglos de saqueo y explotación. Y otro empeño será trabajar porque se ponga fin a las leyes extraterritoriales y a los ilegales bloqueos impuestos contra nuestras naciones, así como a todos los intentos de injerencia en los asuntos internos de los Estados.
«Nuestro país continuará abogando por un nuevo orden internacional, que sea más inclusivo, que sea democrático, que deje de ser tan injusto. Además, seguiremos trabajando para una reforma del sistema de la arquitectura financiera internacional, y para eliminar, de una vez por todas, el tema de la deuda externa, que tantas veces ha sido pagada en la historia por nuestros países en desarrollo».
«Cuba mantendrá este legado vigente, y desde su condición de nación en desarrollo, y de Presidente del G77+China, contribuirá en todo lo posible al propósito del éxito de la Cumbre para alcanzar una cooperación más inclusiva, en beneficio de las naciones de la Conferencia Iberoamericana y, en particular, de los países en desarrollo».
–El concepto de la cooperación inclusiva parece ser cardinal. ¿Cuál es su opinión al respecto?
–Como ya comentaba, la XXVIII Cumbre Iberoamericana tiene como lema Juntos por una Iberoamérica justa y sostenible, pero desde la perspectiva de Cuba, ¿cómo vamos a alcanzar esa Iberoamérica justa y sostenible si no tenemos proyectos de cooperación inclusivos que beneficien a todos, en los cuales realmente las naciones desarrolladas sientan la obligación moral de tributar con mayores recursos, de facilitar el acceso a tecnologías, de hacer posible la transferencia financiera a los países subdesarrollados?
«En tal sentido, creemos que para avanzar hacia esa Iberoamérica justa y sostenible, hay que lograr, primeramente, una Iberoamérica inclusiva a través del fortalecimiento de los proyectos de cooperación».
Les ofrecemos este comunicado de la Coordinadora Estatal de Solidaridad con Cuba de Madrid (CESC-Madrid).
Elecciones en Cuba, la fiesta de la democracia
Cesc-Madrid (Coordinadora Estatal de Solidaridad con Cuba de Madrid)
La Coordinadora Estatal de Solidaridad con Cuba de Madrid saludamos con esperanza la convocatoria de elecciones a Diputados y Diputadas a la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba,que se llevarán a cabo el próximo día 26 del mes corriente. En Cuba se vota desde los 16 años y son los propios electores los que postulan y proponen a los candidatos, sin que en este proceso intervengan el estado ni el partido. Tampoco es necesario que los elegibles gasten verdaderas fortunas en campañas electorales, cuyo resultado es que salgan designados los representantes más acérrimos del capital. El proceso electoral cubano es un rotundo desmentido a la matriz de opinión de que en Cuba impera una dictadura férrea y antidemocrática que impide la libre expresión de las preferencias políticas de sus ciudadanos mediante elecciones libres.
Pero a la contrarrevolución sometida al capital y a sus propios dueños capitalistas las únicas elecciones que están dispuestos a reconocer como válidas son las que retrotraigan a la isla revolucionaria a la condición de colonia norteamericana, donde los medios de producción y el poder político se encuentre en manos de la oligarquía cómplice del saqueo imperialista y el pueblo sumido en la miseria y la ignorancia. Es una conducta inmutable de los gobiernos USA el desconocer procesos electorales que no ganen sus lacayos políticos. Lo llevan haciendo años con la Revolución Cubana y ahora también con cualquier gobierno que no se someta a la barbarie neoliberal.
Para calumniar, por tanto, al proceso electoral cubano, esta vez se han destacado desde la Unión Europea, tres personajes siniestros de la ultraderecha europarlamentaria: Herman Tertsch, Leopoldo López Gil y Javier Nart. Parlamentarios europeos que pretenden ingresar a la isla con la supuesta función de observadores internacionales, con un tufo a neocolonialismo que asusta, pero con la intención manifiesta de salir clamando a los cuatro vientos la falta de legitimidad y transparencia de los comicios en Cuba, a fin de caldear el ambiente e infectar la transparencia de dicho proceso. Todo ello responde únicamente a intereses personalizados de cabecillas contrarrevolucionarios cubanos que viajaron recientemente a Bruselas y se reunieron con estos parlamentarios.
El designio manifiesto de estos sujetos es desconocer y negar la legitimidad del proceso político cubano, justificando falsamente los ataques que se cometen contra Cuba desde las potencias capitalistas, causa principal de los problemas de todo tipo que encaran en la isla. Sobre todo el bloqueo criminal, que se impone desde Estados Unidos extraterritorialmente, y que impide un desarrollo económico normal y produce indecibles sufrimientos al pueblo cubano.
Por todo ello rechazamos todo acto de injerencia que interfiera en el curso normal de las elecciones y condenamos el intento de deslegitimar el proceso electoral cubano, porque lo único que se pretende es derrocar la Revolución, instaurando un protectorado norteamericano de consecuencias brutales para el pueblo cubano.
De más está afirmar que no lo van a conseguir y que Cuba tendría todo el legítimo derecho, en ejercicio de su soberanía nacional, a vetar la entrada a la Isla de tales agoreros con ínfulas imperiales.
Con estos comicios la Revolución Cubana, sin duda, alguna reforzará sus vínculos populares y seguirá profundizando las conquistas sociales y políticas para resistir los ataques del capital y sus testaferros, muy versados en redes sociales, porque en la Cuba real no tienen nada que hacer, ni ellos ni sus mandantes.
¡Viva Cuba Socialista! ¡Viva Cuba, Fidel y el Che! ¡Hasta la victoria siempre! ¡Venceremos!
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