Como nunca antes, con el Código de las Familias se reconocen la diversidad y el valor de los afectos
Autor: Leidys María Labrador Herrera | leidys@granma.cu

Si un objetivo supremo tiene el nuevo Código de las Familias, que será sometido a referendo el próximo día 25, es el de atender las urgencias de todas las estructuras familiares existentes en el país, mediante la apertura de un abanico de derechos que haga solubles sus problemáticas, que responda a sus reclamos y que ofrezca oportunidades.
Dicho de otra manera, se trata de respaldar, por medio de una norma jurídica de amplio alcance, todo lo concerniente al derecho familiar, en correspondencia, a su vez, con las paulatinas transformaciones que ha sufrido la sociedad y, con ella, también la célula fundamental que la sustenta.
Como nunca antes, se da la oportunidad de estrechar los lazos familiares, de acceder a la solución colegiada de conflictos, de abrir espacio para que todos los miembros de una familia sean escuchados, atendidos y respetados; se reconocen la diversidad y el valor de los afectos. Cada uno de los capítulos del Código es una puerta a la inclusión, al entendimiento y, lógicamente, al amor.
Sigue leyendo