Terrorismo: Cuba es la víctima

Organizaciones estadounidenses demandan a Biden que retiren a la Isla de espuria lista 

Autor:

images/authors/2020/08/w0BmXo_17-08-2020_16.08.44.000000.jpg

 digital@juventudrebelde.cu

El bloqueo es un crimen de  terrorismo, la solidaridad con Cuba deja claro quilen es el verdadero criminal

Ver Más

El bloqueo es un crimen de terrorismo, la solidaridad con Cuba deja claro quilen es el verdadero criminal Autor: Tomado de Internet Publicado: 27/07/2022 | 08:16 pm

WASHINGTON, julio 26.— La Alliance for Cuba Engagement and Respect (Alianza por el Compromiso y el Respeto a Cuba) remarcó lo perjudicial que resulta para Cuba su injusta inclusión, por Estados Unidos, en su unilateral lista de países supuestamente promotores del terrorismo, y demandó al presidente Joe Biden que sea retirada de esa relación.

Estar en esta lista somete a Cuba a una serie de restricciones financieras internacionales devastadoras, expresaron las activistas Medea Benjamin y Natasha Lycia Ora Bannan, miembros del comité directivo del grupo Acere (por sus siglas en inglés) en un artículo publicado en el diario digital LA Progressive y que cita PL.

La exigencia, por medio de una nueva campaña de solidaridad con la Mayor de las Antillas, pretende que Biden revierta la «indignante designación de la era (de Donald) Trump que es injusta, perjudicial para el pueblo cubano y dañina para las relaciones entre Estados Unidos y Cuba».

En coincidencia con las conmemoraciones del 26 de Julio en Cuba, agrupaciones estadounidenses exigieron a la administración Biden poner fin a sus crueles sanciones, que están creando tantas dificultades para el pueblo cubano, enfatizaron.

De por sí es ilegal que los bancos estadounidenses realicen transacciones a Cuba a causa del bloqueo económico, financiero y comercial que también tiene un ilegal alcance extraterritorial, reiteraron Benjamin, cofundadora de la agrupación pacifista CodePink, y Ora Bannan, abogada de derechos humanos, reseñó el despacho.

Cuando Donald Trump llegó a la presidencia (2017-2021), «no solo impuso más de 200 nuevas y duras sanciones contra la Isla» sino que, en los últimos días de su gobierno, en un intento de ganarse el favor de los cubanoamericanos opuestos a la normalización de las relaciones, volvió a añadir a Cuba a esa lista, recordaron.

Ambas destacaron que Cuba, por el contrario, ha sido elogiada por su cooperación y solidaridad internacional, especialmente al proporcionar asistencia sanitaria y colaboración médica a países pobres de todo el mundo, incluso durante la pandemia de la Covid-19.

«En todo caso, es Cuba la que ha sido víctima del terrorismo internacional que emana principalmente de Estados Unidos», advirtieron.

La relación de acciones violentas contra la Isla «va desde la invasión de Bahía de Cochinos en 1961 y los cientos de intentos de asesinato contra Fidel Castro hasta el derribo de un avión civil cubano (en 1976)», insistieron Benjamin y Ora Bannan.

Se refirieron además a la acogida que históricamente han recibido los verdaderos terroristas en territorio estadounidense, así como a los atentados a hoteles cubanos en la década de 1990 y, en época reciente, el ataque que sufrió la embajada de Cuba en Washington.

Por otra parte, denunciaron que Estados Unidos sigue proporcionando cada año millones de dólares de los contribuyentes a organizaciones dedicadas a campañas de difamación y desprestigio, y a tratar de socavar la soberanía de Cuba.

Pese al compromiso de Biden de revisar esa medida, 18 meses después de su llegada a la Casa Blanca, Cuba sigue en esa lista sin ninguna justificación, y el ejecutivo demócrata obviamente está «más preocupado por la política de Florida que por el bienestar del pueblo cubano», concluyeron.

La Revolución es mi madre, mi padre, mi todo (+ Fotos)

GABRIELA MILENA PADRÓN MOREJÓN

El 3 de enero de 1957, Edy Vigo Álvarez recibió el brazalete rojo y negro que lo identificaría como miembro del Movimiento 26 de Julio (M-26-7), y desde entonces conserva, además de la insignia bicolor, la fe inquebrantable en la Revolución Cubana.

-¿Cómo llegó a formar parte del Movimiento 26 de Julio?

Cuando a los 17 años comencé a trabajar como mecánico en un taller de automóviles, conocí a Miguel Hernández Morera (Miky), Amado Llanes y Andrés Cepero Gutiérrez, quienes eran miembros activos de la célula del Movimiento que funcionaba en Florida, mi pueblo natal, en Camagüey.

Andrés era el jefe del grupo conformado por no más de seis jóvenes; bajo su dirección recogimos armamentos para mandar a la Sierra Maestra, donde Fidel Castro combatía contra la tiranía de Fulgencio Batista y también preparábamos petardos y cocteles molotov.

Yo me daba cuenta de las cosas que pasaban a mi alrededor, con la guía de mis compañeros comencé a entender que la lucha armada era la única vía de acabar con la situación que se vivía en el país. Formando parte de la organización aprehendí los conceptos de patriotismo, hermandad y lealtad.

-¿Cuál fue la acción que más lo marcó?

Para 1958 los combates en las lomas iban ganado terreno, los barbudos necesitaban todo el apoyo posible y la mejor manera que teníamos era recopilar armas.

El 5 de mayo de ese año organizamos una recogida, el plan consistía en localizar las fincas de terratenientes que acostumbraban a poseer varias armas, sustraerlas y entregarlas a los alzados.

Como en nuestra célula éramos pocos, generalmente aceptábamos colaboración, sobre todo para transportarnos. En esa acción Rolando Ramírez, uno de nuestros colaboradores habituales, trajo a un tal Gallego Ulloa que tenía una máquina y estaba dispuesto ayudar.

La primera parada la hicimos en la finca de Miguelito Gutiérrez, tomamos las armas sin problemas; la segunda fue en los terrenos de Ricardo Hernández, pero este hizo resistencia y hubo un tiroteo tremendo, no se las pudimos arrebatar.

Con el chofer de la máquina se había quedado Juan González Olivera (Juanito), a quien le dieron la tarea de custodiarlo y pararlo si intentaba dejarnos embarcados; como en efecto, el tipo trató de irse, pero Juanito supo controlarlo.

Al día siguiente, la policía nos fue a buscar a nuestras casas y nos llevaron para el Cuartel de Florida: el Gallego nos había echado pa´ lante.

-¿Qué pasó en el Cuartel?

En el Cuartel nos pusieron en una celda, Juanito se me acercó y me dijo: “Vigo esto es… (hace un gesto como si tuviera un zíper en la boca); y yo le dije: a mi me matan pero yo no hablo.”

Al rato nos fueron llevando uno a uno a la sala de torturas. Me dieron tantos golpes que por un instante quise morirme allí mismo. Cuando caí al piso escupiendo sangre, dos guardias comenzaron a saltarme en la columna como si fuera un colchón.

Tampoco me salvé de la chancleta, uno de los métodos de tortura que más les gustaba a los esbirros, consistía en darte por la planta de los pies, las manos y detrás de las orejas, no te imaginas lo que puede llegar a doler eso. Pero ninguno de nosotros habló.

-¿Cómo lograron salir vivos del Cuartel?

Por el pueblo. Cuando se supo, la gente empezó a hacer manifestaciones pidiendo un juicio justo, sabían que era la única manera de salir con vida de ese lugar.

El otro motivo por el cual no morimos fue gracias a la ayuda de un viejo cabo, quien a escondidas nos pasaba un jarrito de aluminio con sambumbia, así aguantamos tres días hasta que nos trasladaron al Juzgado de Camagüey.

-¿Consiguieron un juicio justo?

Nos llevaron ante el Tribunal de Urgencia y nos juzgaron por la Ley 5 (delincuentes comunes). Como no lograron probar nada, nos condenaron a seis meses de prisión en Isla de Pinos, así funcionaba la justicia en aquella época.

-¿Cómo fue la vida en el Presidio?

La celda 74, en el quinto piso de la circular cuatro, fue mi hogar. Tenía una cama que se recogía con unas cadenas por el día y por la noche se soltaban, una ventana daba al exterior.

En aquel tiempo había gente de la Conspiración de los Puros, del Partido Socialista Popular, del Movimiento 26 de Julio y hasta los aviadores que habían tirado las bombas al mar cuando el levantamiento de Cienfuegos.

-¿Se mantenía la actividad revolucionaria dentro del Presidio?

Sí, en una ocasión, cuando me fueron a ratificar la causa y me mandaron para La Habana, Armando Hart Dávalos, quien estaba cumpliendo allí, me pidió que llevara información a un compañero en el Príncipe, ese era el tipo de acciones que realizábamos, porque nos revisaban hasta la sombra.

A finales de diciembre de 1958, luego de pasar por el Buró de Represión de Actividades Comunistas (BRAC), liberaron al grupo de Edy Vigo Álvarez; el primero de enero de 1959 triunfaba la Revolución Cubana y el 6 regresaba a Florida, donde se alistó en la Marina de Guerra y en abril de ese mismo año comenzó a trabajar en el Arsenal Naval de Casablanca, hoy Base de Reparaciones Granma.

Luego de tres años, casado y con hijos, Vigo decide establecerse en Ciego de Ávila para comenzar a laborar en el taller de reparaciones del Ministerio del Interior, hasta su jubilación hace ya más de 10 años.

A sus 93 primaveras se mantiene haciendo trabajos ocasionales como técnico de equipos electrodomésticos y asegura que si volviera a nacer no cambiaría ni un solo día de su juventud – Es que la Revolución es mi madre, mi padre, mi todo- por eso incluso hoy continúa protegiéndola.

¿Quién es el joven “protegido” de la Casa Blanca que ataca a Cuba desde Bolivia?

Por: Helena Paz

Magdiel Jorge Castro. Foto: Tomada de La Época.

El pasado lunes 11 de julio el periodista Gustavo Veiga publicó en el periódico argentino Página 12 el artículo: “¿La campaña 2.0 por el 11 de julio llegará a las calles de Cuba?”. Allí hizo un repaso de las últimas agresiones estadounidenses contra Cuba, dedicándole un buen espacio al rol destacado que juegan las redes sociales en esa estrategia desestabilizadora y subversiva. Y algo importante: apuntó los nombres de algunas de las personas a las cuales se les paga –imagino que abultadamente– para tan triste labor.

Y, sin dudas, uno de los personajes más interesantes y enigmáticos es Magdiel Jorge Castro, cuyos vínculos con Bolivia enriquecen estas líneas. Vamos por parte.

Al poner en el buscador Google el nombre “Magdiel Jorge Castro” de inmediato saltan unas cuantas páginas web cuyos artículos hacen referencia a un jovencito de bigotes, bastante locuaz –por si desea escucharlo en algún video en Youtube–, y cuyo denominador común es: “un luchador por los Derechos Humanos”, “un activista de las redes sociales que enfila sus dardos contra el régimen cubano”, “un mártir de la libertad”…

A la par, algo resulta igualmente llamativo: abundan fotografías, entrevistas, artículos y mensajes de y sobre Magdiel, quien junto con ser un personajillo armado para su lucha supuestamente solo de su mente, un celular y sus filosos mensajes de Twitter, da vueltas una y otra vez a una misma historia biográfica que se reduce a un lugar y fecha de nacimiento, estudios universitarios y su desempeño meteórico en una plataforma “democrática” llamada Archipiélago. El joven se cuida a sí mismo y, aunque cueste creerlo, al menos la prensa lo cuida; poco y nada se sabe en detalle de él.

Un paréntesis. Ya en la segunda entrada de Google irrumpe su perfil en Twitter. ¡28 000 seguidores!

En efecto, Magdiel nació el 12 de octubre de 1994 (tiene 27 años) en la ciudad de Holguín, en el oriente de Cuba. Estudió Microbiología en la Universidad de La Habana e hizo su práctica profesional en el Centro de Inmunología Molecular, destacando además por su activismo LGBTIQ+. En noviembre de 2018 creó su cuenta de Twitter.

Y sí, amigos lectores, tal como lo dicen sus cuentas en Linkedin y Twitter, para comunicarse con Magdiel lo puede hacer a través de un simple WhatsApp con código inicial “+591”. ¿Se fijó bien? “+591”, es decir, Bolivia.

En el último lustro Magdiel ha dedicado sus energías para convocar y amplificar todo tipo de protestas contra la Revolución Cubana. Participó en el dudoso y cuestionado estallido del 11 de julio de 2021, en la fallida Marcha Cívica por el Cambio del 15 de noviembre del mismo año y hoy se esfuerza a diario tratando de imponer tendencias con etiquetas como #SOSCuba, #CubaConUcrania, #CubaPaLaCalle y un largo etcétera.

Por supuesto, todo eso a la distancia y con el Internet como escenario, pues Magdiel desde el primer semestre del año 2020 (el mismo de la nefasta y delictual administración Áñez y su pandilla) reside en Santa Cruz de la Sierra.

Según informaciones ofrecidas por el propio Veiga, Magdiel regularizó su situación migratoria en Bolivia y gracias a la Oficina de Migraciones consiguió una residencia temporal por dos años. Y, como no podía ser de otra manera, se vinculó con los comités cívicos y la ONG Ríos de Pie, financiada por Washington.

Pero, en realidad, Magdiel consiguió un empleo en el Servicio Departamental de Salud (Sedes) de Santa Cruz, institución que puntualmente le paga para únicamente dedicar su tiempo a coordinar con organismos de inteligencia y represivos yanquis para activar a la contrarrevolución externa y al interior de la isla, aun a costa de provocar sufrimientos a la población civil en medio de un bloqueo y una pandemia.

¿Será correcto que este jovencito se aproveche cada hora de un beneficio migratorio brindado por Bolivia y de un salario que, en última instancia, es pagado por todas y todos los bolivianos, para atacar a un país latinoamericano amistoso como Cuba? Ustedes tienen la última palabra, amigos lectores.

(Tomado de La Época)

Carta a un difamador

Por Domingo Pérez

Imagen de Razones de Cuba

Soy una persona de pueblo, hijo de gente humilde, de procedencia obrero-campesina. Nací con la Revolución gestada en la Sierra y en las ciudades, bajo la indiscutible y certera guía del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Tengo plena consciencia de mi papel y lugar en la sociedad: Contribuir, como retribución a lo que se hizo por mí, a la educación de los demás y a defender esta hermosa, colosal obra, al precio que sea necesario.

El costo de ser dignos, libres y soberanos, de cantarle las cuarenta a los enemigos y sus lacayos cuando ha sido necesario, es vivir en un constante acoso, persecución, ataques, medidas y agresiones de todo tipo.

Por eso, me dirijo a ti que te dejas confundir, que crees todo lo negativo que se dice de la tierra donde naciste y de su gente, aunque en la concreta te beneficiaste de los derechos que te dio la Revolución de forma gratuita, con el dinero que aportan todos para el bienestar común y que en otros países van a engrosar las riquezas de una minoría.

Desde que fuiste concebido, velaron por tu salud y la de ella, por tu desarrollo en general. Nunca a tus padres se les exigió un seguro médico para tu atención, porque también es gratuita y con acceso universal para todos los cubanos, sin distinción de raza, sexo, género, edad o credo.

Creciste con naturalidad, con absoluta tranquilidad, seguridad. No viviste con el sobresalto de que alguien llegara con un fusil de asalto y te acribillara a balazos.

Mientras más conocías de lo que pasaba en muchas partes del mundo: masacres, torturas, gases lacrimógenos, chorros de agua, balas de goma, caballos, látigos… aprendiste a amar a ese hombre o mujer, hijo del maestro, del campesino, el obrero, el científico, que día a día combate el delito y defiende ese bien tan preciado que es la tranquilidad ciudadana.

Lo conociste en medio de huracanes, al lanzarse a salvar a una anciana que había quedado atrapada en el sótano de su vivienda, investigando para descubrir al malhechor que se robó el TV de tu aula. Aprendiste a verte todos los días y noches recorriendo el barrio, velando por el bienestar de todos.

Por eso y por muchas cosas más, no resisto y me rebelo cuando difaman la actuación digna, impecable y profesional de las fuerzas del orden cubanas, comparándolas con la escoria y los corruptos que asumen las funciones de preservar el orden en otras latitudes, incluyendo los EE.UU. y la culta Europa.

Por eso no me interesa si te pagan o no por difamar y mentir, como si fueras parte del pueblo que traicionaste. Lo que te trastorna es que en la unidad con el pueblo está la fortaleza de los órganos que en Cuba preservar el orden interior y seguridad de nuestro Estado Socialista, con todos y para el bien de todos. No es casual que Camilo Cienfuegos, el Héroe de Yaguajay, al referirse al Ejército Rebelde lo definió como el pueblo uniformado. Ayer fue así, hoy, también.

Solo un bando, un partido

Por Yoandi González

Imagen de Razones de Cuba

Camino por las calles de mi Cuba y aprecio un pueblo unido en busca de la mejor forma de salir adelante de esta situación económica que afecta a todos los países del mundo. Para entender esto no es necesario hablar de política, solo hay que tener dos dedos de frente y ser justos antes de criticar la forma en que vivimos.

¿Nos hemos puesto a pensar cómo llegamos a esta situación? Hasta hace dos años atrás ir a una tienda a comprar productos nunca fue una preocupación. Recuerdo que mi madre se estaba bañando y desde el propio baño decía que se le había acabado el jabón, pues era muy normal ir a comprar otro.

La electricidad solo se iba si existía alguna interrupción eléctrica. Los centros recreativos ofertaban variados alimentos a la población y todos encontrábamos medicamentos en la farmacia. Éramos ricos y no nos dábamos de cuenta.

¿Qué pasó entonces? Creo que todos sabemos la respuesta. El paso de la pandemia por el mundo redujo a gran escala la producción de alimentos. En Cuba aumentó el personal con trabajos interruptos, aunque los salarios fueron pagados en su totalidad. El bloqueo económico que algunos creen que no existe se recrudece cada día más. Todas las materias primas existentes hubo que ponerlas en función de la creación de vacunas. Muchos como yo, como tú, tuvimos que cambiar de labor e ir a centros de aislamientos, a atenderte a ti o a uno de tus familiares.

Otros tuvieron que salir a cuidar colas, para evitar que revendedores y acaparadores hubiesen seguido llenando sus bolsillos a costa de lo que nos toca a todos. Por eso no pienso que existan divisiones en nuestro país. Cada cual desempeña el rol que le corresponde y le pagan por ello, todos bajo un mismo principio y partido.

¿Acaso no calculas cuánta comida que nos podían haber vendido fue necesario enviarla a centros de aislamiento para que tu familia, la mía, la de un vecino o la de un amigo comiera de forma gratuita y garantizara su vida?

¿No recuerdas tampoco cuando te pusiste en el brazo la vacuna gratis echa por los científicos cubanos, esa que lleva la ciencia de Fidel y del pueblo entero?

Yo antes de criticar pienso en todo. Respiro y sigo caminando por las calles, porque además tengo fe en la victoria. Confío en mi presidente, en los dirigentes que tenemos, y doy por seguro que ninguna decisión tomada es injusta. Quien piense eso no ha analizado bien los fundamentos de la gestión gubernamental.

Simplemente soy un cubano agradecido con lo que tengo, que, en lugar de buscarle las manchas al sol, le veo su luz. Seamos agradecidos con lo que tenemos, busquemos solución a los problemas de forma creativa y recuerde que hoy vive gracias a #Cuba. Ah, y algo más, todo lo que sabes se lo debes a Fidel.

Racismo en EE. UU. ejecutó en la silla eléctrica a un inocente niño negro de 14 años

La triste y desgarradora historia considera a la víctima como la persona más joven en ser ejecutada en toda la historia de Estados Unidos. Y lo más terrible del caso: el niño era inocente

Autor: Delfín Xiqués Cutiño | archivo@granma.cu

Tumba donde reposan los restos de George Stinney Jr.,
Tumba donde reposan los restos de George Stinney Jr., Foto: cope.es

En un juicio celebrado en una sureña ciudad de Estados Unidos, en junio de 1944, al jurado integrado por diez personas blancas tan solo le tomó unos diez minutos deliberar y alcanzar el veredicto por unanimidad de «culpable de asesinato» con que fue condenado el niño afroamericano de 14 años de edad, George Stinney Jr., quien fuera ejecutado en la silla eléctrica unos días después.

El hecho, triste y desgarrador, lo convirtió en la persona más joven en ser ejecutada en toda la historia de EE. UU. Eso sin contar que, lo más terrible del caso, fue que el niño, al final, era inocente.

El 23 de marzo de 1944 la pequeña comunidad del poblado de Alcolu, en Carolina del Sur, que apenas contaba con unos 429 habitantes, quedó impactada por la aparición de los cadáveres de Betty June Binnicker y de Mary Emma Thames, de 8 y 11 años, respectivamente. Fueron brutalmente asesinadas con una gruesa viga de madera que les destrozó sus cráneos.

Betty June Binnicker y Mary Emma Thames, de 8 y 11 años respectivamente, fueron brutalmente asesinadas y culparon al niño negro de su asesinato Foto:

Estaban tendidas en una zanja junto a la línea del ferrocarril en una zona que habitaba la comunidad negra del poblado.

Ese día el niño George salió de su casa para acompañar a su pequeña hermana Amie a jugar con los animales. Ella recuerda y así lo mantuvo durante 70 años, que se acercaron a la línea del ferrocarril para ver las vacas pastar, entretenimiento que hacían frecuentemente.

Entonces se acercaron las dos niñas blancas en bicicleta y les preguntaron dónde podían encontrar flores silvestres. Se lo dijeron y ambas prosiguieron su camino.

En la tarde del siguiente día, la policía penetró con violencia en la casa donde residían los niños negros. Los padres no estaban y la pequeña Amie, temerosa, se ocultó en el sótano mientras dos agentes se llevaban a su hermano George.

Al niño negro lo condujeron esposado, lo sometieron a un feroz interrogatorio de cinco horas como si fuera un delincuente adulto, sin la presencia de un abogado, lo acusaron de asesinato y lo mantuvieron incomunicado.

De inmediato la familia de George negó que él hubiera cometido esos asesinatos y que habían obtenido su confesión mediante la presión por el despiadado interrogatorio al que fue sometido sin la presencia de un abogado.

Los investigadores dijeron que el niño había confesado que primero mató a la niña pequeña para luego violar a la mayor, a la que también asesinó. Sin embargo, de esta supuesta confesión nada había quedado registrado. No existía ningún documento con la firma de George ni abogado de la defensa que lo certificara.

El juicio se celebró el 24 de abril de 1944. El jurado lo integraban diez hombres blancos. El niño negro fue juzgado durante cinco horas. La fiscalía se vio obligada a presentar seis testigos: dos médicos, la persona que encontró los cadáveres y los tres agentes a los que supuestamente George había confesado su crimen.

Increíblemente la Fiscalía argumentó que la presencia de los testigos respondía a que la confesión del niño se había extraviado y que no constaba en ninguna parte el citado documento.

Por su parte, el abogado de la defensa que también era blanco, no llamó a ningún testigo ni se preocupó por la pérdida de un documento clave en la acusación contra su defendido. Ni tan siquiera refutó las acusaciones. Se mantuvo imperturbable.

El Jurado se retiró a deliberar y a los diez minutos ya tenía la sentencia: George Stinney Jr., condenado a ser ejecutado en la silla eléctrica por el asesinato de Betty June Binnicker y de Mary Emma Thames.

Entre la detención y el juicio transcurrió exactamente un mes. En ese tiempo ni los padres del niño detenido ni sus familiares pudieron verlo ni contactarlo. Solo lo acompañaba una vieja biblia.

El 10 de junio de 1944 cuando comenzaron los preparativos para ejecutar a George, las autoridades se dieron cuenta de que la silla eléctrica no estaba preparada para ejecutar a un niño. Le quedaba grande.

Efectivamente, el niño medía 1,5 metros y pesaba unos 43 kilogramos y no se acoplaba al aparato ni a los cables que debían conectarle. Fue preciso añadirle a la silla varios libros para que tuviera la altura necesaria para alcanzar los electrodos. Solo así el racismo estadounidense pudo ejecutar a este inocente niño negro.

COMIENZA LA LUCHA JUDICIAL

George stinney Jr. Foto: Antena 3

La familia Stinney tuvo que mudarse de la localidad tras recibir amenazas de muerte. Entonces comenzaron un arduo y lento proceso judicial para que se abriera el caso en base a «un procedimiento negligente y racista», y en abril de 2014 lo lograron, 70 años después de la ejecución del niño negro.

De momento, la Jueza Carmen Mullen del circuito de Carolina del Sur le ofreció a la familia de George un perdón, pero no fue aceptado. Argumentaron «que el perdón se le concede a aquellos que eran culpables de los actos». Por ello, el caso del niño acusado de asesinar a dos niñas blancas volvió a juicio 70 años después.

«Es mi opinión profesional, con un grado razonable de certeza médica, que la confesión dada por George Stinney Jr. en o alrededor del 24 de marzo de 1944, se caracteriza mejor como una confesión obtenida bajo coerción, complaciente y falsa», aseguraba durante el procedimiento Amanda Sales, siquiatra forense consultada durante la revisión del juicio a Stinney, según NBC News. «No es fiable», añadió.

Desde el estrado varios testigos ofrecieron su testimonio. Uno de los más importes fue sobre la viga de madera con que se cometieron los asesinatos que pesaba 20 kilos. Resultaba físicamente imposible demostrar que un niño que pesaba 45 kilos pudiese levantar el madero para utilizarlo como arma.

Por lo que, finalmente, la jueza Mullen decretó «que el joven había sido juzgado sin todas las garantías, en un proceso manipulado para implicarle como culpable, por lo que decretó la sentencia como nula».

La familia del niño negro George Stinney Jr. tuvo que esperar siete décadas para que se iniciara un nuevo juicio donde se demostró lo que ellos desde un primer momento habían dicho: que George era inocente.

El racismo en Estados Unidos había ejecutado en la silla eléctrica a un inocente niño negro de 14 años de edad.

Fuentes:

 La historia de George Stinney Jr, el niño que murió condenado a la silla eléctrica y ahora ha sido absuelto

– George Stinney: el polémico juicio al niño de 14 años ejecutado en la silla eléctrica

Informaciones relacionadas

Ana Hurtado, Martí y los Pañuelos Rojos

Opinión

Rubén Rodríguez Echevarría – Foto: Yusmilis Dubrosky Roldán/Granma.


1

Ana Hurtado está con Los Pañuelos Rojos. Ana es una voz necesaria porque es una voz militante.  Están los otros y la otra. Los oportunistas, mal reconocidos en los tiempos culturales de sus naciones e irreconocidos en la lucha social de sus terruños. Porque son allí voces ausentes.

De esos, la Revolución padeció algunos.

Jorge Ricardo Massetti fue una voz joven y argentina que subió dos veces a  la Sierra Maestra y nos legó una obra hermosa que tituló inicialmente, “Los que luchan y los que lloran, el Fidel Castro que yo conocí”. Luego Massetti fundó Prensa Latina y se convirtió en el Comandante  Segundo de la Guerrilla de Salta en su Argentina natal.  El primero obviamente seria el Comandante Che Guevara.

De “aquellos”, los extranjerizos,  rindieron sus voces genuflexas tipos como Regis Debray y Mario Vargas Llosa. Hoy aparecen otros, estentóreos y vacuos como ellos. Pero como ellos, pasarán sin penas ni glorias. Ya los hemos visto pasar como al zeppelín  lezamiano. Estemos atentos. Son la nada. Como dijera Cintio una vez, ellos no están donde nosotros. Nosotros estamos aquí con la obra de la Revolución, ellos hicieron sus previsibles maletas de partida o de regreso. No nos preocupemos por sus alaridos. En esta tarea de grandes hay mucho que hacer y estamos haciendo. Por ello vestimos geniales Pañuelos.

2

El arte es polisémico. No es  una cualidad única. Pero posee un potens revelador. Hay compañeros que no entienden o no aceptan una obra de arte  y es justo comprenderlo, por eso hay que seguir potenciando la educación estética, la suma y la conjugación. Hay que potenciar la indivisible confluencia del patriotismo que acepta al obrero en una clase de ballet, como el hecho natural y todavía subversivo que arranca a los neo burgueses, el elitismo supino que nos enfrenta en la lucha de clases.

Pero están los otros. Los que comprendiendo que “el arte es un arma de la Revolución” juegan a no comprender. Porque les resta protagonismo y ficticio liderazgo. Porque revela su pobre –no hacer-. Son los que atacan sibilinos y melifluos, casi solidarios, pero traidores por negación y vanidad a la obra que es de todos. Fidel lo padeció desde que salió de las filas del ortodoxismo. Desde entonces algunos se empeñaron en no reconocer su vanguardia. Deseaban el protagonismo a costa de Cuba y para ensanchar su estéril vanidad personal. Cuba en armas lo designó entonces su Comandante en Jefe.

Martí supo lograr la unidad de los cubanos. El Mayor General y Delegado del PRC, cuyo formidable pensamiento militar está por estudiarse a fondo  y encajadamente, supo siempre ser cuidadoso al expresarlo frente a los combatientes del 68. El Viejo Gómez, nuestro Generalísimo de hoy y de siempre, lo comprendió a tiempo y con razón.  Nunca restó Gómez una coma a las proclamas militares y los manifiestos del Apóstol de Cuba, que llevan también su cubanísima firma. Bella estrategia para las tácticas del quehacer político de Los Pañuelos.

3

Veo en los Pañuelos  Rojos  a la Juventud del Centenario en el Moncada, esos jóvenes aguerridos, mejor Pinos Nuevos que confluyen tras la esperanza de nuestro socialismo perfectible, vienen de aquella juventud.

Son, como todas nuestras fuerzas, parte de la Generación de la Continuidad Histórica de la Revolución. Son parte integrante de ella. Son parte en el  todo.

Me recuerdan a Oscar Alcalde Vals, a Fernando Chenard Piña, al joven poeta Raúl Gómez Garcia,  autor de “Ya estamos en combate”, que escribió a su madre en un trozo de papel, “Caí preso, tu hijo” y luego aparecería baleado y como si hubiese caído en combate.

A Mario Muñoz Monroy, médico, asesinado por la espalda mientras caminaba preso y tranquilo por un pasillo dentro del Cuartel.

Al negro Agustín Díaz Cartaya, autor de la Marcha del 26, estrenando en el silencio turbulento de la noche de Santa Ana, “…y arriesgaremos decididos por esta causa hasta la vida, que viva la Revolución”.

A Jesús “Chuchú” Montané, el de Melba Hernández también presa. Y a Haydee, nuestra valiente que perdió solo, y ni siquiera eso, su última batalla. Haydee la de Silvio, Noel, Vicente, Augusto Blanca, de Hart, del Che, de Fidel. Haydee de Celia Hart Santamaría.

A Juan “el Albañil”, pero esta vez Almeida, Comandante y de la Lupe, con aquel grito que hasta hoy y hasta siempre nos niega la rendición.

Por eso soy de los Pañuelos Rojos. Porque vienen  de la tierra, del mundo, de la disimilitud, de la diversidad ondulante  que se nombra Cuba.

No son los únicos en el campo de batalla. Porque Cuba es múltiple y es sumadora. Son parte del todo, de la unidad.

La existencia de diversas fuerzas es y debe ser regional y estratégica, es signo de la diversidad de frentes de combate y no de la fragmentación en la lucha. La fragmentación es una traición a la Patria. Fidel lo advirtió como siempre visionario: la Revolución sólo podría destruirse desde dentro. El enemigo no es fuerte frente a nuestra unidad.

El optimismo de Agramonte fundó la Caballería camagüeyana, decidido El Mayor a no descreer de la vergüenza de los cubanos. Al optimismo terco de Fidel le bastaron pocos fusiles para creer como nadie en su hombrada liberadora que nos dio el triunfo del 59.

Por las calles de Holguín andan hoy los tercos optimistas, van con Pañuelos Rojos. Van guerreros, manigüeros, mambises y rebeldes. Van guevaristas por los senderos martianos de Fidel. Pero no le siga los pasos. No. Súmese con ellos  al bailongo y la algarabía, a la Sentada y el jolgorio. Hay un ¡Viva Cuba! que se nutre de todas las voces, todas. Las voces de los que solemos sentir con entraña de Nación y de Humanidad y confirman corales las catedrales porveniristas de la Patria cubana.

Un hasta siempre al Comandante José Ramón Balaguer Cabrera

«Quienes tuvimos el privilegio de compartir su magisterio revolucionario, atesoramos de manera entrañable sus virtudes excepcionales, modestia infinita, calidez humana, pasión desbordante, firmeza de principios, lealtad sin límites a la Revolución, al Partido, a Fidel y a Raúl»

Autor: Maby Martínez Rodríguez | internet@granma.cu

Honores a José Ramón Balaguer Cabrera, combatiente de la clandestinidad y del Segundo Frente Oriental Frank País, en el panteón de los Veteranos de la necrópolis de Colón
Foto: Juvenal Balán

El fallecimiento del combatiente revolucionario de la lucha clandestina y el Ejército Rebelde, Comandante José Ramón Balaguer Cabrera, suscitó numerosas muestras de pesar y acompañamiento en el dolor, desde varias partes del mundo.

El Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, junto a otros dirigentes del Partido y del Gobierno presidió el sábado, en el Panteón de los Veteranos de la Necrópolis de Colón, en La Habana, el homenaje póstumo al Comandante Balaguer.

Ofrendas florales del General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana, y del Presidente de la República, junto a las de familiares y amigos, custodiaron la urna, que posteriormente se trasladará al mausoleo de los combatientes del II Frente Oriental Frank País, en Santiago de Cuba.

José Ramón Machado Ventura, Comandante del Ejército Rebelde, y los miembros del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización del Comité Central, y el general de cuerpo de ejército Álvaro López Miera, ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y Héroe de la República de Cuba, también realizaron la primera guardia de honor.

Estuvieron presentes, además, el miembro del Buró Político, general de cuerpo de ejército Ramón Espinosa Martín, viceministro primero de las FAR, y otros dirigentes del Gobierno y del Partido.

En la ceremonia, Rogelio Polanco Fuentes, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido y jefe de su Departamento Ideológico, expresó que la Revolución despide a uno de sus más fervientes soldados.

«Quienes tuvimos el privilegio de compartir su magisterio revolucionario, atesoramos de manera entrañable sus virtudes excepcionales, modestia infinita, calidez humana, pasión desbordante, firmeza de principios, lealtad sin límites a la Revolución, al Partido, a Fidel y a Raúl».

Foto: Juvenal Balán
Foto: Juvenal Balán
Foto: Juvenal Balán
Foto: Juvenal Balán

A un año del #11J en Cuba, algunas ideas

Por Pedro Antonio Santander Medina

Imagen: Razones de Cuba

El 11 de Julio del 2021 Cuba vivió un intento de desestabilización propio de lo que se conoce hoy como “golpe blando”. Estos tienen características comunes a los golpes de estado tradicionales que los latinoamericanos bien conocemos, y otras características que son menos clásicas y, podríamos decir, propias de estos tiempos, como tal responden a sus propios contextos epocales. Como todo golpe lo que se busca es la desestabilización y el derrocamiento de un gobierno legítimo que es considerado una amenaza. Como suele ser común en nuestro continente (y más allá de éste), la mano gringa está siempre detrás de esos intentos de hacer caer gobiernos considerados no sumisos a los dictados del imperialismo.

El adjetivo “blando” apunta a una característica que distingue este tipo de golpes de aquellos golpes militares que bien conocimos los chilenos, uruguayos, argentinos, paraguayos, etc. Si bien también hay una conspiración intensa para derrocar a un gobierno, la forma de resolverla es menos militar y menos frontal que en los putch al estilo Pinochet. No siempre hay violencia armada, y cuando la hay ésta no proviene de las fuerzas armadas regulares, sino que de elementos civiles extremistas (muy bien apertrechados) como ocurrió en Ucrania en 2014. A veces incluso no hay en absoluto violencia armada en estos golpes blandos como le sucedió al presidente Lugo en Paraguay o a Dilma en Brasil.

Sigue leyendo

Los crímenes impunes de la Operación Northwoods

Por Jorge Wejebe Cobo

Iniciaba la segunda quincena de junio de 1962 y las acciones de la CIA y el Pentágono contra Cuba dentro de la Operación Mangosta, actualmente desclasificada por el gobierno de EE.UU., se encontraban en su etapa culminante de sabotajes, actos terroristas, atentados y alzamientos en zonas rurales que debían desembocar en los meses inmediatos en un supuesto levantamiento popular.

Pero detrás de ese frenesí de la Casa Blanca por vengarse de la derrota de Playa Girón en 1961, descollaba la acción Dirty Tracy (juego sucio) que conllevaría a una autoagresión en barcos, aviones civiles de Estados Unidos o países aliados y principalmente contra la Base Naval de Guantánamo, que adjudicarían a los cubanos la muerte de ciudadanos y militares y sería el pretexto para la invasión a la ínsula.

Según documentos desclasificados en 1998, el plan dentro de la llamada Operación Northwoods (madera del norte) fue presentado en marzo del 62 al Secretario de Defensa, Robert McNamara, por el general de cuatro estrellas Lyman Louis Lemnitzer, y rechazado después de más de tres horas de tensas discusiones, en las cuales los militares presionaron a McNamara con la propuesta.

Aunque muy lejos de esas reales o presuntas contradicciones en Washington, en ese verano y en los años posteriores de la década de 1960, los jefes de la Base Naval de Guantánamo incrementaron las provocaciones como si se dispusieran a seguir con ese macabro plan.

Así, aviones y embarcaciones violaron el espacio aéreo y sus aguas, los soldados agredieron a las postas cubanas y continuaron entregando armas a los elementos contrarrevolucionarios de la zona.

Inclusive, la contrainteligencia de la Isla conoció que entre las tareas de la inteligencia naval del enclave figuraba la captura de supuestos agentes o saboteadores nacionales para provocar una respuesta.

En ese difícil contexto, el joven pescador de Caimanera Rodolfo Rosell, quien estaba incorporado a la Revolución y mantenía a su familia con su pequeña embarcación Las Dos Hermanas, desde el 11 de julio lo reportaron desaparecido hasta que el día 13 fue encontrado su cadáver en la popa de su lancha en la Playa Conde con horribles marcas de torturas.

De acuerdo con la autopsia, la causa de su muerte fue una irreversible hemorragia intracraneana. Eran visibles en su cuerpo numerosos hematomas y huellas de punzones.

Al hacer una recapitulación de hechos tan deleznables, recordamos que el primer asesinato relacionado con esa ilegal instalación militar fue el del trabajador del enclave Rubén López Sabariego acaecido el 15 de octubre de 1961, que dejó huérfanos a nueve hijos.

Tampoco la muerte de Rodolfo Rosell sería la última, en 1964 cayó el guardafrontera Ramón López Peña, ultimado por disparos hechos desde la base naval. También fue asesinado en iguales circunstancias el combatiente Luis Ramírez López en 1966, víctima de una ráfaga disparada por marines yanquis mientras cumplía su misión de custodiar el territorio nacional.

Por medidas tomadas principalmente por la parte cubana en años posteriores se pudo lograr un clima de normalización en la región fronteriza de Guantánamo, aunque a pesar de las gestiones legales y denuncias realizadas por Cuba, esos crímenes y otros se mantienen impunes sin el menor pudor por parte del gobierno estadounidense que desclasificó algunas de sus operaciones contra Cuba.

Tomado de Cubahora.