Los postulados éticos martianos sustentan la cultura que defendemos en Cuba. José Martí nos sigue dotando de las herramientas éticas para construir el socialismo
Autor: Yusuam Palacios Ortega | internet@granma.cu

En 1960 el Guerrillero Heroico apuntó: «Martí fue el mentor directo de nuestra Revolución, el hombre a cuya palabra había que recurrir siempre para dar la interpretación justa de los fenómenos históricos que estábamos viviendo y el hombre cuya palabra y cuyo ejemplo había que recordar cada vez que se quisiera decir o hacer algo trascendente en esta Patria». En esta referencia el Che resume la vigencia del ideario martiano, un pensamiento que no es abstracto, sino que adquiere cuerpo y alma en sí mismo cuando somos capaces de redescubrir al héroe y aplicarlo a nuestra cotidianidad, cuando entendemos que la martianidad es osamenta sobre la cual debemos proyectarnos y sostenernos. Por eso somos martianos, porque críticamente lo hemos asimilado, porque creemos en la palabra del Maestro, y no lo hacemos como seres conducidos, sino desde una lealtad reflexiva a su palabra y ejecutoria.
En este tiempo, tan diferente al del Che y al de Martí, pero a la vez tan similar por las causas que motivan nuestra lucha, es imprescindible asirnos al Apóstol. Martí no representa solo al ferviente revolucionario, sino también al guía espiritual, que nos ayuda a comprender la felicidad como la condición humana más noble. Martí no representa a un intelectual aislado del acto de crear desde la perspectiva de la transformación; Martí crea y funda bajo el sueño de ver una sociedad que hace de lo hermoso lo cotidiano, que no discrimina, que hace felices a los hombres. Martí representa al verdadero intelectual: orgánico, coherente, que no solo divisa el bien, sino que lo hace parte de su praxis.
El Che nos pide que nos acerquemos a Martí, «sin pena, sin pensar que se acercan a un dios, sino a un hombre más grande que los demás hombres, más sabio y más sacrificado que los demás hombres, y pensar que lo reviven un poco cada vez que piensan en él y lo reviven mucho cada vez que actúan como él quería que actuaran».
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