En contra de la comunidad internacional, en contra del deseo de la mayoría de los cubanos, en contra de los derechos humanos, de la democracia, de cualquier vestigio de dignidad.
Solamente es suficiente contar 30 segundos, y leer los mensajes de odio, escuchar cada palabra sucia, analizar cada pensamiento cruel que salen de los cabezas huecas de los que han traicionado los principios patrios y ahora habitan en la Florida, en sus corazones solo habita ese líquido espeso y negro, una agonía interminable, de un transito en el purgatorio, sin temer cada paso erróneo y maligno, el nunca más poder volver de nuevo al paraíso.
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