Los cruzados anticubanos del nuevo siglo estadounidense

Por Raúl Antonio Capote

Anticubanos del nuevo siglo estadounidense
Anticubanos del nuevo siglo estadounidense

El Instituto Republicano Internacional (IRI) nació en 1983 con el declarado objetivo de realizar una «cruzada por la libertad». Es considerado el arma secreta para lograr los propósitos de los políticos fundamentalistas del Partido Republicano.

Esta organización cuenta con una gran estructura que incluye más de 500 empleados distribuidos por zonas geográficas, y con oficinas en varios países, en dependencia de sus prioridades y posibilidades.

El IRI estuvo involucrado, a finales del siglo XX, en la creación, organización y financiamiento del grupo Optor (resistencia) en Yugoslavia; ha estado vinculado, además, a los estrategas del «golpe suave» en todas partes del mundo; a George Soros, del Instituto Sociedad Abierta, a Gene Sharp, y al Instituto Albert Einstein, a Peter Ackerman y a Jack Duvall, este último del Centro Internacional para el Conflicto No Violento (ICNC).

En Venezuela, además de financiar impúdicamente a distintos grupos antichavistas, el IRI participó en operaciones de apoyo al golpe de abril de 2002 contra el presidente Hugo Chávez.

Los cruzados de la derecha yanqui, agrupados en el IRI, comenzaron su trabajo contra Cuba desde la década de 1990. Su primer programa data de 1993, y estuvo dirigido a estimular el llamado proceso de transición en nuestro país, con el objetivo final de derrocar a la Revolución.

Su programa hacia Cuba concibe el entrenamiento, la distribución de materiales, dinero, medios técnicos y equipamiento, entre activistas y elementos contrarrevolucionarios, empleando para ello procedimientos y métodos clandestinos con el objetivo de encubrir sus propósitos desestabilizadores.

Sus fondos provienen del presupuesto que se otorga anualmente por el Congreso de Estados Unidos al Departamento de Estado, y de las llamadas entidades «independientes» como la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (Usaid), y la Fundación Nacional para la Democracia (NED), ambas conocidas por nuestro pueblo por sus acciones injerencistas, contra Cuba, Venezuela y Nicaragua.

El Programa Cuba del IRI establece: «El Instituto Republicano Internacional ha estado activamente comprometido en promover cambios democráticos en Cuba desde inicios de los años 90, de conjunto con otras agencias financiadas… Desde el primer reporte de la CAFC (Comisión de Asistencia para una Cuba Libre), en 2004, el financiamiento de los programas para Cuba del IRI han sobrepasado los 11 millones de dólares en contratos durante varios años».

Y prosigue el Programa Cuba: «…De forma notable, las nuevas iniciativas del IRI y sus asociados promueven soluciones tecnológicas innovadoras para romper el bloqueo informativo de Cuba y ayudan a desarrollar la capacidad de las redes de la sociedad civil».

En el documento Acelerar la transición a la democracia en Cuba se informa: «El Instituto entregó teléfonos celulares y equipos de tecnología de la información (TIC)… continuó avanzando en nuevas iniciativas de medios, que pueden proporcionar a los socios de la red en la Isla un mayor acceso a la información, material de apoyo y comunicación sin conexión».

El esfuerzo de los enemigos de la Revolución Cubana, por dominar la información o, al menos, ejercer una marcada influencia sobre lo que se lee, escucha y ve en la Mayor de las Antillas, para así controlar la opinión interna, ha sido financiado con millonarias asignaciones.

El IRI ha estado a la vanguardia de esta batalla, en una obstinada y fuera de toda ética actitud injerencista, violatoria de las leyes internacionales.

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