
Por Ernesto Vera Mellado (*)
La Habana (Prensa Latina) Lester D. Mallory no podía imaginar en 1960 que en Cuba, más de seis décadas después, el proceso revolucionario mantendría su vigencia e incluso trabajara en el perfeccionamiento del modelo socioeconómico socialista.
Las medidas implementadas por Estados Unidos desde el inicio mismo del triunfo rebelde de enero de 1959, debían bastar para torcer el rumbo y provocar el fracaso del proyecto que ya mostraba su vocación patriótica y popular, con la promulgación de las primeras leyes.