
El negro fue conducido hasta un árbol y colgado de él. Apilaron madera y ramas bajo su cuerpo y encendieron una hoguera. Luego, alguien sugirió que el hombre no debía morir demasiado rápido; le bajaron a un lado y un grupo fue hasta Dexter, a unos tres kilómetros de distancia, para buscar keroseno. A su regreso, arrojaron el combustible a la hoguera y completaron la tarea. Sigue leyendo