El G77 y China denuncian la amenaza de las sanciones de EE.UU. para los países en medio de la lucha contra el COVID-19 y llaman a medidas urgentes al respecto.
“Dichas medidas tienen un impacto negativo en la capacidad de los Estados para responder de manera eficiente al
desafío del coronavirus, en particular en la adquisición de equipos y suministros médicos para tratar a sus poblaciones y contener la proliferación de la epidemia”, se lee en un comunicado emitido el viernes por el Grupo de los 77 y China.
La nota, del mismo modo, alerta de que las medidas coercitivas “afectan la cooperación y solidaridad esenciales que deben prevalecer entre las naciones”.
Por todo ello, China y el G77 —integrado por 134 países en vías de desarrollo con el objetivo de ayudarse, sustentarse y apoyarse mutuamente en las deliberaciones de las Naciones Unidas— se manifestaron “decididos a no permitir ninguna estigmatización o discriminación” e instaron a la comunidad internacional a tomar medidas eficaces para cerrar paso a las medidas económicas unilaterales impuestas a los países en desarrollo.
Con la propagación del nuevo coronavirus —que casi no ha dejado a salvo a ningún país del mundo— han ido en aumento las críticas mundiales hacia los embargos estadounidenses contra países como Irán, Venezuela, Siria y Cuba.
De hecho, las restricciones económicas de EE.UU. obstaculizan los esfuerzos, como evitar la importación de medicinas, para enfrentar la pandemia.
Pese a todas esas preocupaciones que también han expresado las Naciones Unidas, Washington se ha negado a ejercer un cambio en su posición.
La insistencia del Gobierno estadounidense, presidido por Donald Trump, en el mantenimiento de las sanciones también ha desatado oposiciones internas en este país. Es más, varios senadores demócratas de EE.UU. han exigido a la Casa Blanca suspender temporalmente las sanciones impuestas a Venezuela e Irán ante la pandemia del COVID-19.