
El estudio de la historia demuestra que la nación no es más que una de muchas otras formas en las que los seres humanos hemos ido organizando nuestras sociedades. Las comunidades que antes se agrupaban en polis o ciudades, o en feudos, fueron fundiéndose bajo una única simbología, que sirvió de plataforma ideológica al Estado moderno. Sigue leyendo
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