
“Es la economía, estúpido” es una frase de James Carville, estratega de la campaña de Bill Clinton durante la campaña presidencial que le enfrentó a George H. W. Bush en 1992, popularizada como forma de explicar cuáles son las causas de los problemas, a veces más sencillas de lo que parece, de la gente común.
En este caso, la hemos adaptado para explicar cuál es la razón por la que un Bernie Sanders, que llegó como favorito y primero en las encuestas al inicio de las primarias del Partido Demócrata (Iowa, 3 de febrero), se haya quedado sin chances de obtener, ni siquiera de aproximarse, los 1991 delegados que se necesitan para conseguir la nominación. Sigue leyendo