Por Julio Martínez Molina / lavinadeloslumiere
Salvo en un fugaz período de inicio, el Festival Internacional de la Canción Viña del Mar ha representado a los intereses históricos de la derecha chilena, incluso de forma previa a la dictadura militar apoyada militar y financieramente por EE.UU. que ensangrentó esa nación latinoamericana.
Resulta tan sólido el vínculo entre el evento surgido en 1960 y la clase dominante del país austral que cuando a Pinochet todavía le faltaban meses por perpetrar el golpe de estado contra el líder socialista Salvador Allende, ya el derechista público de Quinta Vergara (sede de la cita anual) repudiaba a la cantante surafricana Miriam Makeba por apoyar en el escenario al gobierno de la Unidad Popular. Era 1972. En la edición de un año después, muy poco tiempo antes de fraguarse la asonada golpista, el reaccionario espectador de Viña pedía abiertamente el asesinato de Allende. Sigue leyendo
Debe estar conectado para enviar un comentario.