Nada de presión sicológica ni de amenazas, más bien la mano suave de alguien que lo llama a no golpearse.
Luego, cuando se le ve su cara desafiante, el televidente sabe que se trata de José Daniel Ferrer García, un personaje –de los tantos– fabricado por la CIA estadounidense en su afán de fomentar la subversión en nuestro país. Sigue leyendo
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