
Después de una marcha de 31 días por Camagüey y a 40 de haber partido desde Providencia, en la Sierra Maestra, la Columna Invasora Nº 2 «Antonio Maceo» comandada por Camilo Cienfuegos, cruzó el crecido río de Jatibonico con el agua al pecho y una fuerte corriente. El Señor de la Vanguardia besó la tierra villaclareña; los hombres que componían la tropa estaban alborozados. Una parte de la misión se había cumplido, y no cejarían hasta llevar la guerra a occidente, a Pinar del Río, y así reeditar la estrategia fundamental de nuestras guerras revolucionarias que en el siglo pasado culminara exitosamente el Lugarteniente General Antonio Maceo.
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