
Décadas antes de que Donald Trump hiciera de la corrupción algo aceptable como institución en Washington, Miami ya había perfeccionado la práctica. Durante ese tiempo, hemos elegido y reelegido a políticos acusados, políticos que han demostrado tener el poder de hacer que los muertos voten, políticos con el poder de usar su escaño de comisión para obtener ganancias ilegales de la Sección 8 de viviendas para los electores. Sigue leyendo
Debe estar conectado para enviar un comentario.