El paso definitivo contra el exclusivismo y la discriminación racial y social de la burguesía lo constituyó el anuncio de la nacionalización de todos los clubes exclusivos, cotos privados a las masas populares. La Ley 270 declaraba de uso público las costas y las playas de la nación, entendiendo por costa una zona de 100 metros de ancho a todo lo largo del litoral. Estos clubes exclusivos fueron pasando paulatinamente al arbitrio de los trabajadores y sus sindicatos para su uso y disfrute.
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