Tras años de desencuentro entre la representación diplomática de Estados Unidos en Honduras y el Gobierno de Manuel Zelaya Rosales, llegó al poder el Partido Nacional; allí todo cambió y se inició una complicidad diplomática que tiene sus consecuencias sociales.
El nuevo modo de operación de la diplomacia de EE.UU. en Honduras, es aprobar o reprobar mediante mensajes de Twitter la gestión o decisiones de Hernández, quien modifica sus actuaciones según le ordene el Gobierno de Donald Trump.
Es esa complicidad que género que la Administración para el Control de Drogas de de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) aplaudiera la supuesta lucha contra el narcotráfico de Hernández, a pesar que el hermano del mandatario hondureño; este preso en el país norteamericano por introducir droga a ese país.
A mi espalda (en vídeo) se encuentra la sede de la embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa, la capital hondureña, aquí se fraguó el golpe de Estado contra el expresidente José Manuel Zelaya Rosales, años después sirve para centro de reunión y comparsa del Gobierno de Juan Orlando Hernández.
La presencia de Estados Unidos en Honduras, no solo es diplomática; mantienen un regimiento de militares, sin pagar ningún canon a los hondureños.
Sectores sostienen que Washington prefiere mantener a un gobierno señalado de corrupción y narcotráfico como el de Hernández, a permitir una Administración de izquierda o progresista en Honduras.
Dassaev Aguilar, Tegucigalpa.
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