Joven revolucionario ejemplo de desinterés, heroísmo y entrega a la causa libertaria que lo llevó a vender su empleo y medios de vida con una fe enorme en el destino de la Patria.
Es de los primeros en pertenecer al movimiento revolucionario que organiza Fidel; encabeza la que se conocerá como célula de La Ceiba
Ante la escasez de dinero para adquirir armas con las que se pudiera ejecutar el proyecto insurreccional, vende las cámaras y los equipos fotográficos de su laboratorio, y los 1000 pesos que obtiene se los entrega a Fidel Castro Ruz.
Aún en las situaciones más difíciles, no perdía la audacia y sentido del humor; cuentan que una tarde en que Fernando esperaba a Fidel, en la calle San Rafael, llevaba en sus manos un paquete conteniendo armas y sintió deseos de tomar café, dirigiéndose a un vigilante que se encontraba de posta, le solicitó que le cuidara el paquete, mientras el acudía a la cafetería. A la llegada de Fidel y los demás compañeros y al manifestarlo, uno de ellos se asombró por lo que había hecho; Fernando sonriente le dijo que no había ningún mejor guardián para el paquete de las armas que aquel policía batistiano.
Dispuesta la movilización para Oriente que culminará con los sucesos del 26 de julio de 1953, Chenard maneja un auto Dodge en el que transporta a Santiago de Cuba a los hermanos Gómez, a Córdova y a Montano, se aloja junto a ellos en la casa de tránsito de Celda 8, y se concentra a medianoche del 25 y 26 de julio en la Granjita Siboney. Asignado al destacamento que tenía como misión penetrar al Moncada por la posta 3.
Una vez fracasada la acción, cuando Fidel da la orden de retirada le encomienda a Chenard que le trasmita la orden a Abel Santamaría en el hospital, lo que no puede cumplir ya que es apresado.
Conducido al cuartel, es torturado y asesinado ese mismo día, al igual que cinco de los ocho compañeros de célula que hicieron el viaje a Oriente
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