El entonces candidato republicano visitó una iglesia evangélica de Cleveland, en donde fue objeto del llamativo ritual por parte del pastor de la congregación y sus asistentes.
Dos años y meses después se ha vuelto a repetir el hecho, pero teniendo esta vez como chivo expiatorio a la hija de Hillary, Chelsea, porque había agradecido por cortesía, según ella, un saludo de la Iglesia de Satán enviado por Internet.
Debe estar conectado para enviar un comentario.