
La Ciénaga de Zapata es uno de los mayores humedales de América Latina, también el municipio más extenso de Cuba y el de menor densidad poblacional. Si Cristóbal Colón hubiese desembarcado por estos lares, no sé qué calificativos dejaría en aquel diario suyo. Este pedazo enamora y esconde en cada piedra y cada trozo de tierra, un misterio.
Aquí cenó Fidel con los carboneros la primera noche buena del triunfo de la revolución. Hasta aquí llegaron los mercenarios- como dice el cartel de bienvenida-, la madrugada del 16 abril de 1961, terminando en la primera gran derrota del imperialismo en América Latina.
Cuando se hable de la Ciénaga de Zapata, ha de hablarse de las más asombrosas puestas de sol, del agua salobre, de los carboneros, de los cocodrilos, de interacción hombre-naturaleza (sí, usted puede tener el placer de bañarse en el mar con los peces) y de recibir ese calor tan humano y sincero que cada cenaguero o cenaguera, es capaz de hacerte llegar con tan solo mirarte.
Arrecife natural de peces, Caleta Buena. Foto: L Eduardo Domínguez/ Cubadebate.


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