Congresistas y Senadores de Estados Unidos llevan medio siglo acusando a Cuba de coartar la libertad de pensamiento y expresión, acusándola ante organismos de derechos humanos en Ginebra, con respaldo de campañas mediáticas en sus medios oficialistas; pero ahora la verdad sale como el sol, demostrando que es en Estados Unidos donde no existe libertad para pensar y menos de expresar lo que se siente.
Quienes se atrevan a disentir de la política trazada por el Gobierno, será castigado y acusado de “comunista”, aunque nunca haya leído el Capital de Karl Marx. Sigue leyendo
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