
Yuri Gómez Orosmán Dueñas y Rafael Guevara fueron velados en el edificio del Ministerio del Interior, adonde el pueblo acudió a rendirles homenaje. Foto: Archivo Granma. Por José Luis Alonso Lanza
A 25 años de los acontecimientos ocurridos en la base náutica de Tarará, donde cayeran los hermanos Yuri Gómez Reinoso, Orosmán Dueñas Valero y Rafael Guevara Borges, no nos debe caber ninguna duda, que lo sucedido en aquella noche de enero del 1992, no fue un acto fortuito, un simple acto delictivo, ni mucho menos un ajuste de cuentas.
Un aparte fue para Rolando Pérez Quintosa, quien luego de ser atacado, permaneció varias semanas en el hospital en una constante lucha por la vida. pero las heridas fueron mayores, por lo que fue un cuádruple asesinato.
Aquella madrugada del 9 de enero del 1992, se cosechaba, una vez más, el arduo trabajo desplegado a través de Radio Martí, y otros medios de difusión masiva de Estados Unidos, así como sus agentes, la claque bien pagada de la mal llamada disidencia, en la promoción de una inmigración no controlada, fundamentada en la Ley de Ajuste Cubano1, la ley de pies mojados y pies secos, ley aplicada a cualquier nativo o ciudadano de Cuba, que haya sido inspeccionado y admitido o liberado en los EEUU, haciéndolo admisible como residente permanente en EE.UU.
Esto es interesante ante la idea que determina que la inmigración en los Estados Unidos…, los aspectos económicos, sociales, y políticos de la inmigración han causado gran controversia con respecto a la etnicidad, los beneficios económicos, puestos de trabajo para no inmigrantes, los patrones de asentamiento, el impacto en la movilidad social ascendente, la delincuencia y el comportamiento electoral. En términos “per cápita”, los Estados Unidos permiten la entrada de un menor número de inmigrantes que la mitad de los países de la OCDE.
Yo no sé usted cubano, pero este que está aquí, escribiendo estas líneas, rememorando aquellos sucesos, como otros, donde la muerte ha sido protagónica, puedo decirles que eso no es más que el resultado de un terrorismo patrocinado por un Estado. Las acciones son ejecutadas por entidades no gubernamentales, mas todo es sufragado, dirigido, instigado o protegido por un Estado altamente reconocido internacionalmente.
A lo ocurrido en 9 de enero del 1992, como otras acciones donde se han perdido vidas humanas, tienen las raíces en una ley promulgada y aprobada por el congreso de EE.UU., por lo tanto, considero que a su vez, estamos, analizando el contexto, tanto ante terrorismo patrocinado por un estado, como terrorismo de estado, en fin de cuentas, como bien decía mi abuela, el dueño de la vaca es el dueño del ternero.
¿Cuántos barcos con inmigrantes haitianos o de otras etnias del Caribe, han sido devueltas a sus países al tocar costas de EE.UU.? ¿Cuántas veces ha sido devuelto a Cuba un grupo de balseros? ¿Cuántos cubanos han perdido la vida tratando de llegar al “país de las oportunidades” en busca del “sueño americano” en rudimentarias balsas?
Ningún haitiano o de otra etnia caribeña, es aceptado en EE.UU., de inmediato son devueltos a sus países de orígenes, más ¿cuántas veces han llegado a los EE.UU., cubanos que han cometido hechos violentos y han sido recibidos como héroes? ¿Cuántas veces han sido reenviados a Cuba o enjuiciados por los hechos cometidos?
Terrorismo, es terrorismo, y tal y como expresara Fidel en su discurso por el duelo a las víctimas de Tarará, los ejecutores del crimen de la madrugada del 9 de enero de 1992, no solo pensaban llevarse una embarcación para llegar al deseado destino, sino que si para lograrlo, era preciso asesinar, lo harían.
Es lógico cubano, que ante las “facilidades” para llegar y establecerse en Estados Unidos, existan personas que arriesguen sus vidas en el intento, y otras que además de arriesgar las suyas, ponen en peligro la de otros.
Hoy conocemos, a pesar de nuestras relaciones diplomáticas y de todo lo avanzado en varios temas, la Base de Guantánamo sigue en manos de los EEUU, el bloqueo persiste, en toda su magnitud, y a pesar de todos los acuerdos sobre inmigración, la Ley de Ajuste Cubano, sigue vigente, promoviendo actos de terrorismo en contra de nuestro país, la incitación a nuestros profesionales a desertar con el famoso parole para los médicos, en misión por todo el mundo.
Como bien establece una crónica de Juventud Rebelde de Enero del 2007: “Queda por hacer justicia con la desajustada Ley de Ajuste Cubano, engendro promotor de monstruosidades como la ocurrida en Tarará y de otros terribles desgarramientos del pueblo cubano”.
1 La Ley de Ajuste Cubano (en inglés, Cuban Adjustment Act, CAA), Ley Pública 89-732, es una ley federal de los Estados Unidos promulgada el 2 de noviembre de 1966. Aprobada por el 89.º Congreso de los Estados Unidos y firmada por el presidente Lyndon Johnson
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