Por Astor Vitali
Pedantes son las posiciones políticas que ocupan la mayor parte de la plana mayor de la maquinaria de medios masivos: defensores y detractores. La una defiende a rajatabla la figura de un líder “indiscutible”. La otra versa acerca de todos los “crímenes” de un monstruo equiparable con algo peor que el demonio en su pequeña isla del infierno. Nada de esto ayuda a pensar a una de las mayores figuras revolucionarias del siglo XX. Sigue leyendo
Debe estar conectado para enviar un comentario.