El empeño de nuestro país en proporcionarle bienestar y educación a los niños está y estará siempre por encima de cualquier limitación económica.
Cuba es signataria de la Convención de los Derechos del Niño desde 1990, pero desde mucho antes la protección a la infancia quedó recogida en sus legislaciones principales como el Código de la Familia, que define las responsabilidades de esta con los menores (1975); la Constitución (1976), cuyo articulado protege notablemente a niños y niñas; y el Código de la Niñez y la Juventud, que amplió ese alcance y entró en vigor en 1978. Sigue leyendo
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