Por Arthur González.
Desde hace varios días la noticia de un posible viaje a Cuba del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, es noticia en la prensa de su país. Se asegura que desea visitar la Isla en el primer trimestre del 2016 y hay quienes señalan el mes de marzo como la fecha para su realización.
Hace más de medio siglo que un presidente de Estados Unidos no visita a la mayor isla de las Antillas, el último lo hizo para compartir con uno de los dictadores más sangrientos de la historia, Fulgencio Batista, a quien apoyaron con armas, explosivos y asesoramiento militar para evitar el triunfo de Fidel Castro.
No son pocos los que ven en esa visita la esperanza de una pronta normalización de las relaciones entre ambas naciones, especialmente con el levantamiento de la Guerra Económica impuesta desde hace 54 años, materializada en el Bloqueo económico, comercial y financiero más prolongado de la historia moderna, que el pueblo cubano resiste estoicamente.
Pero ¿qué le dirá a las cubanas y cubanos el presidente Obama al descender las escalerillas del Air Force One en el Aeropuerto José Martí?
Después de escuchar los himnos nacionales de los dos países y de pasar revista al batallón de las diferentes armas, Obama seguramente dirá sus primeras palabras y entre los posibles mensajes que trasladará deben estar los siguientes:
“Pueblo de Cuba: he venido a conocer su hermoso país con la intensión de apoyarlos en obtener una verdadera democracia y a tomar nuestros valores como los suyos”.
“El interés de mi país es lograr empoderarlos para que sean libres y por ese motivo el pasado 6 de enero impartí instrucciones al Departamento de Estado para que, a través del Buró de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo, del Departamento de Estado, disponga de cinco millones, seiscientos mil dólares más, para promover en Cuba los derechos individuales, civiles, políticos y laborales de la sociedad civil”.
“Esa cantidad es adicional a los cerca de quince millones de dólares que aprobé anteriormente a la NED y a la USAID, para fomentar la subversión política, que permita el derrocamiento del sistema socialista que no aceptaremos jamás”.
“Las cantidades antes mencionadas, serán agregadas a la propuesta de treinta millones de dólares que fue solicitada para el año 2016, con el fin de sufragar todos los programas orientados al desarrollo de la democracia en Cuba, contenidos en dos leyes que se encuentran a la aprobación del Congreso de mi país”.
“Los sufridos activistas que trabajan en la Isla a nuestro favor, continuarán con nuestro respaldo financiero y material, porque los consideramos nuestros agentes de cambio, por eso los entrenamos y abastecemos sin mirar cuánto dinero gastamos anualmente en ese empeño, a pesar de que no lograr los resultados que necesitamos.”
“Sabemos que el camino es largo, pero al mantener el embargo económico y financiero, las penurias se hacen más crecientes y los jóvenes cada vez se sienten menos comprometidos y más desencantados con el proceso revolucionario, como bien se señala en el llamado Plan Bush”.
“Por ese motivo, no vamos a eliminar la Ley de Ajuste Cubano, pues tenemos que apoyar a todos los que huyen del comunismo, mantendré a la radio y TV Martí con su presupuesto de 27 millones de dólares para que traslade la verdad a los cubanos ansiosos de la libertad de prensa”.
“Para que el gobierno no se apodere de nuestros dólares, no voy a promover en el Congreso que se elimine la prohibición de viajar a Cuba como turistas de los estadounidenses, solo continuarán visitándola, aquellos que tengan una de las licencias aprobadas que persiguen trasladar nuestros valores e influir en la sociedad cubana para que puedan comprender nuestra democracia”.
“Tampoco liberaré el uso del dólar en las transacciones financieras de Cuba, ni permitiré que yates y barcos arriben a sus marinas y puertos, porque esto ayudaría a su economía y deseamos que no avance.”
“No habrá inversiones de mi país hasta tanto el gobierno cubano no realice los cambios políticos que deseamos, se realicen elecciones libres y democráticas, con la partición de varios partidos y la postulación de nuestros principales asalariados”.
“Con todo respeto, como aseguré en la entrevista que le concedí a Yahoo News en diciembre del 2015, al cumplirse un año del restablecimiento de relaciones diplomáticas:
“Si los cubanos quieren disfrutar de todos los beneficios de su reincorporación a la economía mundial, entonces van a tener que acelerar las reformas que hacen falta”.
“Nuestra pretensión es desmontar totalmente el socialismo, otra cosa no aceptamos, y me sumo a lo que le informara en 1802, el gobernador de Mississippi, William C. Claiborne, al presidente Thomas Jefferson, cuando expresó: …nada deseo más que ver la bandera de Estados Unidos ondeando sobre el castillo del Morro, porque Cuba es la estrada real del Mississippi, y la nación que la posea puede en el futuro mandar en el hemisferio occidental”.
Pero sin dudas a sus palabras recibirá como enérgica respuesta, las que dijera José Martí:
“¡Los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas. Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes!”.
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