Ayer veía en el Diario de Cuba un videíto (bastante cansón por cierto, escuchar a Berta Soler y su reforma del Código PenaR es una auténtica tortura) sobre una reunión convocada por los principales representantes de la disidencia en Cuba, bajo el título: Lanzamiento del Foro por los Derechos y Libertades en La Habana.
Este encuentro, bajo la batuta de Rodiles, es un desesperado intento por conseguir la unidad entre todos los grupúsculos que integran la contrarrevolución. Entre otros temas, hablaron sobre la necesidad de transparencia, ardua tarea a enfrentar, sobre todo cuando sabemos que los separan fuertes intereses económicos. Pero no es este aspecto el que quiero resaltar.
Simplemente me gustaría hacerles un recordatorio. En varias intervenciones se mencionó la necesidad de hacer una reforma a la Constitución de la República de Cuba, donde el pueblo cubano, los de a pie, sean los que decidan, según ellos, el tipo de sistema social que desean. Y es ahí, donde necesitan refrescar la memoria.
Y no me voy a remitir a casi cuarenta años, cuando el 24 de febrero de 1976, fue proclamada, después de un referéndum popular la Constitución cubana, sino a un momento más cercano, a junio del 2002, cuando el pueblo de Cuba, en un proceso plebiscitario popular sin precedentes, puesto de manifiesto tanto en la Asamblea Extraordinaria de las direcciones nacionales de las organizaciones de masas; como en actos y marchas realizados en el propio mes de junio a todo lo largo y ancho del país, en los que participaron más de nueve millones de personas y para la firma pública y voluntaria de 8 198 237 electores durante los días 15, 16 y 17 de ese mismo mes, ratificaron el contenido socialista de esta Constitución en respuesta a las manifestaciones injerencistas y ofensivas del Presidente de los Estados Unidos de América, e interesaron de la Asamblea Nacional del Poder Popular reformarla, para dejar expresamente consignado el carácter irrevocable del socialismo y del sistema político y social revolucionario por ella diseñado, así como que las relaciones económicas, diplomáticas y políticas con otro Estado no pueden ser negociadas bajo agresión, amenaza o coerción de una potencia extranjera, ante lo cual el órgano supremo de poder del Estado, en sesión extraordinaria, convocada al efecto, adoptó por unanimidad el Acuerdo No. V-74, por el que se aprobó la Ley de Reforma Constitucional el 26 de junio del 2002.
El texto de la Constitución de la República de Cuba fue publicado entonces en la Gaceta Oficial de la República de Cuba, edición Extraordinaria número 3 de 31 de enero de 2003.
Por lo tanto la decisión del carácter socialista de Cuba, fue tomada por la inmensa mayoría del pueblo. Los cubanos sabemos, que solo en el Socialismo, con las adecuaciones y rectificaciones que sean necesarias, podemos encontrar el bienestar para la mayoría y por lo tanto no permitiremos un paso atrás, ya tuvimos capitalismo. Somos un país pequeño, sin grandes recursos naturales y estamos conscientes que no nos tocaría el capitalismo suizo, ni el norteamericano y ni siquiera el español.
Amalia
Con información de Cubadebate
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