Un recuento necesario
Cuando el ex estudiante de segundo año de medicina, San Miguel Molina Cobas mostró sus dotes de agitador y se vinculó con la organización contrarrevolucionaria UNPACU, José Daniel Ferrer comenzó a potenciarlo como posible “líder juvenil” y en corto tiempo pasó a integrar el proyecto subversivo (disfrazado de inocentes becas estudiantiles) “Somos un solo Pueblo”.
Sinopsis del proyecto y su fracaso
El proyecto Somos un Solo Pueblo, fue creado por la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC, por sus siglas en inglés) en colaboración con el Miami Dade College (MDC) y el curso inició en enero pasado con 17 estudiantes, entre ellos Molina Cobas; quienes alegaban “que no podrían realizarse profesionalmente en la isla por sus ideales políticos”, sin embargo llegaron al MDC para recibir entrenamiento en técnicas subversivas; aunque al iniciarse el curso, Rolando Montoya, Rector de dicha institución, negó la vinculación del mismo con la política.
El proyecto ya había dado de qué hablar entre contrarrevolucionarios de la isla por el evidente nepotismo que reinó en la selección de los becarios, como por ejemplo la hija de Berta Soler y Ángel Moya, Lienys Caridad Moya Soler, una sobrina de Moya, otra sobrina del “Coco” Fariñas y la hija de Félix Navarro y también entre grupos contrarrevolucionarios de Miami en rivalidad con la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), por el dinero que les otorga la USAID, por el bajo nivel de los estudiantes seleccionados y por las sospechas de que estas becas podrían ser la justificación para emigrar; aunque a su llegada, los jóvenes fueron obligados a prestar juramento de regresar a Cuba so pena de reembolsar los gastos incurridos, aproximadamente de 16 mil USD.
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