Las noticias sobre lo que acontece por estos días en la franja de Gaza me hacen sentir el corazón estrujado. Cuando veo las imágenes de la masacre de niños, mujeres, ancianos y de la población civil en general, siento rabia, dolor e impotencia.
Ayer un ataque artillero del ejército israelí contra una clínica en Gaza ocasionó al menos cuatro personas muertas y otras cincuenta heridas. Las fuerzas armadas sionistas justificaron el ataque contra la instalación civil presentando supuestos gráficos de proyectiles que Hamas almacena en hospitales y mezquitas.
Tras dos semanas de ofensiva israelí ya se cuentan unos 570 palestinos muertos y más de 100 mil desplazados.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se desplazó a El Cairo para “tratar de impulsar un alto al fuego”, mientras el presidente estadounidense, Barack Obama (premio Nobel de la Paz) insistió en justificar la acción de su eterno aliado con el “derecho de Israel a defenderse”.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha exigido un alto el fuego inmediato. Continuar matando no beneficia a nadie y es necesario lograr un alto el fuego tras el cual las partes podrán iniciar un diálogo, dijo Ban en El Cairo, pero estas exigencias parecen estar plasmadas sobre papel mojado.
Mientras los esfuerzos diplomáticos se intensificaban en la capital egipcia, la ofensiva aérea y terrestre del ejército israelí continuaba.
La opinión pública mundial no puede permanecer un minuto más impasible. Debemos sumar muestras voces para exigir de inmediato el cese de esta escalada criminal.
Amalia
cubaconamalia.wordpress.com 
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