Entre canciones, juegos y regalos transcurrió la jornada de ayer en el Cardiocentro Pediátrico William Soler, en la capital de la isla, cuando trabajadores del Registro Cubano de Buques (RCB) obsequiaron a los pequeños pacientes su llamada Valija de la Ternura.
El director de esa sociedad clasificadora, única de su tipo en el país y dedicada a la certificación de embarcaciones y muelles, encabezó la entrega, acompañado de pioneros integrantes del taller La Colmenita, perteneciente al Palacio de Pioneros del municipio de Playa.
Más de 40 juguetes adquiridos por el colectivo de trabajadores del RCB componen la valiosa donación, que fue recibida por los niños con entusiasmo, alegría y ternura.
Gestos como estos fortalecen la política social de la Revolución, la cual prioriza siempre el derecho de los niños a la asistencia médica gratuita. El Cardiocentro William Soler es una de las instituciones cubanas de salud que diariamente enfrenta las limitaciones y retos que impone el bloqueo estadounidense y cuyos esfuerzos permiten mantener el programa priorizado de atención a infantes cardiópatas.
Tomado de AIN
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